martes, 28 de diciembre de 2010

30 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 27


“El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es el baluarte de mi vida,

¿ante quién temblaré?


Cuando se alzaron contra mí los malvados

para devorar mi carne,

fueron ellos, mis adversarios y enemigos,

los que tropezaron y cayeron.


Aunque acampe contra mí un ejército,

mi corazón no temerá;

aunque estalle una guerra contra mí,

no perderé la confianza.


Una sola cosa he pedido al Señor,

y esto es lo que quiero:

vivir en la Casa del Señor

todos los días de mi vida,

para gozar de la dulzura del Señor

y contemplar su Templo.


Sí, él me cobijará en su Tienda de campaña

en el momento del peligro;

me ocultará al amparo de su Carpa

y me afirmará sobre una roca.


Por eso tengo erguida mi cabeza

frente al enemigo que me hostiga;

ofreceré en su Carpa sacrificios jubilosos,

y cantaré himnos al Señor.


¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,

apiádate de mí y respóndeme!

Mi corazón sabe que dijiste:

«Busquen mi rostro».

Yo busco tu rostro, Señor,

no lo apartes de mí.


No alejes con ira a tu servidor,

tú, que eres mi ayuda;

no me dejes ni me abandones,

mi Dios y mi salvador.


Aunque mi padre y mi madre me abandonen,

el Señor me recibirá.


Indícame, Señor, tu camino

y guíame por un sendero llano,

No me entregues a la furia de mis adversarios,

porque se levantan contra mí testigos falsos,

hombres que respiran violencia.


Yo creo que contemplaré la bondad del Señor

en la tierra de los vivientes.

Espera en el Señor y sé fuerte;

ten valor y espera en el Señor.” Amén.


Curiosidades


¿Dónde quedan las tierras de Zabulón y de Neftalí?


Zabulón es el décimo hijo de Jacob el sexto de Lea. Su nombre significa honrar, dotar u otorgar. Zabulón logró poseer más del territorio que le fue asignado que la mayoría de las tribus, posiblemente porque comprendía fundamentalmente tierras vírgenes, sin grandes ciudades. Ocupó una ancha cuña en el S de Galilea entre Aser y Neftalí, con Manasés al SO e Isacar al SE. La frontera S la constituía probablemente el río Cisón en el valle de Esdraelón, que le dio a Zabulón, como a Isacar, el control de las rutas comerciales la bendición de Jacob le promete a Zabulón acceso al mar, si bien no está claro si se quiere decir Galilea o el Mediterráneo. En cualquier caso ella no se realizó, pero puede haberse tratado de una referencia a la posición estratégica compartida con Isacar.

Neftalí era el sexto hijo de Jacob, y el segundo hijo de Bilha, sierva de Raquel; hermano menor de Dan, con quien generalmente está asociado. En la bendición de Jacob se lo describe como una “cierva suelta”, lo cual podría ser una alusión a su agilidad o a su impetuosidad.

La bendición de Moisés manda a Neftalí que posea “el occidente y el sur”, y, posteriormente al asentamiento, su porción tribal comprendía una ancha franja al O del mar de Galilea y el Jordán superior, incluida la mayor parte de la Galilea central y oriental. Pero el límite N no está definido, y ya que dos de las ciudades, Bet-anat y Bet-semes, que formaban parte de una cadena de fuertes cananeos que se extendían desde la costa a través de la Galilea superior. Neftalí incluía también la ciudad cananea de mayor tamaño, Hazor, que abarcaba unas 80 hectáreas y dominaba una vital ruta comercial.

El territorio de Neftalí incluía algunas de las zonas más fértiles de todo el territorio. Jesús pasó la mayor parte de su vida pública en esa zona, la que, debido a su variada historia de deportaciones y del agregado de nuevos pobladores, fue muy despreciada por los judíos de Jerusalén, actitud que parcialmente explica por qué Galilea se convirtió en cuartel general de los zelotes reaccionarios, amargamente opuestos a la dominación romana.


Evangelio


Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 4:12-23


“Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:

"¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí,

camino del mar, país de la Transjordania,

Galilea de las naciones!

El pueblo que se hallaba en tinieblas

vio una gran luz;

sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte,

se levantó una luz."

A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca».

Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres». Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.

Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


Dejar las redes y seguir a Jesús.

Dejar todo: vida, familia, trabajo, para trabajar para el reino.

Algo que hicieron los primeros discípulos de Jesús… pero y nosotros, ¿qué nos pide Jesús cuando leemos estas palabras?

Es verdad que si todo el que acepta seguir a Jesús deja todo de lado, muy pocos podríamos ser cristianos. Es obvio que esta fue una exigencia para un grupo determinado en un momento determinado.

Pero sí es necesario dejar cosas cuando se pretende seguir a Jesús. Hay cosas de nuestras vidas que no son compatibles con una vida en la fe, con el compromiso cristiano. Hay cosas que para el mundo secular no es mayor problema, pero que para el cristiano le trae un problema ético.

Una de las cosas que justifican las actitudes humanas son las teorías y las ideologías, que elaboran conceptos y cuestiones para justificar situaciones o realidades que incluso a veces no buscar sostener injusticia y opresión.

Pero, cuando se es cristiano hay cosas con las que no podemos convivir: la mentira, la discriminación, la falsedad, la corrupción, y tantos otros actos aberrantes. Y no estoy hablando ni de política ni de realidades que no podemos cambiar tan fácilmente. Estoy hablando de cada uno de nosotros que nos decimos cristianos, pero que pagamos alguna coima, nos consideramos mejores que otras personas, sea por su sexualidad, por su color de piel, por su condición social. Estoy hablando de que nos justificamos diciendo “bueno, todo el mundo lo hace” o simplemente no haciéndonos cargo, no asumiendo que al ser cristianos debemos dejar atrás los vicios propios del ser humano: renunciar a todo aquello que me aleja de Dios, aunque me signifique una pérdida económica o un esfuerzo mayor al que por ahí estamos dispuestos.

Esto es dejar las redes, dejar la barca y nuestro padre ahí, en la arena. No permitir que el entorno nos contamine y nos mimeticemos, sino que luchemos porque en nuestro mundo el amor impere, de nos callarnos ante las injusticias y luchar por los que no se pueden defender.

Jesús dice: “No se puede servir a dos señores”, no se puede amar a Dios y al dinero. Así son las reglas de juego. Amén.


Querido Jesús, ayudame a ser auténtica, a lograr dejar las redes que me atrapan y me alejan de vos. Ayudame a animarme a vivir una vida aferrada sólo a vos, aunque el entorno me tiente. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario