viernes, 30 de abril de 2010

2 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Yo te ensalzo, oh Rey Dios mío,
y bendigo tu nombre para siempre jamás;
todos los días te bendeciré,
por siempre jamás alabaré tu nombre;
grande es mi Señor y muy digno de alabanza,
insondable su grandeza.
Una edad a otra exaltará tus obras,
pregonará tus hazañas.
El esplendor, la gloria de tu majestad,
el relato de tus maravillas, yo recitaré.
Del poder de tus maravillas se hablará,
y yo tus grandezas contaré;
se hará memoria de tu inmensa bondad,
se aclamará tu justicia.
Clemente y compasivo es mi Señor,
tardo a la cólera y grande en amor;
bueno es mi Señor para con todos,
y sus ternuras sobre todas sus obras.
Te darán gracias, mi Señor, todas tus obras
y tus amigos te bendecirán;
dirán la gloria de tu reino,
de tus hazañas hablarán,
para mostrar a los hijos de Adán tus hazañas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, un reino por los siglos todos,
tu dominio, por todas las edades.

Mi Señor es fiel en todas sus palabras,
en todas sus obras amoroso;
mi Señor sostiene a todos los que caen,
a todos los encorvados endereza.
Los ojos de todos fijos en ti, esperan
que les des a su tiempo el alimento;
abres la mano tú
y sacias a todo viviente a su placer.
Mi Señor es justo en todos sus caminos,
en todas sus obras amoroso;
cerca está mi Señor de los que le invocan,
de todos los que le invocan con verdad.
El cumple el deseo de los que le temen,
escucha su clamor y los libera;
guarda mi Señor a cuantos lo aman,
a todos los impíos extermina.
¡La alabanza de mi Señor diga mi boca,
y toda carne bendiga su nombre sacrosanto,
para siempre jamás!” Amén.

Curiosidades

¿Quién es el Hijo del Hombre?
Hijo del Hombre es la expresión que Jesús prefirió utilizar al hablar de sí mismo y su misión. Esta extraña expresión griega sólo puede haber surgido como consecuencia de la traducción de una frase idiomática semítica aplicada, ya sea a un determinado miembro de la especie “hombre” o la humanidad en general. En el lenguaje de la época de Jesús aparentemente era posible emplear la frase como una modesta manera de referirse a uno mismo en ciertas situaciones, aunque las opiniones difieren con respecto a si lo usaba para darle veracidad a una declaración que se aplicaba a la humanidad en general, y, en consecuencia, también al que hablaba, o una afirmación que solamente se aplicaba a la persona que hablaba.
Uno de los elementos que contribuyeron a que Jesús comprendiera su papel de Hijo de Hombre es la figura del Siervo de Yahveh. Hay claras indicaciones de que Jesús mismo consideraba que estaba desempeñando el papel de aquel que venía a servir y a entregarse en rescate por muchos, y por los tanto “fue contado con los perversos”.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 13:31-35

Cuando salió, dice Jesús:
‘Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre
y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él,
Dios también lo glorificará en sí mismo
y lo glorificará pronto.’
‘Hijos míos,
ya poco tiempo voy a estar con ustedes.
Ustedes me buscarán,
y, lo mismo que les dije a los judíos,
que adonde yo voy,
ustedes no pueden venir,
les digo también ahora a ustedes.
Les doy un mandamiento nuevo:
que se amen los unos a los otros.
Que, como yo los he amado,
así se amen también ustedes los unos a los otros.
En esto conocerán todos que son discípulos míos: si se tienen amor los unos a los otros." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Amarse mutuamente. Algo que parece sencillo, pero a la vez sabemos que es bastante complicado.
¿Cuántas personas has conocido en tu vida que aman de veras, entregándose por entero? ¿sabés lo que significa e implica el amar?
Cuando hablamos del amor siempre surge la idea romántica: un hombre y una mujer que enfrentan todos los obstáculos para estar juntos. Casi los podemos ver besándose en un paisaje hermoso y con una música para la ocasión.
Pero no es de ese amor que nos habla Jesús. Él nos habla de su amor hacia nosotros, un amor tan increíble que dio su vida por nosotros sin que se pidiéramos ni lo mereciéramos. Un amor que ni sus discípulos pudieron comprender en un primer momento.
Jesús nos pide que nos amemos los unos a los otros y que a través de ese amor, las personas, el mundo lo conozca a Él. No tan difícil de entender, pero muy difícil de llevar a cabo.
Si pertenecés a una comunidad de fe, debés coincidir conmigo en que no siempre está ese amor entre nuestros hermanos y hermanas. Que muchos creen que es suficiente con amar a Dios, pero la tolerancia y aceptación mutua es imprescindible.
Es verdad que cuando analizamos nuestras iglesias no siempre damos un testimonio de Jesús, todo lo contrario, dejamos mucho que desear.
Pero también es verdad que dentro de esas mismas comunidades hay actos de amor maravillosos y que en muchas ocasiones somos estafados por los “vivillos” que se aprovechan del amor y la caridad cristiana.
No es fácil vivir en el amor, y menos en un mundo en donde ya no hay escrúpulos y en donde en nombre de la “necesidad” se miente, se roba y se delinque. También el necesitado, el indigente es llamado por Jesús a dar su testimonio de amor.
Amarse mutuamente no es fácil, sobre todo porque no debe quedar nadie afuera, y hay personas a las que nos cuesta amar. Pero el amor que nos plantea Jesús es un ejercicio diario en el cual, cada vez que nos rebelamos, debemos pensar: “por esta persona que hace daño o no nos cae bien también murió Jesús”. Porque Él vino al mundo para salvarlo y no para condenarlo. Amén.

Querido Jesús: ayudame a amar, enseñame a amar aunque a veces tenga ganas de revolearlo todo. Sé que sólo amando de la manera en que vos nos has amado, podré dar un testimonio verdadero, ese testimonio que atraiga a otras personas a tu evangelio. Señor, estoy convencida de que cuando aprendamos a amar de verdad el mundo va a comenzar su transformación para que por fin lleguemos al tiempo que vos has prometido regresar con toda tu gloria. Te lo pido en tu nombre y en el del Padre y de tu Santo Espíritu. Amén.

viernes, 23 de abril de 2010

25 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 100

“¡Aclamen a mi Señor, toda la tierra,
sirvan a mi Señor con alegría,
lléguense ante él entre gritos de júbilo!

Sepan que mi Señor es Dios,
él nos ha hecho y suyos somos,
su pueblo y el rebaño de su pasto.

¡Entren en sus pórticos con acciones de gracias,
con alabanzas en sus atrios,
denle gracias, bendigan su nombre!

Porque es bueno mi Señor,
para siempre su amor,
por todas las edades su lealtad.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es la fiesta de la Dedicación?

Se celebraba el 25 de Quisleu, y duraba ocho días; originalmente tenía por objeto celebrar el solsticio de invierno, pero posteriormente conmemoraba la purificación del templo y el altar por Judas Macabeo en 164 a.C., exactamente tres años después de haber sido profanados por Antíoco Epífanes. Su parecido con la celebración de la fiesta de los tabernáculos era deliberada, aunque, a diferencia de las grandes festividades, podía celebrarse fuera de Jerusalén. Su característica principal consistía en encender muchas lámparas, lo que le dio el nombre de fiesta de las luces o Januka (que significa dedicación).
Januka es uno de los dos festivales históricos que han sido instituidos y observados en el judaísmo junto con los festivales bíblicos del Eterno. En el año 168 AC Antiochus Epifanes y los Sirios, que controlaban la Tierra de Israel, pasaron una ley que prohibía los sacrificios del Templo de Jerusalén y en su lugar se deberían establecer altares en los cuales se sacrificaban puercos y otros animales impuros. También se ordenó que el Santo Templo de Jerusalén se convirtiera en un templo pagano. Se prohibió la observancia del Shabbat y los Festivales de la Torah, observar la dieta bíblica, la circuncisión y todas las copias de la Torah deberían ser confiscadas y quemadas. Si un individuo aceptaba públicamente ser de religión judía se le aplicaba la pena de muerte. En el quince del mes hebreo de Kislev del año judío 3595 (Diciembre del 168 AC) una abominación (ídolo) se erigió en el altar del Templo y se comenzaron a sacrificar puercos diariamente en su honor. El Templo fue profanado y utilizado para efectuar actos masivos de inmoralidad, de acuerdo a la costumbre griega. Mucha gente prefirió la muerte a participar en tales abominaciones.
En aquellos días un hombre llamado Mattityahu hijo de Yojanan, el Sumo Sacerdote decidió marcharse de Jerusalén y se asentó en una ciudad que se encontraba a solo 10 kilómetros llamada Modiín. Un día aparecieron los soldados del rey Antiochus y quisieron forzar al sacerdote a que sacrificara un animal impuro al estilo pagano a cambio de una suma considerable de dinero. El se negó. Sin embargo hubo un renegado que sí aceptó. Al ver la profanación del Nombre de Dios, Mattityahu tomó una espada y no solo mató al renegado sino también a los emisarios del rey Sirio. Entonces Mattityahu se reunió con sus cinco hijos, y proclamó lo siguiente: “¡Todo aquel que sea celoso de la Torah y esté firme en el Pacto, sígame! Así comenzó una revuelta contra los Sirios que duró tres años. A Mattityahu y sus hijos les llamaban Macabeos porque Yehuda le apodaban Maccabi, que en hebreo significa ‘martillo’ ya que era fuerte y consistente como un martillo. Otra razón por la cual les llamaban Macabeos es porque la palabra Maccabi es un acróstico, es decir, la palabra representa una frase ya que cada letra representa una palabra. Entonces MaCaBi representa: Mi Camoja Ba-eilim Ad-nai /iQuién es como Tú, entre los supuestos dioses, oh Dios! Y antes de atacar al enemigo Yehuda y sus compañeros gritaban ésta frase de la Tora.
Finalmente, en el año 165 AC Yehuda Maccabi y su armada de solo 10,000 hombres derrotaron milagrosamente a la armada Siria que consistía de 60,000 hombres de infantería y 5,000 de caballería en la batalla de Bet-Tzur. Después de la victoria y de haber recuperado el Templo de Jerusalén procedieron a limpiarlo, reconstruir lo dañado y a volverlo a dedicar al servicio del único y verdadero Dios de Israel. Esta dedicación o inauguración se le llamó Januca.
Sin embargo, para completar la dedicación necesitaban encender el candelabro de siete brazos del Templo pero encontraron aceite con el sello del Kohen Gadol para un solo día y tardaban siete días más para conseguir aceite apropiado. Pero como siempre hubo diferentes argumentos. Unos querían usar aceite impuro porque era lo único que había, otros no querían encenderla hasta que se obtuviera más aceite.
Finalmente los sacerdotes estuvieron de acuerdo en que la actitud correcta en el servicio de Dios es hacer lo correcto hasta donde uno pueda y lo demás lo proveerá el Eterno si es Su voluntad. Pues así, en el día 25 del mes de Kislev del año 3579 (Diciembre 165 AC) utilizaron el aceite para un día y, milagro de milagros, duró siete días más, hasta que obtuvieron más aceite adecuado para la Menorah. Este es el milagro de Januka y por eso ahora cada año, comenzando el 25 del mes de Kislev, encienden al caer la noche ocho luces o velas, en un candelabro de nueve brazos llamado janukía. El primer día encienden el siervo (la luz o vela que se encuentra sobre las demás y que sirve solo para encender las otras) y una sola luz o vela. El segundo día encienden el siervo y dos luces y así progresivamente hasta llegar a ocho luces y el siervo. Por supuesto que antes y después de encender la janukía dicen las bendiciones apropiadas que giran no solo en torno al milagro del aceite sino principalmente al milagro de la victoria contra la armada más poderosa de aquel tiempo.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 10:22-30

“Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Lo rodearon los judíos, y le decían: ‘¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente’. Jesús les respondió:
‘Ya se lo he dicho, pero no me creen.
Las obras que hago en nombre de mi Padre
son las que dan testimonio de mí;
pero ustedes no creen
porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz;
yo las conozco y ellas mi siguen.
Yo les doy vida eterna
y no perecerán jamás,
y nadie las arrebatará de mi mano.
El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos,
y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.
Yo y el Padre somos uno’."Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre que miro las ovejas, veo los rebaños por los campos. Observo las ovejas y su forma tonta de conducirse, tan vulnerables, tan desprotegidas, tan necesitadas de su pastor, recuerdo estas palabras de Jesús, que nos llama sus ovejas…
Es curioso que ha elegido a este animalito, si bien el lugar en el mundo en donde Jesús caminó cuando vivió entre nosotros, pero no es casual. Aparte de ser algo cotidiano para la gente a quien le habló de Dios, los seres humanos, a pesar de que nos sentimos los seres superiores en la naturaleza, nos parecemos mucho a las ovejas.
Nos dejamos llevar por la multitud, somos temerosos de todo, necesitamos aferrarnos a algo o a alguien que nos transmita seguridad: somos vulnerables, desprotegidos y tontos.
¿Qué animal en la naturaleza, una vez que algo le hace daño reincide? Es decir esto de tropezar con la misma piedra. Sólo nosotros, y las ovejas, claro.
Somos rutinarios y vamos… cuando me siento en una plaza en Buenos Aires y veo a la gente yendo y viniendo en su rutina diaria, me recuerdan a las ovejas yendo de un corral al campo, siguiendo la voz del pastor. Siguiendo la voz de su pastor…
Las ovejas reconocen la voz de su pastor. A nosotros nos cuesta… a veces no la escuchamos por el ruido que nos rodea, a veces la confundimos con otra, que suena parecida, a veces no la queremos escuchar porque queremos hacer lo que nosotros queremos y no lo que nos conviene, lo que es mejor para nosotros…
Jesús nos dice que somos suyos y del Padre, y que nada ni nadie puede hacernos nada si permanecemos junto a él.
¿No será que es por eso que el mundo está tan mal, que nuestro entorno está tan mal? Justamente porque nadie quiere escuchar la voz del Pastor, de Jesús, que nos quiere enseñar a vivir de una manera diferente, más feliz y más plena. Pero nosotros estamos empecinados en caminar afuera de su redil, parece que nos gusta el peligro, pero después nos quejamos e incluso ¡le echamos la culpa!
Hoy te invito a que prestes atención, y que escuches la voz de Jesús. Mirá a tu alrededor y buscá las cosas simples, los pequeños milagros de la vida: la sonrisa de un niño, una flor, el aroma del carrito pochoclero, la brisa del mar, el sonido del viento… Dios te está hablando, Jesús te está llamando, y te aseguro que su propuesta de amor te va a cambiar la vida. Amén.

Querido Jesús, mi pastor, mi guía, ayudame a escuchar y seguir sólo tu voz. En este mundo ruidoso permitime concentrarme sólo en tu mensaje de amor y ayudame a seguirte sólo a vos. A veces me desvío y ¡me pone tan mal cuando me doy cuenta! Quiero ser de tu rebaño siempre, que me cuides, que me protejas. Te lo pido a vos que junto con el Padre y el Espíritu Santo viven por toda la eternidad. Amén.

viernes, 9 de abril de 2010

18 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 30

“Yo te alabo, mi Señor, porque me has levantado;
no dejaste reírse de mí a mis enemigos.
Mi Señor, Dios mío, clamé a ti y me sanaste.
Tú has sacado, mi Señor, mi alma del seol,
me has recobrado de entre los que bajan a la fosa.

Entonen a mi Señor los que lo aman,
alaben su memoria sagrada.
De un instante es su furia, de toda una vida su ayuda;
por la tarde visita de lágrimas, por la mañana gritos de alborozo.

Y yo en mi paz decía:
"Jamás vacilaré."
Mi Señor, tu favor me afianzaba sobre fuertes montañas;
mas retiras tu rostro y ya estoy intranquilo.
A ti clamo, mi Señor,
a mi Dios piedad imploro:
¿Qué ganancia en mi sangre, en que baje a la fosa?
¿Puede alabarte el polvo, anunciar tu verdad?
¡Escucha, mi Señor, y ten piedad de mí!
¡Sé tú, mi Señor, mi auxilio!
Has cambiado mi lamento en una danza,
me has quitado el sayal y me has ceñido de alegría;
mi corazón por eso te entonará sin tregua;
mi Señor, Dios mío, te alabaré por siempre.” Amén.
Curiosidades

Evangelio según San Juan, ¿es todo de la autoría del evangelista o tiene algún agregado?

Dos pasajes de Juan no pertenecen al texto original, y en algunas versiones modificadas se ha colocado en el margen, o se agregan notas aclaratorias. Nos referimos a su encuentro con la mujer adúltera o Pericope de Adulteria, genuina historia sobre Jesús que se ha preservado fuera de los evangelios canónicos, y que ha aparecido en ciertos manuscritos tardíos de Juan; y la explicación sobre el movimiento del agua, que se omite en los mejores manuscritos.
El capítulo 21 plantea un problema especial. Mientas Hoskins afirmaba que formaba parte integral del evangelio original, la mayor parte de los entendidos piensa que fue una adición posterior del autor, o que lo añadió otra mano. El argumento principal es que 20:31 parece ser la conclusión de un libro; además, algunos eruditos encuentran diferencias de estilo entre el capítulo 21 y los capítulos 1-20, pero según Barrett en sí estas diferencias no son decisivas.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 21:1-19

“Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: ‘Voy a pescar’. Le contestan ellos: ‘También nosotros vamos contigo’. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Les dice Jesús: ‘Muchachos, ¿no tienen pescado?’ Le contestaron: ‘No’. El les dijo: ‘Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán’. La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: ‘Es el Señor’, se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Les dice Jesús: ‘Traigan algunos de los peces que acaban de pescar’. Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: ‘Vengan y coman’. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ‘¿Quién eres tú?’, sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: ‘Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús: ‘Apacienta mis corderos’. Vuelve a decirle por segunda vez: ‘Simón de Juan, ¿me amas?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’. Le dice por tercera vez: ‘Simón de Juan, ¿me quieres?’ Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ‘¿Me quieres?’ y le dijo: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’.
‘En verdad, en verdad te digo:
cuando eras joven,
tú mismo te ceñías,
e ibas adonde querías;
pero cuando llegues a viejo,
extenderás tus manos
y otro te ceñirá
y te llevará adonde tú no quieras’.
Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: ‘Sígueme’.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una nueva oportunidad… ¿cuántas veces se te presenta? ¿cuántas veces te la da?
A veces, por cobardía o por indecisión, perdés la oportunidad de hacer lo que había que hacer, lo que te hace digno, lo que te deja con el corazón tranquilo y contento. Pero a veces no se da, a veces no se presenta, a veces no te dan esa oportunidad, porque el dolor que causaste fue demasiado, porque fuiste un falluto que no se jugó cuando más te necesitaban.
Esto es en la vida, con la gente que te rodea, en donde las personas somos injustas y parciales, en donde nos dejamos llevar por los impulsos y las emociones, en donde no siempre queremos comprender al otro o perdonar al otro.
Pero con Jesús es distinto. Pedro lo negó tres veces, a pesar de que le había prometido defenderlo incluso arriesgando su propia vida, pero cuando las papas quemaban, lo negó, dijo que no tenía nada que ver.
Una vez resucitado, cuando los discípulos vuelven a sus barcas y sus redes, Jesús vuelve con ellos y los llama nuevamente, y a Pedro le da la oportunidad de decirle tres veces que lo ama, las mismas veces que días antes, lo negó.
Una nueva oportunidad para Pedro… una nueva oportunidad para cualquiera que esté triste y arrepentido de haberle dado la espalda a Jesús cuando las cosas estaban complicadas. Una oportunidad más para quien lo ha echado de su corazón porque está decepcionado o porque hay otras cosas más interesantes y atractivas, que parecen dar resultados más inmediatos. Una nueva oportunidad para vos, para mí, que no siempre caminamos los caminos del Señor.
Una nueva oportunidad… ¿quién no la quiere? ¿quién no la necesita? ¿quién no la espera?
¿Vos sos uno de esos que está necesitando una nueva oportunidad de creer en la vida, de vivir en la esperanza? Jesús te está esperando, en la playa, comiendo un pedazo de pescado asado, queriendo que compartas con él la simplicidad de la vida, las pequeñas cosas, la brisa del mar, el aire fresco, la comida con amigos, en donde los amigos son más importantes que la comida.
Jesús te está dando una nueva oportunidad para que le digas que lo querés y que querés que siempre esté a tu lado. Él está ahí, simple, cotidiano, amigo, amoroso, siempre… Amén.

Querido Jesús, ¡gracias por aceptarme siempre de nuevo! Aunque una y otra vez te niego y tengo vergüenza de que otros sepan mi fe en vos. ¡Gracias por no dejarte llevar por mis vaivenes emocionales, por mi vulnerabilidad, por mi flaqueza! Hoy te pido que me ayudes a serte más fiel, a no tener miedo ni vergüenza de vos, a animarme a hablar de vos a mis amigos y compañeros. Ayudame por favor, necesito demostrarte que la nueva oportunidad que me brindás la merezco y vale la pena. Te lo pido a vos que junto con el Padre y el Espíritu Santo reinan por toda la eternidad. Amén.

11 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 118

“¡Aleluya!¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!

¡Diga la casa de Israel:
que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón:
que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a mi Señor:
que es eterno su amor!
En mi angustia hacia mi Señor grité,
él me respondió y me dio respiro;
mi Señor está por mí, no tengo miedo,
¿qué puede hacerme el ser humano?
Mi Señor está por mí, entre los que me ayudan,
y yo desafío a los que me odian.

Mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en ser humano;
mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en magnates.

Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de mi Señor los desuní;
me rodeaban, me asediaban:
en el nombre de mi Señor los desuní.

Me rodeaban como avispas,
llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de mi Señor los desuní.

Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero mi Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es mi Señor,
él ha sido para mí la salvación.

Clamor de júbilo y salvación,
en las tiendas de los justos:
"¡La diestra de mi Señor hace hazañas,
excelsa la diestra de mi Señor,
la diestra de mi Señor hace hazañas!"

No, no he de morir, que viviré,
y contaré las obras de mi Señor;
me castigó, me castigó mi Señor,
pero a la muerte no me entregó.

¡Ábranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a mi Señor!
Aquí está la puerta de mi Señor,
por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.

La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de mi Señor,
una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que mi Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!

¡Ah, mi Señor, da la salvación!
¡Ah, mi Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la Casa de mi Señor los bendecimos.
Mi Señor es Dios, él nos ilumina.

¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!

Tú eres mi Dios, yo te doy gracias,
Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!” Amén.
Curiosidades

¿Qué es la apocalíptica y qué características tiene?

La apocalíptica se designa tanto a un género literario como a las ideas características de la literatura correspondiente. Dentro del canon, la literatura apocalíptica está representada especialmente por los libros de Daniel y Apocalipsis, pero hay muchos otros apocalipsis tanto en la época intertestamentaria como de la cristiana primitiva.
Ya en los libros proféticos del AT se encuentran pasajes que debemos clasificar como apocalípticos en algunos sentidos por lo menos. La escatología apocalíptica puede encontrarse especialmente en Isaías, Joel y Zacarías. En los pasajes de estos libros se prevé el futuro escatológico en función de una intervención divina directa, el juicio universal de las naciones, y una nueva era de salvación, en la que el cosmos será radicalmente transformado. Esta escatología trascendental es el núcleo central de la doctrina apocalíptica. Es probable que la doctrina apocalíptica de la resurrección de los muertos ya se encuentre también en Isaías 26:19, como así también en Deuteronomio 12:2. Las formas literarias del apocalipsis, sin embargo, se anticipan especialmente en las visiones de Ezequiel y de Zacarías 1-6.
El género apocalíptico floreció como literatura diferente de la profética sólo después que cesó la profecía. Su primer gran florecimiento se produjo durante la crisis de la fe judía a mediados del s.II, bajo Antíoco Epífanes, cuando el género apocalíptico fue adoptado como el vehículo literario del movimiento asídico, que preconizaba el arrepentimiento nacional, la oposición irreductible a la helenización, y una fe escatológica en la inminente intervención de Dios en pro de su pueblo. A partir de entonces, lo apocalíptico probablemente caracterizó a diversos grupos dentro del judaísmo, incluyendo los esenios, los fariseos, los zelotes y los cristianos judíos. El género apocalíptico floreció especialmente en épocas de crisis nacional, y los últimos grandes apocalipsis escatológicos judíos provienen del período entre la caída de Jerusalén en el 70 d.C. y el fracaso de la revuelta de Barcoquebá.
Se ha debatido mucho la cuestión de la relación entre la apocalíptica y el NT. Hay pasajes que recuerdan fuertemente los apocalipsis judíos, tanto en forma como en contenido. Pero aún haciendo abstracción de estos pasajes apocalípticos, resulta claro que Jesús y la iglesia primitiva le debían mucho a la escuela apocalíptica, como lo evidencia su uso de conceptos apocalípticos tales como la resurrección, las dos eras, el Hijo del Hombre, el período de tribulación, el reino de Dios.
Por otra parte, la orientación puramente futurista de la literatura apocalíptica judía se modifica en el NT por la convicción de que ya ha comenzado el cumplimiento escatológico en el hecho de Jesucristo. Los cristianos viven el “ya” y el “todavía no”. De esta manera se sustituye la tendencia apocalíptica a valorar negativamente la historia actual por la convicción de que ya está obrando el propósito redentor de Dios dentro de la historia de la era presente.
Más aun la apocalíptica neotestamentaria es cristocéntrica. Ya se ha producido el acto decisivo de salvación escatológica divina en la historia de Jesús quien, por lo tanto, constituye también el centro de la esperanza futura de los cristianos. Para los escritores del NT, la apocalíptica se convierte en el medio para declarar la significación de Jesucristo para el destino del mundo.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Apocalipsis 1:9-20

“Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero de la tribulación, del reino y de la paciencia, en Jesús. Yo me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía: "Lo que veas escríbelo en un libro y envíalo a las siete Iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea". Me volví a ver qué voz era la que me hablaba y al volverme, vi siete candeleros de oro, y en medio de los candeleros como a un Hijo de hombre, vestido de una túnica talar, ceñido al talle con un ceñidor de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego; sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como voz de grandes aguas. Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza.
Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Él puso su mano derecha sobre mí diciendo: "No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades. Escribe, pues, lo que has visto: lo que ya es y lo que va a suceder más tarde. La explicación del misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro es ésta: las siete estrellas son los Ángeles de las siete Iglesias, y los siete candeleros son las siete Iglesias.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Ser hermanos y compañeros de la tribulación, esto es aflicción, del reino y de la paciencia. ¿Qué pensás de esto?
Tal vez puedas entender cuando se habla de compañeros o hermanos en la aflicción, y tal vez tengas algunos compañeros con quienes compartir tus dolores, desazones y fracasos.
Tal vez, el ser compañeros o hermanos del reino, pensando en esto de ser cristianos y cristianas, formamos parte del Reino de Dios, aunque tal vez no lleguemos a comprender la dimensión de este hecho.
Pero cuando hablamos de paciencia… seguramente coincidís conmigo que no vivimos en un mundo en donde abunde la paciencia, todos andamos demasiado nerviosos y exaltados. Pero ¿sabías que vivimos en el tiempo de la paciencia de Dios? ¿en el tiempo de la oportunidad?
Este libro que acabás de escuchar, el Apocalipsis, en donde, como habrás percibido, aparecen imágenes muy raras, que en realidad son simbólicas, nos habla justamente del hecho de que vivimos un tiempo en donde tenemos la oportunidad de dar testimonio de Cristo en medio del caos y la oscuridad, vivimos en un tiempo propicio para, a través de nuestra forma de actuar, dar a conocer a Jesucristo, el tiempo es ahora, porque después, cuando vuelva en toda su gloria, también llegará el juicio.
Pero no debemos vivir mirando el juicio, sino más bien aprovechando a dar testimonio de Jesús. Vivimos el tiempo de la paciencia de Dios, ese tiempo en donde todavía podemos equivocarnos y arrepentirnos y volver al camino de Jesús. Vivimos un tiempo de oportunidad, un tiempo en donde Dios nos ama y nos acepta tal cual somos, con todas nuestras limitaciones, en donde espera que con eso, con lo que somos, busquemos aferrarnos a Jesús.
¿No te parece hermoso? ¡Qué lindo que es que alguien te tenga paciencia y espere tus tiempos y tus ritmos!
De esa misma manera Dios espera también que nos tratemos entre nosotros: con paciencia, amor, comprensión, aceptación, como compañeros y hermanos que formamos parte de la gran familia de Dios que ha formado a partir de la muerte y resurrección de Jesús.
El acompañamiento mutuo, el estar en el mismo bando en el mismo reino, el soportarnos en el amor, en la paciencia, imitando a Dios, es lo que Él espera de nosotros, y lo que a nosotros, a vos y a mí, nos hace bien y nos permite cambiar el mundo, este mundo en donde el acompañarse y tenerse paciencia no es la moneda más corriente. Amén.

Querido Dios, ayudame a mejorarme, ayudame a tener paciencia con mis hermanas y hermanos, pero también con los acontecimientos, con la vida, con mi vida. A veces vivo apurada, queriendo vivir el mañana hoy, ¿por qué soy tan ansiosa? ¿por qué no le doy a cada persona, a cada momento, a cada proceso, a mí misma el tiempo que necesitan? Ayudame, querido Señor, hacé de mí una persona más parecida a vos. Te lo pido en tu nombre y en el de tu amado hijo Jesús y en el del Espíritu Santo. Amén.

sábado, 3 de abril de 2010

4 de Abril – Pascua

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 118

“¡Aleluya!
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!

¡Diga la casa de Israel:
que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón:
que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a mi Señor:
que es eterno su amor!

En mi angustia hacia mi Señor grité,
él me respondió y me dio respiro;
mi Señor está por mí, no tengo miedo,
¿qué puede hacerme el ser humano?
Mi Señor está por mí, entre los que me ayudan,
y yo desafío a los que me odian.

Mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en ser humano;
mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en magnates.

Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de mi Señor los desuní;
me rodeaban, me acorralaban:
en el nombre de mi Señor los desuní.

Me rodeaban como avispas,
llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de mi Señor los desuní.

Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero mi Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es mi Señor,
él ha sido para mí la salvación.

Clamor de júbilo y salvación,
en las tiendas de los justos:
"¡La diestra de mi Señor hace hazañas,
excelsa la diestra de mi Señor,
la diestra de mi Señor hace hazañas!"

No, no he de morir, que viviré,
y contaré las obras de mi Señor;
me castigó, me castigó mi Señor,
pero a la muerte no me entregó.

¡Ábranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a mi Señor!
Aquí está la puerta de mi Señor,
por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.

La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de mi Señor,
una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que mi Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!

¡Ah, mi Señor, da la salvación!
¡Ah, mi Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la Casa de mi Señor los bendecimos.
Mi Señor es Dios, él nos ilumina.

¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!

Tú eres mi Dios, yo te doy gracias,
Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!” Amén.
Curiosidades

¿Cómo era el ritual de sepultura en los tiempos de Jesús?

Tabita fue lavada y colocada en una habitación en el piso alto. Los brazos y las piernas de Lázaro y de Jesús fueron envueltos con vendas de lienzo impregnadas con perfumes aromáticos, y alrededor de la cabeza les envolvieron otro trozo de lienzo. El que los judíos adoptaron el latín sudarium, que significa pañuelo o servilleta, para describir al “turbante” resulta evidente por el uso juanino y por el sudarim misnaico, que lo definen como “una bufanda envuelta alrededor de la cabeza, que cuelga sobre el cuello”. Debemos suponer también que se vestía el cuerpo; tal vez el singular sindon indique una camisa de lienzo. Se sabe que la práctica normal del s.I el cuerpo se ungía inmediatamente, y se ataba el mentón “no para elevarlo, sino para que no se hunda más”; de la misma manera se describe una inmediata ligadura de las mandíbulas, lo cual indica la función del sudarium. Jesús reconoció una anticipación de las costumbres mortuorias normales entre los judíos cuando fueron ungidos sus pies o su cabeza en Betania; pero los preparativos de las mujeres para ungirlo se vieron frustrados.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 24:1-12

El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden cómo les habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. " Y ellas recordaron sus palabras.Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Jesús eligió a las mujeres para que fueran las primeras en enterarse de su resurrección. Esas mujeres que lo acompañaron todo el tiempo, desde lejos, las mismas que estuvieron bajo la cruz, llorando…
Esas mujeres que querían sepultarlo con los honores que merecía su maestro, ese hombre que tantas cosas les había enseñado, que las había incluido en su grupo, sin hacer diferencias, sino como a iguales.
Sí, eligió a las mujeres como las primeras en anunciar la gran noticia y lo que es el sustento de la fe de los cristianos: la resurrección del Señor. Mujeres que no podían ser testigos ante la Ley judía, eran testigos de que Jesús había cumplido su promesa de derrotar a la muerte.
Así, Jesús quiso reivindicar a la mujer, volverla al lugar que tuvo desde la creación: compañera del hombre, carne de su carne y hueso de sus huesos, aquella que llenó de alegría a Adán, aquella, creada a imagen y semejanza de Dios, aquella, discriminada, abusada y menospreciada hasta en lo más maravilloso de la creación de Dios: el poder de engendrar vida dentro de su vientre, de alimentar a través de su propio cuerpo…
Pero todo eso no sirvió de nada… siglos y siglos después, las mujeres seguimos siendo discriminadas, relegadas, despreciadas y abusadas de muchas maneras. Siglos y siglos de cristianismo, de la Iglesia predica acerca del lugar de la mujer como un escalafón más bajo que el hombre, miles y miles de cristianos que todavía nos consideran impuras, tentadoras y buenas para manejar el trapo y la olla.
Y no es casual, porque en este mundo dirigido por los hombre, en donde las mujeres que asumen cargos de poder repiten el modelo machista, sentándose sobre los que están debajo de ella, no permitiendo que como mujer, imponga otro modelo, más integrador, más armónico.
Algunas cosas han cambiado, es verdad… pero todavía no hemos comprendido ni las propias mujeres qué es lo que Dios espera de nosotras, ni qué es lo que Jesús nos quiso decir cuando nos eligió como las que tuvimos el privilegio de descubrir la tumba vacía.
No se trata de puja de poder, se trata de un cambio de modelo en todos los aspectos. Se trata de una sociedad más inclusiva, más justa, más misericordiosa, en donde no es el fuerte que se impone sino que cada cual pueda desarrollarse como persona, se trata de dignificar a todas las personas, de aprovechar las diferencias para el crecimiento.
A las mujeres que descubrieron el sepulcro vacío, a las mujeres que anunciaron que el Señor había resucitado, les costó mucho ser aceptadas como a iguales (la envidia siempre hace sus cositas) pero hoy el mundo habla acerca de la muerte y resurrección de Jesucristo… por lo que trascendió. Animémonos también hoy, amigas, a anunciar que a partir de Jesús podemos ser herramientas transformadoras de nuestra sociedad. Amén.

Querido Jesús, ¡cómo me gustaría haber sido una de esas mujeres! Siempre me imagino caminando con los perfumes, de mañana muy temprano… quiero ser tu discípula y a pesar del miedo, animarme a contar tu obra maravillosa de redención. Dame la fortaleza y la alegría necesaria para emprender esta difícil tarea en un mundo que te necesita, pero no quiere saber de vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Espíritu Santo, que junto a vos, reinan por toda la eternidad. Amén.