sábado, 27 de agosto de 2016

28 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 68 (1-19)

“¡Levántese Dios, sus enemigos se dispersen,
huyan ante su faz los que lo odian!
Cual se disipa el humo, los disipas;
como la cera se derrite al fuego,
mueren los incrédulos ante Dios.

Mas los justos se alegran y exultan
ante la faz de Dios, y saltan de alegría.
Canten a Dios, entonen a su nombre,
abran paso al que cabalga en las nubes,
alégrense en mi Señor, exulten ante su rostro.

Padre de los huérfanos y tutor de las viudas
es Dios en su santo refugio;
Dios da a los desvalidos el hospedaje de una casa,
abre a los cautivos la puerta de la dicha,
mas los rebeldes quedan en un suelo ardiente.

Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo,
cuando pasabas el desierto, la tierra retembló,
y hasta los cielos se disolvieron ante la faz de Dios,
ante la faz de Dios, el Dios de Israel.

Tú derramaste, oh Dios, una lluvia de generosidades,
a tu propiedad debilitada, tú la reanimaste;
tu rebaño encontró un hogar, aquella
que en tu bondad, oh Dios, al desdichado preparabas.

El Señor da la palabra:
es el anuncio de un ejército inmenso.
Y mientras los reyes, los ejércitos huyen, huyen,
la bella de la casa reparte el botín.

Mientras ustedes descansan entre los muros del refugio,
las alas de la Paloma se cubren de plata,
y sus plumas de destellos de oro verde;
cuando Sadday dispersa a los reyes,
por ella cae la nieve en el Monte Umbrío.

¡Monte de Dios, el monte de Basán!
¡Monte escarpado, el monte de Basán!
¿Por qué miran celosos, montes escarpados,
al monte que Dios eligió por mansión?
¡Oh sí, mi Señor vivirá allí para siempre!

Los carros de Dios, por millares de multitudes;
el Señor ha venido del Sinaí al santuario.
Tú has subido a la altura, conduciendo cautivos,
has recibido tributo de hombres, hasta los rebeldes
para que mi Señor Dios tuviera un hogar.

¡Bendito sea el Señor día tras día!
El carga con nosotros, Dios de nuestra salvación.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es el Credo Cristiano?

La Iglesia cristiana nació en el seno del pueblo judío, con la misma fe en Dios, y con las mismas Sagradas Escrituras. Lo nuevo que la fe cristiana trajo consigo, está comprendido en el nombre Jesucristo.
Por esto, el primer credo cristiano fue un credo acerca de Jesucristo, o sea, sólo el 2° artículo: Jesús es el Cristo, el enviado de Dios; Jesucristo es el Señor (Marcos 8:29; Filipenses 2.11; Hechos 17:3).
Desde que los primeros cristianos fueron a todo el mundo como mensajeros de su Señor, se les impuso la necesidad de explicar a las naciones paganas con sus muchos dioses, quien es el único y verdadero Dios y Señor. De esta manera se agregó al artículo de Jesucristo el primero: de Dios, el Padre (Hechos 17:24; 1 Corintios 8:4).
Los apóstoles, al cumplir su misión universal de predicar acerca de Dios y de Jesucristo, de sus palabras y sus obras, de su muerte y su resurrección, querían que la gente obtenga y conserve la fe en Jesucristo, el Señor glorificado. Así fue que se añadió a los artículos de Jesucristo y de Dios, el tercero, del Espíritu Santo y su obra, pues la fe y la congregación son sus obras (Hechos2:38, 1 Corintios 12:3).
De tal modo encontramos en el Nuevo Testamento las raíces de nuestro CREDO (2 Corintios13:13; Mateo 28:19). La formulación clara de la fe cristiana en el Dios Trino  (la Trinidad) surgió en una época posterior y debido a un motivo concreto.
Marción, un cristiano culto y conocedor del mundo por sus muchos viajes quiso fundar una religión universal nueva por medio de la combinación de pensamientos tomados del cristianismo y del paganismo; en cambio rechazó rotundamente el Antiguo Testamento. Por este motivo, los cristianos fueron obligados a reflexionar. Ellos tuvieron que responder a las preguntas; ¿Cuál es la verdadera  fe  en Jesucristo? y ¿Cuáles son los libros considerados como testimonio auténtico para la verdadera fe en Jesucristo?
De la pregunta por la verdadera  fe, surgió como resumen de la doctrina cristiana el "CREDO ROMANO" alrededor del año 150. Éste es la base de nuestro "CREDO APOSTOLICO". Mayor divulgación entre los cristianos lo tuvo, sin embargo, la confesión de fe de NICEA del año 325. Este credo tiene, en nuestra Iglesia Evangélica, su lugar en los cultos especiales.
De la segunda pregunta surgió el CANON de los libros del Nuevo Testamento; es decir, la compilación de todos los libros apostólicos que son fundamentales para la fe cristiana.
El camino hacia la unidad en cuanto a la Biblia y al Credo fue largo y penoso, colmado de controversias y discusiones respecto a algunos libros bíblicos (Hebreos, Apocalipsis) y hasta por palabras del Credo. Algunas iglesias regionales quedaron excluidas, por lo cual la unidad nunca fue completa. El Credo de ninguna manera puede garantizar la unidad de la Iglesia y menos todavía la pureza de la fe. Por ejemplo: Aquellas doctrinas de la Iglesia Católica Romana que nos separan de ella no se encuentran fundamentadas en las confesiones de fe de la Iglesia Primitiva.
Con la Biblia y el Credo se indica más bien la dirección que ha de tomar la Iglesia en su camino de obediencia, de servicio y de testimonio. Por ello, la antigua confesión de fe ha de ser actualizada siempre de nuevo: debe ser expresada para nuestra época y con nuestras palabras. Así lo hicieron en Alemania: La Iglesia Luterana durante la época de la Reforma, dando origen a la "Confesión de Augsburgo" (1530) y, en nuestro siglo, la Iglesia Evangélica con su "Declaración de Barmen"(1934).
 “Escudo de la Fe” – Manual para el curso de confirmación - Con ligeras actualizaciones, a partir de la de la 5ta. edición en castellano, revisada y ampliada de 1980 -  IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA -  Realizado en la Parroquia Norte-Bovril en 2004, para su uso interno, pág.45-46

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 14:1-14

Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de él, un hombre. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: ‘¿Es legítimo curar en sábado, o no?’ Pero ellos se callaron. Entonces lo tomó, lo curó, y lo despidió. Y a ellos les dijo: ‘¿A quién de ustedes se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?’ Y no pudieron replicar a esto.
Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: ‘Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba.’ Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se elogie, será humillado; y el que se humille, será ponderado.’
Dijo también al que lo había invitado: ‘Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los rengos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Definitivamente Jesús vino a romper las reglas de su tiempo, pero también del nuestro. Cuando leemos los evangelios nos encontramos con críticas a la religión judía y a sus líderes religiosos. Jesús señala el exceso de legalismo que llevan adelante, cuestionando el sábado, como día de reposo. También pone el dedo en lo protocolar, de los lugares que corresponde a cada cual en una fiesta, según su lugar en la sociedad y con respecto a la persona que realiza la fiesta, por ejemplo. Y finalmente pone en evidencia algo tan propio incluso de este tiempo, que es la devolución de gentileza: invito y me invitan.
De alguna manera lo que busca poner en el tapete es la relación entre Dios y los seres humanos, y nuestra imposibilidad de devolver a Dios por su infinita superioridad sobre nosotros.
Esto es claro y obvio. El punto es que Jesús interpela a la gente de su tiempo, y a nosotros también, preguntando ¿dónde está la diferencia entre los que son creen en Dios y los que no?
Si anteponemos las “leyes” religiosas, los reglamentos eclesiásticos, a la necesidad de la persona, si esperamos ser reconocidos públicamente como modelos a seguir, si sólo damos a quienes nos pueden devolver, sea favor, dinero, invitación, regalo, y demás ¿dónde está la diferencia?
Si bien Jesús habla de una recompensa dada por Dios, no es eso lo más importante, sino el estilo de vida que llevamos como seguidores de Jesús, la autenticidad que tienen nuestras actitudes o palabras. Porque la elasticidad o apertura de pensamiento, la humildad y la generosidad nacen del amor a Dios y de la fe en Él, sino nuevamente no pasa de ser una forma, una vida en la hipocresía.
Es difícil vivir una vida fuera de los parámetros con los que se maneja nuestra sociedad, de la que formamos parte y que se permea constantemente en nosotros. También somos parte de esa construcción social. Pero Jesús una y otra vez nos llama a ser diferentes, a marcar la diferencia que nos toca como sus seguidores.
Seguramente para muchas personas seremos tontos o ingenuos, seguramente se burlarán de nosotros y nos engañarán, pero es problema del otro.
Hace varios meses atrás salió en las noticias de un empresario de origen turco, que construyó una empresa de lácteos en los Estados Unidos que tuvo mucho éxito, regaló a todos sus empleados el 10% de sus acciones como un reconocimiento al trabajo diarios de esas personas. De eso es que te estoy hablando, de animarte y animarnos a hacer la diferencia, de ser generosos aún sin esperar ni recompensa ni reconocimiento. Amén.

Querido Jesús, vos me mostraste en tu vida en la tierra como ser una persona íntegra, coherente en palabras y hechos. Ayudame a seguirte en ese camino, a ser generosa y humilde. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 19 de agosto de 2016

21 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 117

“¡Aleluya!
¡Alaben a mi Señor, todas las naciones,
celébrenle, pueblos todos!
Porque es fuerte su amor hacia nosotros,
la verdad de mi Señor dura por siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es un sacramento y por qué los evangélicos protestantes sólo tenemos dos?
Los Sacramentos son actos litúrgicos que las congregaciones realizan en el nombre de su Señor. La Iglesia Católica Romana conoce siete Sacramentos; la Iglesia Evangélica reconoce solamente dos: el Bautismo y la Santa Cena. Por razones bíblicas para nosotros los cinco restantes carecen de este especial valor. Son ellos: la confirmación, la confesión, el sacramento del matrimonio, la ordenación al sacerdocio, y la extremaunción.
La palabra Sacramento significa tanto como "compromiso"; ambos Sacramentos se relacionan con el pacto de Dios en Jesucristo. Nos recuerdan el perdón de los pecados obtenido por la muerte de Jesucristo.
El Bautismo y la Santa Cena recibieron el nombre de Sacramentos porque el Señor mismo ordenó practicarlos y los dejó a su Iglesia. Por eso se pronuncian las palabras de institución en cada Bautismo y Santa Cena.
Ambos Sacramentos tienen una señal visible, el agua en el Bautismo, y pan y vino en la Santa Cena. Por eso se dice a menudo que los Sacramentos son la visible Palabra de Dios. No nos dicen más que lo que expresa la Biblia, sólo cambian el modo de decirlo.
La Palabra de Dios vertida en la Biblia tiene vigencia para toda la gente en todos los tiempos. La Palabra de Dios manifestada en el Sacramento, en cambio, vale individualmente para el que lo recibe. El Bautismo testimonia nuestra inclusión en el pacto de gracia divino. La Santa Cena testifica nuestra permanencia en este pacto de amor.
Por eso, los Sacramentos son para nosotros los signos del amor de Dios; nos permiten participar en las promesas divinas, aunque sin nuestra fe carecen de valor.
Por el Bautismo fue colocada nuestra vida en el sendero de Dios. La Santa Cena nos ayuda a transitar por esta senda.
“Escudo de la Fe” – Manual para el curso de confirmación - Con ligeras actualizaciones, a partir de la de la 5ta. edición en castellano, revisada y ampliada de 1980 -  IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA -  Realizado en la Parroquia Norte-Bovril en 2004, para su uso interno, pág.38 y 39

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 13:22-30

“Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: ‘Señor, ¿son pocos los que se salvan?’ El les dijo:
‘Luchen por entrar por la puerta estrecha, porque, les digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
‘Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, se pondrán los que estén fuera a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Y les responderá: ‘No sé de dónde son.’ Entonces empezarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas’; y les volverá a decir: ‘No sé de dónde son ¡Retírense de mí, todos los agentes de injusticia!’
‘Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a ustedes los echan fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
‘Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos’.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las cosas que no nos permiten vivir una vida en la fe es el orgullo, es estar llenos de nosotros mismos, es creer que puedo todo lo que me propongo.
Siempre me sorprendo al entrar en una librería que las primeras mesas con la que uno se encuentra son de libros de autoayuda “tú puedes”. Ahí podemos encontrar fórmulas mágicas para el éxito en la vida.
También me sorprende cómo tantas personas están fascinadas con individuos que dan charlas sobre la vida, llenan auditorios, y lo que ofrecen se parecen más a charlas de sobremesa, sin querer menospreciar este espacio familiar y de amigos. A lo que me refiero es que muchas veces no tienen mayor preparación, más bien solo una cara muy dura.
Y la gente repite sus frases, que son trilladas, sin profundidad, y que sólo llevan a una vida para sí mismos, egoísta, protegiéndose de todo dolor, de todo problema, o mala onda o vibra, como dicen hoy día.
Es el discurso apropiado para este tiempo, para una sociedad de consumo y de individualismo, del sálvese quien pueda. No necesito de nadie, yo puedo sola, nadie necesita de nadie, cada cual que se arregle.
Esto es lo que ha llevado al mundo a la situación en la que vivimos: guerra, violencia, explotación y un sistema socioeconómico que nos está destruyendo como humanidad y como planeta. Países poderosos que extraen sin compasión todo lo posible de otros, dejando como consecuencia a millones de personas en la indigencia, en el hambre más extremo. Una naturaleza “que gime”: minería a cielo abierto, fracking, basura radioactiva, río contaminados, mega represas, desertificación por la deforestación, y así podríamos seguir… todo consecuencia de esta vida para nosotros mismos y un endiosamiento del ser humano que una y otra vez vuelve a sentirse Dios o querer ser como Dios... el orgullo… y volvemos al principio, allá en el Edén, con el árbol y la serpiente.
Y en medio de toso esto, Jesús alertando, llamándonos la atención diciendo: “por ahí no es que va la cosa, la onda es entrar por la puerta angosta, no por la grande, la principal”, la onda es una vida en la humildad, en la conciencia de que si no nos salvamos todos juntos vamos a destruir todo esto que Dios nos ha dado para que cuidemos, no para que lo reventemos. Y que si se termina el mundo, nosotros también.
La onda es que nos demos cuenta de nuestra fragilidad, de nuestras limitaciones y que la vida es más vida cuando la construimos juntos, en la conciencia de que estamos en las manos de Dios. Entrar por la puerta angosta, la que me exige que suelte lo que creo que me va a salvar, lo material a lo que tanto me aferro, y entre solo yo, con lo que soy, con lo que Dios me ha dado, mi humanidad.
Si “son pocos los que se salvan” no es el tema, sino luchar por entrar por la puerta angosta, dejando de abrazar lo material para abrazar a nuestros hermanos y hermanas, a la humanidad que necesita que a través de nosotros, seguidores de Cristo, el amor de Dios de haga concreto. Amén.

Querido Jesús, ayudame a percibir la urgencia de este tiempo, el tiempo de la oportunidad. No permitas que me duerma en el letargo o que me deje atrapar por la corriente de esta sociedad materialista e individualista que hemos construido como humanidad. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 12 de agosto de 2016

14 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 40 (1-4.9-10.13-17)

“En mi Señor puse toda mi esperanza,
él se inclinó hacia mí
y escuchó mi clamor.

Me sacó de la fosa fatal,
del barro cenagoso;
asentó mis pies sobre la roca,
consolidó mis pasos.

Puso en mi boca un canto nuevo,
una alabanza a nuestro Dios;
muchos verán y temerán,
y en mi Señor tendrán confianza.

Dichoso el hombre aquel
que en mi Señor pone su confianza,
y no se va con los rebeldes,
que andan tras la mentira…

…He publicado la justicia
en la gran asamblea;
mira, no he contenido mis labios,
tú lo sabes, mi Señor.

No he escondido tu justicia en el fondo de mi corazón,
he proclamado tu lealtad, tu salvación,
no he ocultado tu amor y tu verdad
a la gran asamblea…

…¡Dígnate, oh mi Señor, librarme,
mi Señor, corre en mi ayuda!
¡Queden avergonzados y confusos todos juntos
los que buscan mi vida para cortarla!

¡Atrás, sean confundidos
los que desean mi mal!
Queden desesperados de vergüenza
los que dicen contra mí: ‘¡Ja, Ja!’

¡En ti se gocen y se alegren
todos los que te buscan!
Repitan sin cesar: ‘¡Grande es mi Señor!’,
los que aman tu salvación.

Y yo, pobre soy y desdichado,
pero el Señor piensa en mí;
tú, mi socorro y mi libertador,
oh Dios mío, no tardes.”  Amén.

Curiosidades

¿Qué es el Catecismo de Heidelberg?

Este catecismo toma su nombre de la ciudad alemana homónima de Heidelberg. Fue publicado allí en 1563 y estaba destinado en un principio a servir como manual para la enseñanza de la fe cristiana en la Iglesia Evangélica del Palatinado. Fueron sus autores discípulos de Felipe Melanchthon, quien era amigo y colaborador de Martín Lutero en Wittenberg. Ellos, sin embargo, se habían familiarizado con el cristianismo evangélico a través de las enseñanzas de Juan Calvino, quien había introducido la reforma en la ciudad suiza de Ginebra, ejerciendo desde allí una influencia decisiva sobre la formación de las iglesias reformadas.
De ahí que el Catecismo de Heidelberg se identifica en sus puntos principales con las enseñanzas de Calvino, y hallo rápidamente amplia difusión en numerosas iglesias reformadas, sobre todo en Alemania y en los Países Bajos. Se transformo así en uno de los más importantes libros de doctrina cristiana para las iglesias evangélicas reformadas.
Desarrolla sus enseñanzas  siguiendo el método interrogativo mediante 129 preguntas y respuestas. De entre éstas fue tomada la selección que se presenta a continuación. A diferencia del Catecismo Menor de Lutero, el Catecismo de Heidelberg expone los Diez Mandamientos según la versión bíblica, tal como figuran en Éxodo 20:1-1S. Como dicho pasaje bíblico contiene la prohibición de hacerse imágenes, ésta figura como segundo mandamiento, mientras que los dos mandamientos finales que prohíben codiciar son reunidos en el décimo mandamiento. Es por ello que no coincide la enumeración de los mandamientos en los dos catecismos.
“Escudo de la Fe” – Manual para el curso de confirmación - Con ligeras actualizaciones, a partir de la de la 5ta. edición en castellano, revisada y ampliada de 1980 -  IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA -  Realizado en la Parroquia Norte-Bovril en 2004, para su uso interno, pág.14

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 12:49-56

"He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!
‘¿Creen que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, se los aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.’
Decía también a la gente: ‘Cuando vean una nube que se levanta en el occidente, al momento dicen: ‘Va a llover’, y así sucede. Y cuando sopla el sur, dicen: ‘Viene el calor’, y así sucede. ¡Hipócritas! Saben explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploran, pues, este tiempo?” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Qué está en primer lugar, la familia o la fe? ¿el amor a Dios o a nuestros padres, hijos, hijas, nuera?
He visto familias divididas por la fe. Miembros de la familia atrapadas por una comunidad de fe que los enfrentan entre sí justificados por este versículo bíblico tan duro. Estas palabras de Jesús que nos sorprenden en realidad.
Una de las amigas de toda la vida de mi hija, de adolescente fue llevada por su madre a un grupo religioso extremista, que no permite que sus miembros se relaciones con personas de “afuera”. A raíz de una situación muy dramática que como familia atravesaron. Por eso dejamos de tener relación con ellas.
Pasaron los años y mi hija se reencuentra con ella a través del facebook. Ahí se entera que ella pertenece a ese grupo… pero deciden verse, encontrarse.
En ese tiempo ella está viviendo el gran dilema: salir de ese grupo religioso… pero sabe que hacerlo la separará de su madre, su hermano, algunos miembros de su familia, y todos sus amigos. Porque no se le había permitido cultivar amistades fuera del grupo. Una decisión muy difícil.
Hoy ya no pertenece al grupo religioso, pero su mamá y su hermano no le hablan. Amigos y familiares le dan vuelta la cara si la cruzan en algún lugar…
¿Es de esto que Jesús nos habla hoy?
¡De ninguna manera!
Es una forma muy cruda de decir que la fe es personal. Yo no puedo, aunque lo desee de todo corazón, aunque quiera obligar a la fuerza, hacer que mi hijo, mi madre, mi padre, o cualquier otra persona tenga fe. Y en eso habrá división, porque la fe nos cambia la perspectiva de la vida, nuestras prioridades son diferentes, los valores son diferentes, las actividades a las que vamos son diferentes… pero el trato siempre debe ser en el respeto y en el amor.
¿Cómo quien sigue el mandato del amor al prójimo, incluso a los enemigos, va a odiar a su familia?
¡De ninguna manera!
Pero una cosa es cierta, cuando toda una familia comparte una misma fe, la armonía y la paz que ahí se encuentra, es especial. Pero sólo Dios es quien permite que sea de esa manera. Amén.

Querido Jesús, sé que no es posible infundir la fe en las personas que amo, pero sí orar por ellas. Hoy te pido que las toques con tu espíritu para que compartamos nuestra fe en vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 5 de agosto de 2016

7 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 33

“¡Griten de júbilo, justos, por mi Señor!,
de los rectos es propia la alabanza;
¡den gracias a mi Señor con la cítara,
entonen para él al arpa de diez cuerdas;
cántenle un canto nuevo,
toquen la mejor música en la aclamación!

Pues recta es la palabra de mi Señor,
toda su obra fundada en la verdad;
él ama la justicia y el derecho,
del amor de mi Señor está llena la tierra.

Por la palabra de mi Señor fueron hechos los cielos
por el soplo de su boca toda su tropa.
El recoge, como un dique, las aguas del mar,
en depósitos pone los abismos.

¡Tema a mi Señor la tierra entera,
ante él tiemblen todos los que habitan el orbe!
Pues él habló y fue así,
mandó él y se hizo.

Mi Señor frustra el plan de las naciones,
hace vanos los proyectos de los pueblos;
mas el plan de mi Señor perdura para siempre,
los proyectos de su corazón por todas las edades.
¡Feliz la nación cuyo Dios es mi Señor,
el pueblo que se escogió por posesión!

Mi Señor mira de lo alto de los cielos,
ve a todos los hijos de Adán;
desde el lugar de su residencia observa
a todos los habitantes de la tierra,
él, que forma el corazón de cada uno,
y repara en todas sus acciones.

No queda a salvo el rey por su gran ejército,
ni el bravo inmune por su enorme fuerza.
Vana cosa el caballo para la victoria,
ni con todo su vigor puede salvar.

Los ojos de mi Señor están sobre quienes le temen,
sobre los que esperan en su amor,
para librar su alma de la muerte,
y sostener su vida en la penuria.

Nuestra alma en mi Señor espera,
él es nuestro socorro y nuestro escudo;
en él se alegra nuestro corazón,
y en su santo nombre confiamos.
Sea tu amor, mi Señor, sobre nosotros,
como está en ti nuestra esperanza.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es un catecismo?

La palabra Catecismo significa: libro de enseñanza, así que el catecismo se entiende como manual para la instrucción en la fe cristiana.
En el transcurso de la historia cristiana hubo muchos de estos catecismos: por ejemplo el “Catecismo Romano” de la Iglesia Católica, el "Catecismo de Heidelberg" difundido en la Iglesia  Reformada, o el "Catecismo de Ginebra" redactado por el reformador Juan Calvino; especialmente nos interesan el "Catecismo  Mayor" y el "Menor" del Dr. Martín Lutero.
Todos estos catecismos pertenecen a la época de la Reforma del siglo XVI. desde entonces, el ser humano y el mundo en que él vive, han sufrido profundos cambios. Por eso se han publicado en los últimos decenios, nuevos catecismos. Estos explican la doctrina cristiana en un lenguaje de nuestra época. Se destaca de entre ellos el renombrado "Catecismo Holandés", que es producción del obispado católico-romano de los Países Bajos, y está inspirado en el Concilio Vaticano II. Este catecismo que también en nuestra iglesia evangélica llamo la atención, ya no es un manual para los niños. Es un libro voluminoso que se dirige a los adultos, más bien como "mensaje  de fe".
Martín Lutero publicó sus dos catecismos en un mismo año, el 1529. El reformador se había dado cuenta de que los evangélicos del país de la Reforma prácticamente vivían ajenos al evangelio y sin la fe auténtica.
De la doctrina cristiana eligió cinco temas principales, que ya eran conocidos entre la feligresía a través de los cultos dominicales. Los explico con palabras corrientes, para que los creyentes puedan entender lo que se solía rezar allí.
El "Catecismo Menor" es un folleto dedicado a los maestros de escuela y a los padres de familia, para que estos adoctrinen a las personas, especialmente a los niños. Contiene preguntas y respuestas didácticas para estudiar de memoria. El "Catecismo Mayor" ya es un pequeño libro que tiene por objeto fortalecer la fe evangélica de los pastores y maestros.
El catecismo no sustituye la Biblia. Más bien es como una brújula que indica el camino correcto; es como una llave a la Biblia, para que ésta se transforme en la puerta que da paso a la fe en Jesucristo, nuestro Señor.
“Escudo de la Fe” – Manual para el curso de confirmación - Con ligeras actualizaciones, a partir de la de la 5ta. edición en castellano, revisada y ampliada de 1980 -  IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA -  Realizado en la Parroquia Norte-Bovril en 2004, para su uso interno, pág.3

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 12:32-48

"No temas, pequeño rebaño, porque a su Padre le ha parecido bien darles a ustedes el Reino.
‘Vendan sus bienes y den limosna. Háganse bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón.
‘Estén preparados y las lámparas encendidas, y sean como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo les aseguro que se apretará las ropas, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le perforasen su casa. También ustedes estén preparados, porque en el momento que no piensan, vendrá el Hijo del hombre.’
Dijo Pedro: ‘Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?’
Respondió el Señor: "¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su cantidad conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad les digo que lo pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, lo separará y lo señalará su suerte entre los infieles.
‘Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Mi madre era una mujer muy justa. De pequeña aprendí mi responsabilidad de mis actos y decisiones… sobre todo en las travesuras…
No era severa, era comprensiva a la hora de hacer una macana por desconocimiento. Ella decía que nadie nace sabiendo y equivocarse es humano. Yo me sentía segura y personada ante mis errores en cuanto estaba aprendiendo algo.
Pero también tenía muy claro que cuando hacía una macana, se me rompía algo o me fallaban los cálculos en algo que estaba haciendo, lo más importante, y cuanto antes, era contarlo, mostrarle lo que pasó, explicarle la situación. Ella premiaba estimulando el asumir la responsabilidad. Consideraba un valor asumir la culpa, decir: me pasó esto, no quise hacer daño.
Ahora, si al mandarme una macana, me escondía, desaparecía las pruebas o la negaba… ¡mamita querida! Se armaba el tole tole. Ella no soportaba la mentira, el que no me hiciera cargo de mi responsabilidad. En eso era implacable. Y por eso la respetábamos y le temíamos.
Pero ella era igual consigo misma. Ella era una persona íntegra, coherente.
Recuerdo una vez, que por mi culpa rompimos una de sus plantas en la sala. Corríamos con mi hermana sobre el escritorio de mi papá para sentarnos sobre una banqueta de tres patas… y por supuesto, una de las veces que las dos nos sentamos sobre ella a toda velocidad, caímos sobre la planta.
Mi reacción fue inmediatamente mostrarle a mamá lo que había pasado. Prefería que la viera desde ese mismo momento a que la descubriera más tarde. Mi hermana, dos años mayor que yo, fue corriendo a esconderse debajo de la cama de mis padres. Cuando mi mamá me preguntó por ella, le mostré donde se había escondido. Mi mamá la tomó de una de sus piernas y la sacó rápidamente… ¡y muy enojada! No por la planta, sino por la actitud de mi hermana.
De alguna manera resume lo que el evangelio de hoy nos dice acerca de Dios. Cada uno tiene la responsabilidad según lo que conoce y lo que sabe. Por eso Dios exige más a quien más conocimiento tiene y más responsabilidad tiene. Si conozco el mensaje de Jesús, no puedo no amar a mi prójimo, actuar en consecuencia. Pero quien aún no lo conoce, no tiene esa exigencia. Quienes tenemos fe corremos con una ventaja, porque nuestra vida la vivimos acompañados y fortalecidos por Dios. Mientras que quien no la tiene, todo le es más difícil, incluso discernir entre lo que Dios espera de nosotros y lo que no. Aunque intuitivamente cumpla Su voluntad. Amén.

Querido Jesús, sé que tengo la responsabilidad de mantenerme firme en la fe más allá de las tentaciones que se me presenten, y que mi responsabilidad es mayor que la de aquellas personas que aún no te conocen. Dame fuerzas para que siga siempre vigilante, siempre firme, que nada me desvíe de tu camino. Te lo pido a vos que me demostraste que es posible seguir la voluntad de Dios hasta el final. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.