viernes, 27 de septiembre de 2013

29 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 146

“¡Aleluya!

Oh alma mía, alaba al Señor.
Alabaré al Señor mientras yo viva;
Cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista.

No confíen ustedes en príncipes,
Ni en hijo de hombre en quien no hay salvación.
Su espíritu exhala, él vuelve a la tierra;
En ese mismo día perecen sus pensamientos.

Bienaventurado aquél cuya ayuda es el Dios de Jacob,
Cuya esperanza está en el Señor su Dios,
Que hizo los cielos y la tierra,
El mar y todo lo que en ellos hay;
Que guarda la verdad para siempre;
Que hace justicia a los oprimidos,
Y da pan a los hambrientos.
El Señor pone en libertad a los cautivos.

El Señor abre los ojos a los ciegos,
El Señor levanta a los caídos,
El Señor ama a los justos.
El Señor protege a los extranjeros,
Sostiene al huérfano y a la viuda,

Pero frustra el camino a los impíos.
El Señor reinará para siempre,
Tu Dios, oh Sion, por todas las generaciones.
¡Aleluya!” Amén.

Curiosidades


Poncio Pilato desempeñó el cargo de prefecto de la provincia romana de Judea desde el año 26 d.C. hasta el 36 o comienzos del 37 d.C. Su jurisdicción se extendía también a Samaria e Idumea. No sabemos nada seguro de su vida con anterioridad a estas fechas. El título del oficio que desempeñó fue el de praefectus, como corresponde a los que ostentaron ese cargo antes del emperador Claudio y lo confirma una inscripción que apareció en Cesarea. El título de procurator, que emplean algunos autores antiguos para referirse a su oficio, es un anacronismo. Los evangelios se refieren a él por el título genérico de “gobernador”. Como prefecto le correspondía mantener el orden en la provincia y administrarla judicial y económicamente. Por tanto, debía estar al frente del sistema judicial (y así consta que lo hizo en el proceso de Jesús) y recabar tributos e impuestos para suplir las necesidades de la provincia y de Roma. De esta última actividad no hay pruebas directas, aunque el incidente del acueducto que narra Flavio Josefo (ver más abajo) es seguramente una consecuencia de ella. Además, se han encontrado monedas acuñadas en Jerusalén en los años 29, 30 y 31, que sin duda fueron mandadas hacer por Pilato. Pero por encima de todo ha pasado a la historia por haber sido quien ordenó la ejecución de Jesús de Nazaret; irónicamente, con ello su nombre entró en el símbolo de fe cristiana: “Padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado…”.
Sus relaciones con los judíos, según nos informan Filón y Flavio Josefo, no fueron en absoluto buenas. En opinión de Josefo, los años de Pilato fueron muy turbulentos en Palestina y Filón dice que el gobernador se caracterizaba por “su venalidad, su violencia, sus robos, sus asaltos, su conducta abusiva, sus frecuentes ejecuciones de prisioneros que no habían sido juzgados, y su ferocidad sin límite” (Gayo 302). Aunque en estas apreciaciones seguramente influye la intencionalidad y comprensión propia de estos dos autores, la crueldad de Pilato, como sugiere Lc 13,1, donde se menciona el incidente de unos galileos cuya sangre mezcló el gobernador con sus sacrificios, parece fuera de duda. Josefo y Filón narran también que Pilato introdujo en Jerusalén unas insignias en honor de Tiberio, que originaron un gran revuelo hasta que se las llevó a Cesarea. Josefo relata en otro momento que Pilato utilizó fondos sagrados para construir un acueducto. La decisión originó una revuelta que fue reducida de manera sangrienta. Algunos piensan que este suceso es al que se refiere Lc 13,1. Un último episodio relatado por Josefo es la violenta represión de samaritanos en el monte Garizim hacia el año 35.
A resultas de ello, los samaritanos enviaron una legación al gobernador de Siria, L. Vitelio, quien suspendió a Pilato del cargo. Éste fue llamado a Roma para dar explicaciones, pero llegó después de la muerte de Tiberio. Según una tradición recogida por Eusebio, cayó en desgracia bajo el imperio de Calígula y acabó suicidándose.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Timoteo 6:11-21

“Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.
A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la inseguridad de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir, acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.
Timoteo, guarda lo que (el depósito que) se te ha encomendado, y evita las palabrerías vacías y profanas, y las objeciones (contradicciones) de lo que falsamente se llama ciencia, la cual profesándola algunos, se han desviado de la fe.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay una canción que cantamos que dice así:
“Busca primero el Reino de Dios
Y su perfecta justicia
Y lo demás añadido será
Aleluya, aleluya”.
De alguna manera estas palabras a Timoteo me recuerdan esta canción. Un mensaje muy difícil para estos tiempos en donde parecería que el dinero lo es todo y que si nos aseguramos esa parte de la vida, lo demás ya casi está.
En las vacaciones de invierno tuvimos campamento de jóvenes y fuimos a conocer el Museo de Ciencias Naturales de Bahía Blanca. Uno de los jóvenes me dijo que siempre había querido estudiar paleontología, pero que no lo iba a hacer porque no iba a tener trabajo.
Me sorprendieron dos cosas, por un lado la enorme influencia que tenemos los adultos y responsables sobre nuestros jóvenes, al punto que frustramos sus vocaciones en pos de lo que llamamos “salida laboral”, y también cómo, en esta sociedad de consumo, los jóvenes ya no se animan a soñar.
Mi comentario al instante, fue el mismo que siempre les hago a mis hijos: uno tiene que estudiar lo que le gusta, lo que es su vocación porque cuando uno se es lo que se tiene que ser, el trabajo viene solo, porque somos buenos en aquello que nos gusta. De hecho existe la carrera de paleontología y los paleontólogos trabajan en su profesión, y la prueba justamente es el mismo Museo de Ciencias Naturales.
Aferrarse al dinero o pensar en estudiar lo que nos dé dinero, por un lado es un mito y por el otro ¿quién me asegura que con dinero voy a ser feliz?
Las recomendaciones a Timoteo no tienen nada que ver con una “seguridad económica”: huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad”, y a los ricos Timoteo debe aconsejarles que “no pongan su esperanza en la inseguridad del dinero, sino en Dios el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos”.
Tal vez estas palabras resulten locuras, pero Dios no nos ha puesto aquí en la tierra para que corramos desesperadamente detrás del dinero y del confort, sino para que vivamos felices y en armonía con las demás personas, Él se ocupará de que no nos falte lo suficiente para vivir si nos aferramos a Él, si buscamos su Reino y su perfecta justicia. Amén.

Querido Jesús, a veces la angustia por el mañana, por cómo voy a hacer para tener lo necesario para mi vida y la de las personas que dependen de mi economía, no me permiten ver que vos siempre estás atento a mis necesidades y que nunca me faltó y que nunca vas a dejar que me falte. Ayudame a descansar en vos, a ver las señales que me mandas y a seguirlas. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 20 de septiembre de 2013

21 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 113

“¡Aleluya!

Alaben, siervos del Señor,
Alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor
Desde ahora y para siempre.
Desde el nacimiento del sol hasta su ocaso,
Alabado sea el nombre del Señor.

Excelso sobre todas las naciones es el Señor;
Su gloria está sobre los cielos.
¿Quién es como el Señor nuestro Dios,
Que está sentado en las alturas,
Que se humilla para mirar
Lo que hay en el cielo y en la tierra?

El levanta al pobre del polvo,
Y al necesitado saca del basurero,
Para sentarlos con príncipes,
Con los príncipes de Su pueblo.
Hace habitar en casa a la mujer estéril,
Gozosa de ser madre de hijos.
¡Aleluya!” Amén.

Curiosidades


Pablo sentía una gran simpatía para con el joven Timoteo, y aun cuando hacía poco que había reemplazado a Bernabé por Silas como compañero de viaje, agregó a Timoteo a la partida, quizá como sustituto de Juan Marcos, al que se había negado a aceptar. Esta elección parece haber sido apoyada por otros, porque Pablo más tarde se refiere a manifestaciones proféticas que confirmaron el que Timoteo debía ser apartado para esta obra. En ese momento habría recibido una dotación especial para su misión, comunicada mediante la imposición de manos de los ancianos y Pablo. Para aquietar cualquier oposición innecesaria por parte de os judíos del lugar, Timoteo fue circuncidado antes de iniciar sus viajes.
Era un hombre afectuoso pero muy temeroso, que necesitó más de una admonición de parte de su padre espiritual; se le advierte que no debe dar lugar a sus deseos juveniles, y que no debe avergonzarse del evangelio. Sin embargo, ninguno de los otros compañeros de Pablo fue elogiado tan calurosamente por su lealtad. Resulta apropiado que la carta final escrita por el apóstol fuese dirigida tan afectuosamente a este sucesor casi renuente, cuyas debilidades son tan evidentes como sus virtudes.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Timoteo 2:1-8

“Exhorto, pues, ante todo que se hagan plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.
Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, quien Se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo. Y para esto yo fui constituido predicador y apóstol, (digo la verdad en Cristo, no miento), como maestro de los paganos en fe y verdad. Por tanto, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

 “… quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.”
¡Qué deseo el de Pablo!
Un mundo de paz, sin ira ni discusiones, en donde todos estemos conectados con Dios, el Dios de todas las personas…
Realmente sería hermoso, pero a la luz de la humanidad y de tantas guerras y ambiciones resulta casi una utopía.
John Lenon, integrante de los Beatles, una vez escribió:
“Imagina que no hay posesiones, 
Me pregunto si puedes, 
Ninguna necesidad de codicia o hambre, 
Una hermandad del hombre, 
Imagina a toda la gente 
Compartiendo todo el mundo... 

Tu puedes decir que soy un soñador, 
Pero no soy el único, 
Espero que algún día te nos unas, 
Y el mundo vivirá como uno solo.”
“Espero que algún día te nos unas…” dice Lenon, aunque no haya sido un devoto cristiano, lo fue de los principios de la fe cristiana: el amor, el estar todos hermanados como humanidad, su desprecio a un sistema de muerte que necesita de víctimas, de sacrificios, para sostenerse.
Pensar en un mundo en paz, en donde todos los seres humanos convivamos con nuestras diferencias es hermoso, parece algo imposible, pero al igual que la canción “Imagina” dice, es posible si nos unimos entre todos, y que cada persona que no sólo lo desea, sino que lo pone en práctica en su vida, en lo cotidiano.
Te invito a formar parte de este grupo y que a través de tu forma de vida, otras personas también quieran ser parte de aquell@s que buscan la paz y la armonía entre las personas, en nuestro planeta. No soy la única, no sos el único, somos muchos y vamos sumando. Amén.

Querido Jesús, ¡cómo anhelo el día en que ya no hagamos diferencias entre las personas! ¡Cómo anhelo escuchar que ya no hay guerras ni explotación del hombre por el hombre! Sé que los cambios ocurren por dentro y se manifiestan para afuera, lo sé, porque lo vivo en mi experiencia personal. Permití que mi testimonio anime a otros a creer que nada es imposible con la fuerza de Dios. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

jueves, 12 de septiembre de 2013

15 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 51

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia;
Conforme a lo inmenso de Tu compasión, borra mis transgresiones.
Lávame por completo de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis faltas,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra Ti, contra Ti sólo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de Tus ojos,

De manera que eres justo cuando hablas,
Y sin reproche cuando juzgas.
Yo nací en malignidad,
Y en pecado me concibió mi madre.

Tú deseas la verdad en lo más íntimo,
Y en lo secreto me harás conocer sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Hazme oír gozo y alegría,
Haz que se regocijen los huesos que has quebrantado.
Esconde Tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de Tu presencia,
Y no quites de mí Tu Santo Espíritu.

Restitúyeme el gozo de Tu salvación,
Y sostenme con un espíritu de poder.
Entonces enseñaré a los desobedientes Tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a Ti

Líbrame de delitos de sangre, oh Dios, Dios de mi salvación,
Entonces mi lengua cantará con gozo Tu justicia.
Abre mis labios, oh Señor,
Para que mi boca anuncie Tu alabanza.

Porque Tú no Te deleitas en sacrificio, de lo contrario yo lo ofrecería;
No Te agrada la inmolación.
Los sacrificios de Dios son el espíritu arrepentido;
Al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás.

Haz bien con Tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
Entonces Te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto y el sacrificio perfecto;
Entonces se ofrecerán novillos sobre Tu altar.” Amén.

Curiosidades


Primeramente se le encomendó una misión especial a Tesalónica, con el fin de alentar a los cristianos que estaban siendo perseguidos. Se o asocia con Pablo y Silvano en los saludos en las dos epístolas enviadas a dicha iglesia, y estuvo presente con Pablo en la misión de predicación en Corinto. Se lo vuelve a mencionar durante el ministerio de apóstol en Éfeso, cuando fue enviado con Erasto a cumplir otra misión importante en Macedonia, de donde debía seguir viaje a Corinto. Timoteo era de carácter tímido, evidentemente, porque Pablo insta a los corintios a que contribuyan a que se sienta cómodo y no despreciarlo. Por la situación que se suscitó en Corinto se ve que la misión de Timoteo no tuvo éxito, y resulta significativo que, aun cuando su nombre estaba asociado con el de Pablo en los saludos de esta epístola es Tito y no Timoteo el que ocupa el lugar de delegado apostólico. Acompañó a Pablo en el otro viaje a Corinto, porque estaba con él como colaborador cuando se escribió la epístola a los Romanos.
Timoteo fue, también, en el viaje de Pablo a Jerusalén con la ofrenda y se lo vuelve a mencionar cuando Pablo, ya prisionero, escribió Colosenses, Filemón, y Filipenses. En esta última epístola es calurosamente elogiado, y Pablo se propone a mandarlo pronto a visitarlos, con el fin de asegurarse de su bienestar espiritual. Cuando el apóstol fue liberado de la prisión y encaró nuevas actividades misioneras en el Este, como lo indican las epístolas pastorales, parecería que Pablo dejó a Timoteo en Éfeso y le encomendó que se ocupara de los falsos maestros y supervisara el culto público y la designación de autoridades en la iglesia. Si bien Pablo evidentemente esperaba poder reunirse con Timoteo, el temor de que pudiera verse demorado lo movió a escribirle la primera carta, y esta fue seguida por otra cuando Pablo no sólo fue arrestado nuevamente sino que estaba siendo juzgado, con peligro de tener que enfrentar una sentencia de muerte. Timoteo recibió el encargo de apresurarse a ir a su encuentro, pero no es posible determinar si llegó a tiempo o no. Más tarde Timoteo mismo fue hecho prisionero, como lo demuestra Hch.13:23, pero no se dan detalles, y no se sabe nada concreto en cuanto a lo que le ocurrió posteriormente.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Timoteo 1:12-17

“Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús.
Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. Sin embargo, por esto hallé misericordia, para que en mí, como el primero, Jesucristo demostrara toda Su paciencia como un ejemplo para los que habrían de creer en Él para vida eterna. Por tanto, al Rey eterno (de los siglos), inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Quién soy yo para que Cristo me haya elegido para trabajar en su obra?
Pero soy una privilegiada, tengo fe y eso me permite sobrellevar muchas cosas en mi vida sin desanimarme, sin caer. Mi fe me renueva y me fortalece, y cuando las dificultades son muchas y siento que me debilito, dialogo con Jesús, y él nuevamente me muestra el camino, la senda, y me hace sentir segura mismo en medio de la tormenta.
Sí, realmente soy una privilegiada, pero esto mismo no es un motivo para alardear y creerme mejor que otras personas, porque no es un mérito mío, es un regalo que Dios me ha dado a través de su Espíritu. Esto es muy importante para mí tenerlo claro.
Por eso me asombro cuando me encuentro con personas que se dicen cristianas y desprecian a las personas que no son de su grupo. Llaman idólatras a los católicos, desconfían de los demás evangélicos porque tenemos una forma diferente de manifestar nuestra fe, sin tanto ruido, sin tantos aspavientos.
Hace un par de años cerca de casa hubo una campaña de evangelización de iglesias evangélicas durante varios días. Era impresionante el volumen de los parlantes, durante todo el día y parte de la noche era música, eran oradores que gritaban… y cuando pasamos al lado del lugar, cantidad de vendedores ambulantes con comida, bebida, artículos de todo tipo y basura, mucha basura: papeles, envases, descartables de todo tipo, bolsas de plástico… y yo pensaba ¡qué lindo testimonio de fe! ¿dónde está Jesús en medio de tanta contaminación auditiva y de basura?
A veces como cristianos pensamos en grandes cosas para que la gente conozca a Jesús, y no nos damos cuenta que no es ahí por donde pasa. Así como cuando caminaba entre nosotros, Jesús se sigue manifestando en las pequeñas cosas, en los pequeños momentos de la vida, sin micrófonos ni panderetas. Jesús se manifiesta en nuestra forma de vivir nuestra ciudadanía, en el respeto al espacio del otro, en la defensa de la ecología, en el cuidado de nuestro planeta.
Estoy convencida que si como cristianos sólo somos buenos ciudadanos, habría mucha más gente que nos quisiera acompañar en la fe. Dios nos ayude a entender esto. Amén.

Querido Jesús, muchas veces pienso que sería tan bueno que más personas vivieran la fe en ti, pero después analizo y veo lo que como cristianos muchas veces mostramos, y puedo comprender que hasta gente muy cercana me hable de la hipocresía de la Iglesia y demás. Ayudame a ser yo una buena discípula tuya y que así sea una herramienta para que al menos algunas personas quieran seguirte. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 6 de septiembre de 2013

8 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 90

“Señor, Tú has sido un refugio para nosotros
De generación en generación.

Antes que los montes fueran engendrados,
Y nacieran la tierra y el mundo,
Desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres Dios.

Haces que el hombre vuelva a ser polvo,
Y dices: “Vuelvan, hijos de los hombres.”

Porque mil años ante Tus ojos
Son como el día de ayer que ya pasó,
Y como una vigilia de la noche.

Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño;
Son como la hierba que por la mañana reverdece;
Por la mañana florece y reverdece;
Al atardecer se marchita y se seca.

Porque hemos sido consumidos con Tu ira,
Y por Tu furor hemos sido aturdidos.
Has puesto nuestras maldades delante de Ti,
Nuestros pecados secretos a la luz de Tu presencia.

Porque por Tu furor han declinado todos nuestros días;
Acabamos nuestros años como un suspiro.
Los días de nuestra vida llegan a setenta años;
Y en caso de mayor vigor, a ochenta años.
Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar,
Porque pronto pasa, y volamos.

¿Quién conoce el poder de Tu ira,
Y Tu furor conforme al temor (a la reverencia) que se debe a Ti?

Enséñanos a contar de tal modo nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría.
Vuelve, Señor; ¿hasta cuándo?
Y compadécete de Tus siervos.

Sácianos por la mañana con Tu misericordia,
Y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días.
Alégranos conforme a los días que nos afligiste,
Y a los años en que vimos adversidad.

Sea manifestada Tu obra a Tus siervos,
Y Tu majestad a sus hijos,
Y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos;
Sí, la obra de nuestras manos confirma.Amén.

Curiosidades


Onésimo era un esclavo perteneciente a Filemón, cristiano influyente de Colosas. Conoció a Pablo en Roma o en Éfeso (según el punto de vista sobre el origen de la Epistola a los Colosenses). Fue convertido por el apóstol Pablo, y llegó a ser hermano amado y digno de confianza. Su nombre, que significa “inútil”, era común para esclavos, aunque no estaba limitado a ellos; y quedó justificado por haber sido tan útil a Pablo que el apóstol hubiera querido mantenerlo a su lado para que lo cuidara, como Filemón hubiera deseado, según creía Pablo. Pero el apóstol consideró que nada podía hacer sin el consentimiento expreso de Filemón, de modo que devolvió al esclavo a su antiguo amo, junto con una nota, la canónica Epístola a Filemón. En ella el apóstol utiliza el nombre del esclavo al describirlo como “el que en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil”; y agrega insinuaciones, con tacto pero claramente, de que espera que Filemón lo recibiese “para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor”. No obstante, Pablo admite que enviarlo es como privarse de una parte de sí mismo.
La mención de Onésimo es uno de los vínculos que unen entere sí a Colosenses y Filemón, y demuestra que fueron enviadas desde el mismo lugar y al mismo tiempo. Algunos comentaristas piensan que el Onésimo que conoció Ignacio, y que describe en su epístola como “hombre de impresionante amor y su obispo”, no es otro que el esclavo fugitivo. Aunque no imposible, esta hipótesis parecería improbable por consideraciones cronológicas. En su apoyo se aduce que ofrece una explicación de la razón por la que se conservó Filemón como libro canónico. Por otra parte, su estrecha relación con Colosenses y su importancia por la información sobre la forma en que los cristianos trataban a sus esclavos, serían razones adecuadas para su canonicidad.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Filemón 7-17

“Pues he llegado a tener mucho gozo y consuelo en tu amor, porque los corazones de los santos han sido confortados por ti, hermano.
Por lo cual, aunque tengo mucha libertad (confianza) en Cristo para mandarte hacer lo que conviene, no obstante, por causa del amor que te tengo, te hago un ruego, siendo como soy, Pablo, anciano, y ahora también prisionero de Cristo Jesús: te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones; quien en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí. Y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón.
Hubiera querido retenerlo conmigo, para que me sirviera en lugar tuyo en mis prisiones por el evangelio (las buenas nuevas). Pero no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad. Porque quizá por esto se apartó de ti por algún tiempo, para que lo volvieras a recibir para siempre, ya no como esclavo, sino como más que un esclavo, como un hermano amado, especialmente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
Si me tienes, pues, por compañero, acéptalo como me aceptarías a mí.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es difícil de imaginar que esta forma de pensar, característica del movimiento de Jesús, en donde el amor es la norma, la ley, haya desestabilizado un imperio tan fuerte como el Romano. Esclavos que por la fe en Cristo se convertían en hijos, en hermanos… esto fue fatal para una estructura que justamente descansaba sobre la esclavitud como fuerza de trabajo y como el poder de los hombres libres.
Los cristianos hemos luchado durante años en contra de la esclavitud y las castas, pero curiosamente también hemos fundamentado bíblicamente el sometimiento de un pueblo sobre otro, incluso las matanzas y exterminios. Y digo los cristianos y no los seguidores de Jesús o los que pertenecen al movimiento de Jesús, porque de ninguna manera las atrocidades que hemos hecho en el nombre de Cristo nada tienen que ver con él y su mensaje.
Cuando leo esta carta de Pablo a Filemón, veo sus argumentos para recibir en el amor a un esclavo fugitivo, percibo claramente un cambio de mentalidad, de pensamiento, esto que llamamos conversión. Mi pregunta es entonces… si vivimos en un país que se autodenomina “cristiano” ¿qué pasó con la ley del amor, de la oportunidad del arrepentido, de no hacer acepción de personas?
Dudo que hasta mismo en nuestras comunidades haya personas con un pensamiento como el de Pablo… ¿quién de nosotros sería capaz de perdonar una deuda o ayudar a una persona a liberarse de la esclavitud?
Claro, seguramente me dirán que hoy no hay esclavos, pero esto no es verdad, porque hay personas que trabajan en condiciones de esclavitud, aquí mismo, en nuestro pueblo, en nuestra zona.
¿Quién tiene a la empleada que viene a limpiar la casa en blanco? ¿o a la persona que viene a arreglar el jardín y cortar el pasto? Todos sentimos que es normal que haya personas que trabajen en changas, pero en realidad son personas con subempleos que no le garantizan nada a la hora de enfermarse o de envejecer.
Como cristianos nos hemos acomodado al sistema, no nos molesta, lo hemos normalizado porque al mismo tiempo nuestra fe se ha entibiado y no pertenecemos más al movimiento de Jesús.
Es verdad que no es nada fácil luchar en contra del sistema, pero también es verdad que nunca fue fácil y que muchos seguidores de Jesús dejaron literalmente su sangre en la arena del circo romano, fueron torturados hasta morir, perseguidos como ratas por esa fe comprometida y porque afectaban al sistema.
No está nada mal que nos replanteemos la forma de llevar nuestra fe adelante. ¿Qué puedo hacer yo, desde mi lugar, desde mi fe, para que la realidad de al menos algunas personas cambie? ¿qué puedo hacer yo para transformar con mi fe mi entorno? Pensalo… Amén.

Querido Jesús, siempre me impacta cuando leo las cartas de Pablo y veo su entusiasmo, su garra, su convicción. Ayudame a que mi fe se encienda, que pueda ser coherente en mis palabras y mi forma de vida. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.