viernes, 24 de septiembre de 2010

26 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 146

“¡Aleluya!

¡Alaba a mi Señor, alma mía!
A mi Señor, mientras viva, he de alabar,
mientras exista entonaré para mi Dios.
No pongan su confianza en príncipes,
en un hijo de ser humano, que no puede salvar;
su soplo exhala, a su barro retorna,
y en ese día sus proyectos se terminan.
Feliz aquel que en el Dios de Jacob tiene su apoyo,
y su esperanza en mi Señor su Dios,
que hizo los cielos y la tierra,
el mar y cuanto en ellos hay;

que guarda por siempre lealtad,
hace justicia a los oprimidos,
da el pan a los hambrientos,
mi Señor suelta a los encadenados.
Mi Señor abre los ojos a los ciegos,
mi Señor a los encorvados endereza,
mi Señor protege al forastero,
a la viuda y al huérfano sostiene.

Ama mi Señor a los justos,
mas el camino de los impíos tuerce;
mi Señor reina para siempre,
tu Dios, Sión, de edad en edad.” Amén.
Curiosidades

¿Qué enfermedades provocaban llagas en la piel en los tiempos de Jesús?
El término genérico que se utiliza en el AT para diferentes tipos de inflamación localizada es sehin, que significa “ardiente”. En Levítico 13:18-28, se mencionan los diviesos en relación con lo que allí se denomina lepra, mientras que la sarna que afligió a Job, sobre lo cual se han hecho diversos diagnósticos, puede haber sido lepra tuberculosa.
Las “úlceras de Egipto”, desde la planta del pie hasta la coronilla probablemente se refiera a una de las enfermedades típicas de Egipto, como la úlcera endémica o pústula maligna. Es probable que la llaga de Ezequías haya sido un carbunco.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 16:19-31

"Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
‘Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.’ Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y ustedes se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.’
‘Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.’ Le Dijo Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan.’ El dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Por mucho tiempo se ha creído que a la hora de la muerte se invierten los roles: el que sufre tendrá alegría, y el que disfruta aquí, sufrirá eternamente. También es clásico el dicho: “el que las hace las paga”. En general hay una idea de que nadie que vive a costa del sufrimiento ajeno, indiferente ante su dolor, sin que en algún momento, pague por esto.
Nosotros como cristianos estamos convencidos de que existe un juicio y que este tiempo en la tierra es el tiempo de la oportunidad, de la paciencia de Dios.
Todo el tiempo que vivimos aquí en la tierra tenemos la posibilidad de cambiar el rumbo, de arrepentirnos y cambiar de actitud. No se puede vivir ajeno al sufrimiento de las demás personas, libremente, como si no tuviéramos nada que ver con eso, y menos todavía si se es cristiano.
Nosotros, como cristianos, tenemos el ejemplo de Jesús, que siempre estuvo al lado del que lo necesitaba sin hacer diferencias, sin discriminar. Jesús entregó su vida para nuestra salvación y esa es una razón más que importante para darnos cuenta de que no podemos ser indiferentes a los que nos rodean. Pero no sólo eso, a la hora en que nos enfrentemos a nuestras vidas y nuestro actuar, esto es el juicio final, la cosa no va a ser tan fácil si no hemos actuado según las enseñanzas de Jesús. Y ahí se termina la paciencia, la oportunidad: llegó la hora de ajustar las cuantas.
Y no se trata de algo que tenemos que hacer, es mucho más todavía. Se trata de algo que tenemos que sentir, tiene que salir de los profundo de nuestro corazón, y ahí la cosa se complica.
Vivimos el tiempo de la oportunidad, el tiempo en donde nos podemos dejar seducir por el mensaje de amor de Jesús, ese amor que me saca de mi comodidad para vivir junto al otro y buscar ayudarlo en su necesidad.
El rico tuvo la posibilidad de sentar a Lázaro a su mesa, o al menos a acercarlo a su mesa para que comiera las migas junto a los perros… pero esto significaba verlo, descubrir su sufrimiento, su situación, y ya no sería posible volver a sus fiestas y banquetes, porque el ver al otro y su situación, involucra. No somos los mismos si miramos al que sufre a los ojos, no podemos seguir indiferentes, porque el encuentro nos transforma.
Jesús nos llama a mirar a las personas que nos rodean, abrir nuestro corazón y dejar nuestra comodidad de lado, y el tiempo es ahora, después ya será tarde. Amén.

Querido Jesús, ¡cuántas veces esquivé al que sufre para no involucrarme, para no perder tiempo, para no sufrir! ¡cuántas veces fui egoísta y me sentí con derecho a vivir mi vida, porque me la gané, porque yo también sufrí y nadie me dio una mano! Ayudame a cambiar de actitud, y no por miedo al juicio, sino por el deseo de seguirte, de parecerme cada día más a vos. Te lo pido a vos que junto con el Padre y el Espíritu Santo viven por toda la eternidad. Amén.

viernes, 17 de septiembre de 2010

19 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 113

“Aleluya!

¡Alaben, servidores de mi Señor,
Alaben el nombre de mi Señor!
¡Bendito sea el nombre de mi Señor,
desde ahora y por siempre!
¡De la salida del sol hasta su ocaso,
sea exaltado el nombre de mi Señor!

¡Excelso sobre todas las naciones mi Señor,
por encima de los cielos su gloria!¿Quién como mi Señor, nuestro Dios,
que se sienta en las alturas,y se abaja para ver
los cielos y la tierra?

El levanta del polvo al desvalido,
del estiércol hace subir al pobre,para sentarlo con los príncipes,
con los príncipes de su pueblo.El asienta a la estéril en su casa,
madre de hijos jubilosa.” Amén.

Curiosidades

¿Qué hacía un administrador o mayordomo en la Biblia?
En el AT el mayordomo es la persona que está a cargo de la casa. En el NT hay dos palabras que se traducen como mayordomo:
o Epitropos, la persona a cuyo cuidado u honor ha sido confiado otro como curador o guardián;
o Oikonomos, administrador, superintendente, de oikos (casa) y nemos (dispensar o administrar). Esta palabra se usa para describir la función de responsabilidad delegada, como en la parábola de los labradores, y en la del mayordomo infiel.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 16:1-13

“Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; lo llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’
‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: "Cien cargas de trigo." Le dice: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’
‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz.
‘Yo les digo: Háganse amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, los reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fueron fieles en el Dinero injusto, ¿quién les confiará lo verdadero? Y si no fueron fieles con lo ajeno, ¿quién les dará lo ustedes?

‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al Dinero.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El manejarse con astucia. Algo importante para la supervivencia de cualquier persona, tener juego de cintura…
Muchas veces se habla de la astucia como un recurso sucio o como algo negativo que sólo lo utilizan los ventajeros, los que siempre buscan sacar provecho.
Pero en realidad la astucia no es mala, en realidad es una cualidad que utilizada para lo bueno es sumamente útil, sobre todo cuando se sabe que no hay otra manera de poder vencer, de lograr el objetivo.
La astucia no tiene que ver con el sacar provecho para sí mismo, sino el lograr ver el momento preciso para hacer una determinada cosa y levarla adelante. Es esperar alerta el momento justo, la hora adecuada.
La astucia te permite saber cuándo hablar y cuándo callar, qué decir y cómo, y de esa manera no lastimar a nadie ni correr un riesgo innecesario.
La astucia unida a la honestidad y no a la codicia, puede dar frutos muy importantes. Pero no sólo cuando hablamos acerca de la fe, sino en el día a día, incluso para los escépticos y los agnósticos.
Cuando la astucia va unida a la honestidad hay muchas más posibilidades de acceder a un empleo en donde se es la persona de confianza, y ser una persona de confianza en estos tiempos no es poca. En un mundo en donde impera la desconfianza y el interés propio, en donde nadie se preocupa por los demás, el ser astuto y honesto es muy valioso.
Ser un vecino apreciado, un negociante confiable, la persona a quienes la gente acude porque es conocida justamente por esto valores es muy bueno.
Tal vez esto también signifique una mayor responsabilidad, pero no importa porque a la larga conviene y se ven los resultados.
Es más importante ser una persona valiosa que tener muchos valores, porque el dinero y las riquezas se pierden, mientras que el aprecio de las personas y el ser valorado, nunca. Por eso es bueno que cultives estos valores, aunque no quieras saber nada acerca de Jesús. Pero si tu astucia y tu honestidad la querés poner a disposición de nuestro Señor, mejor, porque los frutos serán muchos más, porque ganarás la vida en abundancia. Amén.

Querido Jesús, ayudame a ser astuta, a poder percibir el momento justo de cada cosa, respetar los tiempos y estar en el instante en donde puedo dar testimonio de vos con la mayor eficiencia. Sé que con tu ayuda lo puedo lograr, sé que sólo junto a vos es posible que las cosas cambien y el mundo conozca tu evangelio de amor. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

19 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 113

“Aleluya!

¡Alaben, servidores de mi Señor,
Alaben el nombre de mi Señor!
¡Bendito sea el nombre de mi Señor,
desde ahora y por siempre!
¡De la salida del sol hasta su ocaso,
sea exaltado el nombre de mi Señor!

¡Excelso sobre todas las naciones mi Señor,
por encima de los cielos su gloria!¿Quién como mi Señor, nuestro Dios,
que se sienta en las alturas,y se abaja para ver
los cielos y la tierra?

El levanta del polvo al desvalido,
del estiércol hace subir al pobre,para sentarlo con los príncipes,
con los príncipes de su pueblo.El asienta a la estéril en su casa,
madre de hijos jubilosa.” Amén.

Curiosidades

¿Qué hacía un administrador o mayordomo en la Biblia?
En el AT el mayordomo es la persona que está a cargo de la casa. En el NT hay dos palabras que se traducen como mayordomo:
o Epitropos, la persona a cuyo cuidado u honor ha sido confiado otro como curador o guardián;
o Oikonomos, administrador, superintendente, de oikos (casa) y nemos (dispensar o administrar). Esta palabra se usa para describir la función de responsabilidad delegada, como en la parábola de los labradores, y en la del mayordomo infiel.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 16:1-13

“Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; lo llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’
‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: "Cien cargas de trigo." Le dice: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’
‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz.
‘Yo les digo: Háganse amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, los reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fueron fieles en el Dinero injusto, ¿quién les confiará lo verdadero? Y si no fueron fieles con lo ajeno, ¿quién les dará lo ustedes?

‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al Dinero.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El manejarse con astucia. Algo importante para la supervivencia de cualquier persona, tener juego de cintura…
Muchas veces se habla de la astucia como un recurso sucio o como algo negativo que sólo lo utilizan los ventajeros, los que siempre buscan sacar provecho.
Pero en realidad la astucia no es mala, en realidad es una cualidad que utilizada para lo bueno es sumamente útil, sobre todo cuando se sabe que no hay otra manera de poder vencer, de lograr el objetivo.
La astucia no tiene que ver con el sacar provecho para sí mismo, sino el lograr ver el momento preciso para hacer una determinada cosa y levarla adelante. Es esperar alerta el momento justo, la hora adecuada.
La astucia te permite saber cuándo hablar y cuándo callar, qué decir y cómo, y de esa manera no lastimar a nadie ni correr un riesgo innecesario.
La astucia unida a la honestidad y no a la codicia, puede dar frutos muy importantes. Pero no sólo cuando hablamos acerca de la fe, sino en el día a día, incluso para los escépticos y los agnósticos.
Cuando la astucia va unida a la honestidad hay muchas más posibilidades de acceder a un empleo en donde se es la persona de confianza, y ser una persona de confianza en estos tiempos no es poca. En un mundo en donde impera la desconfianza y el interés propio, en donde nadie se preocupa por los demás, el ser astuto y honesto es muy valioso.
Ser un vecino apreciado, un negociante confiable, la persona a quienes la gente acude porque es conocida justamente por esto valores es muy bueno.
Tal vez esto también signifique una mayor responsabilidad, pero no importa porque a la larga conviene y se ven los resultados.
Es más importante ser una persona valiosa que tener muchos valores, porque el dinero y las riquezas se pierden, mientras que el aprecio de las personas y el ser valorado, nunca. Por eso es bueno que cultives estos valores, aunque no quieras saber nada acerca de Jesús. Pero si tu astucia y tu honestidad la querés poner a disposición de nuestro Señor, mejor, porque los frutos serán muchos más, porque ganarás la vida en abundancia. Amén.

Querido Jesús, ayudame a ser astuta, a poder percibir el momento justo de cada cosa, respetar los tiempos y estar en el instante en donde puedo dar testimonio de vos con la mayor eficiencia. Sé que con tu ayuda lo puedo lograr, sé que sólo junto a vos es posible que las cosas cambien y el mundo conozca tu evangelio de amor. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 10 de septiembre de 2010

12 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 51

“Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está ante mí;
contra ti, contra ti solo he pecado,
lo malo a tus ojos cometí.

Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en culpa ya nací,
pecador me concibió mi madre.

Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría,
exulten los huesos que machacaste tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.

Crea en mí, oh Dios, un puro corazón,
un espíritu firme dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.

Vuélveme la alegría de tu salvación,
y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un sacrificio no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu arrepentido;
un corazón arrepentido y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de Jerusalén!
Entonces te agradarán los sacrificios justos,
- sacrificio y oblación entera –
se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.” Amén.

Curiosidades

¿Quiénes eran los publicanos?
El término publicano significa cobrador de impuestos o de aduana por cuenta de los romanos, empleado por un arrendatario o contratista. Ya en el año 212 a.C. había en Roma una clase de hombres que concertaba contratos estatales de diversos tipos. Estaban estrechamente relacionados con la orden ecuestre, y eran apoyados por ella; y en fecha posterior actuaron en una cantidad de provincias, donde sus tareas incluían el cobro de diezmos y de diversas tasas directivas. El sistema se prestaba mucho para el abuso y aparentemente los publicani se prestaron a la extorsión y las prácticas deshonestas desde el principio, de modo que, si bien el gobierno controlaba los excesos más groseros, y en algunos casos llevó a la justicia a los culpables, en general el cargo adquirió la mala reputación que conocemos. Cicerón consideraba vulgares las ocupaciones de los funcionarios de aduanas a causa del odio que despertaban.
A menudo los contratistas centrales no eran de las provincias cuyos impuestos recaudaban, aunque nada impedía que fueran nativos, y podían contratar subcontratistas nativos. Los recolectores generalmente provenían de la población local, porque era necesario conocer a las personas de la localidad y sus modalidades a fin de evitar el engaño. Sus prácticas generalmente extorsivas los convertían en una clase especialmente odiada y despreciada. Para el judío estricto, sin embargo, esta actitud tan natural de odio se veía agravada y alterada en su carácter por la consideración religiosa de que el publicano era ceremonialmente impuro, por su continuo contacto con los paganos, y porque debía trabajar en el día de reposo. Esta impureza, junto con la enseñanza de los rabinos de que sus discípulos no debían comer con esa clase de personas, explica la actitud evidenciada por las expresiones publicanos y pecadores y publicanos y rameras.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 15:1-32

“Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírlo, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: ‘Este acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces les dijo esta parábola.
‘¿Quién de ustedes que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.’ Les digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.
‘O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: ‘Alégrense conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.’ Del mismo modo, les digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.’

Dijo: ‘Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.’ Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
‘Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que lo envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.’ Y, levantándose, partió hacia su padre. ‘Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ‘Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.’ Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Traigan aprisa el mejor vestido y vístanlo, pónganle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traigan el novillo cebado, mátenlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.’ Y comenzaron la fiesta.
‘Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: ‘Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.’ El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: ‘Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!’
‘Pero él le dijo: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¡Qué difícil que es alegrarse con la alegría ajena! Sobre todo si sentimos que en medio de todo eso hemos perdido algo. El ver que dos personas se aman y están felices de estar reencontrarse, perdonarse las cosas simplemente, sin mucho protocolo.
Surge la envidia. Ese sentimiento que es como un dolor bien adentro y una voz que me dice que yo merecía más estar en el lugar del otro, el amado, el recibido, el festejado.
La envidia… ¡cuántas veces la sentimos, cuántas veces me movió para perjudicar al otro!
Es fácil, meter algo de púa, hacer llegar algún chisme, algún comentario, buscar cortar esa felicidad, esa alegría.
La envidia, una caries que corroe que al tiempo que dañamos al otro, también nos dañamos a nosotros mismos. Porque la envidia también hace daño al que la siente, porque dentro de su corazón nace lo peor de la persona, los sentimientos más oscuros.
Encima, ese sentimiento tan cruel nace sin motivo, porque los logros de otra persona, el amor de otra persona de ninguna manera me puede perjudicar a mí, por eso debería poder alegrarme por el otro… pero ese sentimiento egoísta de creer que soy yo quien merece estar ahí, opaca y apaga algo tan hermoso como lo es el alegrarme por el otro, estar feliz de su regreso (aunque se haya ido en condiciones algo complicadas), el alegrarse con la alegría del otro.
La envidia, sentimiento que corroe, pero que podemos aplacar, no dejar aflorar: ése es el desafío. Cuando sientas que se quiere apoderar de tu corazón, ¡sacala corriendo! ¡no permitas que se instale! Decite muy dentro ¿Por qué no puedo alegrarme por este o aquel? ¡Qué lindo cuando la felicidad se hace presente aunque de manera indirecta, aunque no sea yo el centro de esta historia!... ya me va a tocar.
La lucha contra el sentimiento de la envidia no se termina nunca, porque es inherente al ser humano, pero se puede vencer con el amor. Es un ejercicio diario que nos hace bien y nos libera. Probá a hacerlo, te vas a sentir mejor. Amén.

Querido Dios, ayudame a aceptar que no siempre soy la protagonista de la historia, que a veces me toca ser un personaje secundario, pero tan importante como cualquier otro. Para una historia hacen falta todos los personajes. Ayudame a entender y a aceptar esto para que no surja la envidia en mi corazón, líbrame de ella, te lo pido a vos que junto a Jesús, tu Hijo y el Espíritu Santo reinan por toda la eternidad. Amén.

viernes, 3 de septiembre de 2010

5 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 90

“Señor, tú has sido para nosotros
un refugio de edad en edad.
Antes que los montes fuesen engendrados,
antes que naciesen tierra y orbe,
desde siempre hasta siempre tú eres Dios.
Tú al polvo reduces a los seres humanos,
diciendo: "¡Vuelvan, hijos de Adán!"
Porque mil años a tus ojos
son como el ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche.

Tú los sumerges en un sueño,
a la mañana serán como hierba que brota;
por la mañana brota y florece,
por la tarde se amustia y se seca.
Pues por tu cólera somos consumidos,
por tu furor anonadados.
Has puesto nuestras culpas ante ti,
a la luz de tu faz nuestras faltas secretas.
Bajo tu enojo declinan todos nuestros días,
como un suspiro consumimos nuestros años.
Los años de nuestra vida son unos setenta,
u ochenta, si hay vigor;
mas son la mayor parte trabajo y vanidad,
pues pasan pronto y nosotros nos volamos.
¿Quién conoce la fuerza de tu cólera,
y, temiéndote, tu indignación?
¡Enséñanos a contar nuestros días,
para que entre la sabiduría en nuestro corazón!
¡Vuelve, mi Señor! ¿Hasta cuándo?
Ten piedad de tus siervos.

Sácianos de tu amor a la mañana,
que exultemos y cantemos toda nuestra vida.
Devuélvenos en gozo los días que nos humillaste,
los años en que desdicha conocimos.
¡Que se vea tu obra con tus siervos,
y tu esplendor sobre sus hijos!
¡La dulzura del Señor sea con nosotros!
¡Confirma tú la acción de nuestras manos! Amén.

Curiosidades

¿Cómo eran las construcciones en los tiempos de Jesús?
El tipo más común de vivienda del período preexílico es el que se conoce como la casa de las cuatro habitaciones, aparentemente un concepto arquitectónico israelita. Era de diseño rectangular, y tenía como elemento fijo una habitación al fondo, que tenía todo el ancho del edificio y estaba unida a tres habitaciones paralelas que salían de ella. La “habitación” central era generalmente un patio cerrado por el cual se entraba a los otros cuartos, y a menudo las habitaciones laterales estaban divididas en dos y separadas por columnas. La calidad de esas viviendas variaba enormemente, pero se utilizaba el mismo plan básico para los edificios públicos y monumentales.
Algunas ciudades helenísticas de Palestina muestran que se trató de llevar a cabo una planificación urbana según el modelo rectangular. Los ricos añadieron un cuarto de baño a sus casas en ese período. Hacia la época del NT los ricos estaban transformando Jericó en un paraíso de invierno, más lujoso aún que Pompeya. Ocupaba una extensión más amplia, y tenía espaciosos jardines. La casa de los ricos en Palestina en la época del NT era similar a la casa romana en todas partes. Tenía un patio exterior rodeado de habitaciones, y por detrás un segundo patio con cuartos adyacentes. Esta última zona era sumamente privada.
En cuanto a los palacios reales, la albañilería era de piedras finamente trabajadas colocadas al hilo y cruzadas. Para la decoración de interiores se empleaban maderas finas, con una terminación que permitía admirar su textura. La excavación del palacio del gobernador en Meguido permite ilustrar el programa de construcciones de Salomón. El palacio de la dinastía de los Omri en Samaria también fue construido por obreros fenicios. Allí el rey vivía separado de su pueblo en una ciudadela con muros muy resistentes, y al menos parcialmente aislado de la pobreza en que vivía buena parte de la población. Las hermosas incrustaciones de marfil con una indicación del estilo lujoso de vida, en marcado contraste con las secciones más pobres de la ciudad. El palacio de Herodes en Jerusalén, con sus amplios jardines, constituía la última palabra en lujo, como era el caso también con su palacio de invierno en Jericó.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 14:25-33

“Caminaba con él mucha gente, y volviéndose les dijo: ‘Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío. El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
‘Porque ¿quién de ustedes, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: ‘Este comenzó a edificar y no pudo terminar.’ O ¿qué rey, que sale a enfrentarse contra otro rey, no se sienta antes y delibera si con 10.000 puede salir al paso del que viene contra él con 20.000? Y si no, cuando está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz. Pues, de igual manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Saber bien si me va a dar el cuero antes de empezar, antes de embarcarme en algo. ¿No te parece importante?
¡Cuántas veces nos embarcamos en algo de lo que después nos arrepentimos. Creemos que lo vamos a poder controlar y luego la situación nos controla a nosotros.
Sí, es así, hay que pensar muy bien las cosas antes de subirse al tren, una vez que arranca… ya no somos dueños de nada, sólo nos queda aguantar el cimbronazo.
Y hay cosas más peligrosas o más delicadas que otras: los créditos, los préstamos, las drogas, el alcohol, las relaciones amorosas… cualquiera de estas cosas se te pueden ir de control si vos, antes de arrancar, no analizás muy bien las cosas, no medís los riesgos y el compromiso que estás asumiendo.
Ése es un consejo de Jesús, aunque más que nada él está hablando de cuando decidas seguirlo a él, cuando lo aceptes en tu corazón.
¿Te da el cuero para ser cristiano en serio? Si lo vas a ser a medias, dedicate a otra cosa.
¿Te da el cuero para hacer lo que estás pensando, vas a poder soportar lo que eso significa o te vas a quedar en el camino?
Un ejercicio para que hagas siempre, seas cristiano o no, busques a Jesús o no. Un mensaje de Jesús que sirve en todas las índoles de la vida.
De construcciones a medio hacer está lleno el mundo, hay mucha gente que tiene su vida a medio hacer porque se metió en algo que no era para él. ¿Sos una de esas personas? ¿Qué remedio hay, entonces?
Evaluar, analizar y ver qué se puede hacer con esa construcción a medias, readaptarla y ver de qué manera se puede habilitar para que sea una construcción aceptable. Tu vida puede ser esa construcción, no estoy hablando de lo material. Estoy hablando de vos, que sos lo más valioso de la creación, sos el broche de oro que Dios ha puesto en esta tierra.
Pensarla bien antes de invertir, ver los riesgos, un buen consejo para hoy. Amén.

Querido Jesús, a veces creo que sólo hace falta buena voluntad y ganas de luchar, pero eso no es suficiente. Ante muchas situaciones es necesario que me siente a evaluar, a no tentarme por algo de lo cual después me voy a arrepentir. Ayudame a tener una mente clara y a no dejarme engañar por el entusiasmo. Sé que no es fácil, pero sé que es posible. Acosejame, decime qué debo hacer, dale claridad a mi mente, te lo pido a vos que supiste renunciar a todo por amor a nosotros, que vivís y reinás junto a Dios Padre y Espíritu Santo. Amén.