viernes, 27 de julio de 2012

29 de Julio


Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
    y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.

Cada día te bendeciré
    y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

Grande es mi Señor y digno de suprema alabanza;
    su grandeza es insondable.

 Generación a generación celebrará tus obras
    y anunciará tus poderosos hechos.

 En la hermosura de la gloria de tu magnificencia
    y en tus hechos maravillosos meditaré.

Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
    y yo publicaré tu grandeza.

Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
    y cantarán tu justicia.

Clemente y misericordioso es mi Señor,
    lento para la ira y grande en misericordia.

Bueno es mi Señor para con todos,
    y sus misericordias sobre todas sus obras.

¡Te alaben, mi Señor, todas tus obras,
    y tus santos te bendigan!

La gloria de tu reino digan
    y hablen de tu poder,

para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos
    y la gloria de la magnificencia de su reino.

 Tu reino es reino de todos los siglos
    y tu señorío por todas las generaciones.

Sostiene mi Señor a todos los que caen
    y levanta a todos los oprimidos.

Los ojos de todos esperan en ti
    y tú les das su comida a su tiempo.

Abres tu mano
    y colmas de bendición a todo ser viviente.

 Justo es mi Señor en todos sus caminos
    y misericordioso en todas sus obras.

 Cercano está mi Señor a todos los que lo invocan,
    a todos los que lo invocan de veras.

 Cumplirá el deseo de los que lo temen;
    oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.

Mi Señor guarda a todos los que lo aman,
    pero destruirá a todos los impíos.

La alabanza de mi Señor proclamará mi boca.
    ¡Todos bendigan su santo nombre
    eternamente y para siempre!”
Amén.

Curiosidades


En la Biblia la oración es adoración que incluye todas las actitudes del espíritu humano en su acercamiento a Dios. El cristiano adora a Dios cuando le ofrece culto, confesión, alabanza, y súplica por medio de la oración. Esta máxima actividad de que es capaz el espíritu humano también puede llamarse comunión con Dios en tanto se destaque la iniciativa divina. El ser humano ora porque Dios le ha tocado su espíritu. En la Biblia la oración no es una “respuesta natural”: “LO que ha nacido de la carne, carne es”. En consecuencia, el Señor no “oye” todas las oraciones. La doctrina bíblica de la oración destaca el carácter de Dios, la necesidad que siente el ser de la persona de entrar en una relación salvadora o pactual con él, y de entrar plenamente en todos los privilegios y obligaciones de esa relación con Dios.
En cuanto a la práctica de la oración por Jesús, es bien sabido que oraba en secreto; en época de conflicto espiritual; y oró en la cruz. En sus oraciones daba gracias, pedía ser guiado, intercedía, y mantenía comunión con el Padre. Su preocupación en el caso de su oración sacerdotal en Jn.17 fue la unidad de la iglesia.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 6:1-15

“Después de esto, Jesús se dirigió al otro lado del lago de Galilea, el lago de Tiberias. Y una gran multitud lo seguía, porque veía las señales que hacía en los enfermos. Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Ya estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Cuando Jesús alzó la vista y vio que una gran multitud se acercaba a él, le dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan, para que éstos coman?» Pero decía esto para ponerlo a prueba, pues él ya sabía lo que estaba por hacer. Felipe le respondió: «Ni doscientos denarios de pan bastarían para que cada uno de ellos recibiera un poco.» Andrés, que era hermano de Simón Pedro y uno de sus discípulos, le dijo: «Aquí está un niño, que tiene cinco panes de cebada y dos pescados pequeños; pero ¿qué es esto para tanta gente?» Entonces Jesús dijo: «Hagan que la gente se recueste.» Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como cinco mil hombres. Jesús tomó aquellos panes, y luego de dar gracias los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados. Esto mismo hizo con los pescados, y les dio cuanto querían. Cuando quedaron saciados, les dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.» Entonces ellos los recogieron, y con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada a los que habían comido, llenaron doce cestas. Al ver aquellos hombres la señal que Jesús había hecho, dijeron: «Verdaderamente, éste es el profeta que había de venir al mundo.»
Cuando Jesús se dio cuenta de que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo.Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En un tiempo en donde estamos tan acostumbrados a que detrás de una ayuda, hay un interés político partidario, es muy rara la actitud de Jesús.
Por un lado en la multitud de necesitados siente la responsabilidad de hacer algo por ellos. A pesar de ya estar cansado y de haberse refugiado con sus discípulos, cuando alza la vista y los ve desde el monte, se apiada y decide al menos darles algo para que coman, y propone a sus discípulos que lo ayuden es esa tarea.
Una vez que alimenta a la multitud, ante la percepción de que lo quieren hacer rey, esto es que sea su gobernante, se escapa, porque su intención al darles de comer no era otra que la de cubrir en un momento al menos, una parte de sus necesidades.
Y lo que pasa es que por un lado los seres humanos estamos acostumbrados a que todo tiene un costo, y no sólo estoy hablando sobre el costo monetario, sino que detrás de una dádiva, una ayuda, lo que se busca es una afiliación a algo (puede ser un partido político, una iglesia, o cualquier otra institución) y un voto. Todos sabemos que en época de elecciones es cuando ocurren las grandes “repartijas” de cosas o favores.
Jesús nos propone simplemente ser generosos, hacer algo por el otro, aunque no le solucionemos la vida, pero cambiar un poco el momento que están viviendo las personas que sufren. Hacer algo por el otro que le permita seguir adelante en la situación que le toca vivir, que le dé fuerzas, que se sienta amado y contenido.
También nos muestra que cuando nos proponemos hacer algo que es bueno y pedimos a Dios que nos bendiga en la tarea, todo es posible. A veces nos ahogamos en un vaso de agua y creemos que todo depende de nuestras fuerzas, y nos olvidamos que Jesús trabaja a nuestro lado y que él logra lo que nosotros no podemos. De hecho muchas tareas que nos proponemos en nuestras iglesias, cuando las miramos fríamente, no las podríamos hacer, pero una vez que nos decidimos sin mirar tanto nuestros presupuestos, terminamos logrando nuestro objetivo y más todavía.
Un ejemplo claro en nuestra comunidad de Patagones, que en medio de la sequía más profunda comenzó a organizar tés con tortas para recaudar fondos para su sostén. Después, ante el éxito de estas actividades, cuando entraron ladrones al templo, en vez de “achicarse”, repusieron lo robado y comenzaron a reparar el templo con la excusa de hacerlo “más seguro”, hasta que en una jornada de trabajo pintaron el templo por dentro junto con las puertas y persianas. Algo que parecía imposible, se hizo realidad a partir de decir: “Vamos a trabajar de una vez por todas, Dios ya nos va a ayudar”.
Todo lo que se hace con buenas intenciones, pensando no sólo en nosotros mismos, da fruto. Pero si no nos movemos y esperamos que otros lo resuelvan, nunca llegaremos a nada. Si Jesús hubiera quedado encerrado en las ideas de los discípulos que decían que era imposible dar de comer a la multitud, nada hubiera pasado. Pero se dejó llevar por Andrés que trajo los panes y los peces del niño. Sigamos su ejemplo. Amén.

Querido Jesús, vos me mostraste que cuando hago algo pidiendo la bendición de Dios, las cosas salen bien. Perdoname por las muchas veces en que sólo confío en mis propias fuerzas, perdoname por no recurrir a vos cuando tengo alguna idea y me ahogo pensando que igual no sirve de nada. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 20 de julio de 2012

22 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 23

“Mi Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
    junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma.
    Me guiará por sendas de justicia
por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
    no temeré mal alguno,
    porque tú estarás conmigo;
    tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Engalanas mesa delante de mí
    en presencia de mis angustiadores;
    unges mi cabeza con aceite;
    mi copa está desbordando.

Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida,
    y en la casa de mi Señor
moraré por largos días.” Amén.

Curiosidades


La función primaria de los apóstoles era la de testificar de Cristo, y su testimonio estaba basado en años de conocimiento íntimo, experiencias adquiridas duramente, e intensa preparación.
El haber sido testigos de la resurrección de Cristo los convirtió en testigos eficaces de su persona, y él mismo los comisiona para que sean testigos en todo el mundo.
Esa misma comisión introduce un factor de profunda importancia para el apostolado: la venida del Espíritu. Vale decir que el testimonio de los apóstoles con respecto a Cristo no quedó librado a sus impresiones o recuerdos, sino a la guía del Espíritu Santo, de quien también es dicho testimonio: hecho de importancia en la valoración del testimonio apostólico que registran los evangelios.
Por ello los apóstoles constituyen la norma en cuanto a doctrina y comunión en la iglesia del NT. En sus propios días eran considerados columnas, que quizá debamos traducir como “postes indicadores”. La iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 6:30-34

“Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer. Así que se fueron solos en una barca a un lugar apartado. Pero muchos que los vieron partir los reconocieron y los siguieron a pie desde las ciudades. Llegaron antes que ellos, y se reunieron con él. Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque parecían ovejas sin pastor, y comenzó entonces a enseñarles muchas cosas.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es mucha la necesidad y el trabajo en la viña del Señor nunca se termina.
Tanto en los tiempos de Jesús como ahora la gente está angustiada, desesperanzada, agotada, desbordada. Incluso la gente de nuestras comunidades, lejos de estar fortalecidas, están débiles y agobiadas.
¿Qué es lo que les pasa?
Pienso que vivir la fe no es fácil. Lograr ver la presencia de Dios en medio de tantos mensajes de muerte es difícil. Vivimos sobre estimulados de información. Existen canales en donde sólo vemos noticias las 24 horas y cuando decimos noticias siempre son muertes por accidentes, crímenes horrendos, asaltos, guerras, matanzas. Todo esto, más la indiferencia que en general vivimos en las calles se suma a una sensación de que no hay vuelta y que todo está cada día peor.
Mucha gente habla acerca de la juventud perdida, que ha perdido todos los escrúpulos, de la droga y el alcohol, pero en realidad no tienen contacto con jóvenes.
Mi experiencia es que la solidaridad y el deseo de ayudar son inherentes al ser humano. Incluso hoy día, a través de internet se logran actos solidarios increíbles. Hoy, por ejemplo, una persona pidió que la ayudáramos a conseguir dadores de sangre para una operación muy complicada. En una cadena entre mails y facebook, muchas personas respondieron y se comprometieron a difundir esta necesidad espontáneamente. Personas que no se conocen entre sí, pero que son sensibles al sufrimiento del otro.
Esas son pequeñas señales de la presencia de Dios en nuestras vidas, de cómo actúa y a través de quienes actúa. Son ejemplos que debemos compartir con aquellas personas que han perdido la fe, que han perdido las esperanzas.
Cuando en algún momento alguien te hable acerca de lo mal que están las cosas, de cómo la juventud está perdida y nada tiene solución, contale cómo también hay mucha gente atenta a la necesidad del otro, y que muchas veces ni siquiera son cristianos. ¿Cómo vamos a perder las fuerzas los que creemos en Cristo?
Es verdad, hay mucha gente afligida, mucha gente que necesita ayuda, y que muchas veces no encontramos tiempo ni para sentarnos a comer tranquilos. Pero también es verdad que Dios se manifiesta constantemente para que no perdamos la esperanza y vivamos confiados en que nunca nos abandonará, que descansemos en él con la tranquilidad de que nos cuida y nos protege. Amén.

Querido Jesús: a veces estoy cansada, me parece que la tarea que me has encomendado no tiene fin y que muchas veces me siento sola. Pero después te miro y veo tu obra, pienso en la cantidad de cristianos y cristianas que dieron su vida por tu mensaje, y me doy cuenta de que ni estoy sola, ni es tanto lo que hago. ¡Gracias, Señor, porque siempre me das fuerzas, porque estás cuando lo necesito y porque siempre es mucho más lo que recibo que lo que doy! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 13 de julio de 2012

15 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 85

Fuiste oportuno a tu tierra, mi Señor;
    volviste la cautividad de Jacob.

 Perdonaste la maldad de tu pueblo;
    todos los pecados de ellos cubriste.

 Reprimiste todo tu enojo;
    te apartaste del ardor de tu ira.

 Restáuranos, Dios de nuestra salvación,
    y haz terminar tu ira contra nosotros.

¿Estarás enojado contra nosotros para siempre?
    ¿Extenderás tu furia de generación en generación?

¿No volverás a darnos vida,
    para que tu pueblo se regocije en ti?

¡Muéstranos, mi Señor, tu misericordia
    y danos tu salvación!

 Escucharé lo que hablará mi Señor Dios,
    porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
    para que no se vuelvan a la locura.

Ciertamente cercana está su salvación a los que lo temen,
    para que habite la gloria en nuestra tierra.

La misericordia y la verdad se encontraron;
    la justicia y la paz se besaron.

La verdad brotará de la tierra
    y la justicia mirará desde los cielos.

Mi Señor dará también el bien
    y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia irá delante de él
    y sus pasos nos pondrá por camino.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era el calzado en Oriente Medio y en el mundo Grecorromano?
 Los hebreos calzaban predominantemente sandalias. Las femeninas estaban tachonadas con metal cuyo diseño formaba el nombre de la persona amada en la suela, de modo que, a cada paso, quedaba impreso en el suelo.
En Grecia el calzado más común entre los hombres era unas abarcas de buey bien ajustado al tobillo mediante cuerdas entrelazadas, en los estratos sociales más elevados se usaban sandalias más o menos lujosas, y luego el borceguí y la bota.
Las mujeres usaban una especie de zapatilla que cubría  sólo los dedos y la parte anterior del pie, las sandalias griegas correspondían a la solea romana, que usaban hombre y mujeres en sus hogares como los calceus, que cubrían todo el pie.
Los zapatos fememinos podían decorarse en metal y colorear con púrpura.
Algunos de los tipos de calzado griego:
El krepidoi: llevado por ambos sexo para viajar con mal tiempo y para hacer largos tramos en condiciones difíciles, los femeninos eran más flexibles, podían colorearse, y tener una plataforma de corcho para ganar algún centímetro en estatura.
La krepis: sólo para hombres libres, con la lengüeta tallada.
El embádes: era una bota empleada por hombres y mujeres, y el tomaia era completamente cerrado.
El ninfides: era un zapato blanco decorado.
Zapatos de soldados:
Koila: más pesado ideal para recorrer terrenos accidentados.
Endromides: bota masculina que llegaba hasta media pierna.
Akatioi: era un zapato con punta.
El kothornoi teatrali o conturno: tenía una gruesa suela de cuero y fue creado por los griegos para representar en teatro la tragedia y darle altura al actor, diferenciándolo del coro y dando proporción a su figura en relación al tamaño bastante considerable de las máscaras. Los protagonistas cómicos, en cambio, usaban el embádes.
Los jinetes usaban botas con espuelas.
Los karbatinai eran zapatos sencillos, hechos con una pieza única con orificios en la parte del borde por donde pasaban correas que al ajustarse ceñían el pie. Estos zapatos eran tan simples que podían ser realizados fácilmente.
Los podemata tenían clavos en la suela.

Con respecto al calzado romano, tanto el de hombres como de mujeres era el mismo, se diferenciaban en el color y el grosor de la piel.
Había varios tipos de calzado de diferentes características:
El calceus: era de piel, cerrado y atado con correas. Este calzado lo solían llevar los ciudadanos romanos cuando salían de casa con la toga y también los senadores.
La solea o sandalium: estaba formada por tirillas de cuero que pasaban entre los dedos pulgar e índice para adaptarse, después de rodear el talón. Este calzado era informal por lo cual no se lo podían poner cuando llevaban la túnica.
Los cocci o zuecos: podrían ser de diversos materiales como: madera, esparto, papiro o piel. Este calzado sólo se utilizaba para andar por la casa.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 6:7-13

“Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les dio autoridad sobre los espíritus impuros, y les mandó que no llevaran nada para el camino. Aparte de un bastón, no debían llevar mochila, ni pan, ni dinero en el cinto. También podían llevar sandalias, pero no dos mudas de ropa. Les dijo: «Cuando ustedes lleguen a una casa, quédense allí hasta que salgan de ese lugar. Si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.» [De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para los de Sodoma y Gomorra será más tolerable que para aquella ciudad.] Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera. También expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Desde la primera vez que leí las recomendaciones a los discípulos, me llamó muchísimo la atención. Durante muchos años había vivido otra cosa.
El cuidado para que las personas no se ofendan, las invitaciones reiteradas para que no se olviden de la actividad, la condescendencia con que había que tratar a la gente al hablar de los aportes o de cualquiera de las obligaciones normales dentro de una comunidad de fe.
Pero resulta que Jesús no nos enseñó esto, ni con su ejemplo ni con sus palabras y recomendaciones ¡todo lo contrario! Cuando envió a sus discípulos a ir de dos en dos, y de donde no fueran bien recibidos, ni quisieran escuchar el evangelio, no sólo se tenían que ir inmediatamente, sino que debían sacudir el polvo del calzado para que nada quedara de esa gente.
Muchas veces quedamos enganchados con miembros que siempre están desconformes y que constantemente amenazan con abandonar la comunidad por esto o aquello. A veces hasta parecería que están buscando la excusa para hacerlo.
Y nuestra actitud, en vez de irnos y sacudirnos los zapatos, tratamos de agradarlos, de insistirles para que no se vayan, para que se queden, a pesar de que no aportan nada positivo.
Tenemos que aprender de Jesús y sus enseñanzas. De no arrastrarnos por el suelo para que nos acepten, que acepten el mensaje que estamos trayendo. Seguramente el resultado sería muy diferente, porque cuando uno se valora a sí mismo y lo que se tiene, también se es valorado.
Hay mucha gente que está necesitando del mensaje de Jesús, un mensaje que libera, que trae esperanza, que es para todos aquellos que tienen el corazón abierto. Hay muchas personas que están necesitando ser sanadas y liberadas de los culpas y ataduras, no hace falta que corramos detrás de aquellos que no quieren escuchar el mensaje de Cristo.
Es importante que usemos nuestro tiempo y esfuerzo en donde se necesita y en donde hay buena disposición, y a aprender a dejar de lado todo aquello que en realidad es una influencia negativa para nuestra comunidad y que nos hace perder las fuerzas y las ganas. Amén.

Querido Jesús: vos me enseñaste a sacudirme los pies cuando alguien no quiere saber tu mensaje de amor. Ayudame a hacerlo y no sentirme culpable. A dejar atrás a aquellas personas que lo único que hacen es quejarse y desvalorizar el trabajo y las ideas de los demás. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 6 de julio de 2012

8 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 123

“Hacia ti, Señor, levanto mis ojos;
hacia ti, que habitas en los cielos.
Nuestros ojos están puestos en ti,
Señor y Dios nuestro,
como los ojos de los siervos y las siervas
que miran atentos a sus amos y sus amas;
¡esperamos que nos muestres tu bondad!

Muéstranos tu bondad, Señor;
¡muéstranos tu bondad!
¡Ya estamos cansados de que nos desprecien!
¡Ya estamos cansados de tantas burlas
por parte de quienes todo lo tienen!
¡Cansados de que los soberbios nos menosprecien!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo observaba Jesús el día de reposo?

Como Señor del día de reposo, Jesús fue a la sinagoga, como era su costumbre. Su observancia del sábado concordaba con la prescripción veterotestamentaria de considerar ese día santo para el Señor.
En su desacuerdo con los fariseos, nuestro Señor hizo ver a los judíos que lo que ellos entendían acerca del cumplimiento de los mandamientos veterotestamentarios estaba completamente equivocado. Habían tratado de hacer más rigurosa la observancia del sábado de lo que Dios había mandado. No estaba prohibido comer el sábado, aún cuando fuera necesario cortar espigas para ello. Tampoco estaba prohibido hacer el bien el sábado. Curar era una obra de misericordia, y aquel que es Señor del sábado es misericordioso.

El Señor se levantó de los muertos el primer día de la semana, por lo cual desde épocas primitivas dicho día comenzó a convertirse crecientemente en el más importante de la semana y en el cual los creyentes se reunían para el culto de adoración.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 6:1-6

“De allí, Jesús se fue a su tierra, y sus discípulos lo siguieron. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga. Al escuchar a Jesús, muchos se preguntaban admirados: «¿De dónde sabe éste todo esto? ¿Qué clase de sabiduría ha recibido? ¿Cómo es que con sus manos puede hacer estos milagros? ¿Acaso no es éste el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿Acaso no están sus hermanas aquí, entre nosotros?» Y les resultaba muy difícil entenderlo. Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, excepto en su propia tierra, entre sus parientes, y en su familia.» Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro, a no ser sanar a unos pocos enfermos y poner sobre ellos las manos; y aunque se quedó asombrado de la incredulidad de ellos, siguió recorriendo las aldeas de alrededor para seguir enseñando.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Según nos cuenta la Biblia, Jesús no tuvo mucha suerte entre su gente. Todos lo conocían, lo habían visto crecer, conocían su familia y eso hacía que no pudieran ver que ya no era aquel muchachito y que tenía mucho para compartir con ellos. Y esto a pesar de que gente de todos los lugares venía para escucharlo y para que obrara algún milagro en ellos.
Lo mismo nos pasa a nosotros muchas veces. No logramos ver que las personas evolucionan  superan etapas, que las personas se trasforman y pueden hacer mucho bien, aunque en un pasado le conozcamos algunas cosas un tanto oscuras…
A veces juzgamos a las personas porque de niños o de jóvenes cometieron algunas travesuras, imprudencias o desaciertos. Nos cuesta creer que las personas podemos aprender de nuestros errores, y lo curioso es que nos molesta cuando nos tratan de la misma manera.
La buena predisposición del entorno, la aceptación del otro a pesar de su pasado, el creer que las personas  cambian, permite no sólo que la persona pueda mostrar todo lo que sabe, sino que pueda sentirse cómoda y desplegar todos sus dones.
Muchos repiten la frase “nadie es profeta en su tierra”, pero creo que eso no debe ser una regla y que si como cristianos creemos que Cristo nos transforma, debemos tener la amplitud como para vivir lo que afirmamos con nuestras palabras.
Cuando una persona no es aceptada en una sociedad por su familia o por su pasado, se le coarta la posibilidad de mostrar que puede ser alguien valioso y que puede hacer buenas cosas. Todos sabemos que el tiempo, la experiencia y el estudio permiten que nuestras mentes evolucionen y crezcan. Nadie nace médico, ni abogado, ni ingeniero, ni pastor, nacemos con una vocación que en algún momento se despierta, pero la capacitación es la que nos forma y nos permite desarrollar nuestros dones para el bien de la humanidad.
Jesús fue un niño que hizo travesuras y seguramente de jovencito también hizo sus cosas, pero una vez que pasó a la vida pública, estaba listo también para ofrecer todos sus dones incluso a la gente de su pueblo. Eso mismo nos ha pasado a nosotros, y pasará con los niños y jóvenes que tantas veces juzgamos tan duramente. Amén.

Querido Jesús: hoy te pido que me ayudes a abrir mi mente y mi corazón, a no juzgar al otro por lo que hizo alguna vez o por la familia a la que pertenece. Ayudame a mirar con amor a los jóvenes que están buscando su camino, para que pueda a la vez ayudarlos a descubrir su vocación. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.