Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 123
“Hacia ti, Señor,
levanto mis ojos;
hacia ti, que habitas en los cielos.
Nuestros ojos están puestos en ti,
Señor y Dios nuestro,
como los ojos de los siervos y las siervas
que miran atentos a sus amos y sus amas;
¡esperamos que nos muestres tu bondad!
hacia ti, que habitas en los cielos.
Nuestros ojos están puestos en ti,
Señor y Dios nuestro,
como los ojos de los siervos y las siervas
que miran atentos a sus amos y sus amas;
¡esperamos que nos muestres tu bondad!
Muéstranos tu
bondad, Señor;
¡muéstranos tu bondad!
¡Ya estamos cansados de que nos desprecien!
¡Ya estamos cansados de tantas burlas
por parte de quienes todo lo tienen!
¡Cansados de que los soberbios nos menosprecien!” Amén.
¡muéstranos tu bondad!
¡Ya estamos cansados de que nos desprecien!
¡Ya estamos cansados de tantas burlas
por parte de quienes todo lo tienen!
¡Cansados de que los soberbios nos menosprecien!” Amén.
Curiosidades
¿Cómo observaba
Jesús el día de reposo?
Como Señor del
día de reposo, Jesús fue a la sinagoga, como era su costumbre. Su observancia
del sábado concordaba con la prescripción veterotestamentaria de considerar ese
día santo para el Señor.
En su desacuerdo
con los fariseos, nuestro Señor hizo ver a los judíos que lo que ellos
entendían acerca del cumplimiento de los mandamientos veterotestamentarios
estaba completamente equivocado. Habían tratado de hacer más rigurosa la
observancia del sábado de lo que Dios había mandado. No estaba prohibido comer
el sábado, aún cuando fuera necesario cortar espigas para ello. Tampoco estaba
prohibido hacer el bien el sábado. Curar era una obra de misericordia, y aquel
que es Señor del sábado es misericordioso.
El Señor se
levantó de los muertos el primer día de la semana, por lo cual desde épocas
primitivas dicho día comenzó a convertirse crecientemente en el más importante
de la semana y en el cual los creyentes se reunían para el culto de adoración.
Evangelio
Desde
el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Marcos 6:1-6
“De allí, Jesús se fue a su tierra, y sus
discípulos lo siguieron. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar
en la sinagoga. Al escuchar a Jesús, muchos se preguntaban admirados: «¿De
dónde sabe éste todo esto? ¿Qué clase de sabiduría ha recibido? ¿Cómo es que
con sus manos puede hacer estos milagros? ¿Acaso no es éste el carpintero, hijo de María y
hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿Acaso no están sus hermanas aquí,
entre nosotros?» Y les resultaba muy difícil entenderlo. Pero Jesús les dijo: «No
hay profeta sin honra, excepto en su propia tierra, entre sus parientes, y en su familia.» Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro, a
no ser sanar a unos pocos enfermos y poner sobre ellos las manos; y aunque se quedó asombrado de la incredulidad de
ellos, siguió recorriendo las aldeas de alrededor para seguir enseñando.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Según
nos cuenta la Biblia, Jesús no tuvo mucha suerte entre su gente. Todos lo
conocían, lo habían visto crecer, conocían su familia y eso hacía que no
pudieran ver que ya no era aquel muchachito y que tenía mucho para compartir
con ellos. Y esto a pesar de que gente de todos los lugares venía para
escucharlo y para que obrara algún milagro en ellos.
Lo
mismo nos pasa a nosotros muchas veces. No logramos ver que las personas
evolucionan superan etapas, que las
personas se trasforman y pueden hacer mucho bien, aunque en un pasado le
conozcamos algunas cosas un tanto oscuras…
A
veces juzgamos a las personas porque de niños o de jóvenes cometieron algunas
travesuras, imprudencias o desaciertos. Nos cuesta creer que las personas
podemos aprender de nuestros errores, y lo curioso es que nos molesta cuando
nos tratan de la misma manera.
La
buena predisposición del entorno, la aceptación del otro a pesar de su pasado,
el creer que las personas cambian,
permite no sólo que la persona pueda mostrar todo lo que sabe, sino que pueda
sentirse cómoda y desplegar todos sus dones.
Muchos
repiten la frase “nadie es profeta en su tierra”, pero creo que eso no debe ser
una regla y que si como cristianos creemos que Cristo nos transforma, debemos
tener la amplitud como para vivir lo que afirmamos con nuestras palabras.
Cuando
una persona no es aceptada en una sociedad por su familia o por su pasado, se
le coarta la posibilidad de mostrar que puede ser alguien valioso y que puede
hacer buenas cosas. Todos sabemos que el tiempo, la experiencia y el estudio
permiten que nuestras mentes evolucionen y crezcan. Nadie nace médico, ni
abogado, ni ingeniero, ni pastor, nacemos con una vocación que en algún momento
se despierta, pero la capacitación es la que nos forma y nos permite
desarrollar nuestros dones para el bien de la humanidad.
Jesús
fue un niño que hizo travesuras y seguramente de jovencito también hizo sus
cosas, pero una vez que pasó a la vida pública, estaba listo también para
ofrecer todos sus dones incluso a la gente de su pueblo. Eso mismo nos ha
pasado a nosotros, y pasará con los niños y jóvenes que tantas veces juzgamos
tan duramente. Amén.
Querido
Jesús: hoy te pido que me ayudes a abrir mi mente y mi corazón, a no juzgar al
otro por lo que hizo alguna vez o por la familia a la que pertenece. Ayudame a
mirar con amor a los jóvenes que están buscando su camino, para que pueda a la
vez ayudarlos a descubrir su vocación. Te lo pido en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Paso visitando su blog, reciban muchas bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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