sábado, 27 de febrero de 2010

28 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 27

“Mi Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer? Mi Señor, el refugio de mi vida,
¿por quién he de temblar?

Cuando se acercan contra mí los malhechores
a devorar mi carne,
son ellos, mis adversarios y enemigos,
los que tropiezan y sucumben.
Aunque acampe contra mí un ejército,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
estoy seguro en ella.

Una cosa he pedido a mi Señor,
una cosa estoy buscando:
morar en la Casa de mi Señor,
todos los días de mi vida,
para gustar la dulzura de mi Señor
y cuidar de su Templo.

Que él me dará cobijo en su cabaña
en día de desdicha;
me esconderá en lo oculto de su tienda,
sobre una roca me levantará.

Y ahora se alza mi cabeza
sobre mis enemigos que me hostigan;
en su tienda voy a sacrificar,
sacrificios de aclamación.

Cantaré, salmodiaré a mi Señor.

Escucha, mi Señor, mi voz que clama,
¡tenme piedad, respóndeme!
Dice de ti mi corazón:
‘Busca su rostro’.
Sí, mi Señor, tu rostro busco:
No me ocultes tu rostro.

No rechaces con cólera a tu siervo;
tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
mi Señor me acogerá.

Enséñame tu camino, mi Señor,
guíame por senda llana,
por causa de los que me asechan;
no me entregues al ansia de mis adversarios,
pues se han alzado contra mí falsos testigos,
que respiran violencia.
¡Ay, si estuviera seguro de ver la bondad de mi Señor
en la tierra de los vivos!
Espera en mi Señor, ten valor y firme corazón,
espera en mi Señor.” Amén.
Curiosidades

¿Qué es la transfiguración de Jesús y por qué aparecen Moisés y Elías?

La transfiguración marca una etapa importante en la revelación de Jesús como el Cristo y el Hijo de Dios. Se trata de una experiencia semejante a la del bautismo. Aquí su gloria es revelada no sólo por sus hechos, sino de un modo más personal. La gloria denota la presencia real, porque el reino está en medio de su pueblo.
Hay muchos rasgos en relación con el relato que derivan su significación del A.T. Moisés y Elías representan la Ley y los profetas, que se cumplen, y son reemplazados por él. Los dos habían tenido visiones de la gloria de Dios sobre el monte, Moisés en el Sinaí, y Elías en Horeb. Ninguno de los dos dejó una tumba conocida. La ley de Moisés y la venida de Elías se mencionan juntas en los últimos vv. del A.T. Los dos hombres ante la tumba vacía y en el momento de la ascensión, y los “dos testigos” se identifican a veces con Moisés y Elías. La voz celestial que dijo, “este es mi Hijo amado; a él oíd”, individualiza a Jesús no sólo como el Mesías sino también como el Profeta de Dt.18:15 ss.
La nube simboliza la protección de la presencia divina. Hay una nube que recibe a Cristo y lo arrebata de la vista de sus discípulos en el momento de la ascensión. El regreso de Cristo será con nubes.
La transfiguración es, por tanto, un punto central en la revelación del reino de Dios, por cuanto se remonta al A.T. y muestra la forma en que Cristo lo cumple, y luego vuelve la mirada hacia los grandes acontecimientos de la cruz, la resurrección, y la parusía. Pedro estaba equivocado cuando trató de hacer que el experimento adquiriese permanencia. Todo lo que hacía falta era la presencia de Jesús solo, y que prestaran atención a su voz.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 9:28b-36

… tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: ‘Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías’, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: ‘Este es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo’. Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchos cristianos se han sentido tentados de apartarse del mundo, de hacerse una especie de “isla sagrada” en donde sólo están ellos, sin ningún tipo de contaminación. Los monasterios y los conventos tienen algo que ver con esto, pero también dentro del mundo protestante podemos ver estos intentos de alejarse de la vida cotidiana de los seres humanos comunes y corrientes. Calvino, con su ciudad de Dios, los menonitas, con sus comunidades, algunas iglesias evangélicas, que, aunque no viven en una comunidad aparte, sólo se reúnen entre sí, y no comparten nada con el resto de la gente que no pertenece a su comunidad, escuchan sólo radios evangélicas, ven canales evangélicos, no van a los lugares de dispersión de las demás personas: bailes, cines, discotecas, etc.
Pero, cuando Jesús vino al mundo, cuando caminó entre nosotros, él se zambulló en la vida de las personas, sin hacer diferencias: habló con una mujer samaritana en el pozo, aceptó la invitación de Zaqueo a comer a su casa junto a sus amigos, buscó un grupo de discípulos que estaban lejos de ser personas reconocidas por la sociedad, y menos aún por el mundo religioso.
Jesús nos enseñó que para dar testimonio tenemos que andar entre la gente, ayudando y siendo útiles a todos aquellos que nos necesitan. Jesús nos enseñó que de ninguna manera podemos dar testimonio de él alejados de la realidad de las personas, sobre todo de aquellas que más necesitan de su mensaje de amor.
Por eso te estoy hablando ahora desde una radio común, en medio de cualquier programa, porque así tiene que ser: sólo podemos dar a conocer el mensaje liberador de Jesucristo si nos metemos hasta el cuello en el mundo y todos sus problemas y contradicciones.
Pedro, cuando sintió tanta paz y armonía en el monte, cuando Jesús se mostró con toda su gloria, y quiso quedarse así para siempre, Jesús lo cortó y le hizo saber adónde debía dar testimonio, adónde lo estaban necesitando.
Es mucho más fácil encerrase y hacerse un mundo propio con todos los que piensan lo mismo, pero, ¿se crece así? ¿se renueva el mensaje?
No, de ninguna manera. Jesús vino al mundo para salvarlo y para que todos tuviéramos la oportunidad de conocerlo. Jesús vino al mundo para enseñarnos que podemos vivir mejor y más felices. Jesús vino al mundo para que vos, que tal vez todavía no te has decidido, formes parte de los suyos. Amén.

Querido Jesús, te pido porque cada día pueda ser útil sirviéndote; que siempre esté dispuesta a ser un instrumento tuyo, a ayudar a quien lo necesite; te pido que sienta siempre la necesidad de estar con otros, con otras, de conocer sus necesidades, sus problemas, y de esta manera acercarles una palabra de aliento, un gesto de amor que muestre que es posible seguir remándola en este mundo cargado de dificultades y contradicciones. Te lo pido en tu nombre, y en el del Padre y el Espíritu Santo que reinan junto a vos por siempre. Amén.

viernes, 19 de febrero de 2010

21 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 91

“El que mora en el secreto de Elyón
pasa la noche a la sombra de Sadday,
diciendo a mi Señor: ‘¡Mi refugio y fortaleza,
mi Dios, en quien confío!’
Que él te libra de la red del cazador,
de la peste funesta;
con sus plumas te cubre,
y bajo sus alas tienes un refugio:
escudo y armadura es su verdad.
No temerás el terror de la noche,
ni la saeta que de día vuela,
ni la peste que avanza en las tinieblas,
ni el azote que devasta a mediodía.
Aunque a tu lado caigan mil
y diez mil a tu diestra,
a ti no ha de alcanzarte.
Basta con que mires con tus ojos,
verás el galardón de los impíos,
tú que dices: ‘¡Mi refugio es mi Señor!’,
y tomas a Elyón por defensa.
No ha de alcanzarte el mal,
ni la plaga se acercará a tu tienda;
que él dará orden sobre ti a sus ángeles
de guardarte en todos tus caminos.
Te llevarán ellos en sus manos,
para que en piedra no tropiece tu pie;
pisarás sobre el león y la víbora,
hollarás al leoncillo y al dragón.
Pues él se abraza a mí, yo he de librarle;
le exaltaré, pues conoce mi nombre.
Me llamará y le responderé;
estaré a su lado en la desgracia,
le libraré y le glorificaré.
Hartura le daré de largos días,
y haré que vea mi salvación.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era el templo de los tiempos de Jesús?

Herodes, a principios del 19 a.C., en un intento de reconciliarse con los judíos, construye el templo, que si bien la estructura principal se logró en 10 años, la obra se finalizó recién en el año 64 d.C.
Como base para los edificios del templo, y a fin de proporcionar un lugar de reunión, se niveló una extensión de unos 450 m de N a S y unos 300 m de E a O. en algunos lugares se cortó la superficie de la roca, pero una buena parte fue nivelada con escombros, y todo el espacio fue encerrado con un muro de bloques macizos de piedra. En el rincón SE, mirando hacia la garganta del Cedrón, el patio se encontraba a unos 45 m por encima de la roca. Tal vez el parapeto sobre este rincón hay sido el pináculo del templo. Todavía existen porciones de este muro. Una puerta atravesaba el muro N, pero aparentemente no se usaba nunca, y otra atravesaba el muro en el lado E (bajo la actual puerta de Oro). Rastros de las dos puertas de Herodes en el lado S pueden verse todavía debajo de la mezquita de el-Aqsa. Había rampas que llevaban de estas puertas al nivel del patio. Cuatro puertas daban de frente a la ciudad en el lado occidental. En el rincón NO la fortaleza Antonia dominaba el recinto. Esta era la residencia de los procuradores cuando se encontraban en Jerusalén, y su guarnición estaba siempre lista para sofocar cualquier disturbio en el templo. La vestidura del sumo sacerdote se guardaba allí en señal de sujeción.
El patio exterior del templo estaba rodeado de un pórtico, dentro de los muros. Según la descripción de Josefo, el pórtico S tenía cuatro hileras de columnas que se llamaba pórtico Real. Los pórticos de los otros lados tenían dos hileras cada uno. El pórtico de Salomón se extendía a lo largo del lado E. en estas columnatas funcionaban las escuelas de los escribas y allí se llevaban a cabo los debates; y los mercaderes y cambistas tenían allí sus puestos. La parte interior estaba algo más alta que el patio de los gentiles, y estaba rodeada por una balaustrada. Avisos en griego y en latín advertían que las autoridades del templo no se hacían responsables de la probable muerte del gentil que se aventurase a entrar. Dos de dichas inscripciones han sido encontradas. Cuatro puertas daban acceso en los lados N y S, y una en el lado E. Ésta última tenía puertas de artesanía de bronce corintia y puede haber sido la puerta llamada la Hermosa.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 4:1-13

Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan’. Jesús le respondió: ‘Esta escrito: No sólo de pan vive el hombre’.
Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; y le dijo el diablo: ‘Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. Si, pues, me adoras, toda será tuya’. Jesús le respondió: ‘Esta escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto’.
Lo llevó a Jerusalén, y lo puso sobre el alero del Templo, y le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; porque está escrito:
A sus ángeles te encomendará para que te guarden’. Y: En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna’.
Jesús le respondió: ‘Está dicho:
No tentarás al Señor tu Dios’.
Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.”
Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas veces he escuchado de algunas personas: “¿De qué me valió estar toda la vida en la iglesia, haciendo todas las cosas, si igual tengo problemas de salud, la plata siempre escasea, y mis hijos, a quienes crié dentro de la iglesia, ahora que son grandes, no van?” También me han dicho: “Al final, mucho estar en la iglesia, e igualmente te pasa de todo, ¿qué Dios es ése que tenés, que no te protege, al contrario, es como que adrede se ensaña con vos?
Palabras que tiran abajo… personas que siembran dudas… que buscan alejarme de mi fe. Personas que, como no creen, y parece que les molestara la fe de otras personas, buscan molestar, sembrar cizaña…
Es curioso porque no importa dónde busques en la Biblia, en ningún lado dice que aquellas personas que confían en Dios van a tener privilegios especiales aquí en la tierra, sino todo lo contrario. Al igual que Job, seremos probados y daremos testimonio de que se puede caminar contra la corriente, no dejarse llevar por la corrupción, la mediocridad y la destrucción. Ser cristianos no es fácil, porque a cada momento seremos y somos tentados por todo aquello que nos aleja de Dios: egoísmo, envidia, ambición, rencor…
No es fácil ser cristiano, pero hay muchas cosas que valen la pena: la solidaridad, la vida comunitaria, el amor y la aceptación mutua, con todos nuestros defectos y mañas… eso también es parte de la vida del cristiano. Sentir que somos especiales no sólo para Dios, sino para nuestros hermanos y hermanas en la fe, porque cuando estamos mal se preocupan por nosotros, oran por nosotros. Todo eso es bueno y muy estimulante.
Encontrarnos en un retiro, un taller, un encuentro, reflexionando textos de la Biblia y ver cómo es siempre actual, cómo habla de todas las cosas que nos pasan, y nos dan herramientas para lograr caminar por esta vida llena de obstáculos, pero también repleta de momentos y de personas maravillosas.
Es verdad, a simple vista no es posible percibir la diferencia, incluso pareciera que aquellas personas que sólo luchan por sí mismas, para su propia satisfacción, les va mejor. Por eso es algo difícil de explicar, es algo para experimentar y que vos, que estás escuchando ahora, estás invitado a hacerlo, cuando quieras, cuando te animes, cuando al fin rompas con tus prejuicios y aceptes la propuesta de Jesús. Amén.

Querido Dios, sé que muchas veces no resulta fácil ser cristiana en este mundo cargado de contradicciones, de personas que nos ponen palos en el camino; sé que a veces es difícil mantenerme firme y confiar en que vale la pena seguirte y seguir tu camino, que a la vez está cargado de tantas bendiciones que se manifiestan a diario.
Hacé que pueda ver esas pequeñas cosas, esos pequeños gestos de amor de nuestros hermanos y hermanas, y sea esto lo que me anime a continuar.
Te lo pido en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina junto a vos y al Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén.

sábado, 13 de febrero de 2010

14 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 1

“¡Dichoso el hombre que no sigue
el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta,
mas se complace en la ley de mi Señor,
su ley susurra día y noche!

Es como un árbol plantado
junto a corrientes de agua,
que da a su tiempo el fruto,
y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien.

¡No así los impíos, no así!
Que ellos son como paja que se lleva el viento.
Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos,
ni los pecadores en la comunidad de los justos.
Porque mi Señor conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos se pierde.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significan los ayes?

La palabras “ay” es la traducción de la interjección griega ouai, que significa “pobre de”. Cuando Jesús dice: “¡Ay de ti!”, no es tanto que esté pronunciando un juicio definitivo sino deplorando la condición desgraciada, a la vista de Dios, de aquellos a quienes se está dirigiendo. Esa condición radica en buena medida en el hecho de que viven en un paraíso de necios, inconscientes de la desdicha que les espera. El estado de los que se afanan por lo material, de los insatisfechos de sí mismos, de los impenitentes e indiferentes, de los que son universalmente populares es, según la declaración de Jesús, desgraciado. En forma semejante, la lastimosa condición de los fariseos y los escribas estriba, les dice Jesús, en el celo hipócrita, la falta de proporción, el amor a la ostentación, y el engreimiento, que desfiguran su religión.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 6:17.20-26

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía:
‘Bienaventurados los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.Bienaventurados los que tienen hambre ahora, porque serán saciados.
Bienaventurados los que lloran ahora, porque reirán.
Bienaventurados serán cuando los hombres los odien, cuando los expulsen, los injurien y proscriban sus nombres como malo, por causa del Hijo del hombre.
Alégrense ese día y salten de gozo, que su recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.
‘Pero ¡ay de ustedes, los ricos!, porque han recibido su consuelo.
¡Ay de ustedes, los que ahora están hartos!, porque tendrán hambre.
¡Ay de los que ríen ahora!, porque tendrán aflicción y llanto.
¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de ustedes!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Cuál es la fuerza sanadora de Jesús?
¿Vos creés que Jesús sana o pensás que los milagros sólo ocurrían antes, que ahora nada de eso existe?
No te estoy hablando ni prometiendo lo que otros proclaman como “pare de sufrir”, no te estoy hablando ni de talismanes, ni de agua bendita ni del Jordán, ni de entregar todos tus bienes a cambio de tu salud, de tu bienestar.
Jesús sana, a pesar de tantos años que han pasado, su fuerza permanece intacta. Y su fuerza te puede sanar, ahora mismo, si vos se lo permitís.
Yo tengo un amigo, Juan Diego, que es un sacerdote católico, que pertenece a la Cruzada del Espíritu Santo, el movimiento carismático llevado adelante por el padre Ignacio. Él es lo que llamamos un “cura sanador”. En una de nuestras charlas, él me decía que la gente buscaba aferrarse a él, pero que siempre le explicaba que el poder es de Jesús, de Dios, del Espíritu Santo, pero no de él, que él sólo es una herramienta. La persona confía en que va a ser liberada de sus cargas, de sus preocupaciones, de sus problemas, y entonces, algunos de sus problemas de salud, que tienen que ver con la somatización, desaparecen.
Nuestras angustias, nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nos enferman. ¿Cuántas personas toman pastillas para dormir, tranquilizantes o cosas similares? ¿Vos sos una de ellas? Entonces, escuchame: cuando estés mal, cuando te sientas atrapado, cuando no le encontrás la vuelta, hablá con Jesús, contale todo lo que te pasa, pensá que te está escuchando y que está dispuesto a darte una mano, un alivio, un hombro en donde llorar, en donde descargarte. Y si de noche no lográs conciliar el sueño, la cabeza te va a mil por hora: rezá, pedile a Dios que te ayude, rezá el padrenuestro y vas a ver que tu cuerpo se irá relajando, tu mente se irá tranquilizando… si eso no te alcanza, leé algún Salmo: el 1, el 5, el 23, el 126, el 128… todos te van a tranquilizar, te van a sacar del eje, vas a dejar que Dios resuelva las cosas que para vos son imposibles, y tu salud también va a mejorar.
¿Qué tal? ¿te animás al desafío? En poco tiempo vas a ver el resultado, como dice la propaganda. Amén.

Querido Dios, ¡Qué lindo es saber que en vos encuentro paz, que puedo confiar en tu poder sanador, que puedo descansar tranquila si hablo con vos, si te cuento mis problemas, y te pido tu ayuda!Gracias por ser ese padre, esa madre amorosa, que se preocupa por cada uno de sus hijos e hijas; te pido que siempre que tenga un problema, me dirija a vos, y confíe en esa fuerza, en ese poder sanador que puede calmarnos, sanarnos y de esta manera, que pueda llevar una vida más tranquila. Te lo pido en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina junto a vos y al Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén.

martes, 2 de febrero de 2010

7 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 138

“Te doy gracias, mi Señor, de todo corazón,
pues tú has escuchado las palabras de mi boca.
En presencia de los ángeles salmodio para ti,
hacia tu santo Templo me prosterno.

Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad,
pues tu promesa ha superado tu renombre.
El día en que grité, tú me escuchaste,
aumentaste la fuerza en mi alma.
Te dan gracias, mi Señor, todos los reyes de la tierra,
porque oyen las promesas de tu boca;
y cantan los caminos de mi Señor:
‘¡Qué grande la gloria de mi Señor!
¡Excelso es mi Señor, y ve al humilde,
al soberbio le conoce desde lejos!’
Si ando en medio de angustias, tú me das la vida,
frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano
y tu diestra me salva:
mi Señor lo acabará todo por mí.
¡Oh mi Señor, es eterno tu amor,
no dejes la obra de tus manos!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era la venta y la preparación del pescado en los tiempos de Jesús?

En Jerusalén existía una puerta de Pescado (probablemente en el lado N de la ciudad) por la que pasaban los mercaderes para introducir los pescados que vendían a la población. Por Nehemías 13:16 sabemos que después del exilio vivían en la ciudad vendedores de pescado tirios. En los tiempos bíblicos, los métodos más comunes de preparar el pescado para comer eran asarlo, salarlo y dejarlo secar.
El pescado que vendían los tirios en Jerusalén probablemente era salado, como también los pequeños pescados que se usaron en la alimentación de los 5.000 y los 4.000.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 5:1-11

Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: ‘Boga mar adentro, y echen sus redes para pescar’. Simón le respondió: ‘Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes’. Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: ‘Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador’. Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: ‘No temas. Desde ahora serás pescador de hombres’. Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Ha llegado Jesús a tu vida?
¿Te sentís demasiado “pecador” para que esto ocurra?
¿Te sentís indigno de que entre en tu vida?
Pensá en el criterio que Jesús tuvo para elegir a sus discípulos: eran hombres simples, sin preparación, personas como vos y como yo, que trabajaban, sufrían, luchaban, se decepcionaban, pero cuando Jesús les propuso intentar una vez, más, en su nombre lo hicieron, en el nombre de Jesús, intentaron suerte una vez más, y la pesca fue como jamás en la vida habían visto.
Lo que hizo de aquellos pescadores, discípulos de Jesús, fue su confianza, el creer que tal vez, si él lo pedía, a pesar de una larga noche sin suerte, en un momento totalmente inusual, se embarcaron. Y el resultado fue increíble.
Jesús hace posible lo que el esfuerzo de muchas horas de trabajo y develo no lograron, y eso cambia el corazón de los discípulos, hasta el punto de dejar todo y seguirlo.
¿No te pasa que tu vida te está resultando pesada? ¿no te pasa que muchas veces sentís que estás tirando y empujando del carro y no lográs avanzar? ¿Qué todo tu esfuerzo no lleva a nada y sólo vivís frustración tras frustración?
¿Nunca se te ocurrió pedirle una mano a Jesús? ¿no se te ha ocurrido hacer las cosas, lo que sea, en su nombre, dejando que obre en tus asuntos cotidianos?
Fijate que no hace falta que seas “especial”. No hace falta que seas una persona muy “religiosa” o muy allegada a la iglesia. Lo que Jesús necesita es que le des una oportunidad para manifestarse en tu vida. Y hoy es el momento, hoy es el día en que, si vos querés, te cambie la vida y te ayude a cargar con todo aquello que te pesa, que te agobia.
Un pescador que vuelve a la costa con la barca vacía, después de haber lidiado con el mar, el viento, la marea… un pescador que llega agotado a la costa, agotado y decepcionado por volver con las redes vacías, sólo puede aceptar la propuesta de ir mar adentro nuevamente porque confía en que quien se lo está ordenando, sabe lo que dice.
Y Jesús sabe lo que te dice: “¡Dale, animate, hacé un esfuerzo más, yo te voy a recompensar y mucho!” Jesús está esperando que le permitas entrar en tu vida, y te invita a hacer todo en su nombre, porque ahí va a estar a tu lado, bendiciéndote. Amén.

Querido Jesús, hoy te pido que me ayudes a aferrarme a vos, en esos momentos en que parece que todo se viene abajo, que siento que nada vale la pena; en esos ratos que me dan ganas de tirar todo…
¡Dame fuerzas, confianza, contagiame de optimismo, de valentía, de ánimo! para creer que si lo intento nuevamente, con tu ayuda es posible lograr lo que me proponga; hacé que recuerde a los discípulos echando las redes nuevamente y de esta manera pueda yo hacer lo mismo.
Te lo pido en tu nombre y en el del Padre y el Espíritu Santo que reinan junto a vos por siempre. Amén.

31 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 71

“A ti, mi Señor, me acojo,
¡no sea confundido jamás!
¡Por tu justicia sálvame, libérame!
tiende hacia mí tu oído y sálvame!
¡Sé para mí una roca de refugio,
alcázar fuerte que me salve,
pues mi roca eres tú y mi fortaleza.
¡Dios mío, líbrame de la mano del impío,
de las garras del perverso y del violento!
Pues tú eres mi esperanza, Señor,
mi Señor, mi confianza desde mi juventud.
En ti tengo mi apoyo desde el seno,
tú mi porción desde las entrañas de mi madre;
¡en ti sin cesar mi alabanza!

Soy el asombro de muchos,
mas tú eres mi seguro refugio.
Mi boca está repleta de tu loa,
de tu gloria todo el día.

A la hora de mi vejez no me rechaces,
no me abandones cuando decae mi vigor.
Porque de mí mis enemigos hablan,
los que espían mi alma se conciertan:
‘¡Dios le ha desamparado, perseguidle,
apresadle, pues no hay quien le libere!’
¡Oh Dios, no te estés lejos de mí,
Dios mío, ven pronto en mi socorro!
¡Confusión y vergüenza sobre aquellos
que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza
los que buscan mi mal!

Y yo, esperando sin cesar,
más y más te alabaré;
publicará mi boca tu justicia,
todo el día tu salvación.
Y vendré a las proezas de mi Señor,
recordaré tu justicia, tuya sólo.
¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido,
y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas!
Y ahora que llega la vejez y las canas,
¡oh Dios, no me abandones!,
para que anuncie yo tu brazo a todas las edades venideras,
¡tu poderío y tu justicia, oh Dios, hasta los cielos!

Tú que has hecho grandes cosas,
¡oh Dios!, ¿quién como tú?
Tú que me has hecho ver tantos desastres y desgracias,
has de volver a recobrarme.
Vendrás a sacarme de los abismos de la tierra,
sustentarás mi ancianidad, volverás a consolarme,

Y yo te daré gracias con las cuerdas del arpa,
por tu verdad, Dios mío;
para ti salmodiaré a la cítara,
oh Santo de Israel.

Exultarán mis labios cuando salmodie para ti,
y mi alma, que tú has rescatado.
También mi lengua todo el día
musitará tu justicia:
porque han sido avergonzados, porque han enrojecido,
los que buscaban mi desgracia.” Amén.
Curiosidades

¿Quién era la viuda de Sarepta?

La viuda de Sarepta era una mujer que tenía un hijo, y que aparte de su condición de viuda, era muy pobre. Dios había enviado al profeta Elías a Sarepta, para encontrarse con esta mujer. A pesar de que no tenía más que un poco de harina y un poco de aceite para amasarse el último pan, ante el pedido de Elías, amasó el pan, pero para dárselo a él. A partir de ese momento tanto la tinaja del pan como la orza de aceite nunca se vaciaron.
Después de esto, el hijo de la viuda cayó enfermo, y al poco tiempo murió, porque la enfermedad era muy fuerte. Entonces ella se enojó con Elías y con su Dios. Elías tomó al niño y subió a la habitación de arriba donde él vivía, y lo acostó en su cama; después clamó Dios pidiendo ayuda, se tendió tres veces sobre el niño, e invocó a Dios que lo volviera a la vida, y así fue. Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación y se lo dio a su madre. Entonces la mujer reconoció que Elías era un hombre de Dios y que de su boca salían palabras también palabras de Dios.
Si querés leer esta historia en la Biblia, la podés encontrar en 1 Reyes 17:7-24.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 4:16-30

Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:
‘El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor’.
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: ‘Esta Escritura, que acaban de oír, se ha cumplido hoy’. Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca.
Y decían: ‘¿No es éste el hijo de José?’
Él les dijo: ‘Seguramente me van a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria’. Y añadió: ‘En verdad les digo que ningún profeta es bien recibido en su patria’.
‘Les digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio’.Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira;y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Sólo puede ser ayudada aquella persona que busca y quiere ayuda. Sólo escucha el que quiera escuchar, lo mismo que sólo el que quiere ver la realidad, la ve.
Es muy difícil llegar a alguien que está encerrado en sus ideas y teoría. Por más que le hables, le expliques o le argumentes, no te va a escuchar, no va a reaccionar. Sólo cuando le haga el “click”.
Muchas veces una persona está mal, y los integrantes de la familia le hablan y buscan que los escuchen de diferentes maneras, pero no logran nada; y después, viene una persona de afuera diciendo lo mismo, y ahí ella la escucha, y todo se resuelve como mágicamente. Es muy común esto que te digo, y seguro que conocés algún caso. Tal vez sea el tuyo.
Parecería que es más fácil escuchar a un extraño o contarle algo, que admitir algunas cosas a personas que nos conocen desde siempre o peor todavía, a personas a las que vimos crecer, como es el caso de los hijos.
Es muy difícil tener autoridad entre las personas que nos conocen desde siempre, y esto tiene que ver con el orgullo, la ignorancia, el miedo. ¿Por qué prefiero ir a un médico que vino a afuera y no a quien se crió en el pueblo, se fue a estudiar y vuelve para ejercer su profesión en el lugar donde nació? ¿No es también un profesional serio o tengo miedo que mezcle las cosas? ¿No seré yo quien está mezclando las cosas?
Yo creo que depende de uno, depende de vos, por ejemplo, que tengas una cabeza abierta como para no dejarte llevar por los preconceptos o por los sentimientos. El orgullo, la ignorancia, el miedo suelen ser nuestros enemigos, y los que nos vuelven ciegos. El dar la oportunidad a cada persona a demostrar quién es y qué es lo que vale, es muy importante. No juzgar a una persona por sus padres, por lo que hizo en su adolescencia… darle una oportunidad, ésa que me va a hacer bien a mí, no sólo al otro.
La sabiduría de Jesús era reconocida en todos lados, pero en su lugar, en Nazaret, en donde se había criado, no podían despegar su persona de su origen. Dicen: ‘¿No es este el hijo de José?’, ¡y qué importa, si sus palabras te conmovieron, te llegaron al corazón!
¡Cuántas veces nos pasa esto! ¡Cuántas veces te pasa a vos! Te escuchás a vos mismo diciendo este tipo de cosas. Pero cuántas otras, por esta misma razón vos no has sido escuchado, no te han tenido en cuenta.
Por eso, te propongo desde hoy: ‘No más la frase: nadie es profeta en su tierra’, sino ‘Vamos a escucharlo, vamos a darle la oportunidad que nos muestre quién es y qué puede hacer, qué es lo que puede aportar para mejorar nuestro entorno’. Amén.

Querido Jesús: ¡Qué complicados que somos! Somos demasiado desconfiados: que si no lo conozco, que lo conozco demasiado… ¡Cuándo voy a dejar de lado mis preconceptos, esa costumbre mía de desconfiar y de dejarme llevar por los comentarios de los demás! A veces es mi orgullo, a veces la envidia, a veces ¡ni yo sé por qué tengo estas actitudes, por qué desconfío! Ayudame a darle oportunidades a la gente, a esa gente que conozco pero no tan bien. Que sé donde vive, sé de su familia, pero eso no debería ser una razón para relativizar sus conocimientos o la ayuda que pudiera darme. Ayudame, Señor, a conocer los corazones de las personas que me rodean y a tener buenos pensamientos acerca de ellas. Sé que vos me vas a ayudar y a alertar si algo no está bien, y que puedo dejar en tus manos la justicia. Sólo te pido sabiduría y mente abierta, lo demás te lo dejo a vos, mi guía y protector. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.