viernes, 29 de junio de 2012

1 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 30

“Te alabo, Señor, porque me has salvado;
porque no dejaste que mis enemigos
se burlaran de mí.
Mi Señor y Dios,
te pedí ayuda, y tú me sanaste;
tú, Señor, me devolviste la vida;
¡me libraste de caer en el sepulcro!

Ustedes, pueblo fiel del Señor,
¡canten salmos y alaben su santo nombre!
Su enojo dura sólo un momento,
pero su bondad dura toda la vida.
Tal vez lloremos durante la noche,
pero en la mañana saltaremos de alegría.

En mi prosperidad llegué a pensar
que nunca conocería la derrota.
Y es que tú, Señor, con tu bondad,
me mantenías firme como un baluarte.
Pero me diste la espalda, y quedé aterrado.

A ti, Señor, seguiré clamando,
y jamás dejaré de suplicarte.
¿Qué ganas con que yo muera,
con que baje yo al sepulcro?
¿Acaso el polvo podrá alabarte?
¿Acaso el polvo proclamará tu verdad?
¡Escúchame, Señor, y tenme compasión!
¡Nunca dejes, Señor, de ayudarme!
Tú cambias mis lágrimas en danza;
me quitas la tristeza y me rodeas de alegría,
para que cante salmos a tu gloria.
Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado!
¡siempre te daré gracias!” Amén.

Curiosidades

En los evangelios dicen que los que hacían duelo en la casa de Jairo “lloraban y lamentaban mucho”, formando una gran multitud y provocando un gran disturbio; presumiblemente se golpeaban en el pecho en señal de dolor. En forma similar, cuando Esteban fue sepultado hubo “gran llanto”.
Jairo contrató músicos para acompañar el duelo, supuestamente para acompañar una endecha formal tanto en la casa como durante la procesión; porque Josefo dice que en 67 d.C. en Jerusalén (cuando hubo fracasado la revuelta judía en Galilea), “…muchos contrataban flautistas que acompañaban sus endechas”.
Posteriormente una ley rabínica impuso obligaciones especiales al esposo con su esposa. Según Judah (s.II d.C.) “Hasta los más pobres en Israel deberían contratar no menos de dos flautas y una mujer plañidera”. El que ningún cadáver debía permanecer dentro de los muros de Jerusalén durante la noche era un dicho rabínico más que la práctica normal; sin embargo, muchos textos indican entierros el mismo día. En Jn.11, espera el hedor de la descomposición dentro de los cuatro días. En Nain, Jesús se encontró con una procesión camino a la tumba, que incluía a la madre y muchas personas de la ciudad. El cuerpo estaba en el féretro que era llevado por los portadores.
Podemos contrastar esto con el sepelio del rey Herodes, cuyo cuerpo fue exhibido sobre un sofá de oro tachonado con piedras preciosas, y que vestía la púrpura real y una corona de oro. Su hijo Aquelao ofreció un suntuoso banquete funerario al pueblo, como era la costumbre de los más pudientes, cuya piadosa generosidad los “empobrecía”. El mismo Herodes había gastado pródigamente en el sepelio de Antígono (a quien asesinó), en el acondicionamiento del sepulcro, en costosas especies quemadas como incienso, en la preparación personal del cadáver.
El duelo seguía después del entierro. En el s.II a.C. sus reglas y sanciones se mantenían por 7 días; al final del s.I a.C. Aquelao hizo 7 días de duelo por Herodes, y en el s.I d.C. esta seguía siendo la norma. En el s.II d.C. los rabinos todavía hacen referencia a los 7 días de duelo. Un período mayor de 30 días era excepcional.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 5:21-43

Jesús regresó en una barca a la otra orilla, y como una gran multitud se reunió alrededor de él, decidió quedarse en la orilla del lago. Entonces vino Jairo, que era uno de los jefes de la sinagoga, y cuando lo vio, se arrojó a sus pies y le rogó con mucha insistencia: «¡Ven que mi hija está agonizando! Pon tus manos sobre ella, para que sane y siga con vida.»
Jesús se fue con él, y una gran multitud lo seguía y lo apretujaba. Allí estaba una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, pero que lejos de mejorar había gastado todo lo que tenía, sin ningún resultado. Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto. Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.» Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad. Jesús se dio cuenta enseguida de que de él había salido poder. Pero se volvió a la multitud y preguntó: «¿Quién ha tocado mis vestidos?» Sus discípulos le dijeron: «Estás viendo que la multitud te apretuja, y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”» Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién había hecho eso. Entonces la mujer, que sabía lo que en ella había ocurrido, con temor y temblor se acercó y, arrodillándose delante de él, le dijo toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y queda sana de tu enfermedad.»

Todavía estaba él hablando cuando de la casa del jefe de la sinagoga vinieron a decirle: «Ya no molestes al Maestro. Tu hija ha muerto.» Pero Jesús, que oyó lo que decían, le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas. Sólo debes creer.» Y con la excepción de Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo, no permitió que nadie más lo acompañara. Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio mucho alboroto, y gente que lloraba y lamentaba. Al entrar, les dijo: «¿A qué viene tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, sino dormida.» La gente se burlaba de él, pero él ordenó que todos salieran. Tomó luego al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró adonde estaba la niña. Jesús la tomó de la mano, y le dijo: «¡Talita cumi!», es decir, «A ti, niña, te digo: ¡levántate!» Enseguida la niña, que tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar. Y la gente se quedó llena de asombro. Pero Jesús les insistió mucho que no dijeran a nadie lo que había ocurrido, y les mandó que dieran de comer a la niña.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es interesante cómo la fe interviene en la sanación. Y no estoy hablando solamente de la fe cristiana, sino en la confianza que tiene la persona enferma en tal o cual médico o tratamiento, por no hablar de las infinitas creencias de la gente, en donde hasta ídolos de la música popular son adorados por adjudicársele algún “milagro”.
De hecho, una vez que la persona se desanima, sobre todo cuando hablamos de enfermedades como por ejemplo el cáncer, sápidamente desmejora hasta que finalmente muere.
Lo he visto en muchas ocasiones, pero sobre todo recuerdo cuando mi madre volvió tan desanimada del médico que ante su problema le dijo: “Si hubiera venido antes”, y la verdad es que el propio médico también estaba pasando por un momento similar en su vida personal: el enfrentarse ante una enfermedad terminal.
Hubo un antes y un después de la visita al médico. Mi madre tiró la toalla y en poco más de dos semanas falleció. Se había cansado de luchar, había perdido la esperanza, la fe. Aunque no estoy hablando de tristeza y agonía, sino simplemente una entrega sumisa a la muerte, intentando disfrutar sus últimos momentos.
También he visto personas que los médicos no se explican cómo siguen con vida, ¡y con calidad de vida! Recuerdo un vecino que después de que ya lo habían desahuciado, siguió vivo por más de 10 años más, y una vida plena y feliz.
La fe es uno de los motores más importantes del ser humano: la confianza de que va a poder salir adelante, de que va a ir todo bien, de que las cosas pueden cambiar. La fe es lo que hace que la esperanza permanezca, lo que hace que no bajemos los brazos. Y si esa fe es en Dios, ¡mejor todavía! Porque Dios nunca nos va a defraudar ni abandonar. Amén.

Querido Jesús: hoy te quiero pedir que me ayudes a confiar en vos a pesar de que las cosas no me salgan del todo bien, o que pareciera que todo está en mi contra. Hoy te quiero pedir que me des la capacidad de ver tu presencia en mi vida, en percibir tu compañía en los momentos de soledad. ¡Gracias, mi Señor, porque sé que puedo confiar plenamente en vos! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 22 de junio de 2012

24 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 107 (21-43)

“¡Alabemos la misericordia del Señor, 
y sus grandes hechos en favor de los mortales! 
¡Ofrezcámosle sacrificios de gratitud, 
y jubilosos proclamemos sus obras!

Los marinos, que conocen el mar, 
con sus naves comercian en muchos lugares. 
Allí, en lo profundo del mar, 
han visto las maravillosas obras del Señor. 
Él habló, y se desató un viento tempestuoso, 
y gigantescas olas se encresparon. 
Se levantaban hacia el cielo, o se hundían en el mar; 
y ellos se desanimaban y temblaban de miedo. 
Inseguros, daban traspiés, como ebrios; 
¡de nada les servía toda su pericia! 
Pero en su angustia clamaron al Señor, 
Y él los libró de su aflicción: 
convirtió la tempestad en bonanza, 
y apaciguó las amenazantes olas. 
Ante esa calma, sonrieron felices 
porque él los lleva a puerto seguro.

¡Alabemos la misericordia del Señor, 
y sus grandes hechos en favor de los mortales! 
¡Que lo exalte el pueblo congregado! 
¡Que lo alabe el consejo de ancianos!

El Señor convierte ríos y manantiales, 
en sequedades y áridos desiertos; 
por la maldad de sus habitantes 
deja estéril la tierra generosa; 
convierte el desierto en lagunas, 
y la tierra seca en manantiales. 
Allí se establecen los que sufren de hambre, 
y fundan ciudades donde puedan vivir. 
Luego siembran los campos, y plantan sus viñas, 
y recogen abundantes cosechas. 
Dios los bendice y les da muchos hijos, 
y no deja que sus ganados se reduzcan.

Pero si disminuyen y son humillados, 
es por causa de la opresión, la maldad y la congoja. 
Pero el Señor desprecia a los tiranos, 
y los hace perderse en desiertos sin camino. 
El Señor rescata al pobre de su miseria, 
y multiplica sus hijos como rebaños de ovejas. 
Al ver esto, los fieles se alegran, 
y los malvados guardan silencio.

Si hay alguien sabio, que cumpla con esto, 
y que entienda que el Señor es misericordioso
.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo eran las almohadas en la antigüedad?

Las primeras almohadas pueden ser encontradas en la antigua Mesopotamia (hoy Iraq) y el antiguo Egipto, encontrando restos en las tumbas de faraones. En aquél entonces, las cabezas descansaban en madera sólida tallada ligeramente a la mitad.
Durante más de mil años las dinastías Chinas usaron materiales como madera, jade, bronce, bambú y porcelana para dar forma a sus almohadas. Las cuales adoptaban la forma y eran decoradas como animales, plantas, personas o incluso figuras geométricas.
Los antiguos chinos preferían las almohadas de materiales duros, ya que tenían la teoría de que los materiales suaves robaban al cuerpo la vitalidad y causaban problemas graves, desde mala circulación de la sangre, hasta no cumplir con su función de ¡mantener a los demonios alejados!
Los ricos y pudientes de las antiguas Grecia y Roma comenzaron a usar paja, caña y plumas para hacer almohadas más cómodas. Fue durante la Europa del Medievo en que las almohadas y cojines bordados se convirtieron en artículos de moda.
Alrededor de 1700 las almohadas se convirtieron en algo común. Incluso se comenzaron a usar para arrodillarse en la iglesia, mientras las Biblias descansaban en su propia almohada. Gran parte de lo que hoy conocemos como ropa de cama fue desarrollada alrededor del siglo 19, aunque no se produjeron en masa, sino hasta el siglo veinte.


Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 4:35-41

»Ese mismo día, al caer la noche, Jesús les dijo a sus discípulos: «Pasemos al otro lado.» Despidió a la multitud, y partieron con él en la barca donde estaba. También otras barcas lo acompañaron. Pero se levantó una gran tempestad con vientos, y de tal manera las olas azotaban la barca, que ésta estaba por inundarse. Jesús estaba en la popa, y dormía sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿Acaso no te importa que estamos por naufragar?» Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: «¡Silencio! ¡A callar!» Y el viento se calmó, y todo quedó en completa calma. A sus discípulos les dijo: «¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Cómo es que no tienen fe?» Ellos estaban muy asustados, y se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y las aguas lo obedecen?» Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Ante los temporales, ante las tempestades, las personas reaccionan de diferentes maneras: hay algunas que se desesperan y pierden toda lógica, otras sólo piensan en salvar su propio pellejo, otros tratan de buscar ayuda externa y otras intentan a través del ingenio y la creatividad, ayudar a todo el grupo.
Hay personas que ante cualquier dificultad se derrumban o se ahogan, hay otras que sacan provecho de las situaciones de crisis, otras son voluntarias, y aunque a veces no tiene las mejores soluciones, al menos lo intentan, y otras tienen la vocación de ayudar a las personas en dificultades por lo que se capacitan para estar en los momentos precisos y ayudan efectivamente a las personas en la catástrofe.
Pero aparte de la creatividad, la buena disposición, la debilidad o la profesionalización, hay otra cosa que determina la reacción de las personas en situaciones extremas: la fe.
La fe en Dios, en que él tiene un propósito y una vida de entrega y convencimiento hace una gran diferencia a la hora límite. La fe nos ayuda a transitar en medio de los temporales de hecho y de la vida de tal manera que logremos permanecer tranquilos y confiados en que seguramente algo bueno vamos a poder rescatar y aprender de la situación. La fe incluso nos permite descansar y recuperar las fuerzas en medio de situaciones terribles de dolor, angustia y oscuridad.
La fe sostiene, es como una buena balsa que no se hunde con el viento y las olas. La fe sólo la conseguimos en la oración y en la búsqueda. Dios bendice a las personas con fe cuando se ponen a su disposición, cuando dejan que Jesús entre en sus vidas.
Una vida en la fe es lo mejor que nos puede pasar, ya que a partir de ahí, encontramos alivio y fortaleza en medio de las dificultades. Jesús nos devuelve la calma cuando estamos afligidos y desesperados, pero tenemos que confiar en él, estar convencidos de que para Dios nada es imposible. Pidan y se les dará, dice el mismo Jesús. Si no tenés fe, pedísela, que te la va a dar, como la gran herramienta y socorro para sobrellevar todas las dificultades que te tocarán en la vida. Sólo ponete a su disposición y pedile diariamente. Amén.

Querido Jesús, a veces necesito que me fortalezcas mi fe, porque me desespero y no me doy cuenta de que estás a mi lado, como les pasó a los discípulos en la barca. Sí, soy fluctuante, porque un día me siento casi indestructible y otro me ahogo en un vaso de agua. Ayudame, Jesús, a permanecer siempre en la fe, no me permitas ni dudar ni desesperar, te lo pido a vos que junto con el Padre y el Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.

viernes, 15 de junio de 2012

17 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 92

“¡Cuán bueno es alabarte, Señor! 
Bueno es, Altísimo, cantar salmos a tu nombre, 
anunciar tu misericordia por la mañana, 
y tu fidelidad todas las noches, 
en el decacordio y en el salterio, 
y con tono suave en el arpa.

Tú, Señor, me has alegrado con tus obras; 
yo me regocijo por las obras de tus manos. 
Muy grandes son tus obras, Señor, 
y muy profundos tus pensamientos.

La gente necia no lo sabe; 
la gente insensata no lo entiende: 
si los impíos brotan como la hierba, 
y todos los inicuos prosperan, 
es para ser destruidos para siempre. 
¡Pero tú, Señor, por siempre estás en las alturas!

Bien puedo ver, Señor, a tus enemigos; 
bien puedo ver que tus enemigos perecerán, 
¡que todos los malvados serán esparcidos! 
Pero tú me darás las fuerzas del búfalo, 
y me ungirás con aceite fresco. 
Mis ojos verán la derrota de mis enemigos; 
¡mis oídos oirán los gritos de angustia de mis adversarios!

Los justos florecerán como las palmeras; 
crecerán como los cedros del Líbano. 
Serán plantados en la casa del Señor, 
y florecerán en los atrios de nuestro Dios. 
Aun en su vejez darán frutos 
y se mantendrán sanos y vigorosos 
para anunciar que el Señor es mi fortaleza, 
y que él es recto y en él no hay injusticia.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es la mostaza y para qué se usa?

Su nombre es mustard que deriva del latin mustum ardens y que significa mosto ardiente. Esto, debido a que cuando machacaban las semillas y las mezclaban con mosto se dejaba apreciar claramente el sabor picante y ardiente de la mostaza. Se la menciona con frecuencia en la Biblia y en la literatura griega y romana.
El mayor productor mundial es Canadá y también se cultiva en India y en China. La mostaza era una de las especias más comunes en la antigüedad y se empleaban para resaltar las comidas de los plebeyos que carecían de sabores atractivos.
Los romanos molían sus granos y los maceraban en vino durante unos días empleándolos como aderezo. También comían sus hojas en ensalada.
Aprovechaban sus propiedades medicinales y la empleaban como remedios para tratamientos contra la artritis, reuma o como diurético o estimulante.
Los ingleses la consideran indicada para atenuar dolores de cabeza, resfriados y aliviar los sabañones. Otras propiedades de la mostaza. 
Activador de la circulación sanguínea de la epidermis y eficaz descongestionante.
Los moros fueron quienes la hicieron llegar a tierras españolas y desde allí se extendió hacia el resto del continente europeo.
La mostaza contiene un enzima y un glucósido que al mezclarla con un elemento líquido que puede ser agua, vinagre, vino, cerveza, etc, se produce una reacción química. El enzima descompone el glucósido en azúcar y en esencias volátiles. Estas esencias producen los aromas característicos de la mostaza.
Pertenecen a la familia de las crucíferas. Nombre que se le da por la disposición que tienen los cuatro pétalos de su flor en forma de cruz.
Hay muchas variedades y subtipos pero casi todas provienen de tres variedades: la mostaza negra, la parda y la blanca.
Antiguamente la mostaza negra (Brassica nigra) que es una variedad de la mostaza se la cultivaba en toda Europa, siendo su sabor muy picante y sabroso pero se limitó dado el trabajo que representa su recolección ya que su cosecha solo se puede hacer a mano.
La variedad que en la actualidad es la más cultivada es la mostaza parda (Brassica juncea), siendo Canadá uno de los mayores productores y exportadores de semillas. A su vez esta mostaza se divide en dos subtipos.

El oriental o amarillo muy empleado en la cocina japonesa. Y el pardo o indio muy utilizado en la cocina india. Está también la mostaza blanca (Brassica alba, Sinapis alba) que se emplea para elaborar las mostazas americanas e inglesas pero no las del tipo Dijon.
 Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 4:26-34

Jesús dijo también: «El reino de Dios es como cuando un hombre arroja semilla sobre la tierra: ya sea que él duerma o esté despierto, de día y de noche la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo.
Y es que la tierra da fruto por sí misma: primero sale una hierba, luego la espiga, y después el grano se llena en la espiga; y cuando el grano madura, enseguida se mete la hoz, porque ya es tiempo de cosechar.»
También dijo: «¿Con qué vamos a comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola nos sirve de comparación? Puede compararse con el grano de mostaza, que al sembrarlo en la tierra es la más pequeña de todas las semillas, pero que después de sembrada crece hasta convertirse en la más grande de todas las plantas, y echa ramas tan grandes que aun las aves pueden poner su nido bajo su sombra.»
Con muchas parábolas como éstas Jesús les hablaba de la palabra, hasta donde podían entender, y sin parábolas no les hablaba, aunque a sus discípulos les explicaba todo en privado.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas veces pienso en los seres humanos hoy día. Corremos y corremos atrás de espuma y burbujas; diariamente sentimos que nada nos alcanza: el tiempo, el dinero, las cosas que tenemos (ropa, zapatos, tecnología, confort…)
Tenemos como una sensación de insatisfacción constante en donde pensamos que siempre podemos hacer más, tener más, ser más.
Pero al mismo tiempo, agotados por el trajín diario, dormimos y nos ausentamos de nuestra vida unas 6 a 9 hs. ¿qué pasa ese tiempo en que perdemos el control de la vida, de lo que pasa a nuestro alrededor? Simplemente nos despertamos de mañana, y si tenemos la costumbre de escuchar la radio o la televisión, nos enteramos de cosas que pasaron mientras dormíamos. ¡Ni hablar cuando nos agarra una buena gripe y desaparecemos durante un par de días!
Si logramos leer nuestra vida con sabiduría, nos vamos a dar cuenta de que en esas ausencias, todo sigue su rumbo, no se cae el mundo, las cosas siguen, aún sin nosotros. Y esto es porque a pesar de nuestro orgullo y de sentirnos hacedores de nuestras vidas, hay alguien por encima de nosotros que nunca se ausenta ni se enferma: nuestro Dios todopoderoso, pero padre y madre cariñoso a la vez, que vela por cada uno de nosotros y no permite que nos pase nada.
¿No es bueno descubrir que Dios se ocupa de nuestras cosas, que no vale la pena perder la salud y la vida por querer alcanzar todo? ¿No es bueno darnos cuenta que este estado de insatisfacción constante no es un problema nuestro sino algo planificado desde una sociedad de consumo que necesita de personas insatisfechas e infelices? ¿No es bueno darme cuenta de que si llevo una vida en Jesús ya no existe insatisfacción sino plenitud y alegría, porque Cristo lo llena todo?
Dios bendice nuestras vidas, y si trabajamos para su reino ¡mejor todavía! Hará crecer las semillas que sembremos.
¡Es tan bueno saber que detrás de todo nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, de nuestros compromisos, Dios no va bendiciendo y cuidando! ¡Gracias, Señor, por tu poder y todo tu amor! Amén.

Querido Jesús, a través de la parábola de la semilla me hiciste entender que todo lo que haga por mi vida y la de los demás es sólo una pequeña parte, que Dios es quien bendice y permite que las cosas ocurran. Dios tiene el poder y yo estoy en sus manos, y esa vulnerabilidad me hace fuerte porque sé que aunque es muy poco lo que puedo hacer, Dios se ocupa del resto. ¡Muchas gracias, Jesús, por hacerme entender esto y liberarme de la presión y de la carga que la sociedad consumista intenta ponerme! En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 8 de junio de 2012

10 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 130

“A ti clamo, Señor, 
desde el fondo de mi angustia. 
¡Escucha, Señor, mi voz! 
¡Que no se cierren tus oídos 
al clamor de mi súplica!

Señor, si te fijaras en nuestros pecados, 
¿quién podría sostenerse en tu presencia? 
Pero en ti hallamos perdón, 
para que seas reverenciado.

Señor, toda mi vida he esperado en ti, 
y he confiado en tus promesas. 
Yo te espero, Señor, con toda el alma, 
como esperan los centinelas la mañana, 
como esperan los vigilantes el nuevo día.

Israel, confía en el Señor, 
porque el Señor es misericordioso; 
¡en él hay abundante redención! 
El Señor salvará a Israel 
de todos sus pecados.” Amén.

Curiosidades


Satanás es el nombre del príncipe del mal y significa “adversario”. Las referencias en el A.T. son pocas, pero se lo ve constantemente dedicado a actividades contrarias al bien del ser humano.
La mayor parte de la información que tenemos proviene del N.T., donde el ser supremamente malo se conoce como Satanás o “el diablo” indistintamente, empleándose ocasionalmente Belzebú. Otras expresiones como “príncipe e este mundo” o “príncipe de la potestad del aire”, también aparecen. Siempre se lo pinta como hostil para con Dios, y obrando en contra de los planes de Dios.
Mateo y Lucas nos dicen que cuando comenzó su ministerio Jesús ue sometido a una severa prueba cuando Satanás lo tentó a llevar a cabo su misión con espíritu inadecuado. Cuando se completó el período de prueba el diablo lo dejó “por un tiempo”, lo cual indica que la lucha volvió a entablarse posteriormente. El propósito expreso de la venida de Jesús al mundo fue el de “deshacer las obras del diablo”. En todas partes el N.T. ve un gran conflicto entre las fuerzas de Dios y el bien, por una parte, y las del mal, al mando de Satanás, por otra. Este no es el concepto de uno u otro de los escritores aisladamente, sino compartido por todos.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 3:20-35

»Jesús entró en una casa, y de nuevo se juntó tanta gente, que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. Cuando sus familiares lo supieron, fueron para llevárselo, porque pensaban que estaba fuera de sí.
Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «A éste lo domina Beelzebú. Y expulsa a los demonios por el poder del príncipe de los demonios.»
Entonces Jesús los llamó, y en parábolas les dijo: «¿Y cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
Si un reino se divide contra sí mismo, no puede permanecer.
Si una casa se divide contra sí misma, tampoco puede permanecer.
Y si Satanás se subleva contra sí mismo, y se divide, tampoco puede permanecer. Su fin habrá llegado. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias, si antes no lo ata. Entonces sí podrá saquear su casa.
»De cierto les digo que a todos ustedes se les perdonará todo pecado y toda blasfemia, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo jamás será perdonado, sino que será culpable de un pecado eterno.»
Y es que ellos habían dicho: «Éste tiene un espíritu impuro.»
Llegaron entonces la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron a llamarlo. La muchedumbre sentada a su alrededor le dijo: «Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están allí afuera, y te buscan.»
Jesús les respondió: «¿Y quién es mi madre, y mis hermanos?»
Miró entonces a los que estaban sentados a su alrededor, y dijo: «Mi madre y mis hermanos están aquí. Porque todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.» Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Yo pertenezco a una familia grande: somos 6 hermanos, pero además me crié en una casa en donde siempre había lugar para uno más, o para tres o cuatro más…
Ahora soy madre de 6 hijos también, y mi casa está abierta para todos. Ya voy teniendo al menos una tres hijas, que buscan en mí el consejo y la compañía de una madre, pero además la familia se extiende entre mis nueras, mis yernos, los amigos y amigas de mis hijos, pero también los de mi esposo y míos.
Adoro la mesa grande con muchos platos y una olla llena de comida. La iglesia es mi familia extendida y ya muchas personas de la congregación y de otras iglesias han compartido mi mesa.
Todo esto tiene que ver con mi historia familiar, pero a la vez con mi fe. Estoy convencida de que los cristianos y cristianas formamos una gran familia en donde Dios es nuestro Padre y Madre, y Jesús nuestro hermano mayor que nos guía y nos protege.
Es interesante cuando uno logra vivir de esa manera porque se logra una intimidad muy especial. Se empieza a valorar las cosas simples de la vida y nos damos cuenta de que en la olla y en la casa ocurre una cosa muy extraña: nunca le falta nada a nadie, ni comida, ni lugar para el descanso. Es increíble porque tampoco interfiere mayormente en la economía hogareña, porque siempre se llega a fin de mes igual. ¡Y ni hablar de esas veces en donde cada uno trae un poquito!
Cuando el Espíritu de Dios inunda una casa, cuando se instala ahí, cuando el Espíritu de Dios impregna una comunidad, se forma la gran familia, esa familia a la que hemos sido llamados en Jesús. Y ya los lazos sanguíneos no importan, porque el amor de Dios es el que está presente. Vivir la experiencia de la familia extendida, de la que Jesús habla cuando dice: «Mi madre y mis hermanos están aquí. Porque todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.» s lo más hermoso que hay, y vos podés vivir esa experiencia. Animate. Amén.

Querido Jesús, hermano mío, ¡gracias por aceptarme como miembro de tu familia! ¡Gracias porque a través de tu muerte y resurrección, Dios me ha hecho su hija! ¡Gracias, porque a través del Espíritu Santo puedo conocerte a vos y al Dios Padre! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 1 de junio de 2012

3 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 33

“Ustedes los justos, ¡alégrense en el Señor!
¡Hermosa es la alabanza de los hombres íntegros!
¡Aclamen al Señor con arpas!
¡Alábenlo al son del salterio y del decacordio!
¡Canten al Señor un cántico nuevo!
¡Canten y toquen bien y con regocijo!

Ciertamente, la palabra del Señor es recta;
todo lo hace con fidelidad.
El Señor ama la justicia y el derecho;
la tierra está llena de su misericordia.
Con su palabra, el Señor hizo los cielos;
todo lo creado lo hizo con un soplo de su boca.
El Señor junta el agua del mar en una vasija,
y pone en un depósito las profundidades del mar.
¡Que toda la tierra tema al Señor!
¡Que le teman todos los habitantes del mundo!
El Señor habló, y todo fue creado;
el Señor ordenó, y todo apareció.

El Señor anula los planes de las naciones;
frustra las maquinaciones de los pueblos.
Pero los planes y pensamientos del Señor
permanecen por todas las generaciones.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
¡el pueblo que él escogió como su propiedad!

El Señor observa desde los cielos;
desde allí vigila a toda la humanidad.
Desde el lugar de su residencia
contempla a todos los habitantes de la tierra.
El Señor formó el corazón de todos ellos,
y pondera atentamente todos sus hechos.

El rey no se salva por tener un gran ejército,
ni se escapa el valiente por tener mucha fuerza.
Ningún caballo es garantía de salvación;
y aunque tiene mucha fuerza, no salva a nadie.

El Señor mira atentamente a quienes le temen,
a quienes confían en su misericordia,
para librarlos de la muerte
y darles vida en tiempos de escasez.

Con el alma esperamos en el Señor,
pues él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Por él se alegra nuestro corazón;
confiamos en su santo nombre.

Señor, sea tu misericordia sobre nosotros,
tal y como lo esperamos de ti.” Amén.

Curiosidades


Es difícil lograr una demarcación exacta de la región de Galilea, excepto en lo que se refiere a sus fronteras provinciales dentro del imperio romano. Evidentemente el nombre se aplicó a las zonas pantanosas del N. de Israel, cuya ubicación variaba de tiempo en tiempo. en la época de Jesús, sin embargo, la provincia de Galilea comprendía un territorio rectangular de unos 70 km. de N. a S. y 40 de E. a O.
Tomando como base esta definición, la Galilea consiste esencialmente en una zona de tierras elevadas, limitada por todos sus costados, excepto el septentrional, por llanuras: las tierras costeras, la llanura de Esdraelón, y la hendidura del Jordán. En realidad es el extremo meridional de las montañas del Líbano, y el terreno desciende en dos escalones, de N. a S., a través de la región.
El “escalón” superior forma la alta Galilea, buena parte de la cual se encuentra a 1000 m sobre el nivel del mar, en la época del NT era un territorio montañoso, forestado y poco habitado. El “escalón” inferior forma la baja Galilea, a 450 – 600 m sobre el nivel del mar, pero cerca del mar, pero cerca del mar de Galilea cae abruptamente 180 m por debajo del nivel del mar.
La mayor parte de los acontecimientos narrados en los evangelios tu vieron lugar en la baja Galilea. Bien regada por los arroyos que bajan de las montañas del N., y con extensiones considerables de tierra fértil en las cuencas de caliza entre sus cerros, era una zona de población densa y próspera. Exportaba aceite de oliva y cereales, y pescado del lago.
En la actualidad Galilea y la llanura de Esdraelón  forman el núcleo central del N. de Israel, pero sobre los habitantes modernos recae la tarea de rehabilitar una zona que ha perdido mucho de la prosperidad de que disfrutaba en la época del N.T. En buena parte, sus bosques han sido reemplazados por maquis, el arbusto característico del Mediteráneo, y muchas de sus ciudades y aldeas, lugares que Cristo conoció y visitó, han desaparecido del mapa sin dejar indicios de que alguna vez existieron.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 28:16-20

»Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado, y cuando lo vieron, lo adoraron. Pero algunos dudaban.
Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

 “… yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”
¡Qué bueno es pensar que hay alguien que está siempre conmigo! En el dolor, la preocupación, la tristeza, la alegría, las dudas, los nuevos emprendimientos…
En el final del evangelio de Mateo Jesús nos promete que estará siempre con cada uno de nosotros, sus discípulos, los que trabajamos para su Reino, para que la Palabra de Dios se expanda por la tierra y llegue a toda persona que busca a Jesús.
Muchas veces nos sentimos solos, seguramente te ha pasado. Solos porque sentimos que nadie nos entiende, porque no logramos “enganchar” totalmente en un grupo, porque nuestras ideas y principios son diferentes a los de la mayoría de personas.
Es sentirse solo, a veces incluso estando rodeado de personas, es muy triste, provoca un vacío en nuestro interior, un estado de desolación que sólo nos hace encerrarnos en nosotros mismos, y hasta a veces buscar ser otra persona que no somos, un personaje. Y esto sí es más triste todavía. Cuando la persona, para no sentirse sola, deja su integridad, su forma de ser, para ser lo que otros esperan de ella.
Vivimos en la era de la imagen, un tiempo en donde la superficialidad está de moda, en donde se vive el momento sin reflexionar demasiado acerca del después… y así, a veces, hasta lastimamos a otras personas o nos perjudicamos a nosotros mismos.
Hoy Jesús nos mira a los ojos y no dice: “estoy con vos por siempre, no te aflijas, no tires la toalla, sos una persona valiosa y única, sos mi tesoro, necesito de vos para que sigas la obra que yo comencé”. Palabras que nos alivian, que nos dan fuerzas, que nos hacen sentir su presencia y su fuerza, sobre todo cuando sentimos que vamos contra la corriente.
Jesús es tu amigo fiel, no te abandona, permanece junto a vos en tus peores momentos y no se cansa de vos. Sólo tenés que aceptar su amistad y seguir sus pasos. Un camino nuevo y en buena compañía. Amén.

Querido Jesús, me llamaste para que sea tu discípula, y yo quiero serlo. Pero a veces me siento sola, sin fuerzas, entonces recuerdo tus últimas palabras antes de subir junto al Padre. Palabras que me prometen que nunca te vas a alejar, que aunque no te vea, estás a mi lado haciéndome el aguante. ¡Gracias, Jesús, por tu amistad, por todo tu amor y tu fidelidad! Te lo digo a vos que junto al Padre y al Espíritu Santo, reinas por toda la eternidad. Amén.