viernes, 30 de noviembre de 2012

2 de Diciembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 25

“A ti, Señor, elevo mi alma.
Eres mi Dios, y en ti confío;

¡no permitas que mis enemigos
me avergüencen y se burlen de mí!
No permitas que sean avergonzados
los que en ti ponen su esperanza;
más bien, que sean puestos en vergüenza
los que sin razón se rebelan contra ti.

Señor, dame a conocer tus caminos;
¡Enséñame a seguir tus sendas!

Todo el día espero en ti;
¡enséñame a caminar en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y salvador!
Recuerda, Señor, que en todo tiempo
me has mostrado tu amor y tu misericordia.

Tú, Señor, eres todo bondad.
Por tu misericordia, acuérdate de mí;
pero olvídate de que en mi juventud
pequé y fui rebelde contra ti.

El Señor es bueno y recto;
por eso enseña a los pecadores el camino.

El Señor muestra su camino a los humildes,
y los encamina en la justicia.
Misericordia y verdad son los caminos del Señor
para quienes cumplen fielmente su pacto.

Señor, muy grande es mi pecado,
pero haz honor a tu nombre, y perdóname.
¿Quieres tú servir al Señor?

Él te mostrará el mejor camino.
Te hará disfrutar de bienestar,
y tus descendientes heredarán la tierra.

El Señor es amigo de quienes le temen,
y confirma su pacto con ellos.

Señor, siempre dirijo a ti la mirada
porque tú me libras de caer en la trampa.
Mírame, y ten compasión de mí,
pues me encuentro solo y oprimido.

Crece en mi corazón la angustia;
¡líbrame de esta congoja!
¡Mira cómo sufro y me esfuerzo!
¡Perdóname todos mis pecados!

¡Mira cómo aumentan mis adversarios,
y cuán grande es su odio contra mí!
¡Sálvame! ¡Protégeme!
¡No me dejes quedar en vergüenza,
pues en ti he puesto mi confianza!
¡Protege mi integridad y rectitud,
pues en ti he puesto mi esperanza!

¡Salva, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias!Amén.

Curiosidades

¿Qué significa la palabra "santo" en la Biblia cuando se refiere a las personas?

El AT aplica la palabra “santo” a los seres humanos en virtud de su consagración a fines religiosos, por ejemplo, a los sacerdotes consagrados por medio de ceremonias especiales, y a toda la nación de Israel, incluso, como pueblo separado de las naciones y consagrado a Dios. En consecuencia, fue su relación con Dios lo que hizo que Israel fuese un pueblo santo, y en este sentido la santidad fue la más alta expresión de la relación basada en el pacto. Este concepto no está totalmente ausente en el NT, en 1 Co.7:14, en donde se santifica al marido no creyente en virtud de su relación con la esposa creyente y viceversa.
Pero a medida que avanzó el concepto de la santidad, junto con su progresiva relación de Dios, de afuera hacia adentro, de lo ceremonial a la realidad, también adquirió fuerte significación ética, y esta es su connotación principal en el NT. Los profetas veterotestamentarios la proclamaron como lo más característico de la autorrevelación divina, como el testimonio que Dios ofrece de sí mismo, y como aspecto bajo el cual quiere que sus criaturas lo conozcan. Además, los profetas declararon que Dios resolvió expresamente comunicar su santidad a sus criaturas, y que, a su vez, exige santidad. Así como “yo soy santo” es la afirmación que pone Dios inmensurablemente por encima de sus criaturas, “sean santos” es el llamamiento divino a que sus criaturas comparten su santidad. Este impartir de la santidad divina es lo que se produce en el alma humana con la regeneración y se convierte en fuente y fundamento del carácter santo.
Con su vida y su carácter Cristo es ejemplo supremo de la santidad divina. En él la santidad consistió en algo más que una mera impecabilidad: consistió en una total consagración a la voluntad y el propósito de Dios, y con este fin Jesús se santificó a sí mismo. La santidad de Cristo es tanto la norma para el carácter cristiano como su garantía: “porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos”.
En el NT la designación apostólica para los cristianos es la de santos, y esta designación continuó usándose en sentido general por lo menos hasta los días de Ireneo y Tertuliano, aunque posteriormente se degeneró en el uso eclesiástico hasta convertirse en título honorífico. Aunque su significado primario era relacional, también servía para describir el carácter semejante al de Cristo. En todo el NT se hace incapié en la naturaleza ética de la santidad en contraste con toda suerte de impureza. Se la representa como la suprema vocación cristiana y como meta de su existencia.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Tesalonisenses 3:13-4:2

“… para que se fortalezca su corazón y sean ustedes santos e irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, les rogamos y animamos en el Señor Jesús a que cada día su comportamiento sea más y más agradable a Dios, que es como debe ser, de acuerdo con lo que han aprendido de nosotros. Ustedes ya conocen las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Por alguna razón la palabra “santo” se ha tergiversado a lo largo de los tiempos, de manera tal que hoy día, es sinónimo de persona que casi no vive, que no sale, ni se divierte.
Pero bíblicamente el concepto es otro.
Tal vez el que en algún momento la Iglesia Romana fue haciendo categoría de personas, naciendo así la gran cantidad de santos a los que les rinden adoración y acuden según su necesidad. Personas que murieron mártires o que sufrieron por su fe en Cristo.
Cuando el apóstol Pablo de dice santos a los tesalonicenses, a lo que refiere es a que son seguidores de Cristo, templos del Espíritu Santo. Muy lejos de ser personas casi sin vida, son personas que viven intensamente su fe y que a través de esta carta, Pablo las anima a que sigan en esa vida, arriesgándose a causa de su fe.
Es verdad que aquella persona que entrega su corazón a Cristo se caracteriza por un comportamiento agradable, no sólo a Dios, sino a la gente que la rodea, porque el entregar el corazón a Cristo significa seguir la ley del amor, el mandamiento principal de Jesús.
El ser santo de ninguna manera significa dejar de ser humano, con las imperfecciones propias de cada uno de nosotros. Cada persona tiene cualidades positivas y negativas, y Dios nos ama y nos acepta así, con lo bueno y lo malo.
Ser santo o formar parte de la comunión de los santos, significa buscar seguir el camino que Jesús trazó y que tiene que ver con el compromiso, la aceptación y la solidaridad con el otro, con quienes nos rodean y necesitan de nuestra ayuda, de nuestros dones.
Ser santo, lejos de ser una persona casi sin vida, es alguien con energía, decisión, amor, compromiso, que está convencido de que a través del amor puede cambiar el mundo que lo rodea.
Por eso también, como dice la carta, es necesario fortalecer el corazón y que los demás fieles oren por él que a partir de su entrega a Cristo, corre peligro.
En los tiempos de la Iglesia primitiva, los cristianos corrían grandes riesgos, ya que su fe en Cristo era contraria a los dictámenes del Imperio Romano. Pero también hoy, si llevamos en serio nuestra fe, Jesucristo y su mensaje están en contra de los poderes que ahora nos dominan. Tanto la violencia en que vivimos, la trata y tráfico de personas, el desequilibrio ecológico, y tantas otras cosas, están en contra del mensaje de Jesús, pero al mismo tiempo, cualquiera que luche contra este sistema injusto corre riesgos, a veces de muerte, pero muchas de vivir hostigado y limitado por quienes son perjudicados en esta lucha por buscar un mundo más justo y equitativo. Quienes se animan a este desafío, son santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre. Amén.

Querido Jesús, hoy te quiero pedir perdón. Perdón porque no siempre me animo a vivir mi fe en el compromiso que requiere. Perdón porque al ver todo el trabajo que hay por hacer, me da fiaca y finalmente no hago nada, sólo critico la realidad, pero no hago nada por cambiarla. Perdón porque soy egoísta y como no padezco directamente la injusticia y el hambre, permanezco en la inercia de una sociedad que cada día se aleja más de vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 23 de noviembre de 2012

25 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 93

“¡El Señor reina!
¡El Señor se ha vestido de magnificencia!
¡El Señor se ha revestido de gran poder!
¡El Señor afirmó el mundo, y éste no se moverá!
Su trono es firme desde el principio.
¡El Señor es el Rey eterno!

Los ríos levantaron, Señor;
los ríos levantaron su voz;
los ríos levantaron sus olas.
Tú, Señor, en las alturas,

eres más poderoso que el estruendo de los mares;
¡más poderoso que las fieras olas del mar!

Tus testimonios, Señor, permanecen firmes;
la santidad es el adorno de tu templo,
por siempre y para siempre.Amén.

Curiosidades

¿Qué era el pretorio?

La palabra originalmente señalaba la sede del pretor o del general en el campamento, pero más tarde se aplicó a la residencia oficial del gobernador provincial. El término se usa en los Evangelios para referirse a la residencia temporaria del procurador en Jerusalén durante su estadía en esa ciudad. En este edificio se realizó el juicio de Jesús ante Pilato (Mt. 27:27; Mr. 15:16; Jn. 18:28, 33; 19:9). No hay certeza si este lugar fue el palacio de Herodes, ubicado donde ahora está la ciudadela, en la parte oeste de Jerusalén; o si fue en la Torre Antonia, o fortaleza construida también por él, al norte del templo.
El Pretorio de Hch. 23:35 se refiere al magnífico palacio de Herodes, en Cesarea, que era la residencia oficial de los procuradores de Palestina (6-41 d.C. y 44-66 d.C.). En Filipenses 1:13 se usa también la misma palabra griega, pero su significado es discutido. Si la epístola a los Filipenses fue escrita desde Roma, como es lo más probable, no se puede referir a un palacio, que en Roma no se llamaba "pretorio", sino a la "guardia pretoriana" o al tribunal de justicia, que en ambos casos se designaban con el término praitorion. Esta guardia estaba formada por un grupo de soldados que asistía al emperador y a los miembros de su familia en Roma y fuera de ella. En tiempos de Pablo constaba de 10 compañías de 500 soldados cada una, y estaba a las órdenes de un tribuno. Estos guardias servían durante 16 años y recibían el triple del pago que se daba a los legionarios; su campamento estaba en las afueras de la ciudad.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 18:33-37

“Pilato volvió a entrar en el pretorio; llamó entonces a Jesús, y le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Jesús le respondió: «¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?» Pilato le respondió: «¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han puesto en mis manos. ¿Qué has hecho?» Respondió Jesús: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» Le dijo entonces Pilato: «¿Así que tú eres rey?» Respondió Jesús: «Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.»” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las cosas más difíciles desde los primeros tiempos fue la de entender a qué Reino pertenecemos como cristianos y qué implicancia política tiene esto. Incluso para los mismos cristianos.
Cuando los seguidores de Jesús eran perseguidos y minoría absoluta, el pertenecer a este Reino y obedecer al Señor de los Cielos, significaba también estar en contra del imperio, ya que el César exigía sumisión y adoración como hijo de Dios. Los cristianos estaban en contra del sistema imperial.
Una vez que el emperador Constantino se convierte a la fe cristiana, la religión pasa a estar del lado del poder y esto, de alguna manera complicó las cosas, y de alguna manera, la perjudicó también.
Así es que comienza una larga historia en donde el cristianismo vive un constante vaivén entre el poder y la denuncia profética, como un movimiento pendular en el aún hoy se encuentra.
Si tengo que dar mi opinión personal acerca de este tema, yo estoy convencida de que de ninguna manera la Iglesia y el poder pueden ir juntos. Porque la Iglesia pierde su voz profética y justifica y apaña en el nombre se Cristo sus “movidas” y “trenzas”, y eso no tiene nada que ver con el Evangelio.
Si pensamos en Jesús y lo que lo llevó a la cruz, no hay dudas de que su constante denuncia hacia las estructuras de poder fueron las razones, pero encubiertas bajo el argumento que Jesús era un atrevido que se adjudicaba ser Hijo de Dios.
¿A qué Reino pertenecemos los cristianos? A ese reino sin fronteras en donde todos somos hijos e hijas de Dios que nos debemos aceptar y amar por encima de nuestras diferencias, en donde no podemos permitir que haya personas que sufran hambre, violencia e injusticia. Como cristianos somos llamados a levantar nuestra voz en defensa de los derechos humanos, de la ecología, de la libertad incluso de credos.
Los cristianos formamos parte de un Reino que abarca todos los países del mundo, en donde respetamos a las autoridades y sus decisiones en la medida que sean justos y honestos, pero que denunciamos y le ponemos palos en la rueda, si son corruptos y absolutistas. Somos de este mundo, pero obedecemos a un Soberano que gobierna el universo con su amor y su justicia, y esa obediencia está por encima de cualquier ley humana.
Por eso es que los cristianos somos los mejores ciudadanos, si seguimos el camino de Jesús, pero también los opositores más firmes a cualquier sistema de muerte. Amén.

Querido Jesús, quiero ser fuerte como vos, que frente a Pilato no temblaste y le hablaste con toda la tranquilidad de conciencia, diciendo la verdad, sólo la verdad. Sé que tu camino no es fácil y que tengo que ser valiente, no temerle ni al poder de turno ni a las burlas de aquellos que creen que soy una tonta cuando digo que creo en Cristo y el modelo de amor que nos dejaste. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 16 de noviembre de 2012

18 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 16

“Cuídame, oh Dios, porque en ti confío.
Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño;
que sin ti no tengo ningún bien.
Poderosos son los dioses del país,
según todos los que en ellos se complacen.

¡Pero grandes dolores esperan a sus seguidores!
¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres!

Tú, Señor, eres mi copa y mi herencia;
tú eres quien me sostiene.
Por suerte recibí una bella herencia;
hermosa es la heredad que me asignaste.

Por eso te bendigo, Señor,
pues siempre me aconsejas,
y aun de noche me reprendes.
Todo el tiempo pienso en ti, Señor;
contigo a mi derecha, jamás caeré.

Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma;
todo mi ser siente una gran confianza,
porque no me abandonarás en el sepulcro,
¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel.
Tú me enseñas el camino de la vida;
con tu presencia me llenas de alegría;
¡estando a tu lado seré siempre dichoso!” Amén.

Curiosidades

¿Qué importancia tenía la higuera en la vida de los israelitas?

La higuera es originaria de Asia menor y la región oriental del Mediterráneo, y es un árbol que crece hasta 11 m de altura, aunque a menudo se forma como un arbusto de varios tallos en los lugares rocosos. En épocas primitivas se empezó a cultivar en Palestina, como la vid y el olivo; los tres se asocian en las promesas de prosperidad como también en advertencias proféticas. A menudo se planta la higuera junto a la vid, de modo que sus ramas y el follaje de la vid hicieron surgir la conocida expresión “cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera”, como símbolo de bienestar y prosperidad continuada.
La improductividad o la destrucción de estos árboles de crecimiento lento, que requieren años de paciente labor, se consideraba una calamidad nacional, mientras que la productividad era símbolo de paz y favor divino. Frecuentemente se mencionan los higos junto con la vid, la palmera, y la granada, y su ausencia formaba parte de la queja de los israelitas.
Se dice que Adán y Eva se vistieron con delantales hechos con las anchas hojas de la higuera, y en oriente todavía se cosen las hojas de parra para envolver la fruta fresca que se envía al mercado, donde constituyen un valioso producto comercial. Se preparaba un excelente alimento con masa o tortas de higos secos, que era fácil de llevar y constituía un regalo aceptable. Isaías recetó “masa de higos” para curar la llaga de Ezequías.
La higuera ha inspirado numerosos símiles, metáforas y proverbios. En épocas helenísticas los higos adquirieron tal importancia para la economía nacional que los griegos promulgaron leyes especiales para su exportación.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 13:21-33

“Así que si alguien les dice: “¡Miren, aquí está el Cristo!”; o “¡Miren, allí está!”, no le crean. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios para engañar, de ser posible, incluso a los elegidos. Pero ustedes, tengan cuidado. Ya los he prevenido de todo.
»En aquellos días, después de esa gran aflicción, sucederá que el sol se oscurecerá y la luna dejará de brillar; las estrellas caerán del cielo y los poderes celestiales se estremecerán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en las nubes con gran poder y gloria, y él enviará a sus ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, desde los extremos de la tierra hasta los extremos del cielo.
»De la higuera deben aprender esta parábola: Cuando sus ramas se ponen tiernas, y le brotan las hojas, ustedes saben que el verano ya está cerca. De la misma manera, cuando ustedes vean que todo esto sucede, sepan que la hora ya está cerca, y que está a la puerta. De cierto les digo que todo esto sucederá antes de que pase esta generación. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
»En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo. Sólo el Padre lo sabe. Pero ustedes, presten atención y manténganse atentos, porque no saben cuándo llegará el momento.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

A lo largo de la historia de la humanidad muchos han anunciado el fin del mundo hasta con fecha y horario… y aquí seguimos…
Para este año muchas personas están esperando ansiosas el 21 de Diciembre como el día en que todo cambiará diametralmente, para bien o para mal (he escuchado muchas versiones…). Esto, claro, según el calendario Maya.
La cosa es que evidentemente es inherente al ser humano el poder dominar la vida, los ciclos, el tiempo… saber cuándo va a ser, cómo va a pasar, qué va a suceder… pero indefectiblemente esto no sucede ¡nunca logramos tener el control completo de las cosas, y menos de nuestra propia vida!
Y así es que surgen imprevistos, cosas inesperadas, hermosas y dolorosas, que cambian el rumbo de nuestras vidas y de nuestros pensamientos. Y de esa manera vamos evolucionando, creciendo, madurando.
En el evangelio del día Jesús nos llama a estar atentos, como lo estamos de la llegada de la primavera, que la podemos percibir en la naturaleza. Él dice por los brotes de la higuera, nosotros podríamos hablar de las flores del cerezo, el almendro o alguno de los árboles hermosos que nos anuncian que el invierno se termina y comienza el calorcito.
Y el estar atentos significa estar preparados, pero no con angustia y desesperación, sino listos para enfrentar lo que sea, lo que nos toque, como para lograr resistir a los embates más duros y difíciles. Porque de eso se trata la vida, de lograr superar los diferentes obstáculos con alegría e integridad.
Lo importante de todo esto es que si nos aferramos a Dios en los momentos difíciles y dejamos que las cosas “fluyan” confiando en El, nuestra vida va a ser mucho mejor y más tranquila. Amén.

Querido Jesús, vivimos en un tiempo en donde las personas creemos que querer es poder, y que con nuestra voluntad podemos dominar todo. Ayudame a no caer en esta falacia y permitime que me abandone en tu voluntad, en tu amor y tu protección. Sé que cualquier cosa a la que me aferre que no seas vos me puede dejar caer, y que sólo vos sos la roca firme. Ayudame a confiar sólo en tu Palabra, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 9 de noviembre de 2012

11 de Noviembre

Salmo 146

“Alaba, alma mía, al Señor.
Mientras yo viva, alabaré al Señor;
todos los días de mi vida le cantaré salmos.

No pongan su confianza en los poderosos,
ni en ningún mortal, porque no pueden salvar.
El día que mueren, vuelven a la tierra,
y ese mismo día todos sus planes se acaban.

¡Dichosos los que confían en el Dios de Jacob,
los que cuentan con la ayuda de Dios, el Señor!
El Señor creó los cielos y la tierra,
y el mar y todos los seres que contiene.
El Señor siempre cumple su palabra;
hace justicia a los oprimidos,
y da de comer a los que tienen hambre.

El Señor da libertad a los cautivos,
y les devuelve la vista a los ciegos;
El Señor levanta a los caídos;
y ama a los que practican la justicia.

El Señor protege a los extranjeros
y sostiene a las viudas y a los huérfanos,
pero tuerce el camino de los malvados.
El Señor reinará por siempre;
¡Sión, el Señor es tu Dios eterno!
¡Aleluya!Amén.

Curiosidades


En el s.Id.C. había sinagogas en todos los lugares en donde residían los judíos.las grandes ciudades como Jerusalén y Alejandría tenían numerosas sinagogas.
Los evangelios hablan de las sinagogas de Nazaret y Capernaum como lugares en donde ministró Jesús. El apóstol Pablo las encontró en todos los lugares que visitó: Palestina, Asia menor y Grecia. Según el Talmud, había que construir las sinagogas en terreno elevado o más alto que las casas que la circundaban. Los indicios arqueológicos confirman la práctica en palestina. Con toda probabilidad se construyeron las sinagogas según el modelo del templo de Jerusalén.
Había un arca portátil en la que se guardaban los rollos de la Ley y los Profetas, arca que se encontraba frente a la entrada del edificio. Se llevaba el arca en procesión en los días de ayuno. Ante el arca y frente a los fieles se encontraban “las primeras sillas” para los líderes religiosos y las autoridades de la sinagoga. Se leía la ley desde una plataforma. Los ornamentos de las sinagogas eran hojas de parra, el candelabro de siete brazos, el cordero pascual y el recipiente del maná. Los asientos ubicados cerca del pupitre desde el cual se leía eran los más honorables. Maimónides dice que “ponían una plataforma en el medio del edificio, de modo que pudiera subir a ella el que leía la ley, o el que pronunciaba palabras de exhortación al pueblo, y que todos pudieran oírlo”. Los hombres se sentaban aparte de las mujeres.
La “gran sinagoga” de la tradición puede haber sido organizada por Nehemías alrededor del año 400 a.C. Se dice que tenía 120 miembros, que se ocupaban de estudiar la Ley de Moisés y transmitirla.

Marcos 12:37-44

“Y si David mismo lo llama Señor, ¿cómo, entonces, puede ser su hijo?» Y una gran multitud lo escuchaba de buena gana.
En su enseñanza también les decía: «Cuídense de los escribas. Porque les gusta pasearse con ropas largas, y les encanta que los saluden en las plazas, y sentarse en las primeras sillas de las sinagogas, y ocupar los mejores asientos en las cenas. Además, se apoderan de los bienes de las viudas, y luego fingen hacer largas oraciones. ¡Pero peor será su condenación!»
Jesús estaba sentado frente al arca de las ofrendas, y miraba cómo la gente echaba sus monedas en el arca. Muchos ricos echaban mucho, pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca, porque todos han echado de lo que les sobra, pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, ¡todo su sustento!»” Amén.

En todo mi tiempo de pastorado puedo afirmar con toda certeza que existe una regla que no falla: el que menos tiene siempre es más generoso que el rico.
Siempre recuerdo una señora muy mayor que vivía en una casita bastante precaria. Ella vivía junto a su hijo que tenía una discapacidad mental importante, era como un niño. Sus recursos eran escasos, pero ella siempre estaba al día con los aportes de la iglesia y le gustaba donar para las distintas causas o actividades especiales de la congregación.
Pero lo que me dejó una marca para toda la vida fue lo siguiente. Yo había vuelto a trabajar después de tener a mis mellizos, uno de ellos todavía la seguía peleando en el hospital, pero ya estaba bien. La señora me pidió que pasara por su casa porque tenía algo para mí. Cuando llego, me invita a pasar a su despensa. Tenía una caja de cartón llena de mercaderías para alimentar a mi familia. Mientras que me lo daba me decía: “Yo también tuve mellizos, pero uno de ellos se murió. Al igual que usted, tenía una familia grande para alimentar justo en ese tiempo. Yo sé lo que significa no tener para darle de comer a mi familia, y por eso pensé que esto al menos sería una pequeña ayuda para usted y es mi forma de demostrarle todo mi afecto”.
Ella me estaba dando toda esa comida de sus magros bolsillos y yo no podía más que aceptarlo con todo mi amor y mi respeto hacia ella.
También aprendí una lección: nunca debo tener miedo de dar, porque Dios me lo devuelve con creces…
¿Y los que son mezquinos?... ¡ellos se lo pierden! Se pierden de disfrutar la alegría de dar y de ver la alegría y el agradecimiento del que recibe.
Dios no pretende que demos de nuestro sustento, de lo que tenemos para vivir, sólo que compartamos lo que él mismo nos da. Nunca nos va a dejar pasar hambre, siempre algo vamos a tener para nuestro sustento básico.
El problema está en qué es lo que consideramos como sustento básico. Vivimos considerando como necesidad cosas que no lo son y que podemos vivir perfectamente sin ellas. Te invito a que hagas una lista de tus verdaderas necesidades básicas y verás lo mucho que tenés. ¿No te parece que podés ser algo más generoso de lo que sos? Vas a alegrar a otro y esto mismo te traerá alegría a tu corazón. Amén.

Querido Jesús, gracias por tu generosidad, gracias por mostrarme un camino más feliz en el desprendimiento. Dame siempre la fuerza y la determinación para llevar una vida sin tantas cosas, que no me aferre a lo superfluo. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 2 de noviembre de 2012

4 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 18: 1-6.43-50

“Mi Señor, mi fortaleza,
¡yo te amo!
Mi Señor y Dios,
tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador!
Tú eres mi fuerza y mi escudo,
mi poderosa salvación, mi alto refugio.
¡En ti confío!
Yo te invoco, Señor,
porque sólo tú eres digno de alabanza;
¡tú me salvas de mis adversarios!

Los lazos de la muerte me rodearon;
¡me arrolló un torrente de perversidad!
Los lazos del sepulcro me rodearon;
¡me vi ante las trampas de la muerte!

Pero en mi angustia, Señor, a ti clamé;
a ti, mi Dios, pedí ayuda,
y desde tu templo me escuchaste;
¡mis gemidos llegaron a tus oídos!...

…Tú me libraste de un pueblo rebelde,
Y me pusiste al frente de las naciones.
Gente que yo no conocía, viene a servirme;

gente extraña me rinde homenaje;
¡apenas me escuchan, me obedecen!
¡Gente de otros pueblos se llena de miedo,
y sale temblando de sus escondites!

¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi roca!
¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!
Es el Dios que vindica mis agravios
y somete a las naciones bajo mis pies.

Es el Dios que me libra de mis adversarios,
que me eleva por encima de mis oponentes,
¡que me pone a salvo de los violentos!

Por eso alabo al Señor entre los pueblos,
y canto salmos a su nombre.

El Señor da la victoria al rey;
siempre es misericordioso con su ungido,
con David y con sus descendientes.Amén.

Curiosidades

¿Quiénes eran los escribas y qué hacían?

Los escribas fueron los que iniciaron el servicio de la sinagoga. Algunos fueron miembros del Sanedrín. Después del año 70 d.C. la importancia de los escribas aumentó. Preservaron en forma escrita la ley oral, y transmitieron fielmente las Escrituras hebreas.
La función de los escribas era triple:
  1. Preservaban la ley. Fueron estudiosos profesionales de la ley, como también sus defensores, especialmente en el período helenístico, cuando el sacerdocio se había corrupto. Transmitían decisiones legales no escritas que habían aparecido como resultado de sus esfuerzos por aplicar la ley mosaica a la vida diaria. Insistían en que esta ley oral era más importante que la escrita. Merced a sus esfuerzos la religión corría el riesgo de transformarse en formalismo frío y duro.
  2. Reunían alrededor de sí muchos alumnos y los instruían en la ley. Se esperaba que los alumnos retuviesen lo que se les había enseñado, y que lo transmitirían sin variaciones. Exponían en el templo. Su enseñanza debía ser gratuita, pero probablemente recibían paga, e incluso, se aprovechaban de su honorable posición.
  3. Se los mencionaba como “abogados” y “maestros (intérpretes) de la ley”, debido a que tenían a su cargo la administración de la ley como jueces del Sanedrín. “Abogado” y “escriba” son sinónimos, por lo cual nunca se une ambos términos en el N.T.. por sus servicios en el sanedrín no percibían paga. Por lo tanto, estaban obligados de ganarse la vida por otros medios si no poseían riquezas.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 12:28-34

Uno de los escribas, que había estado presente en la discusión y que vio lo bien que Jesús les había respondido, le preguntó: «De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?» Jesús le respondió: «El más importante es: “Oye, Israel: el Señor, nuestro Dios, el Señor es uno.” Y “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” El segundo en importancia es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento más importante que éstos.» El escriba le dijo: «Bien, Maestro; hablas con la verdad cuando dices que Dios es uno, y que no hay otro Dios fuera de él, y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios.» Al verlo Jesús responder de manera tan sabia, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevía ya a preguntarle nada.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Mucho se habla acerca del amor al prójimo y curiosamente cuando decimos prójimo generalmente hablamos de personas lejanas a veces de otros países. Y es verdad, también son nuestro prójimo…
Pero el tema es que es más fácil de hablar de algo alejado de nuestra realidad, de nuestra vida. Pero decir que mi prójimo es mi vecino, ese que molesta hasta no sé qué hora de la madrugada con su chinguiki ching, es diferente.
Decir que nuestro prójimo es el que me dice palabrotas cuando manejo o que me rompe las plantas que tengo delante de mi casa o que su perro no deja de defecar en mi vereda, es algo más complicado.
Porque decir prójimo no le da a la persona un certificado de santo ni de frágil, decir prójimo simplemente es el que está próximo a mí, con quien me cruzo a diario, con quien trabajo o estudio.
Jesús me ha mandado a amar a ese prójimo que a veces no me cae tan bien, que me irrita, que me lastima, pero que a la vez es una persona que sufre, que ama, que espera también que alguien le dé la posibilidad de vivir un cambio en Cristo.
Cuando el samaritano se encontró con la persona que yacía herida en el camino sólo vio su necesidad, no se fijó si lo conocía, si le agradaba, si podía devolverle el favor. Simplemente lo ayudó porque su corazón se lo dictó, y eso es amor al prójimo. Amar al otro por ser un ser humano, creado por Dios, que necesita de mí, o de vos…
Este mandamiento de Jesús no es tan fácil, porque hay que salir de uno mismo para ir al encuentro con el otro. Es dejar de lado los preconceptos y prejuicios para mirar en los ojos del otro y descubrir la persona que está ahí.
Vivimos en una sociedad en donde tenemos miedo los unos de los otros, en donde la violencia ha ocupado el lugar de la confianza y en donde, por las dudas, desconfiamos, no sea que nos quieran hacer daño.
No estoy diciendo que no haya razones para temer, pero al mismo tiempo Jesús nos está llamando a ser más humanos, a pensar en el otro como un ser igual a mí, con sueños, proyectos, ilusiones, que desea ser amado y valorado.
Te invito a que hagas este ejercicio diario, de devolver con un buen trato el maltrato, a responder siempre bien y sonreir, porque esto contagia y rompe barreras. Mi cambio produce el cambio en el otro. Mi actitud positiva llama a responder positivamente. Intentalo. Amén.

Querido Jesús, vos me enseñaste a amar a través de tu amor hacia cada uno de nosotros. Tu amor llegó hasta la cruz y por eso floreció en resurrección. El amor el mágico, transforma las vidas de las personas. Dios es amor y quien vive en el amor vive en Dios. Vos sos amor y entrega, ayudame a vivir de la misma manera. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.