jueves, 24 de julio de 2014

27 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 119 (57-77.127-130)

“Mi porción es mi Señor;
he dicho que guardaré tus palabras.
Tu presencia he suplicado de todo corazón;
ten misericordia de mí según tu palabra.
Consideré mis caminos
y volví mis pies a tus testimonios.
Me apresuré y no me retardé
en guardar tus mandamientos.
Compañías de impíos me han rodeado,
mas no me he olvidado de tu Ley.
A medianoche me levanto para alabarte
por tus justos juicios.
Compañero soy yo de todos los que te temen
y guardan tus mandamientos.
De tu misericordia, mi Señor, está llena la tierra.
¡Enséñame tus estatutos!

Bien has hecho con tu siervo,
mi Señor, conforme a tu palabra.
Enséñame buen sentido y sabiduría,
porque tus mandamientos he creído.
Antes que fuera yo humillado,
descarriado andaba;
pero ahora guardo tu palabra.
Bueno eres tú, y bienhechor;
¡enséñame tus estatutos!
Contra mí forjaron mentira los soberbios,
pero yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
Se engrosó el corazón de ellos como sebo,
mas yo en tu Ley me he regocijado.
Bueno me es haber sido humillado,
para que aprenda tus estatutos.
Mejor me es la Ley de tu boca
que millares de oro y plata.

Tus manos me hicieron y me formaron;
hazme entender y aprenderé tus mandamientos.
Los que te temen me verán y se alegrarán,
porque en tu palabra he esperado.
Conozco, mi Señor, que tus juicios son justos
y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
Sea ahora tu misericordia para consolarme,
conforme a lo que has dicho a tu siervo.
Vengan a mí tus misericordias para que viva,
porque tu Ley es mi delicia…

…Por eso he amado tus mandamientos
más que el oro, y más que oro muy puro.
Por eso he estimado rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas
y he aborrecido todo camino de mentira.

Maravillosos son tus testimonios;
por eso los ha guardado mi alma.
La exposición de tus palabras alumbra;
hace entender a los sencillos.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significa la predestinación en el Nuevo Testamento?

Predestinar en griego se dice prohorizo, que el NT utiliza solamente con Dios como sujeto, expresa la idea de establecer de antemano una situación para una persona o una persona para una situación. el NT emplea otros compuestos en pro- en sentido similar: protasso, arreglar de antemano, ‘prefijar’; protithemai, ‘proponer’; prohetoimazo, ‘preparar de antemano’, problepo, ‘prever’, comunica el sentido del preordenamiento efectivo de Dios. También lo hace proginosko, ‘conocer de antemano’ y el sustantivo relacionado prognosis. A veces se comunica  el mismo sentido por medio de los verbos no compuestos tasso y horizo, el primero de los cuales indica una precisa colocación en orden, y el último un señalamiento preciso. Este vocabulario tan variado sugiere las diferentes facetas de la idea expresada.
El NT formaula de otra manera el pensamiento de la preordenación divina, al decirnos que lo que motiva y determina las acciones de Dios en su mundo, y entre ellas, la suerte y el destino que asigna a los seres humanos, es su propia voluntad, o “el puro afecto de su voluntad”, “beneplácito”, su propia y deliberada resolución previa. No se trata, por supuesto, del único sentido en que el NT habla de la voluntad de Dios. La Biblia considera que el propósito de Dios para los seres humanos está expresado tanto en los mandamientos que les ha revelado, como en el ordenamiento de sus circunstancias. De este modo, su “voluntad” en las Escrituras abarca su ley y sus planes; de allí surge el uso de algunos términos mencionados con respecto a determinadas demandas divinas. Pero en los textos mencionados en lo que antecede es el plan de Dios para los acontecimientos lo que está en consideración, y a esto se refiere la predestinación.
El uso del grupo de palabras neotestamentarias favorece la práctica tradicional de definir la predestinación en función del propósito de Dios con respecto a las circunstancias y el destino de los seres humanos. Podemos resumir más convenientemente los aspectos más amplios de su plan y gobierno cósmicos bajo el título general de providencia. Sin embargo, para captar el significado de la predestinación tal como lo presenta la Escritura es preciso ubicarla en su lugar en los planes totales de Dios,
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 1110-1111)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 8:28-30

“Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Cómo ver la ayuda de Dios en nuestras vidas?
Todo un misterio.
Conozco personas que se la pasan reclamando y sintiéndose abandonadas por Dios, preguntándose una y otra vez “¿por qué a mí?”
Pero a la vez hay otras personas, que tienen muchos problemas, una vida complicada, y que dicen con toda sinceridad y alegría: “La verdad, yo no me puedo quejar… Dios siempre me acompañó”.
Evidentemente se trata de la visión que cada persona tiene de su vida, sus problemas y la presencia de Dios en sus vidas…
He intentado mostrar de una y otra forma la presencia de Dios en la vida de la persona que se queja y no he logrado nada, y me he deleitado escuchando a la persona agradecida.
Seguramente tiene que ver con el ejemplo del vaso, si se ve medio lleno o medio vacío, es una actitud ante la vida. Pero a la vez tiene que ver con la fe y nuestras expectativas con respecto a qué es lo que Dios hace en nuestras vidas.
Si leemos los relatos bíblicos, veremos que incluso aquellas personas muy fieles a Dios tuvieron que vivir cosas dolorosas y difíciles, pero pudieron ver la presencia de Dios en sus vidas y esto mismo les permitió sobrellevar los problemas.
Las salidas mágicas o el creer que por la fe seremos intocables es una fantasía y diría también, una mente infantil. La fe adulta me dice cada cosa que vivo me enriquece y me afianza como persona. La fe adulta me permite ver que mi camino recorrido hoy, junto con Dios, me hace la persona que soy hoy, y que nunca fueron los momentos felices o divertidos los que me enseñaron, sino las situaciones que me obligaron poner el cuerpo, la mente, para superar el problema y me permitieron descubrir mi potencial.
Dios nos acompaña y a Él le debemos todo lo que somos y tenemos. Seamos agradecidos y descansemos en su amor. Amén.

Querido Jesús, en el huerto, antes de ser entregado, mismo en un momento de tan fuerte angustia, le dijiste al Padre: “Que se haga tu voluntad y no la mía”… ¿cuándo podré yo tener esa actitud? Ayudame a vivir en la humildad, a no sentirme mejor que los demás o más merecedora de tus beneficios. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 18 de julio de 2014

20 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 86

“Inclina, mi Señor, tu oído, y escúchame,
porque estoy afligido e indigente.
Guarda mi alma, porque soy piadoso;
¡salva tú, Dios mío, a tu siervo
que en ti confía!
Ten misericordia de mí, mi Señor,
porque a ti clamo todo el día.
Alegra el alma de tu siervo,
porque a ti, Señor, levanto mi alma,
porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Escucha, mi Señor, mi oración
y está atento a la voz de mis ruegos.
En el día de mi angustia te llamaré,
porque tú me respondes.

Señor, ninguno hay como tú entre los dioses
ni obras que igualen tus obras.
Todas las naciones que hiciste
vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
y glorificarán tu nombre,
porque tú eres grande y hacedor de maravillas;
¡solo tú eres Dios!
Enséñame, mi Señor, tu camino,
y caminaré yo en tu verdad;
afirma mi corazón
para que tema tu nombre.
Te alabaré, mi Señor, Dios mío, con todo mi corazón
y glorificaré tu nombre para siempre,
porque tu misericordia es grande para conmigo
y has librado mi alma de las profundidades del seol.

Dios, los soberbios se levantaron contra mí,
conspiración de violentos ha buscado mi vida
y no te han tomado en cuenta.
Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,
lento para la ira y grande en misericordia y verdad,
mírame y ten misericordia de mí;
da tu poder a tu siervo
y guarda al hijo de tu sierva.
Haz conmigo señal para bien,
y véanla los que me aborrecen y sean avergonzados,
porque tú, mi Señor, me ayudaste y me consolaste.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significa el corazón en el Nuevo Testamento?

Según el NT el corazón es el asiento de la voluntad y del sentimiento. Esto significa que “corazón” se acerca más que otros, entre los términos del NT, al significado de “persona”.
No hay indicios en la Biblia de que el cerebro sea el centro del estado consciente, del pensamiento o la voluntad. Es el corazón el que ocupa este lugar, y si bien también se usa en relación con las emociones, más frecuentemente son los órganos inferiores, en la medida en que se los distingue, los que se relacionan con las emociones.
La palabra “mente” posiblemente sea el término moderno que más se acerca al uso bíblico de la palabra “corazón”, y muchos pasajes se traducen así. “Corazón” es, empero, un término más amplio, y la Biblia no distingue los procesos racionales o mentales en la forma en que lo hace la filosofía griega.
C.Ryder Smith sugiere que “el principal mandamiento probablemente significa ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas’”.
El corazón del ser humano no siempre obra así, sin embargo. No es lo que debiera ser, y el AT llega a su punto culminante cuando entiende que hace falta un cambio en el corazón, y esto, naturalmente, se cumple en el NT.
Están las personas excepcionales cuyo corazón está bien con Dios, si bien resulta obvio por lo que sabemos acerca de David, que esto no es verdad en sentido absoluto, sino todavía hacen falta el arrepentimiento y la conversión.
La actitud adecuada del corazón comienza cuando quebranta, lo cual es simbólico de humildad y penitencia, y sinónimo de “espíritu quebrantado”, ruah. Este quebrantamiento es necesario porque se trata de un corazón duro o de piedra, que no se somete a la voluntad de Dios. Alternativamente, es el corazón “engrosado” o “incircunciso” el que no responde a la voluntad de Yahveh.
Yahveh conoce el corazón de cada cual, y no se deja engañar por las apariencias externas, pero una oración digna es, no obstante, la que pide que él examine y conozca el corazón y lo limpie. Un “corazón nuevo” ha de ser el anhelo del malo, y eso significará que la ley de Dios ya no será simplemente algo externo sino algo “escrito en el corazón”, y algo que purifica.
Así es como el corazón, fuente de todos los deseos, tiene que ser guardado, y el maestro procura encaminar el corazón del alumno hacia el buen camino.
Son los puros de corazón los que verán a Dios, y cuando Cristo mora en el corazón por la fe es cuando los santos pueden comprender el amor de Dios.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 281-282)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 8:26-27

“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inexpresables. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

La oración es uno de nuestros cables a tierra. El ponernos en las manos de Dios nos alivia, aclara la mente y nos fortalece.
Hace un par de meses, una persona a quien estoy acompañando pastoralmente, me comentó que tenía que hacerse un estudio, que le daba miedo, porque ya se lo había hecho un par de veces y era muy feo. Tenía miedo, había sentido dolor en las veces anteriores, y esta vez estaba acobardado.
Ya hace un tiempo que nos reunimos periódicamente con ejercicios espirituales en donde comparto con ella algunas cosas que ayudan a la concentración: una música, una imagen mental, un texto bíblico…
Una de las primeras veces que nos encontramos le recomendé el Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me falta, por prados de fresca hierba me alimenta… me guía por senderos de justicia en gracias de su nombre, aunque pase por valles de sombra, ningún mal temeré, tu vara y tu cayado, ellos me tranquilizan…”
Llegó el día del estudio médico, ya en la camilla, esta persona comienza a meditar sobre el Salmo y se va en sus pensamientos, descansa en la mano de Dios. De repente siente que le palmean el pecho, y le sorprenden las palabras “ya está, ya terminamos”…
Pudo hacerse el estudio tranquilo y se sintió feliz por descansar en la seguridad de Dios. Éste es el poder de la oración.
La oración nos permite sobrellevar todas las situaciones en la tranquilidad que Dios nos escucha, y eso mejora nuestra calidad de vida.
¿Orás todos los días?
¿Orás sólo algunas veces?
¿Sentís que Dios te escucha y te alivia?
Orar es terapéutico, nos mejora en nuestra armonía personal pero también con nuestro entorno, nos baja los decibeles, nos permite encontrar nuestro eje y nos consuela en el sufrimiento.
Aprovechá este recurso, es gratuito y no tiene contraindicaciones ni horarios ni lugar. Dios te espera. Amén.

Querido Jesús, vos enseñaste a tus discípulos a orar, vos también lo hiciste en tu paso por la tierra, hasta los momentos antes de que fueras entregado. Necesito hacerme a la costumbre y no buscar a Dios en los momentos de desesperación, ayudame a hacerlo, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 11 de julio de 2014

13 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 65

“Tuya, Dios, es la alabanza en Sión,
y a ti se pagarán los votos.
Tú oyes la oración;
a ti vendrá toda carne.
Las iniquidades prevalecen contra mí,
pero tú perdonas nuestras rebeliones.
Bienaventurado el que tú escojas y atraigas a ti
para que habite en tus atrios.
Seremos saciados del bien de tu Casa,
de tu santo Templo.

Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Dios de nuestra salvación,
esperanza de todos los términos de la tierra
y de los más remotos confines del mar.
Tú, el que afirma los montes con su poder,
ceñido de valentía;
el que sosiega el estruendo de los mares,
el estruendo de sus olas,
y el alboroto de las naciones.
Por tanto, los habitantes de los confines de la tierra temen ante tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Visitas la tierra y la riegas;
en gran manera la enriqueces.
Con el río de Dios, lleno de aguas,
preparas el grano de ellos cuando así la dispones.
Haces que se empapen sus surcos,
haces correr el agua por sus canales,
la ablandas con lluvias,
bendices sus renuevos.
Tú coronas el año con tus bienes
y tus nubes destilan abundancia,
destilan sobre los pastizales del desierto
y los collados se ciñen de alegría.
Se visten de manadas los llanos
y los valles se cubren de grano;
¡dan voces de júbilo y aun cantan!” Amén.

Curiosidades

¿A qué se refiere en la Biblia la palabra “vanidad”?
Los tres vocablos hebreos principales traducidos “vanidad” en las versiones en castellano se distribuyen en general como sigue: hebel, saw y tohû, literalmente “vapor”, “aliento”, indica la inutilidad de las empresas humanas. Así es la vida natural del ser humano. Figuradamente hebel transmite la idea de algo insustancial, sin valor, así “vanidad son (los ídolos)”. La adoración de los mismos es, por consiguiente, inútil. Improductivos resultan, también, los que se vuelven hacia esas cosas vanas. La idolatría es el culto al “no dios”, lo cual provoca a Dios, en contraste con el verdadero culto a Dios. Dado que los ídolos y su culto despiertan esperanzas vanas, sin valor tiene que ser igualmente la proclamación de los falsos profetas. “Vana ofrenda” es el ritual sin justicia. La riqueza obtenida por vanidad se desvanece. Hebel se refiere a la vida humana de las personas: “toda persona” tiene “término corto”. Esta hebel de toda la existencia humana está plenamente tratada en el libro de Eclesiastés.
Con saw se introduce la idea de “sucio”, “indecente”, “malo”. Job ilustra esto con referencia al comportamiento; Salmos 12 y 41 con referencia al habla; Ezequiel con respecto a la vista. La palabra awen, que significa “aliento”, también se traduce “vanidad” en algunas versiones. Se inclina más, sin embrago, a la idea de iniquidad, y por ello se traduce con términos tales como “engaño”, “iniquidad”, “calamidad”, “perversidad”, “tontería”, etc., según la versión. Tohû, literalmente “yermo”, luego figuradamente “vaciedad”, “inutilidad”; así Dios considera a las naciones.
En el NT la palabra vanidad aparece sólo cuatro veces, en donde se usa el puramente bíblico y eclesiástico mataiotes. En Efesios se refiere a comportamiento y allí “incluye la inutilidad o fatuidad moral tanto como la intelectual. Esa vanidad se declara de todo cuanto está comprendido en la palabra nous, el entendimiento del corazón. Todo lo que se incluye en los versículos que siguen respecto de la ceguera y la depravación del corazón está por consiguiente comprendido en la palabra vanidad”. En 2 Pedro la referencia es al habla, con la idea de “falto de verdad”, “inapropiado”. En Romanos el pensamiento es “fragilidad”, “debilidad”, “falta de vigor”. “La idea de la búsqueda de los que no se encuentra, y por ende de inutilidad, frustración, desaliento. El pecado acarreó esta maldición a la creación; hizo que resultase inevitable una perspectiva pesimista del universo. Hyperage: el momento preciso que denota es el de la caída, cuando Dios pronunció una maldición contra la tierra por causa del ser humano”.
Las deidades paganas son vanidades, cosas vanas. Relacionada con la palabra “vanidad” está la palabra “vano”, literalmente “desprovisto de fuerza o propósito”. Nuestro Señor dijo que el culto gentil y la piedad farisaica eran así; así también estimaba Pablo la filosofía pagana. Es posible por infidelidad en el servicio cristiano volverse así. Donde se niega la resurrección de Cristo, la predicación es “falsa” y la fe no tiene fuerza. La lealtad a la ley priva a la fe de su valor, y a la muerte de Cristo su efecto. Mas la fe sin obras es tan vana como las obras sin fe.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 1399-1400)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 8:18-23

“Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse, porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. La creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza. Por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Como cristianos creemos que el mejor tiempo está por venir. La idea de un final trágico, violento, apocalíptico no tiene nada que ver con nuestra fe.
Antes de irse con el Padre, Jesús mismo nos anunció ese mundo de armonía, paz y belleza en donde toda la naturaleza volverá al principio, a ese tiempo en donde todavía el pecado no había entrado al mundo.
Pero a la vez sabemos que tenemos parte en la construcción de ese tiempo, que Jesús nos dejó la responsabilidad de ir transformando nuestra realidad presente a través de nuestras manos, nuestras iniciativas.
El texto de hoy lo presenta como un embarazo, como algo que es inminente que de un momento a otro va a suceder. Esta era la idea de los primeros cristianos.
Ahora sabemos que el proceso es más lento, pero a la vez debemos asumir que no hacemos demasiado para que el tiempo final se aproxime, porque nos cuesta el compromiso y porque en muchas ocasiones, no sabemos cómo hacer con los problemas graves por los que atravesamos como humanidad.
Por eso, en estos programas que sábado a sábado vamos compartiendo,  insisto con las pequeñas actitudes que provocan cambios en nuestro entorno, cosas posibles y que sumadas hacen mucho y sirven de ejemplo y aliento para que otras personas de otros lugares se sumen.
La creación está esperando, el mundo está esperando que nos hagamos cargo de esa transformación en donde nadie destruya a nadie, ni maltrate a nadie, que podamos convivir en armonía las personas, los animales y la naturaleza en general, y por supuesto… depende de nosotros, de vos, de mí, de todas personas que habitamos este lugar. Amén.

Querido Jesús, sé que no hay magia, que si yo no me pongo las pilas tu reino no va a llegar. Me dejaste una misión y tengo que cumplirla, ayudame a que no me quede en el amago porque me parece demasiado. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 4 de julio de 2014

6 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré
y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Grande es mi Señor y digno de suprema alabanza;
su grandeza es insondable.

Generación a generación celebrará tus obras
y anunciará tus poderosos hechos.
En la hermosura de la gloria de tu magnificencia
y en tus hechos maravillosos meditaré.
Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
y yo publicaré tu grandeza.
Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
y cantarán tu justicia.

Clemente y misericordioso es mi Señor,
lento para la ira y grande en misericordia.
Bueno es mi Señor para con todos,
y sus misericordias sobre todas sus obras.

¡Te alaben, mi Señor, todas tus obras,
y tus santos te bendigan!
La gloria de tu reino digan
y hablen de tu poder,
para hacer saber sus poderosos hechos a los hijos de los hombres
y la gloria de la magnificencia de su reino.
Tu reino es reino de todos los siglos
y tu señorío por todas las generaciones.

Sostiene mi Señor a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.
Los ojos de todos esperan en ti
y tú les das su comida a su tiempo.
Abres tu mano
y colmas de bendición a todo ser viviente.
Justo es mi Señor en todos sus caminos
y misericordioso en todas sus obras.
Cercano está mi Señor a todos los que lo invocan,
a todos los que lo invocan de veras.
Cumplirá el deseo de los que lo temen;
oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.
Mi Señor guarda a todos los que lo aman,
pero destruirá a todos los impíos.

La alabanza de mi Señor proclamará mi boca.
¡Todos bendigan su santo nombre
eternamente y para siempre!” Amén.

Curiosidades

¿Quién fue Oseas y cuál fue su misión?
 
Oseas fue un profeta del reino del Norte, Israel, del s.VIII a.C. En lo que respecta a su vida personal, estaba casado con Gomer, quien le dio tres hijos, cuyos nombres hablaban del juicio de Dios: Jezreel, “No compadecida” y “No mi pueblo”. Gomer lo abandona por una vida promiscua que la atraía. Finalmente, cuando ya estaba cansada y había perdido su atractivo se encontró abandonada, y fue comprada nuevamente por Oseas. Después de tenerla aislada por un tiempo, la volvería a tomar como esposa. Esta experiencia personal lo prepara para comprender la profunda verdad del amor imperecedero del Señor por Israel, a pesar que ese pueblo lo hubiese rechazado, el Señor estaba allí, preparando a su siervo para un ministerio que no podría haber ejercido sin esa forma particular de sufrimiento.
Toda esta experiencia personal no la narra explícitamente, porque su interés es demostrar el comportamiento consecuente del amor de Dios. Por lo tanto, hay diferentes interpretaciones de la acción del profeta, pero en lo que respecta a Israel, el Señor les mostraría como regresar a él después de la disciplina del exilio, y “no mi pueblo” se convertiría nuevamente en “hijos del Dios viviente”.
Para poder comprender la situación, Oseas utilizó su conocimiento del trato de Dios con los patriarcas, particularmente con Jacob, que trató de seguir su propio camino, hasta el punto de luchar con Dios. Sin embargo, el Señor impuso su voluntad, aun con este hombre astuto del cual descendía la nación. Del mismo modo que Jacob se acarreó el exilio, Efraín estaba preparando su propia destrucción. Así como en el caso de Jacob no se trataba del fin de la historia, del mismo modo el profeta comprendió que el exilio no sería la última palabra sobre la culpabilidad de Israel.
Oseas también conocía la historia del éxodo, y meditó sobre su significado para su propia época. Como padre con hijos descarriados, el Señor siguió haciendo provisión para su pueblo, aunque este no comprendía el origen de su salud y prosperidad. El amor del Señor, como el de un padre que se preocupa por sus hijos, continuó a pesar de la rebelión y el rechazo de estos. Aún llamaba a Efraín “mi pueblo”. El conflicto entre su amor y la necesidad de castigar y destruir mortificaba el corazón de Dios. Aquí el profeta llega muy cerca de la revelación neotestamentaria del amor de Dios tal como se lo ve en la cruz.
Oseas intuye la oposición por parte de las autoridades, y no es de sorprender que se lo considerase como un necio que ocasionaba problemas y al que podía tratarse como un loco, al que se podía encerrar si fuera necesario. Se identificó con el sufrimiento del Señor, y lo compartió en la misma medida en que compartía su amor.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 1000-1002)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 9:25-33

“Como también en Oseas dice:
«Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada.
Y en el lugar donde se les dijo:
“Ustedes no son pueblo mío”,
allí serán llamados “hijos del Dios viviente”.»
También Isaías proclama acerca de Israel: «Aunque el número de los hijos de Israel fuera como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo, porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra con justicia y prontitud.» Y como antes dijo Isaías:
«Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,
como Sodoma habríamos venido a ser,
y a Gomorra seríamos semejantes.»
¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mientras Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino dependiendo de las obras de la Ley, de modo que tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito:
«He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de caída;
y el que crea en él, no será defraudado.»Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es muy difícil explicar qué es la fe.
En las clases de confirmación nuestro Pastor nos explicó la fe en Dios de esta manera:
Era frecuente que su pequeño hijo Adam estuviera presente en las clases. El lugar en que nos reuníamos era encima del coro de la torre de la iglesia, un lugar muy alto. En el coro, como en todos los templos hay una baranda que da a la nave. Él nos decía, la fe en Dios es igual a la confianza que un niño pequeño tiene a sus padres. Si yo lo dejo a Adam en el balcón del coro y desde la nave le pido que salte, saltará, porque él confía en que yo puedo agarrarlo, no le da miedo porque cree en mí, y cree que lo que le digo es verdad y que no voy a hacer nada que le haga daño.
Creo que es el ejemplo más claro de lo que es la fe para el creyente. Como cristianos creemos en Dios, creemos que no permitirá que nos pase nada malo y si pasa, nos sostendrá y nos dará la fuerza para levantarnos y salir adelante.
La fe no es algo mágico, ni es una barrera contra todo mal y peligro. La fe s un sostén, una confianza de saberse cuidado y protegido, de consuelo y fortaleza.
Tal vez para aquella persona que no tiene fe es una tontería. Muchas veces escucho personas que dicen: “Si Dios existiera no pasarían las cosas terribles que pasan”. Pero nada más equivocado, porque hay responsables de las cosas que pasan, personas de carne y hueso que abusan de la libertad con que Dios nos ha creado, pero también muchas veces nosotros mismos somos responsables de las cosas que nos pasan: no ponemos en manos de Dios nuestras decisiones, somos caprichosos, y generalmente Dios nos manda señales para que tomemos conciencia de que no estamos siguiendo el camino que él nos ha trazado. Muchas veces nos exponemos tontamente a los peligros y la única forma de que tomemos conciencia de esto es con un llamado de atención.
La fe en Dios es un plus en mi vida, es una fuerza superior a mí que me levanta, me anima y me permite creer que nada es imposible si es voluntad de Dios. Amén.

Querido Jesús, a veces le echo la culpa a Dios por mis equivocaciones y por mis caprichos. Sé que si tengo fe y pongo mis decisiones en oración, todo lo que tenga que ser, será, y que si las cosas no van de la forma que yo quería, seguramente es porque es mejor para mí y para las personas que me rodean. Ayudame a entender esto, te lo pido en el nombre del Padre y de Hijo y del Espíritu Santo. Amén.