lunes, 29 de diciembre de 2014

25 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 27

“Mi Señor es mi luz y mi salvación,
¿de quién temeré?
Mi Señor es la fortaleza de mi vida,
¿de quién he de atemorizarme?

Cuando se juntaron contra mí los malignos,
mis angustiadores y mis enemigos,
para comer mis carnes,
ellos tropezaron y cayeron.

Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque contra mí se levante guerra,
yo estaré confiado.

Una cosa he demandado a mi Señor,
ésta buscaré:
que esté yo en la casa de mi Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura de mi Señor
y para buscarlo en su Templo.

Él me esconderá en su Tabernáculo en el día del mal;
me ocultará en lo reservado de su morada;
sobre una roca me pondrá en alto.

Luego levantará mi cabeza
sobre mis enemigos que me rodean,
y yo sacrificaré en su Tabernáculo sacrificios de júbilo;
cantaré y entonaré alabanzas a mi Señor.

¡Oye, mi Señor, mi voz con que a ti clamo!
¡Ten misericordia de mí y respóndeme!
Mi corazón ha dicho de ti:
«Busquen mi rostro.»
Tu rostro buscaré, mi Señor;
¡no escondas tu rostro de mí!

¡No apartes con ira a tu siervo!
¡Mi ayuda has sido!
No me dejes ni me desampares,
Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejen,
con todo, mi Señor me recogerá.
Enséñame, mi Señor, tu camino
y guíame por senda de rectitud
a causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis enemigos,
porque se han levantado contra mí testigos falsos
y los que respiran crueldad.

Hubiera yo desmayado,
si no creyera que he de ver la bondad de mi Señor
en la tierra de los vivientes.
¡Espera en mi Señor!
¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!
¡Sí, espera en mi Señor!”
Amén.

Curiosidades

¿Quién era Jacobo?

Jacobo, que significa “el que toma del talón” o “suplantador”, era hijo de Zebedeo, pescador de Galilea, que junto a su hermano Juan fue llamado para ser uno de los doce apóstoles. Con Pedro, los dos hermanos formaron el círculo interno de tres entre los doce, y estuvieron presente cuando el Señor resucitó a la hija de Jairo, en la transfiguración, y durante el sufrimiento del Señor en el Getsemaní, ocasiones en las que los otros fueron excluidos. Jacobo y Juan, a quienes Jesús apodó “Boanerges, esto es, hijos del trueno”, fueron reprendidos por Jesús cuando sugirieron que podían pedir “fuego del cielo” para destruir una aldea samaritana que se había rehusado a recibir a Cristo cuando iba a Jerusalén. También causaron envidia entre los discípulos cuando solicitaron un lugar de honor en el reino de Cristo; aunque no les prometió tal ventaja, se les dijo que compartirían la copa que el Maestro tenía que beber, profecía que se cumplió cuando Jacobo fue muerto “a espada” por Herodes Agripa, alrededor del 44 d.C., Hechos 12.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.673)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 1:14-20

Después que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse y crean en el evangelio!»
Andando junto al Mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo:
—Vengan en pos de mí, y haré que sean pescadores de hombres.
Y dejando al instante sus redes, lo siguieron.
Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca remendando las redes; y en seguida los llamó. Entonces, dejando a su padre, Zebedeo, en la barca con los jornaleros, lo siguieron.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Qué es lo que tengo que dejar de lado en mi vida para seguir realmente a Jesús?
Cuando leo los relatos del seguimiento de los apóstoles a Jesús, que dejan trabajo, familia, toda su vida para ir tras él a algo desconocido, siempre me hago esta pregunta.
Porque es obvio que no es que Jesús espere que dejemos todo: familia, trabajo, casa, para ser cristianos y cristianas. El seguimiento y las renuncias pasan por otro lado, para por cuál es el centro de nuestras vidas, nuestras prioridades.
Creo que ahí está el gran dilema al que nos enfrentamos hoy día los cristianos y cristianas.
Una de las cosas que más me molestan cuando estamos organizando alguna actividad es cuando me dice “si no tengo otra cosa, vengo”. Me pone muy mal, porque veo claramente el lugar que ocupa la Iglesia, esto es, el lugar en donde la persona nutre su fe, en la vida de nuestros miembros. Ante estas palabras siempre pienso cómo nos sentiríamos si Dios tuviera ese criterio “si no tengo otra cosa, escucho tus ruegos, escucho tus oraciones”.
En un tiempo en donde todo tiene que ser útil, provechoso o divertido es muy difícil el lugar de la Iglesia, el lugar de Dios. Es como que como sociedad hemos expulsado a Dios porque nos interpela en muchas de las cosas que hago. En el derroche que hago en todos los sentidos, comprando cosas que no necesito, tirando cantidad de comidas cuando otras personas están muriendo de hambre, corriendo todo el día tras el reloj, trabajando hasta lo inhumano por una familia que ya casi no conozco, porque nuestra comunicación es por mensajito o wasap y no por los ojos, el abrazo. Nos llenamos de cosas que se supone que nos tienen que hacer felices (al menos eso lo dicen las propagandas)… y nos vamos alejando de Dios… no dejamos nuestras redes y lo seguimos…
Dios nos invita a abrir nuestras manos, nuestras palmas, soltar lo que aferramos para que estas manos con las que nos ha creado las utilicemos para encontrarnos entre nosotros con un saludo, un abrazo, una caricia. Que soltemos a lo que nos aferramos y vivamos siendo nosotros mismos y amemos, simplemente. Todo lo demás, es polvo, es la nada, el burbuja. Amén.

Querido Jesús, perdóname porque tantas veces te esquivo la mirada y hago de cuenta de que no te vi, de que no te escuché. Estás a mi lado y yo no dejo mi barca, no suelto las redes, me aferro a ellas como un naufrago a las maderas que quedaron flotando. Ayudame a impulsar mi vida hacia vos, a confiar que nada me va a faltar y que sólo con vos voy a encontrar la vida plena que tanto ansío. Amén.

18 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 40

“Pacientemente esperé a mi Señor,
y se inclinó a mí y oyó mi clamor,
y me hizo sacar del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre peña
y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos y temerán,
y confiarán en mi Señor.

¡Bienaventurado el hombre que puso en mi Señor su confianza
y no mira a los soberbios
ni a los que se desvían tras la mentira!
Has aumentado, mi Señor, Dios mío, tus maravillas
y tus pensamientos para con nosotros.
No es posible contarlos ante ti.
Aunque yo los anunciara y hablara de ellos,
no podrían ser enumerados.

Sacrificio y ofrenda no te agradan;
has abierto mis oídos;
holocausto y expiación no has demandado.
Entonces dije: «He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de mí;
el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
y tu Ley está en medio de mi corazón.»

He anunciado justicia en la gran congregación;
he aquí, no refrené mis labios,
mi Señor, tú lo sabes.
No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
he publicado tu fidelidad y tu salvación;
no oculté tu misericordia y tu verdad en la gran congregación.

Mi Señor, no apartes de mí tu misericordia;
tu misericordia y tu verdad me guarden siempre,
porque me han rodeado males sin número;
me han alcanzado mis maldades y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza
y mi corazón me falla.

Quieras, mi Señor, librarme;
mi Señor, apresúrate a socorrerme.
Sean avergonzados y confundidos a una
los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan atrás y avergüéncense
los que mi mal desean.
Sean asolados en pago de su afrenta
los que se burlan de mí.

Gócense y alégrense en ti
todos los que te buscan,
y digan siempre los que aman tu salvación:
«¡Mi Señor sea enaltecido!»
Aunque yo esté afligido y necesitado,
mi Señor pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú.
¡Dios mío, no te tardes!”
Amén.

Curiosidades

¿Cómo se usaba la “hora” en los tiempos bíblicos?
La “hora” en la Escritura se usa en un sentido preciso y en un sentido más general.
En un sentido más preciso (que probablemente sea posterior al sentido más general), una hora es igual a una doceava parte del período de luz: “¿No tiene el día doce horas?”. Se contaban desde la salida hasta la puesta del sol, asó como las tres (judaicas) o cuatro (romanas) vigilias en que se dividía el período de la oscuridad se contaban desde la puesta hasta la salida del sol. Ya que tanto la salida como la puesta del sol variaban según la época del año, las horas bíblicas no pueden traducirse exactamente en horas según las marcas de un reloj de nuestros días; y en cualquier caso la ausencia de cronómetros de precisión significaba que la hora del día indicaba en términos más generales que lo que lo hacemos nosotros. No es de sorprender que las horas que más se mencionan sean la tercera, la sexta y la novena. Estas tres se mencionan en la parábola de los obreros de la viña, como también la hora undécima, que se ha hecho proverbial para hacer referencia a la última oportunidad. Los dos discípulos de Jesús de Juan 1 se quedaron con Jesús el resto del día luego de haberlo acompañado hasta la casa, “porque era como la hora décima”, alrededor de las 4 de la tarde, y se hubiera hecho de noche antes de que pudieran terminar su conversación con él. La hora tercera, la sexta y la novena se mencionan en el relato de la crucifixión en los sinópticos. La dificultad de reconciliar la “hora sexta” de Juan 19 con la “hora tercera” de Marcos 15 ha llevado a algunos a suponer que en Juan las horas cuentan desde la medianoche, no desde la salida del sol. La única prueba concreta en relación a esto es insuficiente en comparación con el hecho perfectamente establecido de que los romanos y los judíos por igual contaban las horas desde la salida del sol (El hecho de que los romanos consideraban que el día civil comenzaba con la puesta del sol, no tiene nada que ver con la forma de numerar las horas). La séptima hora de Juan 4 es la 1 de la tarde, la dificultad que pueda representar la referencia a “ayer” en dicho versículo no se resuelve interpretando la hora en forma distinta. En Apocalipsis 8 “media hora” representa el griego hemiorion.
En forma general, la palabra “hora” significa un punto de tiempo bastante bien definido. “En aquella misma hora”, en Daniel 5, significa “cuando el rey y sus invitados estaban en la culminación de su orgía sacrílega”. “En aquella misma hora” en Mateo 8, significa “en el mismo momento en que Jesús le aseguró al centurión que su ruego por la curación de su siervo había sido concedido”. Con frecuencia se hace referencia a alguna ocasión particularmente crítica con el vocablo “hora”. Por ejemplo la hora en que Jesús fue traicionado, la hora de su parusía, con la resurrección y el juicio concomitantes. En Juan el momento señalado para la pasión y glorificación de Jesús se menciona repetidamente como su “hora”. La situación actual es “la hora postrera”, el surgimiento de muchos anticristos indica que Cristo vendrá pronto.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.612 y 613)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 1:35-42

Al siguiente día estaba otra vez Juan, y con él dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: «¡Éste es el Cordero de Dios!» Los dos discípulos lo oyeron hablar y siguieron a Jesús. Volviéndose Jesús y viendo que lo seguían, les dijo:
—¿Qué buscan?
Ellos le dijeron:
—Rabí —que significa «Maestro»—, ¿dónde vives?
Les dijo:
—Vengan y vean.
Fueron y vieron dónde vivía, y se quedaron aquel día con él, porque era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Aquél encontró primero a su hermano Simón, y le dijo:
—Hemos encontrado al Mesías —que significa «Cristo»—.
Y lo trajo a Jesús. Mirándolo Jesús, dijo:
—Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas —es decir, Pedro—.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hoy día hay muchas personas que andan en la búsqueda de la fe. Van deambulando de aquí para allá en diferentes comunidades de fe, pero también en otros grupos espirituales que buscan contener, a veces con intereses económicos, a tanta gente sin rumbo.
A veces veo personas felices de encontrar una comunidad en estos grupos con chamanes como líderes, con rituales extraños y reuniones a la luz de la luna. Por un lado me alegra, porque en su búsqueda han encontrado lo que creían buscar. Pero a la vez me encuentro con que lo que han encontrado es lo mismo que ya tenían en la comunidad de fe de la que salieron, pero ellos cambiaron en este proceso. Y en realidad en esa insatisfacción que vivían en su espiritualidad también había un preconcepto de la fe cristiana. Esto que hace decir a muchas personas “Creo en Dios y no en la Iglesia”, en la estructura, pero a la vez porque como cristianos siempre hablamos de compromiso concreto, poner el cuerpo.
Personalmente nunca viví esta búsqueda. Tampoco tuve la necesidad de que mis líderes religiosos fueran perfectos. Nunca me afectó encontrar dentro de la Iglesia la hipocresía, el oportunismo, la competencia, porque entendí que si bien es una institución divina, está conformada por nosotros, los seres humanos, que somos imperfectos, y la llevamos adelante con nuestra imperfección. Lo que me convence de este espacio es lo que el Espíritu Santo provoca y logra con nuestras mezquindades y egoísmos, porque Dios sabe cómo hacernos sus herramientas para cumplir su voluntad.
Reconocer a Jesús, decir como Pedro “Hemos encontrado al Mesías, al Cristo”, es la razón principal por la cual soy cristiana, y no quiero salir de esta casa, de este lugar, de esta familia, aunque es verdad que dentro de la Iglesia hay lo mismo que afuera.
También lo hay en los demás grupos, pero muchas veces está envuelta en celofán o tiene una linda cobertura, un buen laqueado… pero seres humanos al fin, con sus virtudes y defectos.
¿Por qué tengo que buscar más si ya en Cristo tengo la paz y la contención, tengo la guía para ir mejorándome cada día como un ejercicio que me mantiene en mi eje? No hay ninguna razón, gracias a Dios he encontrado mi lugar y espero que muchas personas en su búsqueda encuentren a Cristo. Amén.

Querido Jesús, ¡cuánto te agradezco que seas tan hospitalario! Que tengas siempre un lugar para aquella persona que te busca, que busca la paz. Hace ya muchos años que te encontré y no pienso buscar otros rumbos, pero eso no me hace mejor que las demás personas, sólo me da la responsabilidad de ayudar y de servir a quien te necesita y te encuentre en mí, en lo que predico con mi vida. ¡Gracias por tanto amor! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

11 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 29

“Tributen a mi Señor, hijos de los poderosos,
den a mi Señor la gloria y el poder.
Den a mi Señor la gloria debida a su nombre;
adoren a mi Señor en la hermosura de la santidad.

Voz de mi Señor sobre las aguas.
¡Truena el Dios de gloria:
Mi Señor sobre las muchas aguas!
Voz de mi Señor con potencia;
voz de mi Señor con gloria.
Voz de mi Señor que quiebra los cedros;
¡quiebra mi Señor los cedros del Líbano!
Los hace saltar como becerros;
al Líbano y al Sirión como hijos de toros salvajes.
Voz de mi Señor que derrama llamas de fuego;
voz de mi Señor que hace temblar el desierto;
¡hace temblar mi Señor el desierto de Cades!
Voz de mi Señor que desgaja las encinas
y desnuda los bosques.
En su Templo todo proclama su gloria.

Mi Señor preside en el diluvio
y se sienta mi Señor como rey para siempre.
Mi Señor dará poder a su pueblo;
mi Señor bendecirá a su pueblo con paz.”
Amén.

Curiosidades

¿Qué características tiene el Jordán en la región por donde Jesús transitó?
Más allá de los desfiladeros del Hulé, a unos 213 m por debajo del nivel del mar, el Jordán entra en el mar de Galilea, lago en forma de arpa, de 21 km de longitud, y alrededor de 13 km de ancho. Alimentadas por numerosos manantiales termales, sus aguas dulces contienen buena cantidad de peces, y su máxima profundidad de 50 m permite una migración vertical de los peces según las temperaturas estacionales. Por lo tanto, fue probablemente en el verano caluroso, cuando la temperatura invernal de 13ºC se encuentra a 37 m por debajo de la superficie del lago, que Jesús aconsejó a los pescadores echar las redes en “lo profundo”. Los métodos de pesca de que nos hablan los evangelios todavía se practicas: el anzuelo, la red circular, la red de arrastre que se arroja desde la barca, las redes de profundidad, y la pesca de profundidad con dos barcas.
Una densa población vivía aglomerada alrededor del lago en la época de nuestro Señor, y sus palabras de condenación alcanzaron a los sofisticados habitantes de las ciudades de Corazín, Betsaida y Capernaum. “No hay lugar en toda Palestina en el que los recuerdos se agolpeen a un grado tal como Capernaum”. La vida palpitaba en sus sinagogas. Allí vivían Jairo, el jefe de la sinagoga, el centurión que construyó una sinagoga, y Leví, el recaudador de tributos. Al E. de Capernaum se encontraba Betsaida, de la cual venían Felipe, Andrés y Pedro, y más allá al menos populoso distrito de los gadarenos, donde los paganos mantenían rebaños de cerdos. El lago, las llanuras y las abruptas laderas rocosas, mezcladas con cantos rodados y campos de cizaña, proporcionan el marco para la parábola del sembrador, mientras que en la primavera los mantos de asfódelos, anémonas y lirios también constituyen significativos sermones.
Las montañas de los alrededores dominan esta escena lacustre, especialmente las del NO, que tuvieron un papel tan importante en la vida de oración de nuestro Señor, donde enseñó a sus discípulos, y desde las cuales apareció como el Señor resucitado. El extremo NE del lago se supone que es el escenario del milagro de la alimentación de los cinco mil.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.729)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 1:7-11

Y predicaba, diciendo: «Viene tras mí el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar, agachado, la correa de su calzado. Yo a la verdad les he bautizado con agua, pero él les bautizará con Espíritu Santo.»
Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: «Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia.»” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es de grandes el asumir las limitaciones. Es de grandes ser consciente  de que puede haber alguien que nos supere.
Yo tenía un profesor en la Facultad de Teología que siempre decía que cuanto más estudiaba más se daba cuenta de lo poco que sabía. Era una persona muy simple y accesible. Como estudiante siempre me sentí muy valorada y estimulada por él. Tenía la capacidad de reconocer el talento de sus alumnos y alumnas y de resaltar nuestros dones.
Recuerdo que en una materia que estaba haciendo no había entendido que el ejercicio planteaba que debíamos buscar un relato en la Biblia que ejemplificara un ejemplo específico (la materia se llamaba “Fenomenología de la Religión”). Yo inventé el ejemplo y me preguntó dónde había encontrado esto que escribí, y yo le dije que era de mi cabeza nada más. Entonces me dijo que una buena imaginación era muy importante para ser una buena biblista y se rió. Pero me quedó muy presente esto, porque también me podría haber reprendido o burlado (a veces pasaba con los profesores todopoderosos.
Era muy lindo tener que ver con él porque los estudiantes nos sentíamos parte del equipo. Cuando una lo veía, siempre vestía muy simple y era común encontrárselo en la hemeroteca revisando las revistas siempre alegre, silencioso y ávido de saber más y más. A veces nos daba la impresión de ser otro estudiante más buscando el tema de su trabajo escrito o de su tesis.
Me he encontrado otros profesores que nos ubicaron en un escalón más bajo, incluso algunos que buscaban más el temor que el respeto. Pero ellos quedan para la anécdota. El otro profesor queda como guía como ejemplo de vida de sencillez y humildad.
No creérsela porque puede llegar otro que sepa más, que sea más inteligente, más habilidoso… siempre lo hay…. Siempre surge.
Justamente porque cuando Dios creó al ser humano fue como un 6 y no un 7, casi perfecto, casi como Dios. Sólo Dios es perfecto, sólo Dios está sobre todos los seres, toda la creación, y el asumir esto nos baja la ansiedad.
Lo más importante de todo esto es descubrir también que el valor de la persona no pasa por ser el mejor en esto o aquello o sobresalir de las demás. El valor de la persona es justamente por ser persona con derecho a la dignidad y al respeto. Esto es algo de grandes también. Algo que podemos asumir, algo que podemos aprender. Amén.

Querido Jesús, Juan el Bautista vino a anunciar que llegabas, fue muy importante su misión, pero también su ejemplo de no creérsela, sino ubicarse feliz en el lugar que Dios le otorgó. Ayudame a ser de esa manera. De ser humilde y ubicada. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Sano. Amén.

4 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 147

“Alaben a Jah,
porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios,
porque suave y hermosa es la alabanza.
Mi Señor edifica a Jerusalén;
a los desterrados de Israel recogerá.
Él sana a los quebrantados de corazón
y venda sus heridas.
Él cuenta el número de las estrellas;
a todas ellas llama por sus nombres.
Grande es el Señor nuestro, y mucho su poder,
y su entendimiento es infinito.
Mi Señor exalta a los humildes
y humilla a los impíos hasta la tierra.

Canten a mi Señor con alabanza,
canten con arpa a nuestro Dios.
Él es quien cubre de nubes los cielos,
el que prepara la lluvia para la tierra,
el que hace a los montes producir hierba.
Él da a la bestia su mantenimiento
y a los hijos de los cuervos que claman.
No se deleita en la fuerza del caballo
ni se complace en la agilidad del hombre.
Se complace mi Señor en los que lo temen
y en los que esperan en su misericordia.

¡Alaba a mi Señor, Jerusalén;
Sión, alaba a tu Dios!,
porque fortificó los cerrojos de tus puertas;
bendijo a tus hijos dentro de ti.
Él da en tus territorios la paz;
te hará saciar con lo mejor del trigo.
Él envía su palabra a la tierra;
velozmente corre su palabra.
Da la nieve como lana
y derrama la escarcha como ceniza.
Echa su hielo como pedazos;
ante su frío, ¿quién resistirá?
Enviará su palabra y los derretirá;
soplará su viento y fluirán las aguas.
Ha manifestado sus palabras a Jacob,
sus estatutos y sus juicios a Israel.
No ha hecho así con ninguna otra de las naciones;
y en cuanto a sus juicios, no los conocieron.

¡Aleluya!” Amén.

Curiosidades

El nuestro es un Dios que se comunica, que habla ¿qué es “palabra” en la Biblia?
En el AT “palabra (dabar) de Dios” se usa 394 veces para hacer referencia a una comunicación divina que llega a los seres humanos de parte de Dios en forma de mandamiento, profecía, advertencia o aliento. La forma usual de “vino (lit. fue) palabra de Yahveh a…”, pero a veces a palabra es “vista”, como si fuese una visión. La palabra de Yahveh es extensión de la personalidad divina, investida con autoridad divina, y debe ser escuchada por ángeles y seres humanos; permanece para siempre, y una vez pronunciada no puede volver sin que se cumpla. Se usa como sinónimo de la ley (torá) de Dios en el Salmo 119, único lugar donde se hace referencia a ella como mensaje escrito en lugar de hablado.
En el NT es traducción de dos términos logos y rhema, de los que el primero se usa especialmente en cuanto el mensaje evangélico cristiano, aunque el segundo también tiene el mismo significado. Nuestro Señor habló de la palabra de Dios (en la parábola del sembrador), pero en los evangelios sinópticos siempre se valió del plural al hablar de su propio mensaje. En el cuarto evangelio, sin embargo, con frecuencia se encuentra en singular. Para la iglesia primitiva la palabra era el mensaje revelado por Dios en Cristo, que debía ser predicado, atendido, y obedecido. Se trataba de la palabra de vida, de verdad, de salvación, de reconciliación, de la cruz.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1025)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 1:1-18

En el principio era la Palabra,
la Palabra estaba con Dios
y la Palabra era Dios.
Ésta estaba en el principio con Dios.
Todas las cosas por medio de ella fueron hechas,
y sin ella nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no la dominaron.
Hubo un hombre enviado por Dios, el cual se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino un testigo de la luz.
La luz verdadera que alumbra a todo hombre
venía a este mundo.
En el mundo estaba,
y el mundo fue hecho por medio de él;
pero el mundo no lo conoció.
A lo suyo vino,
pero los suyos no lo recibieron.
Mas a todos los que lo recibieron,
a quienes creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Estos no nacieron de sangre,
ni por voluntad de carne,
ni por voluntad de varón,
sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre.
Juan testificó de él diciendo: «Éste es de quien yo decía: “El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo.”»
De su plenitud recibimos todos,
y gracia sobre gracia,
porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás;
el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,
él lo ha dado a conocer.”
Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Cómo conocer a Dios?
¿Cómo saber qué espera de mí o que siente al ver a quien creó a su imagen y semejanza?
No es difícil creer en un Creador, un Ser Superior, la mayoría de las personas lo admiten. El tema es conocer a Dios, sentir su presencia, estar en armonía con él o ella, como lo sientas.
Para ayudarnos y ayudarnos a VER a Dios, Jesús vino al mundo.
A través de Jesús y su forma de relacionarse con las personas de su tiempo, puedo conocer a Dios.
Puedo saber que espera que sea feliz, libre, creativa, que haga la diferencia en la humanidad, en el lugar en donde me encuentro.
Jesús es la luz del mundo y me vino a enseñar que yo también puedo ser luz… si vivo en armonía con Dios, si vivo en el amor, en la aceptación del y la otra, buscando siempre la paz.
Recién estamos comenzando el año. Todavía quedan resabios de los festejos, de las comilonas, las trasnochadas, de los fuegos artificiales y el ruido de este tiempo. Nada tiene que ver esto con la propuesta de ser luz.
En pleno verano en donde el sol brilla en todo su esplendor y el calor a veces se hace inaguantable, parecería que el ser luz no es tan valioso como en el invierno. Incluso es como que las personas nos sentimos libres y felices disfrutando de nuestras vacaciones… alejados de Dios. Tomamos vacaciones de Dios. No lo necesito en este momento, salvo que esté pasando por un momento complicado.
En verano hay demasiada luz… o no…
Jesús vino al mundo para mostrarme su luz y en esa luz reconocer a Dios. Pero muchas veces me pasa que prefiero otras luces más ruidosas y menos comprometidas, que me den una alegría fugaz y luego pueda seguir mi camino.
Jesús me vino a mostrar una nueva vida, la que Dios espera de mí, para la que me creó. Está en mí aceptar y descubrirlo en lo cotidiano, en las cosas simples y luminosas de la vida. Amén.

Querido Jesús, dame la sensibilidad para descubrir la verdadera luz, la tuya, la de Dios, en medio de tanto brillo y lentejuela. Hacé de mí una herramienta de transformación. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Saludo de fin de año

 Les deseamos a todos y todas un bendecido 2015. que Dios los y las acompañe en todo momento a través de las personas que los rodean.

¡Feliz 2015!


viernes, 26 de diciembre de 2014

28 de Diciembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 128

Bienaventurado todo aquel que teme a mi Señor,
que anda en sus caminos.
Cuando comas el trabajo de tus manos,
bienaventurado serás y te irá bien.
Tu mujer será como vid que lleva fruto
a los lados de tu casa;
tus hijos, como plantas de olivo
alrededor de tu mesa.
Así será bendecido el hombre
que teme a mi Señor.

¡Bendígate mi Señor desde Sión,
y que veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
y que veas a los hijos de tus hijos!

¡La paz sea sobre Israel!” Amén.

Curiosidades

¿Quiénes eran Simeón y Ana?
Simeón era un hombre que vivió en Jerusalén, que era justo y piadoso y “esperaba la consolación de Israel”. No debe ser confundido con el rabí Simón ben Hillel. Fue uno de los integrantes del remanente fiel que anhelaba la venida del Mesías, y había recibido una revelación directa de que no había de morir hasta que hubiese visto con sus propios ojos el Mesías. Cuando estaba a punto de realizarse la presentación de Jesús, fue guiado por el Espíritu para entrar en el templo. Al ver a Jesús, pronunció el himno de alabanza conocido como Nunc Dimittis. Percibió que el Mesías había de reivindicar a Israel ante la vista de los gentiles. Luego siguió hablando a la asombrada María acerca del papel de Cristo en el seno de Israel. Habría de ser como una piedra que sería causa de caída para unos y de levantamiento para otros. Habría de ser una señal que no sería atendida sino que más bien sería contradicha. El sufrimiento de María ante la contemplación de la vida y muerte de él habrían de ser como una espada que traspasaría su propia alma, y él habría de revelar los pensamientos más íntimos de los hombres. Habiendo dado su testimonio respecto al Cristo, Simeón desaparece silenciosamente de la escena.
Ana era una viuda anciana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Como Simeón, que también pertenecía al remanente que “esperaba la consolación de Israel”, tenía visión profética, y concurría regularmente a los servicios matutinos y vespertinos del templo. Al oír las palabras de Simeón cuando fue presentado Jesús, elogió al niño como el Mesías largamente esperado, y alabó a Dios por el cumplimiento de sus promesas.

(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1300 y 55 respectivamente)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 2:22-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos conforme a la Ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén para presentarlo al Señor (como está escrito en la Ley del Señor: «Todo varón que abra la matriz será llamado santo al Señor»), y para ofrecer conforme a lo que se dice en la Ley del Señor: «Un par de tórtolas o dos palominos».
Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Ungido del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo. Cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al Templo para hacer por él conforme al rito de la Ley, él lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo:
«Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
porque han visto mis ojos tu salvación,
la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
luz para revelación a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel».
José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. Los bendijo Simeón, y dijo a su madre María:
—Éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada. Había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Ésta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios era sobre él.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El siglo XX fue un giro diametral con respecto a la fe, entre otras cosas. En otros tiempos cada grupo humano seguía sus tradiciones y rituales de generación en generación, sin demasiado cuestionamiento. Pero ya nada es así. Los hijos e hijas del siglo XX somos cuestionadores y buscamos romper las estructuras, a veces simplemente porque sí, sin medir las consecuencias.
Ahora vivimos otro tiempo. Un tiempo en donde todas las estructuras están en crisis, lo mismo que las autoridades. Las nuevas generaciones han mamado de esa rebeldía, hemos querido ser amigos de nuestros hijos e hijas, hemos pretendido ser “piolas”, hemos desautorizado a las maestras, los sacerdotes y pastores, los gobernantes, y el resultado está a la vista: nos hemos quedado sin tradiciones, muchísima gente buscando su propia espiritualidad, y montón de oportunistas que ven en esto una fuente de recursos.
Las tradiciones y los rituales por mucho tiempo han servido de marco, de contención, y el ser humano, ya desde pequeño necesita un marco de contención, algo sólido, permanente, para oponerse o cuestionarlo si quiere, pero que exista.
Muchas parejas han decidido no bautizar a sus hijos e hijas con la idea de que son ellos los que deben elegir su vida de fe, ya casi no hay ceremonias nupciales en nuestras iglesias, todo fruto de esa oposición a las estructuras por considerarlas opresoras o impositivas.
Creo que es bueno cuestionar las cosas, porque me hace pensar si realmente es valioso para mí, si tiene sentido y no seguir como autómata algo porque sí. Pero al mismo tiempo, el tener una tradición, enmarcarse dentro de una usanza o costumbre me hace ser parte de un grupo.
Tal vez en un momento está bueno tener una reacción opositora, pero después es bueno reflexionar y resignificar el ritual, la costumbre, para pertenecer al grupo y no exponer a nuestros hijos e hijas por ser diferentes.
Los padres de Jesús lo llevaron al templo como era la costumbre, aunque por ser Hijo de Dios, nada de eso le hacía falta. Era bueno para sus padres, era bueno para su entorno y para la comunidad a la que pertenecí: cumplir con los receptos de su fe. Eso no lo inhibió a cuestionar las estructuras, enfrentar aquello que significaba abuso de poder y discriminación hacia los sectores más necesitados.
Cambiar las cosas de adentro, darle el valor que corresponde y descubrir la importancia de los rituales y las costumbres. Esa es mi propuesta. Amén.

Querido Jesús, es lindo pensar en vos como quien respetó siempre el marco de contención que te ofrecieron tus padres terrenales, muchas veces te pienso y te imagino en la vida cotidiana, sobre todo antes de tu vida pública. Ayudame a ser una buena madre, una buena hija, una persona comprensiva y tolerante. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.