sábado, 30 de noviembre de 2013

1 de Diciembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 122

“Yo me alegré con los que me decían:
«¡A la casa de mi Señor iremos!»
Nuestros pies estuvieron
dentro de tus puertas, Jerusalén.
Jerusalén, que ha sido edificada
como una ciudad que está bien unida entre sí.
Allá subieron las tribus,
las tribus de Jah,
conforme al testimonio dado a Israel,
para alabar el nombre de mi Señor,
porque allá están las sillas del juicio,
los tronos de la casa de David.

Pidan por la paz de Jerusalén;
¡sean prosperados los que te aman!
¡Sea la paz dentro de tus muros
y el descanso dentro de tus palacios!
Por amor de mis hermanos y mis compañeros
diré yo: «¡La paz sea contigo!»
Por amor a la casa de mi Señor, nuestro Dios,
buscaré tu bien.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era la comunidad cristiana en Roma?

En el mundo de la época de pablo Roma significaba mucho, y no dejaba de ejercer fascinación para el mismo apóstol, ya que expresa un gran deseo de predicar el evangelio allí. Como misionero estratega reconoce la inmensa importancia de que la iglesia cristiana esté presente en el centro mismo del imperio, y esto bien puede haber tenido que ver con la forma que adoptó para la epístola. Poco sabemos del origen de esta importante iglesia, y quizás sea inútil tratar de hacer conjeturas. Bien puede haber sido fundada por personas que se convirtieron el día del Pentecostés y que retornaron a sus hogares en Roma regocijándose en su nueva fe. Pero aunque Hechos 2 menciona algunos romanos, no indica si hubo convertidos a la fe ese mismo día. Por otra parte era, relativamente fácil viajar entre Roma y las provincias en aquellos tiempos, y muchos cristianos deben haberse unidos a los viajeros que recorrían las carreteras imperiales. Lo que sabemos con certeza es que en la época en que Pablo les escribe, no sólo existía una iglesia, sino que había alcanzado considerables proporciones. Si algo tuvo que ver con la iglesia cristiana la expulsión de los judíos de Roma decretada por el emperador Claudio, como parece muy probable por su referencia a “Cresto” en el informe de Suetonio, es evidente que era lo suficientemente grande como para que tomara una medida tan drástica. Y por cierto que, cuando se desencadenó la persecución de Nerón, no mucho tiempo después de haberse escrito la epístola, los cristianos ya formaban una comunidad considerable.
Ha habido discusión acerca de la composición de la iglesia romana, pero lo más probable es que la hayan integrado gentiles y judíos, los primeros de los cuales seguramente eran mayoría. Sería de esperar que así fuera en una ciudad cosmopolita con una fuerte colonia judía, hipótesis que un análisis de la epístola misma apoya. En algunas partes de su argumentación parecería que Pablo se dirige a los judíos, como, por ejemplo, cuando se refiere a Abraham “nuestro padre”, y en su respuesta directa a un enterrogador judío en el cap.2; en otras partes se dirige exclusivamente a los gentiles.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 13:11-14a

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo…” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Vestirme de luz…
No pensar mal del otro, pensar en positivo, transformar todo aquello que significa muerte y tristeza en luz…
Dejar el rencor de lado, la envidia, y los malos pensamientos como un estilo de vida. No quedarme enganchada en las historias pasadas, pasando facturas a quienes me hicieron daño o a los que yo creo que actuaron intencionalmente en contra mío, aunque muchas veces nunca se enteraron de ello porque lo de la intencionalidad es mi visión de la cosa.
Si logro vivir en la luz, diciendo la verdad aunque a veces no me convenga, aunque nade contra la corriente, podré también vivir en paz con mis convicciones.
Y es verdad que no es fácil y que a cada momento surgen lo que llamamos “tentaciones”, personas o situaciones que me llevan una y otra vez a replantearme el sentido de mi fe, el sentido de vivir en la honestidad, la rectitud y en el amor, ese amor que no me permite pasar por algo el maltrato, el buling, el que una persona se aproveche de otra más débil, más vulnerable,
Es verdad que es más cómodo quedarme con una fe a mi altura y a mi gusto, pero no es lo que Cristo espera de mí. Él es luz y espera que sea luz, que busque seguir sus pasos, que entregue mi vida como él mismo lo hizo.
Sólo así voy a estar lista para presentarme ante él a la hora de mi muerte. Tengo una única oportunidad para vivir en la luz y ser luz: aquí en la tierra, en el tiempo de mi vida, nada más. Sólo yo puedo hacer de mi vida algo diferente, porque Dios me ha creado libre para decidir y tomar el camino que quiera, pero eso mismo me hace responsable y me ubica en un lugar específico a la llegada de Cristo en su gloria, en el día del juicio.
El momento es ahora. Ahora tengo que decidir el camino que quiero transitar, ya no hay tiempo, no puedo experimentar caminos que me pierdan, tengo que buscar los caminos de luz. Sé que va a haber obstáculos, lo sé porque lo vivo. Sé también que el camino de Cristo no es tan popular, pero eso no me debe importar, incluso mi compromiso me lleva a ayudar a quien esté perdido en las adicciones, la violencia y la falta de fé. Ese es el camino que tomó Jesús y el que espera de mí.
Quiero ser luz, caminar en la luz, y si vos me querés acompañar y a través de esa luz ir cambiando nuestro mundo, sumate, que cada una de las personas que quieren ser luz es el camino más cierto para hacer de nuestro mundo un lugar mejor para todos en donde todos tienen su lugar. Amén.

viernes, 22 de noviembre de 2013

24 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 122

““Yo me alegré con los que me decían:
«¡A la casa de mi Señor iremos!»
Nuestros pies estuvieron
dentro de tus puertas, Jerusalén.
Jerusalén, que ha sido edificada
como una ciudad que está bien unida entre sí.
Allá subieron las tribus,
las tribus de Jah,
conforme al testimonio dado a Israel,
para alabar el nombre de mi Señor,
porque allá están las sillas del juicio,
los tronos de la casa de David.

Pidan por la paz de Jerusalén;
¡sean prosperados los que te aman!
¡Sea la paz dentro de tus muros
y el descanso dentro de tus palacios!
Por amor de mis hermanos y mis compañeros
diré yo: «¡La paz sea contigo!»
Por amor a la casa de mi Señor, nuestro Dios,
buscaré tu bien.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significa la primogenitura de Jesús?

Jesús fue el primogénito de su madre, frase que abre la posibilidad, aunque no lo exige, de que María haya tenido otros hijos posteriormente. Como tal, Jesús fue llevado al templo por María y José para ser presentado a Dios; como Lucas omite mencionar el precio pagado por la redención del niño, puede haber sido su intención mencionar el incidente como la dedicación del primogénito al servicio de Dios. Jesús es, también, el primogénito de su Padre celestial. Es el primogénito de toda la creación, no en el sentido de ser él mismo un ser creado, sino que, como Hijo de Dios, fue su agente en la creación y, en consecuencia, tiene autoridad sobre todas las cosas creadas. En forma similar, es el primogénito de la nueva creación, por haber sido el primero en ser levantado de entre los muertos, y por lo tanto es el Señor de toda la iglesia. De esta manera, es el primogénito de toda la familia de los hijos de Dios destinados a ser hechos conforme a su imagen. Puede haber un eco del Salmo 89 en Hechos 1, en el que el Hijo de Dios es objeto de la adoración de todos los ángeles con motivo de su venida al mundo. Finalmente, el pueblo de Dios, tanto los vivos como los muertos, pueden describirse como los primogénitos que están inscritos en los cielos, ya que participan de los privilegios del Hijo.
Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Colosenses 1:12-20

“…y, con gozo, darán gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Cristo es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación,
porque en él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;
todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes que todas las cosas,
y todas las cosas en él subsisten.
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia,
y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia,
porque al Padre agradó que en él habitara toda la plenitud,
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como las que están en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Quién es el centro de mi vida? ¿a quién pertenezco?
Vivimos en una sociedad en donde somos bombardeados por frases como “sé tú mismo”, “tú puedes”, “just do it”, esto es hacelo. Frases en donde por un lado nos dicen que si nos lo proponemos, somos capaces de todos, cada persona tiene un potencial, si ponemos nuestro empeño podemos lograr todo lo que queramos. Pero al mismo tiempo, estas frases tienen un fuerte acento individualista. Yo puedo sola y hago lo que quiero, lo que me venga en ganas, porque yo soy el centro de mi vida y si alguien se interpone, lo hago a un lado. Lo importante es que yo disfrute, que yo gane, que yo me realice… los demás son obstáculos o escalones.
El resultado de tanto individualismo está a la vista: una sociedad despreocupada por lo que le pasa al otro, que no siente que tiene que ver con la situación del otro, una sociedad que no se hace cargo de las víctimas de un sistema claramente cruel y discriminatorio, que necesita de marginados para existir. Una sociedad que a nivel mundial está colapsando y que busca a través de guerras inventadas sobrevivir un poco más, pero que está en agonía, esperando un nuevo modelo más justo e inclusivo.
Para los cristianos y cristianas el centro de nuestras vidas debería ser Cristo, principio de todo y reconciliador del mundo a través de la propuesta del amor, del cual se desprende la justicia, la equidad, la misericordia y el perdón. Si tenemos a Cristo como centro de nuestras vidas, no vivimos ya para nosotros mismos y no podemos vivir indiferentes a la realidad de las personas que nos rodean. No podemos ser indiferentes ante las guerras, la explotación del planeta y del ser humano por el ser humano, ni de que diariamente millones de personas mueran de hambre y vivan en la miseria. Como cristianos debemos ser conscientes de que si alguien tiene de más a otro le va a faltar, y que éste es el principio del sistema perverso en el que vivimos, y lo más importante: no es un sistema absoluto y único, se puede cambiar, se puede pensar en un sistema político – económico diferente, que no necesite de sacrificios, de víctimas como el capitalismo posmoderno.
Vivamos buscando la armonía entre nosotros, tomemos conciencia de que somos parte de un todo y que a la larga todo lo que les pasa a las demás personas nos llega, nos rebota, porque no somos seres aislados. Es hora de buscar los cambios. Amén.

Querido Jesús, hoy quiero pedir perdón. Perdón por mi indiferencia, por creerme invencible, por creer que todo lo puedo pero si vos, que yo sola me basto. El mundo ha sido creado por Dios para que lo disfrutemos todos y no para que algunos tengan que ser el sacrificio de un sistema socioeconómico injusto y perverso. Ayudame a cambiar las cosas desde mí misma. Te lo pido a vos que junto al Padre y al Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.

viernes, 15 de noviembre de 2013

17 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 98

“Canten a mi Señor cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra lo ha salvado
y su santo brazo.
Mi Señor ha hecho notoria su salvación;
a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad
para con la casa de Israel;
todos los términos de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.

Canten alegres a mi Señor, toda la tierra.
Levanten la voz, aplaudid y cantad salmos.
Canten salmos a mi Señor con arpa;
con arpa y voz de cántico.
Aclamen con trompetas y sonidos de bocina,
delante del Rey, mi Señor.

Brame el mar y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan;
los ríos batan las manos,
regocíjense todos los montes
delante de mi Señor,
porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con rectitud.” Amén.


Curiosidades

¿Qué dice la Biblia acerca del trabajo?

Resulta claro, debido al uso intercambiable de ciertas palabras para indicar la actividad de Dios y del ser humano, que el trabajo es en sí mismo algo ordenado por Dios. El trabajo es algo que Dios concibió para el ser humano desde el principio, y se menciona en varios textos como provisión de la sabiduría divina. La creación misma “trabaja”. La realidad del trabajo como parte integral del esquema del plan divino para el ser humano está implícitamente en el cuarto mandamiento. Pero la entrada al pecado hizo que el trabajo se convirtiese en carga en lugar de bendición y, cuando no es algo malo en sí mismo, ha perdido su verdadero valor. Se ha convertido en ocasión para pecar; se convierte en idolatría cuando se transforma en un fin en sí mismo. Para algunos se ha convertido en medio de explotación y opresión. Pero en la redención el trabajo vuelve a transformarse en medio de bendición. Desde el comienzo del cristianismo ha condenado la holgazanería, aun cuando para justificarla se haya invocado a veces a la religión. Nuestro Señor, al trabajar de carpintero, ha santificado el trabajo común, y Pablo ofreció un ejemplo de trabajo honesto. Virtualmente estableció una ley de la economía social en su anuncio de 2 Tes.3:10: “Les ordenábamos esto: si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”. Por otra parte, el principio proclamado por nuestro Señor sigue siendo la base de la sociedad: “El obrero es digno de su salario”.
En la experiencia de la gracia las tareas humanas reciben nueva valoración y se vuelven más dignas. Se llevan a cabo por amor al nombre del Señor. Y en su cumplimiento en este contexto son triplemente benditas. El que trabaja recibe bendición él mismo al recibir la gracia divina para llevar a cabo sus labores para la gloria de Dios; los receptores de los resultados de tales tareas, realizadas con un nuevo valor, también benefician; y en todo Dios mismo es glorificado. Tales trabajos se realizan “en” y “para” el Señor. De este modo el ser humano se convierte en mayordomo de las riquezas de Dios y en servidor de su prójimo. La genuinidad de la fe del ser humano se demuestra al final por la calidad de sus obras. Mas al final la aceptación del que trabaja será un acto de la gracia divina.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Tesalonisenses 3:6-12

Pero les ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que ande desordenadamente y no según la enseñanza que recibieron de nosotros. Ustedes mismos saben de qué manera deben imitarnos, pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre ustedes ni comimos de balde el pan de nadie. Al contrario, trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser pesados a ninguno de ustedes; no porque no tuviéramos derecho, sino por darles nosotros mismos un ejemplo que pueden imitar.  Y cuando estábamos con ustedes les ordenábamos esto: que si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Ahora oímos que algunos de entre ustedes andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo que, trabajando pacíficamente, coman su propio pan.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Este invierno con el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, hablamos acerca de los Jóvenes y el Trabajo. En esa ocasión dos cosas sonaron muy fuerte: el derecho a un trabajo digno y la cultura del trabajo. Dos conceptos que a veces se unen y otras se contraponen.
Una de las cosas que tuvimos que asumir es que en nuestra sociedad se ha perdido el gusto por el esfuerzo, el “ganarse el pan con el sudor de la frente”. ¡Todos desean un trabajo que no implique un esfuerzo!
Cuando se habla de trabajo digno se confunde con trabajo categorizado y no se asume que todo trabajo, por más “sucio” o “bruto” que sea, es necesario y merece sí una paga que es lo que dignifica a la persona: el recibir lo que se merece por la tarea o trabajo realizado.
En estos tiempos hay muchas personas que creen que es una obligación que se les dé y muchas veces sin haber hecho nada más que presentarse a una ventanilla de alguna oficina gubernamental o estatal. Personas que pretenden vivir sin ningún esfuerzo del estado, de lo que entre todos los ciudadanos aportamos en forma de impuestos. Muchas veces exige de esa persona ser la “hinchada” del gobierno de turno, lo que se conoce como “clientelismo”, algo tan antiguo como el imperio romano.
¿Pero es digno recibir dinero a cambio de favores políticos? ¿o es más digno ganarse el pan como peón de campo o albañil, cavar zanjas o recoger la basura? Ganarse el pan por la tarea realizada y no recibir dinero a cambio de favores políticos…
Cuando la persona no está ocupada, cuando tiene demasiado tiempo para pensar, generalmente desemboca en cosas negativas. Como no sabe en qué ocupar su tiempo y no se le ocurre capacitarse, hacer algún hobby o algún voluntariado al servicio de la gente, surge el chisme, las intrigas, y demás iniciativas que no sólo no son positivas, sino que afectan, dañan y a veces destruyen a los demás.
Siempre me acuerdo la primera vez que recibí una paga por un trabajo realizado, recuerdo que tenía unos 13 ó 14 años, hice un bordado para una señora que tenía un taller de artesanías que las vendía muchas veces por encargo, y tenía un grupo de bordadoras, al que pertenecí durante varios años. Pero esa primera vez fue muy especial. Normalmente ya nos decía cuánto nos iba a pagar cuando nos entregaba el bordado, por lo que yo ya tenía en vista lo que quería comprar con ese dinero: un mantecol de 3 kg., y así lo hice. Me acuerdo la alegría que tenía cuando fui a la heladera del super, tomé el mantecol y luego lo pagué con mi dinero producto de horas de trabajo. Creo que nada se valora más que lo que se consigue con el esfuerzo, porque nos da también un derecho, una dignidad.
Es importante que como adultos podamos transmitir a nuestros hijos y a los jóvenes en general el valor del trabajo, el valor del esfuerzo, el conseguir las cosas con nuestras propias manos. Al mismo tiempo dejar de facilitarles todo, porque no estamos ayudando a su formación sino que estamos formando eternos desconformes que sólo van a exigir más y más. La dignidad está en la independencia, en valerse por uno mismo, y eso requiere un esfuerzo y a veces de hacer tareas que no nos gustan tanto, que no son el sueño de nuestra vida, pero que nos permite recibir un salario, una paga, para vivir realmente esa independencia tan necesaria para la autoestima de toda persona. Amén.

Querido Jesús, ayudame a transmitir lo importante que es valerse por uno mismo, vivir del producto del esfuerzo, vivir del producto de nuestras manos. Sé que esta sociedad nos bombardea con necesidades que no son reales, que son superfluas, ayudame y ayudá también a otras personas a discernir qué es lo que en realidad necesitamos, y que las necesidades básicas son casa, comida y vestimenta, y que lo demás son accesorios. Que lo que nos da una vida plena no son las cosas que podemos adquirir con dinero, sino los afectos y sobre todo la fe en vos. ¡Gracias, Señor, por todo lo que me das y le das a cada uno que trabaja dignamente! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 8 de noviembre de 2013

10 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 17

“Oye, mi Señor, una causa justa;
atiende a mi clamor.
Escucha mi oración
hecha de labios sin engaño.
De tu presencia proceda mi defensa;
vean tus ojos la rectitud.

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche;
me has puesto a prueba y nada malo hallaste.
He resuelto que mi boca no cometa delito.
En cuanto a las obras humanas,
por la palabra de tus labios
yo me he guardado de las sendas de los violentos.
Afirma mis pasos en tus caminos,
para que mis pies no resbalen.

Yo te he invocado por cuanto tú, Dios, me oirás;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Muestra tus maravillosas misericordias,
tú que salvas a los que se refugian a tu diestra
de los que se levantan contra ellos.
Guárdame como a la niña de tus ojos;
escóndeme bajo la sombra de tus alas,
de la vista de los malos que me oprimen,
de mis enemigos que buscan mi vida.

Envueltos están en su gordura;
con su boca hablan arrogantemente.
Han cercado ahora nuestros pasos;
tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
Son como león que ansía agarrar su presa
y como leoncillo que está en su escondite.

Levántate, mi Señor; sal a su encuentro, derríbalos;
libra mi vida de los malos con tu espada,
de los hombres, con tu mano, mi Señor,
de los hombres de este mundo,
para quienes lo mejor es esta vida,
y cuyo vientre está lleno de tus bienes.
Sacian a sus hijos
y aun les sobra para sus pequeños.

En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” Amén.


Curiosidades

¿Qué es la esperanza según el Nuevo Testamento?

No hay referencias explícitas a la esperanza en las enseñanzas de Jesús. Pero él les enseña a sus discípulos que no deben sentir ansiedad con respecto al futuro, porque ese futuro está en las manos del Padre amante. También los alienta a esperar que después de su resurrección les enviará un poder espiritual renovado que les va a permitir hacer obras aun más grandes que las que él mismo hizo, vencer el pecado y la muerte, y esperara la participación en su propia gloria eterna. La resurrección de Jesús dio nuevas fuerzas a su esperanza. Fue el más portentoso de los actos de Dios en la historia. Ante él “el pánico y la desesperación huyen”. La fe cristiana es esencialmente fe en el Dios que resucitó a Jesús entre los muertos. Este Dios, a quien dirige el cristiano su fe, es “el Dios de esperanza” que puede llenar al creyente de gozo y paz, y capacitarlo para abundar en esperanza. Por la resurrección el cristiano se libra de la triste condición de tener que esperara en Cristo limitado a este mundo solamente. Cristo Jesús es su esperanza para el tiempo y la eternidad. El llamado a ser discípulo de Cristo lleva aparejada la esperanza de compartir finalmente su gloria. Su esperanza está guardada en los cielos, y se cumplirá cuando el Señor sea revelado.
La existencia de esta esperanza hace imposible que el cristiano se sienta satisfecho con los goces transitorios; y es también un acicate para vivir una vida pura, y le permite sufrir alegremente. Es digno de notar cuántas veces en el NT relaciona la esperanza con la “paciencia” o la “fidelidad”. Esta virtud es completamente diferente de la resistencia de los estoicos, precisamente porque se basa en una esperanza que ellos desconocían.
Por su relación con el amor, la esperanza cristiana está libre de todo egoísmo. El cristiano no espera bendiciones para sí sin desear al mismo tiempo que otros las disfruten también. Cuando ama a su prójimo desea que reciba todas las buenas cosas que sabe que Dios desea darle. Pablo dio pruebas de su esperanza, al igual que de su amor y de su fe, cuando devolvió al esclavo Onésimo, que había huido de su amo Filemón. La fe, la esperanza, y el amor son, por lo tanto, inseparables. La esperanza no puede existir sin la fe, y no es posible tener amor sin esperanza. Estas tres cosas permanecen, y juntas dan forma al modo de vida cristiano.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Tesalonisenses 2:15-3:5

Así que, hermanos, estén firmes y retengan la doctrina que han aprendido, sea por palabra o por carta nuestra. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte sus corazones y los confirme en toda buena palabra y obra.
Por lo demás, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre nosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos, pues no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que los afirmará y guardará del mal. Y tenemos confianza respecto a ustedes en el Señor, en que hacen y oren lo que les hemos mandado. Y el Señor encamine sus corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En Septiembre de este año, viajé al Paraguay para dar un taller sobre violencia de género en la pareja junto a un grupo de mujeres de la Congregación. Fuimos de avión ya que son muchos kilómetros que nos separan de Katueté, en donde se hizo el Encuentro de Mujeres, es casi frontera con Brasil.
Tanto de ida como de vuelta fue un viaje por demás accidentado. Pero uno de los momentos de más tensión que tuvimos fue cuando el avión ya estaba aterrizando en el aeroparque en Buenos Aires y tomó vuelo enseguida en medio de un temporal de lluvia y viento, lo que le llaman “sudestada”. En el momento en que el avión cambió de rumbo y comenzó a subir rápidamente hubo un silencio sepulcral en todo el avión: claramente cada uno de los pasajeros se acordó de Dios, y aunque no nos hubiéramos puesto de acuerdo, todos estábamos orando, cada uno a su manera. Temíamos, claro, que no saliéramos de esa, porque la situación realmente fue peligrosa. Todos nos acordamos de Dios.
Y eso es típico. Nos acordamos de Dios en las situaciones de peligro, de dolor, de dificultades… y muchas veces hasta le echamos la culpa de la situación que estamos viviendo. Oramos por nosotros o por las personas que amamos… ¿pero cuándo oramos por aquellas personas que no conocemos?
Al final de cada culto hacemos la oración de intercesión, siempre explico que es el momento en donde oramos por otros, por personas y realidades y no por nosotros mismos. Pero la mayoría igualmente pide o agradece por la propia vida, su propia realidad. ¡Nos cuesta salir de nosotros mismos, pensar en que nuestras oraciones pueden ayudar a otros!
Creemos en el poder de la oración, por eso oramos. Creemos que Dios escucha nuestros ruegos, ¡por eso aquel día todos oramos en el avión, pedimos a Dios que nos libre del accidente que vimos tan cercano y que justamente gracias a Dios, le dio la destreza al piloto para hacer un segundo intento de aterrizaje porque el primero venía mal!
Los y las invito a que cada día oren también por otras personas. Tal vez al mirar el noticiero, tal vez al ver realidades que no podemos cambiar, tal vez al ver tanto sufrimiento e injusticia a nuestro alrededor. Amén.

Querido Jesús, hoy te pido por todas aquellas personas que no te conocen todavía y que no se aferran a vos. Ilumina sus corazones para que te descubran y puedan vivir una vida en paz, armonía y agradecimiento. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

3 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré
y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Grande es mi Señor y digno de suprema alabanza;
su grandeza es insondable.

Generación a generación celebrará tus obras
y anunciará tus poderosos hechos.
En la hermosura de la gloria de tu magnificencia
y en tus hechos maravillosos meditaré.
Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
y yo publicaré tu grandeza.
Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
y cantarán tu justicia.

Clemente y misericordioso es mi Señor,
lento para la ira y grande en misericordia.
Bueno es mi Señor para con todos,
y sus misericordias sobre todas sus obras.

¡Te alaben, mi Señor, todas tus obras,
y tus santos te bendigan!
La gloria de tu reino digan
y hablen de tu poder,
para hacer saber sus poderosos hechos a los hijos de los hombres
y la gloria de la magnificencia de su reino.
Tu reino es reino de todos los siglos
y tu señorío por todas las generaciones.

Sostiene mi Señor a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.
Los ojos de todos esperan en ti
y tú les das su comida a su tiempo.
Abres tu mano
y colmas de bendición a todo ser viviente.
Justo es mi Señor en todos sus caminos
y misericordioso en todas sus obras.
Cercano está mi Señor a todos los que lo invocan,
a todos los que lo invocan de veras.
Cumplirá el deseo de los que lo temen;
oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.
Mi Señor guarda a todos los que lo aman,
pero destruirá a todos los impíos.

La alabanza de mi Señor proclamará mi boca.
¡Todos bendigan su santo nombre
eternamente y para siempre!” Amén.

Curiosidades

¿Qué es la venida de Jesucristo?

La esperanza cristiana se centra en la venida de Cristo, que puede describirse como su “segunda” venida. Por consiguiente, la expresión veterotestamentaria, “el día de Jehová”, que en el NT se usa para describir el acontecimiento relacionado con el cumplimiento final, es característicamente “el día del Señor Jesús”.
La venida de Cristo se conoce como su parusía (venida), su apocalipsis (revelación) y su epifanía (aparición). La palabra parusía significa “presencia” o “llegada”, y se usaba en el griego helenístico para la visita de los dioses o los gobernantes. La parusía de Cristo será la venida personal del mismo Jesús de Nazareth que ascendió al cielo; pero será un acontecimiento universal evidente, una venida en poder y gloria, para destruir al anticristo y la iniquidad, para reunir a su pueblo, tanto los vivos como los muertos, y para juzgar al mundo.
Su venida será, también, un apokalypsis, un “quitar el velo”, una “revelación”, cuando el poder y la gloria que ahora son propios en virtud de su exaltación y sesión celestial serán revelados ante todo el mundo. El reinado de Cristo como Señor, actualmente invisible al mundo, se hará visible en ese momento por su apokalypsis.
Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Tesalonisenses 1:11-2:2

Por esta razón también oramos siempre por ustedes, para que nuestro Dios los tenga por dignos de su llamamiento y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder. Así el nombre de nuestro Señor Jesucristo será glorificado en ustedes y ustedes en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos,  que no se dejen mover fácilmente de su modo de pensar, ni se alteren, ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En un mundo en donde todo cambia vertiginosamente y en donde nadie quiere asumir responsabilidades, Pablo habla a los tesalonicenses de mantenerse firme en las convicciones, en no permitir que nuestro entorno influya en nuestra fe, en lo que creemos, en lo que sostiene nuestras vidas.
Todo el tiempo la sociedad en la que vivimos nos impulsa a ser inestable. Siempre me sorprende que como modelo muchas personas tengan a la adolescencia como el estado ideal, la edad ideal. Pero en realidad tiene que ver, según entiendo, a la frescura de la piel, a la rebeldía, a la energía del joven. Se ve que nadie recuerda lo doloroso que fue pasar por esa edad, la inseguridad, los arranques de risa y de llanto inexplicables, el ser muy grande para algunas cosas y muy joven para otras.
Pero a la vez vivimos un tiempo en donde los padres y madres tienen miedo a sus hijos y por temor a generarles un trauma o a que los discriminen, no les ponen límites, les dan todo lo que quieren, aún a costo de sacrificios enormes que el joven no valora.
Muchas mujeres adoran que las personas digan cuando las ven con sus hijas: ¡pero si parecen hermanitas! Se visten con sus mismas ropas, las intercambian y hasta incluso ¡van juntas al boliche!
¿No pensaron nunca que lo que sus hijas necesitan es una madre, porque amigas hay muchas? ¿Qué madre hay una sola y que nuestros hijos e hijas necesitan que tengamos ese rol, que seamos “mala onda”, pongamos los límites, para formarlos como personas?
Cada persona debe asumir las responsabilidades que le corresponden. Cada persona tiene que vivir la edad que tiene. Y cada edad tiene sus encantos y que no hay nada más triste que la persona que vive cosas fuera de tiempo. De los jóvenes esperamos que sean inestables y fluctuantes, pero no así de los adultos. Nuestro mundo necesita de adultos responsables que se hagan cargo no sólo de sus vidas, sino de las decisiones que como sociedad debemos tomar.
Hace un par de semanas fueron las elecciones en nuestro país. Siempre me sorprende que hay personas que les pesa votar. ¿Acaso no recuerdan cuando vivíamos en dictadura y otros tomaban nuestras decisiones? Así terminamos en una guerra sin sentido y murió mucha gente inocente y otras quedaron afectadas de por vida.
¿Por qué nadie quiere asumir roles en la política y no se logra renovar el plantel? Año tras año con las mismas caras, los mismos candidatos. Es necesario que como adultos seamos sólidos, que disfrutemos de asumir nuestras responsabilidades y tengamos convicciones. Seguramente nuestras vidas y la de nuestro entorno estaría mucho mejor que ahora. Amén.

Querido Jesús, ayudame a tener una fe firme en vos y vivir según mis convicciones. Ayudame a no tener miedo a que se burlen de mí  ni a aceptar que si quiero que este mundo sea diferente tengo que asumir la parte que me toca. Te lo pido a vos que junto al Padre y el Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.