viernes, 25 de mayo de 2012

27 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 148

“Aleluya.
¡Alabado sea el Señor desde los cielos!
¡Alabado sea el Señor en las alturas!
¡Que alaben al Señor todos sus ángeles!
¡Que alaben al Señor todos sus ejércitos!

¡Que alaben al Señor el sol y la luna!
Que alaben al Señor las estrellas refulgentes!
¡Que alaben al Señor los cielos de los cielos,
y las aguas que están sobre los cielos!

¡Alabado sea el nombre del Señor!
El Señor dio una orden, y todo fue creado.
Todo quedó para siempre en su lugar;
el Señor dio una orden que no se debe alterar.

Que alaben al Señor, desde la tierra,
los monstruos marinos y el mar profundo;
el fuego y el granizo, la nieve y el rocío,
y el viento tempestuoso que ejecuta su palabra;
los montes y las colinas,
los árboles frutales y los cedros,
los animales salvajes y los domésticos,
los reptiles y los pájaros,
los reyes de la tierra y todos los pueblos,
todos los jefes y gobernantes de la tierra,
los jóvenes y las doncellas,
los ancianos y los niños.

¡Alabado sea el nombre del Señor!
¡Sólo su nombre merece ser exaltado!
¡Su gloria domina los cielos y la tierra!

¡Que alaben al Señor todos sus fieles!
¡Que lo alabe Israel, su pueblo cercano!
¡El Señor ha dado poder a su pueblo!
¡Aleluya!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo concibe Juan en su evangelio al Espíritu Santo?

Para Juan el Espíritu de lo alto es el poder que efectúa el nuevo nacimiento, por cuanto el Espíritu es el que da vida, como un río de agua viva que fluye de Cristo y da vida al que acude y cree. El evangelio habla del Espíritu como el hálito de vida de la nueva creación.
Es importante comprender que para los primeros cristianos el Espíritu se concebía en función del poder divino claramente manifestado por sus efectos en la vida del receptor; el impacto del Espíritu no dejaba al individuo o al observador en duda acerca de un cambio significativo que se había operado en él mediante la intervención divina. El don del Espíritu no era simplemente un corolario o una deducción basada en el bautismo o la imposición de manos, sino un acontecimiento sumamente real para los primeros cristianos.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 15:26-27.16:12-15

»Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les enviaré de parte del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Y ustedes también darán testimonio, porque han estado conmigo desde el principio…
…»Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir.
Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a ustedes.
Todavía un poco, y no me verán; y de nuevo un poco, y me verán.»  Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es increíble pensar en un Dios que se hace una persona entre nosotros para después cada uno de nosotros seamos parte de Él. Porque una vez que Cristo volvió al Padre, su Espíritu entró en cada uno de nosotros para que tuviéramos la fortaleza y la sabiduría para comprender su voluntad, su intención al crear al mundo.
Las personas vivimos en esta tierra como algo tan natural y nos sentidos dueños de todo lo que hay en nuestro planeta. Nos sentimos poderosos porque logramos transformar nuestro entorno a través de nuestro ingenio y así desarrollar la tecnología en todos los ámbitos.
Y en verdad es increíble observar lo que los seres humanos somos capacees de hacer, eso es cierto.
Pero en todo esto, una de nuestras dificultades es el darnos cuenta de que no es mérito nuestro, y que el mundo no nació con nosotros, sino que nosotros formamos parte de él, y por la capacidad que tenemos nuestro compromiso es cuidar nuestro mundo y administrar todo lo que hay en él para que a nadie le falte lo necesario para vivir dignamente.
Ese compromiso, esa responsabilidad que tenemos es porque Dios ha puesto en nosotros parte de su esencia, para que así podamos cambiar el mundo. Por nuestra desobediencia y nuestra negligencia el mundo hoy sufre: hay hambre, miseria, contaminación, depredación.
Si aprovechamos el regalo que Dios nos ha dado a través de Jesucristo, este mundo puede cambiar y ser ese lugar que fue en su origen, cuando Dios lo creó para nosotros. Vos y yo somos parte de este compromiso ¿te animás? Amén.

Querido Jesús, vos viniste al mundo para que podamos ser parte de vos, compartir tu esencia. Ayudame a escuchar esa voz interior dentro de mí, ayudame a obedecerte y a ponerme a tu disposición. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 18 de mayo de 2012

20 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 103

“¡Bendice, alma mía, al Señor! 
¡Bendiga todo mi ser su santo nombre! 
¡Bendice, alma mía, al Señor, 
y no olvides ninguna de sus bendiciones! 
El Señor perdona todas tus maldades, 
y sana todas tus dolencias. 
El Señor te rescata de la muerte, 
y te colma de favores y de su misericordia. 
El Señor te sacia con los mejores alimentos 
para que renueves tus fuerzas, como el águila.

El Señor imparte justicia y defiende 
a todos los que sufren por la violencia. 
Dio a conocer sus caminos a Moisés; 
los hijos de Israel vieron sus obras. 
El Señor es misericordioso y clemente; 
es lento para la ira, y grande en misericordia. 
No nos reprende todo el tiempo, 
ni tampoco para siempre nos guarda rencor. 
No nos ha tratado como merece nuestra maldad, 
Ni nos ha castigado como merecen nuestros pecados. 
Tan alta como los cielos sobre la tierra, 
es su misericordia con los que le honran. 
Tan lejos como está el oriente del occidente, 
alejó de nosotros nuestras rebeliones. 
El Señor se compadece de los que le honran 
con la misma compasión del padre por sus hijos, 
pues él sabe de qué estamos hechos; 
¡él bien sabe que estamos hechos de polvo!

Nuestros días son como la hierba: 
florecemos como las flores del campo, 
pero pasa el viento sobre nosotros 
y desaparecemos, sin dejar ninguna huella. 
Pero el Señor es eternamente misericordioso; 
él les hace justicia a quienes le honran, 
y también a sus hijos y descendientes, 
a quienes cumplen con su pacto 
y no se olvidan de sus mandamientos, 
sino que los ponen en práctica. 
El Señor ha afirmado su trono en los cielos, 
y su reino domina sobre todos los reinos.

¡Bendigan al Señor, ustedes, ángeles poderosos 
que cumplen sus órdenes y obedecen su voz! 
¡Bendigan al Señor todos sus ejércitos, 
todos ustedes, sus siervos, que cumplen su voluntad! 
¡Bendigan al Señor ustedes, sus criaturas, 
en todos los lugares de su dominio! 
¡Bendice, alma mía, al Señor!” Amén.

Curiosidades


El vocablo griego kosmos significa por derivación, “mundo organizado”. Se usa en el Nuevo Testamento, pero no en la LXX, a veces para lo que deberíamos llamar el “universo”, el mundo creado, descripto en el Antiguo Testamento como “todas las cosas”, o “cielo y tierra”. El “mundo· en este sentido fue hecho por la Palabra o Verbo; y es de este “mundo” del cual hablaba Jesús cuando dijo que no le aprovechaba nada al ser humano el que ganase todo el mundo y perdiese su alma en procura de lograrlo.
En su última oración en el aposento alto, Jesús no oró por el mundo, sino por aquellos que el Padre le había dado y que estaban en este mundo. Mediante ese “regalo”, esos seres humanos a quienes Jesús describió como “los que le fueron dados”, dejaron de tener las características del mundo; y Jesús oró que fuesen guardados de sus malignas influencias, porque sabía que después de su propia partida ellos iban a tener que soportar el impacto del odio del mundo, que hasta ese momento estaba dirigido casi exclusivamente contra él. Como el Cristo resucitado y ascendido sigue limitando su intercesión a los que se acercan a Dios por medio de él; y sigue manifestándose, no al mundo, sino a los suyos que están en el mundo.
Pero está claro que los discípulos de Cristo no pueden ni deben intentar apartarse de este mundo. Él los envía al mundo, justamente, a todo el mundo. Ellos tienen que ser la luz de este mundo; y el “campo” en el cual la iglesia ha de cumplir su obra de dar testimonio de la verdad, tal como se encuentra en Jesús, no es menos abarcador que el mundo mismo. Porque el mundo sigue siendo el mundo de Dios, aún cuando por el momento esté sometido al maligno. Al final, “la verdadera hermosura de la tierra será restaurada”; y, una vez que todo el mal haya sido destruido y los hijos de Dios sean manifestados, toda la creación será “liberada de la esclavitud de la corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”. Entonces Dios será “todo en todos”; en otras palabras, estará “presente de un modo total en el universo”.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 17:11b-19

“Padre santo, a los que me has dado, cuídalos en tu nombre, para que sean uno, como nosotros.
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los cuidaba en tu nombre; a los que me diste, yo los cuidé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera.
Pero ahora voy a ti; y hablo de esto en el mundo, para que mi gozo se cumpla en ellos mismos.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los protejas del mal.
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Tal como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las cosas que más me han impactado en mi experiencia en la fe es el mandato de Jesús de seguir el camino que él comenzó. A pesar de haberlo repetido durante años, de repente tomé conciencia de la magnitud de esto.
Cuando leemos los evangelios y vemos ahí la vida de Jesús, su contacto con la gente, sus reacciones, su forma de vivir, y nos damos cuenta de que, más allá del paso del tiempo y de la tecnología, nada ha cambiado, y que nuestra responsabilidad como cristianos es lograr lo que Jesús logró: que toda persona se sienta con la libertad de buscarlo, de escuchar al que clama, de ver y percibir cuando alguien nos necesita. Pero también reaccionar cuando algo no está bien, cuando suceden cosas que afectan la integridad de las personas.
Seguir a Jesús no es fácil, intentar caminar sobre sus pisadas a veces nos asusta, o simplemente sentimos que nos supera, que nos faltan fuerzas, que estamos demasiado solos en esta tarea.
Por eso es importante saber que Jesús también ora por nosotros, para que podamos cumplir la misión que él nos ha encomendado.
Vivir siempre en contra de la corriente, no aceptando las imposiciones de los sistemas que producen muerte. Buscar el contacto entre las personas, pensar en los demás en un mundo cada vez más egoísta y egocéntrico, no es fácil.
Pero a la vez es un camino de muchas satisfacciones porque las relaciones que construimos son verdaderas y desinteresadas, porque han nacido de esta manera, y eso también puede ser de auxilio y alivio en algún momento que necesitamos contención.
Seguir el camino de Jesús, continuar su tarea, su misión encomendada por Dios no es fácil, pero nos hace bien a nosotros y a los que nos rodean. Vos podés formar parte de ese equipo. Amén.

Querido Jesús, me hace muy feliz pensar que estás orando por mí, para que tenga las fuerzas y la integridad para seguir el trabajo que vos comenzaste en esta tierra. Dame fuerzas, dame esperanza y amor para que pueda realizar esa misión que vos iniciaste. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 11 de mayo de 2012

13 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 98

“¡Cantemos al Señor un cántico nuevo 
por las proezas que ha realizado! 
¡Con su diestra, con su santo brazo, 
ha alcanzado la victoria!

El Señor ha dado a conocer su salvación; 
¡ha revelado su justicia ante todas las naciones! 
Se ha acordado de su misericordia y su verdad 
en favor del pueblo de Israel; 
¡Todos los confines de la tierra son testigos 
de que nuestro Dios nos ha salvado!

¡Canten alegres al Señor, 
habitantes de toda la tierra! 
¡Levanten la voz, aplaudan y canten salmos! 
¡Canten salmos al Señor al son del arpa! 
¡Al son del arpa eleven sus cantos! 
¡Vengan a la presencia del Señor, nuestro Rey, 
y aclámenlo al son de trompetas y cuernos!

¡Que brame el mar y su plenitud, 
y el mundo y todos sus habitantes! 
¡Que aclamen al Señor los ríos, 
y que todos los montes se regocijen! 
El Señor viene a juzgar la tierra, 
y juzgará al mundo con justicia, 
y a los pueblos con rectitud.” Amén.

Curiosidades


El término griego más común para todas las formas de amor en el Nuevo Testamento es agapé, agapao. Esta es una de las palabras menos comunes en el griego clásico, donde expresa, en las pocas ocasiones en que aparece, esa forma suprema y noble del amor que ve algo infinitamente precioso en su objeto. Su uso en el Nuevo Testamento no deriva directamente del griego clásico sino de la LXX, en la que aparece en el 95% de los casos en que el hebreo se traduce por “amor”, y en todos los casos en que está relacionado con el amor de Dios hacia el ser humano, del ser humano hacia Dios, y del ser humano hacia su prójimo. La dignidad que posee este término en el Nuevo Testamento se debe a su uso como vehículo de la revelación del Antiguo Testamento. Está cargada de relaciones veterotestamentarias.
Filao es la voz que alterna con agapao. Se usa más naturalmente para el afecto íntimo, y para el placer de hacer las cosas que resultan agradables, aunque encontramos una considerable superposición en el uso de ambos términos. Buena parte de la exégesis de Jn.21 ha girado en torno a la disposición de Pedro de decir filo se (yo soy tu amigo, te aprecio) y su aparente resistencia a decir agapo se (contraste entre “amar” y “querer”). Resulta difícil comprender por qué un escritor como Juan, cuyo griego es tan simple, habría de usar las dos palabras en este contexto a menos que deseara hacer una clara distinción.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 15:9-17

Así como el Padre me ha amado, así también yo los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor.
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.
ȃste es mi mandamiento: Que se amen unos a otros, como yo los he amado.
Nadie tiene mayor amor que éste, que es el poner su vida por sus amigos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; yo los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a conocer a ustedes.
 »Ustedes no me eligieron a mí. Más bien, yo los elegí a ustedes, y los he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se lo conceda. Éste es mi mandamiento para ustedes: Que se amen unos a otros.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay una canción que dice:

“Una gota de rocío en el borde de una flor,
una estrella sobre el río: ¡eso es el amor!
Una mano que yo ansío por su fuerza y su calor,
tres llamitas en el frío ¡eso es el amor!
Y tu risa si yo río,
y mi llanto en tu dolor,
tu camino con el mío ¡eso es el amor!
Un arco iris que te envío,
tres perdones sin rencor,
un amigo en el gentío: ¡eso es el amor!”

A veces nos complicamos la vida buscando ser felices, corriendo atrás de no sé qué, que ni nosotros sabemos muy bien. Pero en el fondo lo que todos ansiamos y necesitamos es amar y ser amados.
No estoy hablando de la pareja, estoy hablando del amor entre las personas más allá incluso de conocerlas personalmente o en profundidad.
El amor en las pequeñas cosas, tan simples como las que enumera esta canción de Homero Perera, que en varias ocasiones la cantamos en la iglesia. El amor como lo que nos alegra, nos sostiene, que nos permite tratar siempre bien al otro, tenerlo en cuenta, sufrir porque está sufriendo, conmoverme. Ese amor que nos hace luchar por un mundo más justo y menos violento. Ese amor que va más allá del grupo de personas que son nuestra contención, nuestra familia y amigos.
El amor es bello y embellece hasta los espacios más sórdidos. Lo podemos encontrar en las guerras y en las catástrofes. Personas que incluso arriesgan sus vidas para salvar a otras, para ayudar a otras. De esto es lo que nos habla Jesús. Algo tan simple y hermoso, y que vos, que estás escuchando ahora, podés vivir también. Amén.

Querido Jesús, vos me mandaste que nos amaramos los unos a los otros, más allá de nuestras emociones y nuestras afinidades. Ayudame a amar, ayudame a dar mi vida por los demás, a no quedarme en mi egoísmo, mis prejuicios y temores. Te lo pido a vos que reinas junto al Padre y al Espíritu Santo por toda la eternidad. Amén.

viernes, 4 de mayo de 2012

6 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 22 (1-10.25-31)

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 
¿Por qué estás tan lejos, y no vienes a salvarme? 
¿Por qué no atiendes mi clamor? 
Dios mío, te llamo de día, y no me respondes; 
te llamo de noche, y no hallo reposo. 
Tú eres santo, tú eres rey; 
tú eres alabado por Israel.

Nuestros padres confiaron en ti; 
en ti confiaron, y tú los libraste. 
A ti clamaron, y fueron librados; 
en ti confiaron, y no quedaron en vergüenza. 
Pero yo soy más gusano que hombre; 
¡un ser despreciable del que todos se burlan! 
Los que me ven, se burlan de mí; 
me hacen muecas, sacuden la cabeza, y dicen: 
«Éste puso su confianza en el Señor, 
¡pues que el Señor lo salve! 
¡Que venga el Señor a librarlo, 
ya que en él se complacía!»

Pero eres tú quien me dio la vida, 
eres tú quien me infundió confianza 
desde que era un niño de pecho. 
Antes de nacer fui puesto a tu cuidado; 
aun estaba yo en el vientre de mi madre, 
y tú eras ya mi Dios…

…Yo lo alabaré en medio de la comunidad, 
y ante los que le temen cumpliré mis promesas. 
Los pobres comerán, y quedarán satisfechos; 
los que buscan al Señor lo alabarán, 
y tendrán una larga vida. 
Todos los rincones de la tierra 
invocarán al Señor, y a él se volverán; 
¡ante él se inclinarán todas las naciones! 
El reinado es del Señor, 
y él gobierna a todas las naciones. 
Todos los poderosos de la tierra lo adorarán; 
todos los mortales le rendirán pleitesía, 
todos los que no tienen vida propia. 
Las generaciones futuras le servirán, 
y hablarán del Señor a la generación venidera. 
Se dirá a los que aún no han nacido 
que el Señor es justo en todo lo que hace.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era el cultivo de la vid en los tiempos de Jesús?

La preparación de una viña comprendía generalmente el hacer terrazas en las laderas de las montañas y eliminar las piedras. Estas se usaban para los muros de retención, que eran más gruesos que lo necesario si había abundancia de piedras, y las demás se amontonaban. Se plantaba alrededor de un seto vivo de espino, o se construía una pared baja sobre la que se colocaban ramas muertas de pimpinela espinosa para impedir la entrada de animales y ladrones. Una torre de vigilancia o una choza de piedra servían para proteger a los obreros durante el verano cuando se quedaban en la viña. La porción encerrada se removía cuidadosamente, y cuando la tierra estaba preparada de plantaban las vides jóvenes. Normalmente se las plantaba en hileras, a unos 2,5 m de distancia, y cuando las ramas empezaban a extenderse se las mantenía sobre el nivel del suelo con soportes. Se podaban las plantas en la primavera por medio de hoces para dicho fin. Los viñadores, que podaban y cultivaban las vides, parecen haber pertenecido a las clases más pobres. Sobre una parte elevada que comandaba todo el viñedo se levantaba una estructura cubierta, la torre, hecha de madera, desde la cual el propietario y su familia mantenían vigilia mientras duraba el período de la vendimia.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 15:1-8

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Ustedes ya están limpios, por la palabra que les he hablado. Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer.
El que no permanece en mí, será desechado como pámpano, y se secará; a éstos se les recoge y se les arroja al fuego, y allí arden. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les concederá.
En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto, y sean así mis discípulos.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es interesante observar en la naturaleza la importancia de la conexión de todas las partes en los seres vivos. Por ejemplo, cuando una rama o un gajo no tiene buena irrigación de sabia, esa parte de la planta, se seca. Lo mismo sucede con los animales o las personas, cuando la sangre no logra irrigar una parte del cuerpo, éste se seca, no responde.
Los fluidos de los seres vivos son los que conectan el ser y permiten que haya una armonía y un equilibrio. Cuando retenemos líquido en las piernas, por ejemplo, es porque hemos perdido ese equilibrio y conexión, señal de que algo está pasando.
Esta comparación que Jesús hace con respecto a nuestra relación con él, como la vid y sus ramas, de alguna manera nos permite comprender la conexión que tenemos con él. La única manera de mantenernos junto a él, es permitir que fluya dentro nuestro, su esencia, su espíritu.
Pero a la vez somos nosotros los que debemos velar porque esa conexión, porque no existan interferencias, que pueda fluir su espíritu y nos nutra, nos mantenga vivos.
Al mismo tiempo Jesús nos llama a la conciencia de que no siempre se pueden rehabilitar esas ramas secas, una vez que se secaron, una vez que ya no fluye la sabia, sólo queda quitarlas y quemarlas, para que no molesten el crecimiento de la planta. Lo importante es permanecer unidos, que aunque en algún momento esa conexión sea débil, al menos que no se corte por completo.
Eso nos permitirá vivir en armonía, en equilibrio en Cristo. Algo para pensar, algo para tener en cuenta. Amén.

Querido Jesús ¡qué bueno que tu esencia fluya dentro de mí y me mantenga viva y con la confianza de que así, de esta manera, nada ni nadie puede hacerme daño, y que todo lo que haga o diga estará impregnado de tu Espíritu. Ayudame a permanecer en vos, a no cortar el lazo, para dar mucho fruto. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.