viernes, 26 de agosto de 2011

28 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 63

¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas,


para ver tu poder y tu gloria,
así como te he mirado en el santuario.


Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.


Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos.


Como de médula y de grosura será saciada mi alma,
y con labios de júbilo te alabará mi boca,


cuando me acuerde de ti en mi lecho,
cuando medite en ti en las vigilias de la noche,


porque has sido mi socorro
y así en la sombra de tus alas me regocijaré.


Está mi alma apegada a ti;
tu diestra me ha sostenido.


Pero los que para destrucción buscaron mi alma
caerán en los sitios bajos de la tierra.


Los destruirán a filo de espada;
serán presa de los chacales.


Pero el rey se alegrará en Dios;
será alabado cualquiera que jura por él,
porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.”
Amén.

Curiosidades

¿Quién es Satanás?

Satanás es el nombre del príncipe del mal, que significa básicamente “adversario”. En los dos primeros capítulos de Job leemos que Satanás se presentó ante Dios entre “los hijos de Dios”. Se afirma a veces que tales pasajes no se considera a Satanás como un ser particularmente malo, sino simplemente como uno más entre las huestes celestiales. Las referencias veterotestamentarias a Satanás son pocas, pero se lo ve constantemente dedicado a actividades contrarias al bien del hombre.

La mayor parte de la información que tenemos proviene del Nuevo Testamento, donde el ser supremamente malo se conoce como Satanás o “el diablo” indistintamente, empleándose también ocasionalmente Belzebú. Siempre se lo pinta como hostil para con Dios, y obrando en contra de sus planes. Mateo y Lucas nos dicen que cuando comenzó el ministerio Jesús fue sometido a una severa prueba cuando Satanás lo tentó a llevar a cabo su misión con espíritu inadecuado. Cuando se completó el período de prueba el diablo lo dejó “por un tiempo”, lo cual indica que la lucha volvió a entablarse posteriormente. Este conflicto no es incidental. El propósito expreso de la venida de Jesús al mundo fue el “deshacer las obras del diablo”.

No cabe duda de la seriedad del conflicto. Pedro recalca la ferocidad de la oposición cuando dice que el diablo “como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Pablo piensa más bien en la astucia empleada por el maligno.

Satanás se opone constantemente al evangelio, como podemos ver a lo largo del ministerio del Señor. Obraba a través de los seguidores de Cristo, como cuando Pedro rechazó el concepto de la cruz y tuvo que oir la represión, “¡quítate de delante de mí, Satanás!”. Obraba también por medio de los enemigos de Jesús, por cuanto Jesús pudo decir de los que se le oponían, “ustedes son de su padre el diablo”. Todo esto llega a su punto culminante en la pasión. La acción de Judas se atribuye a la actividad del maligno.

Satanás sigue tentando a los seres humanos. Leemos que obró en el caso de Ananías y en Elimas. El principio general aparece en 1 Jn. 3,8: “El que practica el pecado es del diablo”. El ser humano puede entregarse hasta tal punto a Satanás que en efecto le llega a pertenecer. Su actividad puede producir efectos físicos. Se lo pinta invariablemente como habilidoso y activo.

En el Nuevo Testamento ofrece seguridad en cuanto a sus limitaciones y su derrota. Su poder es derivado. Sólo puede ejercer su actividad dentro de los límites que Dios le ha fijado. Incluso puede ser usado para impulsar el bien. Satanás constituye una realidad maligna, siempre hostil a Dios y a su pueblo. Pero ya ha sido derrotado en la vida, la muerte y la resurrección de Cristo, y dicha derrota se hará obvia y completa al final de la era.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 16:21-28

Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo:

_ Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!

Pero él, volviéndose, dijo a Pedro:

_ ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Entonces Jesús dijo a sus discípulos:

_ Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame, porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. ¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?, porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En un mundo en donde el egoísmo es la bandera de la mayoría de los países. En donde la búsqueda del bienestar personal está generalizada, no importa la manera: comprando todo lo más novedoso en electrónica, ropas, etc., formando parte de los grupos “espirituales” que hablan acerca de la energía positiva o negativa, o cualquier otro recurso que busca la “felicidad”. En este mundo capitalista, egocéntrico, del “sálvese quien pueda” y el “no te metás”, como cristianos hablamos de la entrega al otro, de compromiso a través de las propias palabras de Jesús que dicen: Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame, porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.

¿De qué está hablando Jesús? ¿no te suena algo raro “todo el que quiera salvar su vida, la perderá”? ¿cómo puede ser eso, si el mensaje que recibimos es el de cuidarnos para que nada nos pase? De hecho ante los problemas de inseguridad que existen actualmente ponemos rejas, cerrojos de todo tipo y alarmas en nuestras casas. Miramos con desconfianza a quien se acerca para hablarnos y desconfiamos de todos. ¡Claro que nos cuidamos para salvar nuestra vida, nuestra integridad! Pero al mismo tiempo vivimos una vida encerrados en nuestros lugares seguros, viviendo una vida para nosotros mismos, como si en los tiempos de Jesús la situación fuera diferente, en cuanto a la inseguridad, la violencia y los robos.

Jesús nos está llamando a que salgamos de nuestro encierro, que seamos críticos con los mensajes que nos envuelven. Que no nos dejemos llevar ni por el temor ni por la desconfianza. El cuidado y la precaución está bien, pero fácilmente puede transformarse en la mejor pantalla para no hacer nada por los demás, encerrarnos en nuestra campana de cristal.

Dar nuestra vida al que nos necesita. Dar de nuestro optimismo, nuestra esperanza, nuestra energía positiva al que está deprimido, decaído y siente que el mundo le dio la espalda. Comprometernos con aquellas personas que no han tenido la bendición y las posibilidades que nosotros, ése es el deafío al que Jesús nos invita.

La sociedad pos-moderna y neo-liberal en la que estamos viviendo, que ha creado nuevas religiones que justifican la comodidad de vivir para sí mismo no es voluntad de Dios ni es la única forma de vivir. Creer que ése es el único posible es un error, porque mismo dentro de la Biblia aparecen otros modelos económicos más justos. Por eso es importante que salgamos de nosotros mismos, que nos neguemos, en el sentido de dejar de mirarnos el ombligo, y nos pongamos a trabajar junto a Cristo, buscando la justicia, siendo partícipes y protagonistas de un cambio profundo en nuestra sociedad. Eso es lo que Jesús hoy te pide a vos y me pide a mí. Amén.

Querido Jesús, quiero confesarte que esto de renunciar a mi egoísmo muchas veces me resulta difícil, es más cómodo quedarme encerrada en mí misma y vivir la vida tranquila. Ayudame a comprometerme con tu evangelio a entregar mi vida y de esa manera encontrar la vida plena en vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 19 de agosto de 2011

21 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 138


“Te doy gracias, mi Señor, de todo corazón,

por haber escuchado las palabras de mi boca.

En presencia de los ángeles salmodio para ti,

Me postraré en dirección a tu santo Templo.


Te doy gracias por tu amor y tu verdad,

pues tu promesa supera tu renombre.

El día en que grité, me escuchaste,

aumentaste la fuerza en mi alma.


Te dan gracias, mi Señor, todos los reyes de la tierra,

porque oyen las promesas de tu boca;

y cantan los caminos de mi Señor:

‘¡Qué grande la gloria de mi Señor!

¡Excelso es mi Señor, y ve al humilde,

al soberbio le conoce desde lejos!’


Si camino entre angustias, me das la vida,

frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tu mano

y tu diestra me salva:

mi Señor lo hará todo por mí.

¡Oh mi Señor, es eterno tu amor,

no abandones la obra de tus manos!” Amén.


Curiosidades


¿Qué significa el término Hijo del Hombre?


Es indudable que los evangelios dan la impresión de que Jesús prefirió utilizar la expresión Hijo del Hombre para hablar de sí mismo. Esta extraña expresión griega sólo puede haber surgido como consecuencia de la traducción de una frase idiomática semítica aplicada, ya sea a un determinado miembro de la especie “hombre” o a la humanidad en general. En Daniel 7:13 s la frase describe a “uno como un hijo de hombre” (figura humana) o “algo semejante a un ser humano”, que viene con las nubes ante el Anciano de días y recibe de él dominio eterno sobre todos los pueblos. En el lenguaje de la época de Jesús aparentemente era posible emplear la frase como una modesta manera de referirse a uno mismo en ciertas situaciones, se lo usaba para darle veracidad a una declaración que se aplicaba a la humanidad en general, y, en consecuencia, también al que hablaba, o una afirmación que solamente se aplicaba a la persona que hablaba.

Encontramos la frase con bastante frecuencia en labios de Jesús, y su uso en los evangelios sinópticos ha dado lugar a mucha discusión.


Evangelio


Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 16:13-20


Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo:

_ ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?

Ellos dijeron:

_ Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.

Él les preguntó:

_ Y ustedes, ¿quién decen que soy yo?

Respondiendo Simón Pedro, dijo:

_ Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Entonces le respondió Jesús:

_ Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.

Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijeran que él era Jesús, el Cristo.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


¿Cuál es la diferencia entre una persona que tiene fe y una que no?

En realidad a simple vista nada se puede ver. Es más, muchas veces, al ver una persona de fe no tiene una presencia tan fuerte y avasallante.

Siempre recuerdo a un profesor de Antiguo Testamento de la Facultad de Teología en donde estudié. Era una persona sencilla, recuerdo que tenía un pullover que casi siempre se lo ponía. Andaba de zapatillas o zapatos cómodos, de jeans… no parecía para nada un profesor de Biblia, ni una eminencia, cosa que era.

Él me enseñó muchas cosas, él sabía mucho. Pero lo que más enseñó fue su ejemplo de cristiano. Un hombre de una profunda fe, vivía la vida con alegría a pesar de las grandes dificultades que había tenido que atravesar. En él no se veía el paso del tiempo… nadie sabía su edad.

Hablar con él era un placer y a diferencia de muchos “científicos” de la Palabra, cuanto más escudriñaba en las Escrituras, cuanto más veía en ella las influencias de los pueblos vecinos de Israel o de diferentes manos por las que atravesaron, más veía la mano de Dios allí. A diferencia de muchas personas, el no leer la Biblia literalmente, sino descubrir que hasta llegar a nosotros pasó por siglos y siglos de personas que pusieron allí también sus ideas, más veía allí la mano y el Espíritu de Dios.

Una fe que a pesar de los muchos sufrimientos y sinsabores no disminuía. Una fe que a pesar del conocimiento y el mundo catedrático, salía por todos los poros, en cada clase, en cada charla “de pasillo”.

Mi profesor me dejó una gran enseñanza, un gran amor por el estudio, me abrió un espacio en el cual logro transitar entre la fe, el conocimiento, las experiencias de la vida… aunque a veces no sean tan buenas.

El saber que Jesús, ese hombre que vivió hace más de 2000 años en el Medio Oriente, que nos dejó tantas enseñanzas es el Cristo, el Hijo de Dios, el que vino para que conozcamos a Dios, pero también para morir por nosotros y resucitar para que tengamos vida en abundancia. Eso hace la diferencia, me permite descansar en el mundo de las apariencias para disfrutar el mundo de la vida sabrosa, la verdadera, la que no se ve por afuera, pero se vive intensamente en el interior. Que se desborda transformando el entorno por la luz que emanan aquellas personas que creen en Jesucristo y lo tienen como centro de sus vidas.

Tal vez todo esto sea algo extraño para vos que estás escuchando, pero son cosas que se viven, que se experimentan. Cualquier persona lo puede hacer, si acepta construir su vida sobre la fe. Yo ya lo estoy haciendo… tal vez vos te sientas “tentado”. Está bueno, vale la pena. Amén.


Querido Jesús, vos sos el Cristo, el Hijo de Dios, creo en vos, sé que estás junto a mí para dar testimonio de esta maravillosa noticia. En un mundo en donde la gente quiere sobresalir, ser diferente, ser reconocido, vos me estás llamando a que me deje de lado y te reconozca a vos… y lo hago. Te invoco, te aclamo y te adoro todos los días de mi vida, a vos que junto al Padre y el Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.

viernes, 12 de agosto de 2011

14 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 67


Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga;
haga resplandecer su rostro sobre nosotros;


para que sea conocido en la tierra tu camino,
en todas las naciones tu salvación.

¡Alábente, Dios, los pueblos,
todos los pueblos te alaben!


Alégrense y gócense las naciones,
porque juzgarás los pueblos con equidad
y pastorearás las naciones en la tierra.

¡Alábente, Dios, los pueblos;
todos los pueblos te alaben!


La tierra dará su fruto;
nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.


Bendíganos Dios
y témanlo todos los términos de la tierra.”
Amén.


Curiosidades


¿Qué religión profesaban los cananeos?


Los cananeos tenían un extenso panteón, encabezado por Él. En la práctica eran más prominentes Baal, Hadad el dios de las tormentas, y Dragón, con templos en Ugarit y otros lugares. Las diosas Asera, Astarté, y Anat – al igual que Baal – tenían personalidades variadas y carácter violento; eran diosas del sexo y de la guerra. Kotar-and-Hasis era el dios-artífice y abundaban otras deidades menos importantes.

Los textos ugaríticos mencionan diversos animales que se sacrificaban a los dioses: vacunos, ovejas y pájaros, además, por supuesto, de libaciones. Huesos de animales excavados en varios sitios de Palestina apoyan esta tesis.

El título de sumo sacerdote está atestiguado para la religión cananea en Ugarit. El hecho de que las qdsm de los textos ugaríticos fueran prostitutas al servicio del culto es muy posible; de todos modos, las qdsm formaban parte integral de la religión cananea, mientras que estaban prohibidas en Israel.


Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 15:21-28


Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea que había salido de aquella región comenzó a gritar y a decirle:

_ ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.

Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron diciendo:

_ Despídela, pues viene gritando detrás de nosotros.

Él, respondiendo, dijo:

_ No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo:

_ ¡Señor, socórreme!

Respondiendo él, dijo:

_ No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros.

Ella dijo:

_ Sí, Señor; pero aun los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Entonces, respondiendo Jesús, dijo:

_ ¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres.

Y su hija fue sanada desde aquella hora.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


La tenacidad, la insistencia, es algo que muchas veces no cultivamos.

Muchas veces nos damos por vencidos aún sin haber intentado. Sino fíjense ustedes cuando hablamos acerca de nuestro país, y lo comparamos con otros.

El domingo pasado en una comunidad de nuestra iglesia, estábamos hablando acerca del cuidado del mundo, y por supuesto surgió el tema de la basura. Una señora contó que había ido de vacaciona a Brasil y que las playas estaban limpias, no había ni basura en las playas ni en el mar. Si por acaso había algún papel o algo así, enseguida una persona encargada la levantaba. Por lo que al mismo tiempo obligaba a todas las personas a mantener esa limpieza. Y lo comparaba con las playas de Mar del Plata con las playas llenas de papeles, colillas de cigarrillos, que cuando se metía en el mar, la basura le pasaba entre las pierdan cuando las olas golpeaban. Y ella decía: “nada que ver con acá, acá a nadie le importa, todo el mundo tira la basura y ensucia los lugares”. Entonces yo le decía que eso se podía cambiar, que nosotros somos los agentes de cambio. No sólo dejando de tirar la basura, sino educar a la gente, llamarle la atención cuando uno ve una persona que tira y papel o basura de cualquier tipo en la vía pública. Si Brasil puede… nosotros también. Las personas somos iguales en todos lados, lo que hace la diferencia es la educación, el tomar conciencia y asumir la responsabilidad.

Pero hay que ser perseverante, insistente, tenaz. Los cambios no se logran mágicamente, hay un gran esfuerzo por parte de quienes están convencidos para que finalmente se vea el resultado.

La tenacidad es un valor necesario para cualquier índole en la vida: sea personal o social, pero sobre todo en esto último exige un gran compromiso. ¿Estás dispuesto a eso? ¿Sos capáz de asumir un compromiso que no signifique un beneficio para vos solo, sino para toda la sociedad?

Ese es el tema. La mujer cananea enfrentó hasta el desprecio de Jesús, y siguió adelante para salvar a su hija. No era ella, era alguien que era valiosa para ella. Vos también lo podés hacer, si encontrás una causa que estés dispuesto a defender. Dios está junto a quienes luchan por los demás, así que no estarías solo, tendrías el mejor compañero que se puede tener, y el más poderoso. Amén.


Querido Jesús, sé que debo ejercer la tenacidad. A veces me doy por vencida ni bien empecé o me convenzo que no voy a poder. Por ejemplo proclamar el evangelio, siempre siento que nadie me va a querer escuchar ¿y cómo sé eso? Hay muchas personas que están necesitando tus Palabras, y por mi falta de tenacidad no las están recibiendo. Ayudame a “ponerme las pilas”, ayudame a sentir que puedo y que aunque me rechacen no me decaiga. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 5 de agosto de 2011

7 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 85


Fuiste propicio a tu tierra, mi Señor;
volviste la cautividad de Jacob.


Perdonaste la maldad de tu pueblo;
todos los pecados de ellos cubriste.


Reprimiste todo tu enojo;
te apartaste del ardor de tu ira.


Restáuranos, Dios de nuestra salvación,
y haz terminar tu ira contra nosotros.


¿Estarás enojado contra nosotros para siempre?
¿Extenderás tu furia de generación en generación?


¿No volverás a darnos vida,
para que tu pueblo se regocije en ti?


¡Muéstranos, mi Señor, tu misericordia
y danos tu salvación!


Escucharé lo que hablará mi Señor Dios,
porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
para que no se vuelvan a la locura.


Ciertamente cercana está su salvación a los que lo temen,
para que habite la gloria en nuestra tierra.


La misericordia y la verdad se encontraron;
la justicia y la paz se besaron.


La verdad brotará de la tierra
y la justicia mirará desde los cielos.


Mi Señor dará también el bien
y nuestra tierra dará su fruto.


La justicia irá delante de él
y sus pasos nos pondrá por camino.”
Amén.


Curiosidades


¿A qué mar se refiere en la Biblia al decir mar?


El mar que predomina en el A.T. es, naturalmente el Mediterráneo. Más aún, la voz yam, quiere decir también “oeste”, por la posición geográfica en relación con Palestina. Se llama al Mediterráneo “el gran mar”, “el mar occidental”, y “el mar de los filisteos”.

Otros mares que menciona el A.T. son el Mar Rojo o “Mar de las cañas”; el mar Muerto o “mar de la sal”; el mar de Galilea o “mar de kinneret”. También emplea la voz yam para los ríos particularmente anchos, como el Éufrates y el Nilo. Se la usa para el gran recipiente en el atrio del templo.

Como sería de esperar la palabra thalassa se aplica a los mismos mares mencionados en el A.T.

Los hebreos mostraban poco interés o entusiasmo por el mar. Probablemente su miedo al océano se originó en la antigua creencia semítica de que la profundidad personificaba el poder que luchaba contra la deidad. Pero para Israel el Señor era el creador de los mares, y por tanto el que lo controlaba. Él lo obliga a actuar para el bien del hombre y a alabar a Dios. En el lenguaje figurado de Isaías y Jeremías, el mar está completamente sujeto a Dios. Muchas manifestaciones del poder milagroso del Señor estuvieron relacionadas con el mar. Así también, cuando Cristo caminó sobre el mar y calmó la tormenta.


Evangelio


Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 14:22-33


En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento estaba en contra. Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se desconcertaron, diciendo:

_ ¡Un fantasma!

Y gritaron de miedo.

Pero en seguida Jesús les habló, diciendo:

-¡Tengan ánimo! Soy yo, no teman.

Entonces le respondió Pedro, y dijo:

_ Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

Y él dijo:

_ Ven.

Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:

_ ¡Señor, sálvame!

Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo:

_ ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

En cuanto ellos subieron a la barca, se calmó el viento.

Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo:

_ Verdaderamente eres Hijo de Dios.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


Es difícil mantener la calma en medio de la tormenta, sobre todo cuando hablamos de las tormentas de la vida. A veces parece que uno entra en una racha en conde no paran de suceder cosas: muerte, enfermedad, problemas económicos… es como de repente todo se confluye para el no. A eso es que le llamo tormentas de la vida.

Recuerdo el año en que me separé de mi primer esposo, fue muy difícil esa decisión para mí. Mis padres me dijeron: “nosotros te vamos a cuidar y te vamos a ayudar para que vos puedas arrancar de nuevo y criar a tus pequeños”. No habías pasado más de dos meses, y mi madre se enferma, se descubre que es una enfermedad terminal. En un tiempo que no lograba sostenerme a mí misma, cuidé de mi madre y ella me decía: “mirá cómo son las cosas, nosotros te prometimos que te íbamos a cuidar y ayudar a salir adelante, y ahora, en vez vos me estás cuidando y nos estás ayudando”. En cuatro meses mi madre se murió y yo quedé al frente de la casa, siendo el sostén emocional de mi padre y mis dos hermanos. ¿De dónde saqué la fuerza”: de Dios. Y no porque no me enojara con él o no me hundiera de a ratos en el mar encrespado. Cuando no daba más le decía a Dios: “Ayudame, que no doy más”… y él lo hacía. Él estaba ahí.

Cuando nos toca a los cristianos hablar sobre la fe, a veces se nos hace difícil, porque la fe es algo difícil de explicar: se vive. Esa confianza de que a pesar de que sentimos que ya no podemos más, estamos convencidos que Dios nos da la fuerza, es algo muy personal.

Ojalá que mi pequeña historia de vida te ayude a vos, que ahora estás escuchando y que sentís que la vida te ha dado la espalda, porque salís de una para entrar en otra. Dios te ayuda, te da fuerzas, te anima. Pero vos tenés que permitirle el acceso, vos tenés que decirle como Pedro: “¡Señor, sálvame!”

La vida es bastante dura a veces, pero Jesús camina a nuestro lado para tomarnos de la mano y hasta levantarnos en sus brazos si hiciera falta. Dejalo que entre en tu vida. Amén.


Querido Jesús, ¡gracias por estar siempre conmigo! Por tomarme de la mano, mirarme a los ojos y decirme: “dale, es sólo un pasito más”. ¡Gracias porque me infundes la confianza de que en tu nombre todo es posible: hasta caminar sobre aguas tempestuosas! ¡Gracias, porque diste tu vida por mí, para que yo tenga más vida y no le tema a la muerte! Te lo digo en el nombre del Padre, que está en los cielos y del Espíritu Santo que he recibido de vos y que vive en mí y me da fuerzas. Amén.