viernes, 26 de abril de 2013

28 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
Y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre.
Todos los días Te bendeciré,
Y alabaré Tu nombre eternamente y para siempre.
Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera,
Y Su grandeza es inescrutable.

Una generación alabará Tus obras a otra generación,
Y anunciará Tus hechos poderosos.
En el glorioso esplendor de Tu majestad,
Y en Tus obras maravillosas meditaré.

Los hombres hablarán del poder de Tus hechos asombrosos,
Y yo contaré Tu grandeza.
Ellos proclamarán con entusiasmo la memoria de Tu mucha bondad,
Y cantarán con gozo de Tu justicia.

Clemente y compasivo es el Señor,
Lento para la ira y grande en misericordia.
El Señor es bueno para con todos,
Y su compasión, sobre todas Sus obras.

Señor, Tus obras todas Te darán gracias,
Y Tus santos Te bendecirán.
La gloria de Tu reino dirán,
Y hablarán de Tu poder,

Para dar a conocer a los hijos de los hombres Tus hechos poderosos
Y la gloria de la majestad de Tu reino.
Tu reino es reino por todos los siglos,
Y Tu dominio permanece por todas las generaciones.

El Señor sostiene a todos los que caen,
Y levanta a todos los oprimidos.
A Ti miran los ojos de todos,
Y a su tiempo Tú les das su alimento.
Abres Tu mano,
Y sacias el deseo de todo ser viviente.

Justo es el Señor en todos Sus caminos,
Y bondadoso en todos Sus hechos.
El Señor está cerca de todos los que Lo invocan,
De todos los que Lo invocan en verdad.

Cumplirá el deseo de los que Le temen,
También escuchará su clamor y los salvará.
El Señor guarda a todos los que Lo aman,
Pero a todos los impíos destruirá.

Mi boca proclamará la alabanza del Señor;
Y toda carne (toda la humanidad) bendecirá Su santo nombre eternamente y para siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significa la expresión “Alfa y Omega”?

Esta yuxtaposición de la primera y última letras del alfabeto griego, que corresponden a las hebreas ‘alef y taw, sólo aparecen en el Apocalipsis como autodesignación tanto de Dios como de Cristo. En Ap.22:13 se confirma la divinidad del Hijo al aplicársele lo que se había dicho acerca del Padre. En cada uno de estos casos el término se refiere a la actividad eterna, dinámica y global de Dios o Cristo en la creación y la salvación; es decir, el origen, la preservación y la meta de todas las cosas se han de encontrar en la deidad. Los hebreos, los griegos y los romanos todos empleaban sus alfabetos como numerales, de modo que “alfa y omega” podía fácilmente representar “primero y último”.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Apocalipsis 21:1-8

“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: “El trono de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.”
El que está sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas.” Y añadió: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.” También me dijo: “Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor heredará estas cosas, y Yo seré su Dios y él será Mi hijo. Pero los cobardes, incrédulos, detestables, asesinos, deshonestos, hechizadores, idólatras, y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas personas hablan del Reino de Dios como algo que vendrá en algún momento. Algunos dicen que será a la hora de la muerte, otros, algo más apocalípticos, dicen que se presentará en un momento en donde el mundo se destruirá y se parecerá a las películas de cine ficción que son tan taquilleras, porque a la gente le encanta ver explosiones.
Pero si tomamos las palabras de Jesús, y mismo las del libro del Apocalipsis, que estamos compartiendo hoy, nos habla del Reino de Dios como algo que ya está con nosotros, transformando el mundo, y nosotros somos los protagonistas, las herramientas de Dios para hacer la tarea.
Cuando hablamos de un Reino que vendrá no nos hacemos cargo de la tarea que nos dejó Jesús antes de ir junto al Padre. Hay mucho por hacer y como seguidores de Cristo somos bastante ineficientes.
Hablamos de este lugar del mundo como el occidental y cristiano, y paradógicamente somos los responsables directa o indirectamente de la mayor parte del problema de la mala distribución de la riqueza. Primero Europa y luego los Estados Unidos, han llevado una política de depredación del los pueblos y del planeta, imponiendo una economía capitalista neoliberal, en donde la ley es que gana el más fuerte y con menos escrúpulos. Y nosotros, a pesar de ser de América Latina, aceptamos y seguimos este mismo modelo, mal que nos pese. Somos cómplices al menos por nuestra incapacidad de crear un modelo diferente.
A veces hacemos como una especie de lavado de cara, pero nunca los problemas se atacan de raíz. Esto se debe, justamente, a que si bien nos autodefinimos como cristianos, de ninguna manera vivimos conforme su ejemplo y enseñanza. Nos hemos acostumbrado a vez la pobreza y la injusticia, y esto significa que no estamos dispuestos a instaurar el Reino de Dios, un reino que se caracteriza por la paz, la justicia, el amor, el cuidado y la aceptación del otro, de estar junto con el necesitado.
Por eso mismo, por no asumir la responsabilidad que nos compete como cristianos, preferimos hablar de un Reino venidero. Nos es más cómodo y nos libera de varias complicaciones y peligros. De paso, si a la vez predicamos que el que sufre acá es el que está en primer lugar después, nuestra conciencia se tranquiliza. Es más, hasta es casi un favor que se hace al que sufre: para que gane su lugar en el reino.
Pero el Apocalipsis deja claro que los cobardes, incrédulos, detestables, asesinos, deshonestos, hechizadores, idólatras, y todos los mentirosos” no forman parte del Reino de Dios, por lo que estamos primeros en la lista, porque el no jugarse por el otro, el no denunciar la injustica, el no actuar en el amor, en el compromiso, es una cobardía.
Es el momento de seguir realmente a Jesús y ser agentes de cambio para que por fin el Reino de Dios se haga presente y transforme la vida de muchos. Vos y yo estamos invitados y tenemos las herramientas. Amén.

Querido Jesús, sé que muchas veces me justifico con mil argumentos y no cumplo la misión que me encomendaste y que acepté cuando te dije que sí en mi corazón. Sé que muchas veces me invade la pereza, el temor o el pesimismo, por eso te pido que me ayudes a ser un agente de cambio, que quienes están cerca encuentren en mí la paz, el amor, la comprensión, el compromiso. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 19 de abril de 2013

21 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 100

“Aclamen con júbilo al Señor, toda la tierra.
Sirvan al Señor con alegría;
Vengan ante El con cánticos de júbilo.

Sepan que El, el Señor, es Dios;
El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo Suyo somos y ovejas de Su prado.

Entren por Sus puertas con acción de gracias,
Y a Sus atrios con alabanza.
Denle gracias, bendigan Su nombre.

Porque el Señor es bueno;
Para siempre es Su misericordia,
Y Su fidelidad por todas las generaciones.” Amén.

Curiosidades


Nos dice el autor que su nombre es Juan, y se describe a sí mismo como “siervo” de Dios, como uno de los “profetas” y como “vuestro hermano”. La tradición afirma que se trata de Juan el apóstol, y que además es el autor del cuatro evangelio y de las tres epístolas joaninas. El parecer de que el apóstol Juan es el autor se remonta a Justino Mártir, opinión que apoyaron Ireneo y muchos otros. La principal objeción radica en el estilo del Apocalipsis. En muchos aspectos el griego es diferente al de los otros escritos de Juan. Es tan fuera de lo común, y a veces muestra tan poco respeto por las reglas de la gramática griega, que se piensa que no puede provenir de la misma pluma que escribió el evangelio y las epístolas. El problema es demasiado intrincado para entrar en un análisis completo aquí. Bastará decir que, si bien la  mayor parte de los eruditos actuales niega el origen apostólico, algunos consideran que los cinco escritos joaninos proceden de un mismo autor, y que ese autor es el apóstol Juan.
Resulta obvio que el Apocalipsis fue escrito en una época en que la iglesia estaba pasando por un período de persecución y de dificultades. Entre las épocas probables de su composición, los dos períodos más importantes en que hubo problemas como los mencionados fueron los reinados de Nerón y de Domiciano. El principal argumento de apoyo de la primera hipótesis es Ap.17:9s: “Esto, para que tenga sabiduría: La siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta una mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido”. Si este pasaje se refiere a los emperadores romanos, en ese caso Nerón fue el quinto, y esta obra habría sido compuesta poco después de su reinado. Este punto de vista se ve reforzado por la profecía de que “La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete”, Ap.17:11. Aparentemente esto se referiría al mito del “nerón redivivo”, la idea de que Nerón, que ya había muerto, aparecería una vez más sobre la tierra. Se aduce que hay apoyo para esta teoría en Ap.13:18, que da como “número de la bestia” el 666. En el c.I los números se escribían, no con los símbolos tan prácticos que actualmente usamos, sino con letras del alfabeto. Cada letra, por lo tanto, tenía un valor numérico. Tomando los valores numéricos de las letras que formaban las palabras “Nerón César” en hebreo obtendremos 666. Pero es difícil comprender por qué tenía que ser en hebreo, cuando el libro fue escrito en griego; además lograr el resultado deseado es necesario adoptar una variante ortográfica.
La fecha posterior está apoyada por cierto número de autores antiguos, tales como Ireneo y Eusebio, que afirman categóricamente que el Apocalipsis se escribió en la época de Domiciano. Apoyan este punto de vista ciertas indicaciones de tipo general dentro del libro, aunque no hay alusiones específicas a acontecimientos identificables. Por ejemplo, habla de ciertos grupos de cristianos satisfechos de sí mismos, cuya espiritualidad iba declinando. En el reinado de Nerón la iglesia todavía era muy joven y vigorosa. En la época de Domiciano es mucho más posible que estuviera evolucionando y comenzando a degenerar. Actualmente la mayor parte de los eruditos concuerda en que es preferible adoptar la fecha anterior.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Apocalipsis 7:9-17

“Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Clamaban a gran voz:
“La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.”
Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes. Estos cayeron sobre sus rostros delante del trono y adoraron a Dios, diciendo:
“¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.”
Uno de los ancianos habló diciéndome: “Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?” Y le respondí: “Señor mío, usted lo sabe.” Y él me dijo: “Estos son los que vienen de la gran aflicción, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y Le sirven día y noche en Su templo; y Aquél que está sentado en el trono extenderá Su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol les hará daño, ni ningún calor abrasador, pues el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.”. Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hasta la fe cristiana, cada pueblo, cada persona tenía su religión, y había dos opciones: ser de la religión del gobierno o convivir en paz, sin buscar de convencer a otro.
A partir del mandato de Jesús de extender su Reino a través del “proselitismo” cristiano, hubo un cambio, un giro en lo que tiene que ver con las religiones. En los tiempos de la Iglesia Primitiva, la fe cristiana creció sobre todo entre los estratos más pobres y vulnerables, oponiéndose a la religión de Roma, que exigía la adoración al César, como hijo de dios. Esto fue algo nuevo en la historia. Fortaleció a los débiles de la sociedad al punto de que, como una decisión política, el imperio romano se hiciera cristiano, en la persona del emperador Augusto.
Esto a la vez hizo de la fe cristiana la religión del poder, lo que también, a pesar de su origen contrario, la hizo opresora e intolerante con toda persona que no profesara la fe cristiana. Un mensaje que ya nada tenía que ver con el de Cristo. Así en infinidad de ocasiones se ha matado y sometido en el nombre de Cristo, pero también se ha restaurado, salvado vidas y defendido a los pobres y oprimidos, llevando así el verdadero mensaje de nuestro Señor.
Esta necesidad que tenemos como cristianos de transmitir nuestra fe, no sólo a nuestros hijos, sino a todas las personas que nos rodean, forma parte del mandato de Cristo que aparece en Mateo 28:19 y 20: “Vayan, pues, a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a guardar todo lo que les he mandado”.
El punto es cómo lo llevamos adelante. El proselitismo, esto es el buscar que personas fuera de la fe cristiana conozcan a Cristo y su misión salvífica no en necesariamente algo negativo. La clave está en la forma que buscamos de hacerlo, si lo hacemos en el amor, sin invadir los espacios ni la intimidad. Compartiendo nuestra propia experiencia de fe como lo que nos ha permitido salir adelante en los momentos difíciles. Es como tener un bálsamo para mitigar el dolor y no compartirlo con el que sufre. Ahí está el mandato, como una buena noticia, como algo que nos produce tanta alegría que deseamos que otros tengan esa misma experiencia. Algo que vos tenés y estás llamado a compartir. Amén.

Querido Jesús, hoy te quiero pedir perdón por las muchas veces que me creí mejor que las demás personas, que por sentir que mi fe era la verdadera y maltraté al otro, despreciando su fe, no entendiendo que vos te manifestás de inumerables formas y que no existe una sola forma de expresar y de vivir la fe. Ayudame a abrir mi mente y ablandar mi corazón, para ser cada día más parecida a vos. Te lo pido en el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

sábado, 6 de abril de 2013

14 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 30

“Te ensalzaré, oh Señor, porque me has elevado,
Y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
Oh Señor, Dios mío,
A Ti pedí auxilio y me sanaste.
Oh Señor, has sacado mi alma del Seol;
Me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.

Canten alabanzas al Señor, ustedes Sus santos,
Y alaben Su santo nombre.
Porque Su ira es sólo por un momento,
Pero Su favor es por toda una vida.
El llanto puede durar toda la noche,
Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.

En cuanto a mí, en mi prosperidad dije:
“Jamás seré conmovido.”
Oh Señor, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
Tú escondiste Tu rostro, fui conturbado.

A Ti, oh Señor, clamé,
Y al Señor dirigí mi súplica:
“¿Qué provecho hay en mi sangre (mi muerte) si desciendo al sepulcro?
¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?

Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí;
Oh Señor, sé Tú mi ayuda.”
Tú has cambiado mi lamento en danza;
Has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría;
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada.
Oh Señor, Dios mío, Te daré gracias por siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Quién es el Cordero en el libro del Apocalipsis?

“Cordero de Dios” aparece sólo dos veces en el Nuevo Testamento. También se encuentra la voz amnos en Hch. Y 1 Pe.; arnos aparece en Lc., y arnion una vez en Jn., además de 28 veces en el libro del Apocalipsis. La expresión “he aquí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo” se atribuye a Juan el Bautista cuando aclama a Jesús. Se han propuesto muchas interpretaciones del término “cordero”.
Algunos sugieren que se refiere al cordero de la ofrenda por el pecado, y la frase “que quita el pecado del mundo” tiende a apoyar esa tesis. El hecho de que aparentemente no hay ideas de propiciación en otras partes del cuarto evangelio no es razón suficiente para rechazar esta posibilidad.
Otros creen que hay una referencia al cordero pascual. Las fiestas judías tienen una gran significación en Juan, y Jn.19:35 puede ser una alusión al cordero de la Pascua. Pero esto implicaría toda la frase, ya que el cordero pascual no quitaba los pecados.
Algunos sostienen que aquí tenemos una referencia al siervo sufriente de Is.53. la palabra amnos aparece en Is.53:7 en la LXX. El Bautista citó de Is.40 el día anterior, y bien puede haber estado meditando sobre estos capítulos. La función de llevar los pecados está clara en Is.53. la sugerencia de que amnos es una mala traducción del arameo talya, con el significado “sirviente”, “siervo” es ingeniosa, pero no ha podido ser demostrada.
Otra posible referencia es al macho cabrío con cuernos que iba a la cabeza del rebaño. “Cordero de Dios” podría así significar lo mismo que “el rey de Israel”. Este parecer sólo puede aceptarse si se supone que ho airón ten hamartian no tiene significado propiciatorio.
Parece probable que, cualquiera sea el significado que quiso darle el Bautista, el propósito del evangelista fue que sus lectores pensaran en el cordero que se ofrecía en el templo, el cordero pascual, y el siervo sufriente. El “Cordero de Dios” también nos recuerda la provisión por Dios de un cordero para el sacrificio de Abraham.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Apocalipsis 5:6-14

“Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Él vino y tomó el libro de la mano derecha de Aquél que estaba sentado en el trono. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban un cántico nuevo, diciendo:
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste (redimiste) para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.”
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares, que decían a gran voz:
“El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.”
Y oí decir a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay:
“Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.”
Los cuatro seres vivientes decían: “Amén,” y los ancianos se postraron y adoraron.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Como cristianos creemos en un Dios que es para todas las personas, independientemente de su cultura, etnia y lugar en el mundo. A pesar de que Jesús vino al mundo en un hogar del Oriente Medio y judío, su mensaje desde el principio apuntó no sólo a su gente, sino también a quienes eran considerados impuros, extranjeros y hasta despreciables. Jesús aceptó entrar en las casas y compartir las mesas de toda persona que le abriera la puerta. Si alguien se acercaba buscándolo, siempre lo escuchaba y le transmitía paz, provocaba un giro en su vida.
Esa ha sido la misión de los cristianos y cristianas de todos los tiempos, llevar un mensaje de inclusión, de aceptación del otro, de búsqueda de la paz, de diálogo, de comprensión, de reconciliación al mundo, todas cosas que se encuadran en el amor, que debería ser la ley de cada persona que se dice cristiana.
Este amor, esta paz a la que somos llamados a transmitir es independiente de la cultura o las costumbres de las personas, está por encima, por eso no importa en qué lugar del mundo se predica, tiene un espacio y puede anidar la Palabra.
En un mundo en donde resaltamos las diferencias, buscamos la exclusividad, vivimos en el egoísmo, este mensaje de Cristo está más vigente que nunca y podría ser un agente de cambio importante, al punto que ya no tendrían sentido ni las guerras ni la acumulación desmedida de las riquezas y ni todas las cosas de las que se alimenta un mundo que vive en el perverso sistema neoliberal, que necesita de víctimas, que necesita de los indigentes como parte del mismo.
Jesucristo vino al mundo y dio su vida, para mostrarnos una nueva forma de vivir, sin competencia entre nosotros, sin categorías, sin hambre y miseria, porque cuando Dios creó este mundo lo hizo con lugar para todos, con todo lo necesario para vivir, pero nuestro corazón mezquino no lo ha podido ni entender ni aceptar.
Seamos mensajeros de Cristo, seamos sus embajadores, cambiemos el mundo empezando con cambiar nuestras vidas. Amén.

Querido Jesús: Me digo cristiana, pero mi vida no es diferente de cualquier otra persona, discrimino, desprecio, no amo, como vos nos enseñaste cuando pasaste por la tierra. Ayudame a ser tu voz, ayudame a que se conozca tu mensaje de paz y de amor al otro para que este mundo entre en un proceso de cambio, y así ser más justo y solidario. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

7 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 14

“El necio ha dicho en su corazón: “No hay Dios.”
Todos se han corrompido, han cometido hechos detestables;
No hay quien haga el bien.

El Señor ha mirado desde los cielos sobre los hijos de los hombres
Para ver si hay alguien que entienda,
Alguien que busque a Dios.

Pero todos se han desviado, a una se han corrompido;
No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.

¿No tienen conocimiento todos los que hacen perversidad,
Que devoran a mi pueblo como si comieran pan,
Y no invocan al Señor?

Allí están temblando de miedo,
Pues Dios está con la generación justa.
Del consejo del afligido ustedes se burlarían,
Pero el Señor es su refugio.

¡Oh, si de Sion saliera la salvación de Israel!
Cuando el Señor restaure a Su pueblo cautivo,
Se regocijará Jacob y se alegrará Israel.” Amén.

Curiosidades


Para la mayor parte de cristianos, el último libro de la Biblia es uno de los menos leídos y más difíciles. Algunos pasajes del mismo son muy conocidos y apreciados; pero en general los lectores modernos lo encuentran ininteligible. Esto se debe en gran parte a que abunda en simbolismos de un tipo que no se emplea actualmente, y cuya clave ya no poseemos. Y sin embargo, este tipo de imágenes era fácilmente comprensible para la gente de la época. Esto explica en parte nuestras dificultades. El autor podía suponer que sus lectores detectarían las alusiones, y en consecuencia no se sentía obligado a ofrecer explicaciones.
Este libro pertenece a la literatura llamada apocalíptica. Es el único libro de este tipo en el Nuevo Testamento, aunque hay pasajes apocalípticos en otros libros, y las visiones de Daniel en el Antiguo Testamento pertenecen a la misma clase. Es característica de la literatura apocalíptica la noción de que Dios es soberano, y que finalmente intervendrá de manera catastrófica para hacer prevalecer su voluntad buena y perfecta. A él se oponen las poderosas y variadas fuerzas del mal, las que usualmente se representan simbólicamente como bestias, cuernos, etc. hay visiones; los ángeles hablan; hay choques entre fuerzas portentosas; y finalmente los santos que han sido perseguidos son reivindicados. Buena parte de todo esto es convencional (razón por la cual los primeros lectores del Apocalipsis lo entenderían tan fácilmente), pero en manos de muchos entusiastas se convirtió en fuente de fantasías exageradas y grotescas. La apocalíptica bíblica es mucho más moderada.
Otra diferencia entre el Apocalipsis y la literatura apocalíptica común es que en el primero se da el nombre del autor, mientras que en los escritos apocalípticos se firmaban generalmente con seudónimos. Sus escritores adoptaban los nombres de los grandes de la historia y les asignaban sus escritos. Para el propósito que nos ocupa, es importante tener en cuenta que en este libro el Espíritu Santo ha hecho uso de una forma literaria reconocida, pero que el libro mismo no es simplemente una obra apocalíptica convencional, sino que tiene características propias y es una profecía genuina, como lo indican los primeros tres versículos.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Apocalipsis 1:9-20

“Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el padecimiento, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, que decía: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”
Entonces me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo, y al volverme, vi siete candelabros de oro. En medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que Le llegaba hasta los pies y ajustado por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y Sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve. Sus ojos eran como una llama de fuego. Sus pies se parecían al bronce brillante cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y Su voz como el ruido de muchas aguas. En Su mano derecha tenía siete estrellas, y de Su boca salía una espada aguda de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza.
Cuando Lo vi, caí como muerto a Sus pies. Y El puso Su mano derecha sobre mí, diciendo: “No temas, Yo soy el Primero y el Ultimo, y el que vive, y estuve muerto. Pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades (región de los muertos). Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de éstas. En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en Mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles (mensajeros) de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es difícil hablar o escribir acerca de Cristo, de lo que significa en nuestras vidas a las personas que conocemos, que forman parte de nuestras vidas, sea nuestros vecinos, nuestros compañero de trabajo y mismo a nuestros hermanos y hermanas de la comunidad de fe.
Es como que nos resulta entre íntimo y vergonzoso. Es por eso que, salvo que se trate de alguna dinámica especial en donde la consigna es hablar sobre esto, no lo hacemos.
Lo curioso es que todos los textos que encontramos en la Biblia, son testimonios de la fe de personas que sintieron que era importante contar tu experiencia con Dios. Nosotros los leemos, los disfrutamos, nos inspiran y nos consuelan…
Hemos perdido la necesidad y el compromiso de compartir nuestra fe como una forma no sólo de que otros conozcan a Cristo, que también pueda ser una ayuda y una alegría para ellos, sino que consideramos que la fe es algo personal y así la guardamos para nosotros mismos, y a veces, hasta la escondemos…
Pero hay algo de lo que debemos tomar conciencia, y es que si otras personas no hubieran sentido que era importante dejar por palabra o por escrito su experiencia de fe, nosotros no tendríamos la Biblia, la que tanto apreciamos. Si nuestros antepasados en la fe hubieran tenido nuestra postura, hoy no tendríamos nada.
Nuestro Dios, desde la creación siempre ha sido el Dios de la Palabra, el Dios que se comunica con su pueblo. Jesucristo vino a contarnos quién y cómo es Dios y qué es lo que espera de nosotros y nosotras. Jesucristo habló y era Dios mismo el que lo hacía en él. El Espíritu Santo bajó al mundo para darnos palabras para que el mensaje de Cristo se expandiera hasta el fin de mundo. Y de hecho, así fue, los cristianos y cristianas estamos diseminados por todo el mundo, a pesar de que hay lugares en donde somos más y otros muy pocos.
No se trata de saturar a la gente con el mensaje de Cristo, se trata de seducir, de que el evangelio, de que esa nueva forma de vivir, cambie el mundo, porque estamos hablando de paz, de amor, de misericordia, de equidad, justicia, perdón y reconciliación. Tal vez sea la hora de salgamos de nosotros mismos y nos animemos a contar quién es Jesús en nuestras vidas y lo mucho que nos sostiene y alegra cada día. Amén.

Querido Jesús: Perdoname porque no logro compartir mi fe con los demás. Perdoname porque me siento tonta si expreso con palabras lo que significa tu presencia en mi vida, por tener miedo de hacer el ridículo. Ayudame a encontrar los momentos y las palabras para que a través de mi testimonio, pueda ayudar a otras personas a encontrarte. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.