sábado, 26 de marzo de 2016

27 de Marzo – Pascua

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 118

“¡Aleluya!
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!

¡Diga la casa de Israel:
que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón:
que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a mi Señor:
que es eterno su amor!

En mi angustia hacia mi Señor grité,
él me respondió y me dio respiro;
mi Señor está por mí, no tengo miedo,
¿qué puede hacerme el ser humano?
Mi Señor está por mí, entre los que me ayudan,
y yo desafío a los que me odian.

Mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en ser humano;
mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en magnates.

Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de mi Señor los desuní;
me rodeaban, me acorralaban:
en el nombre de mi Señor los desuní.

Me rodeaban como avispas,
llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de mi Señor los desuní.

Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero mi Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es mi Señor,
él ha sido para mí la salvación.

Clamor de júbilo y salvación,
en las tiendas de los justos:
"¡La diestra de mi Señor hace hazañas,
excelsa la diestra de mi Señor,
la diestra de mi Señor hace hazañas!"

No, no he de morir, que viviré,
y contaré las obras de mi Señor;
me castigó, me castigó mi Señor,
pero a la muerte no me entregó.

¡Ábranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a mi Señor!
Aquí está la puerta de mi Señor,
por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.

La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de mi Señor,
una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que mi Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!

¡Ah, mi Señor, da la salvación!
¡Ah, mi Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la Casa de mi Señor los bendecimos.
Mi Señor es Dios, él nos ilumina.

¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!

Tú eres mi Dios, yo te doy gracias,
Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era el ritual de sepultura en los tiempos de Jesús?

Tabita fue lavada y colocada en una habitación en el piso alto. Los brazos y las piernas de Lázaro y de Jesús fueron envueltos con vendas de lienzo impregnadas con perfumes aromáticos, y alrededor de la cabeza les envolvieron otro trozo de lienzo. El que los judíos adoptaron el latín sudarium, que significa pañuelo o servilleta, para describir al “turbante” resulta evidente por el uso juanino y por el sudarim misnaico, que lo definen como “una bufanda envuelta alrededor de la cabeza, que cuelga sobre el cuello”. Debemos suponer también que se vestía el cuerpo; tal vez el singular sindon indique una camisa de lienzo. Se sabe que la práctica normal del s.I el cuerpo se ungía inmediatamente, y se ataba el mentón “no para elevarlo, sino para que no se hunda más”; de la misma manera se describe una inmediata ligadura de las mandíbulas, lo cual indica la función del sudarium. Jesús reconoció una anticipación de las costumbres mortuorias normales entre los judíos cuando fueron ungidos sus pies o su cabeza en Betania; pero los preparativos de las mujeres para ungirlo se vieron frustrados.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1279-1280)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 24:1-12

“El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temieron e inclinaron el rostro a tierra, les dijeron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden cómo les habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. " Y ellas recordaron sus palabras.
Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Dice una canción de Charly García “Yo nací para mirar lo que pocos quieren ver, yo nací para mirar…”
Una capacidad que sólo viene de Dios, del toque que da a algunas personas con su Espíritu.
Como seres humanos sabemos que lo que muere no vuelve a la vida, la muerte es el fin, por eso lloramos y nos desesperamos a la hora de la muerte, y la tememos…
Podemos llegar a decir que la materia se transforma, de hecho esto es la cadena ecológica y el ciclo de la vida… lo que muere alimenta y nutre la vida que sigue.
Por eso los discípulos no les creen a las mujeres que llegan con la noticia que Jesús vive, que ha resucitado. Dice el evangelio de Lucas que consideraron sus palabras “destinos”, estupideces, tonterías: NADIE VIVE SI HA MUERTO.
Lo que sucedía justamente que las mujeres “miraron lo que pocos quieren ver”, su fe le dio la capacidad de ver en la tumba vacía al Cristo resucitado, mientras que Pedro sólo vio las vendas…
Pero también fueron ellas las que en vez de quedarse en la casa salieron de madrugada para darle la sepultura que correspondía según la tradición judía: ungir el cuerpo con aromas, como nosotros hacemos ahora llevando flores al entierro.
Porque quien “nace para mirar lo que pocos quieren ver” tiene también otra actitud en la vida, se mueve según lo que ve, que está por encima de lo que está a la vista, lo que pasa por dentro de las personas. Por eso las mujeres fueron al sepulcro, por eso vieron la resurrección de su Maestro, porque pudieron relacionar sus palabras con lo que estaba pasando en ese momento, más allá del dolor en el que estaban inmersas.
Esto es la resurrección, esta es nuestra fe, no algo que pasó hace casi 2000 años, sino lo que nos moviliza a los que “vemos” y vivimos nuestra vida desde la resurrección de Cristo, Vida en donde otras personas ven muerte, Oportunidades en donde otros sienten que ya todo está perdido, Luz, en donde el resto sólo ve oscuridad.
Que tengan todos y todas una bendecida Pascua de Resurrección. Amén.

Querido Jesús, pienso en aquellas mujeres que de muy temprano fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, pienso en su sorpresa y su alegría, y me identifico con ellas cada vez que veo el milagro de la fe, la fuerza de la esperanza y el consuelo que me da saber que vos todo lo podés. ¡Gracias por tanto amor! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 18 de marzo de 2016

20 de Marzo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 69 (1-3.7-9.20-21.29-36)

“¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas
me llegan hasta el cuello!
Me hundo en el cieno del abismo,
sin poder hacer pie;
he llegado hasta el fondo de las aguas,
y las olas me anegan.
Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces,
mis ojos se consumen de esperar a mi Dios…

Pues por ti sufro el insulto,
y la vergüenza cubre mi semblante;
para mis hermanos soy un extranjero,
un desconocido para los hijos de mi madre;
pues me devora el celo de tu casa,
y caen sobre mí los insultos de los que te insultan…

La infamia me ha roto el corazón y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay,
consoladores, y no encuentro ninguno.
Veneno me han dado por comida,
en mi sed me han abrevado con vinagre…

Y yo desdichado, dolorido,
¡tu salvación, oh Dios, me restablezca!
El nombre de Dios celebraré en un cántico,
lo ensalzaré con la acción de gracias;
y más que un toro agradará a mi Señor,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.

Lo han visto los humildes y se alegran;
¡vivan sus corazones, los que buscan a Dios!
Porque mi Señor escucha a los pobres,
no desprecia a sus cautivos.
¡Alábenlo los cielos y la tierra,
el mar y cuanto bulle en él!

Pues salvará Dios a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá:
habitarán allí y las poseerán;
la heredará la estirpe de sus siervos,
los que aman su nombre en ella morarán.” Amén.

Curiosidades

¿Qué estaba celebrando el pueblo, que agitaba ramas,  cuando Jesús entró montado sobre el pollino?
En diversas culturas y en muchos lugares de la antigüedad, las palmas tenían un significado especial. En Delos, las palmas o palmeras eran los árboles santos de Apolo. En todo el mundo del Mediterráneo eran el símbolo de la vida y la victoria. En Israel se celebraba la fiesta de los Tabernáculos, con limones, palmas, gajos de mirra y rama de sauce. Desde la rededicación del templo de Jerusalén luego la victoria de los macabeos, la palma también era el símbolo de la independencia de Israel y del rey victorioso (véanse citas en 1 y 2 Mac). En la cultura romana, la hoja de palmera era símbolo de la victoria, del triunfo y de la alegría.
La entrada de Jesús a Jerusalén (con variaciones sobre los vegetales en los evangelios: gajos verdes cortados en el campo, gajos de los árboles, ramas de palmera), acompañada por el saludo con esos elementos verdes sería entonces una provocación especial para los romanos. Esto hay confrontado con el burrito, que no es el montado para la guerra, sino el animal para el trabajo, y símbolo de la humildad y el rey de paz según Zac 9,9.
Según los evangelios, el momento en que Jesús hace su entrada “triunfal” a Jerusalén montado sobre un pollino, esto es un burrito, el pueblo de Israel estaba muy cerca de celebrar la Pascua judía. Lo curioso es que la multitud que cantaba Salmos bendiciendo al Señor, agitaba ramas, cosa que no pertenece a la celebración de la Pascua, sino a la de la “enramada” o fiesta de los tabernáculos.
Esta fiesta, que duraba siete días, recordaba el tiempo en que sus padres habían vivido bajo ellas antes de entrar a la Tierra Prometida y al mismo tiempo el pueblo agradecía a Dios por la morada permanente en ella. En el octavo día de la fiesta de los tabernáculos, una procesión pasaba siete veces alrededor del altar, llevando ramas de mirto y palmeras y gritando: "¡Hosanna!" en memoria de la caída de Jericó. Los Salmo que se cantaban eran los mismos que durante la semana de la celebración de la Pascua judía: del 112 al 133.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 19:28-40

“Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén. Y sucedió que, al aproximarse a Betfagé y Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciendo: ‘Vayan al pueblo que está enfrente y, entrando en él, encontrarán un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre; desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta: ‘¿Por qué lo desatan?’, dirán esto: ‘Porque el Señor lo necesita’.’ Fueron, pues, los enviados y lo encontraron como les había dicho. Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: ‘¿Por qué desatan el pollino?’ Ellos les contestaron: ‘Porque el Señor lo necesita.’
Y lo trajeron donde Jesús; y echando sus mantos sobre el pollino, hicieron montar a Jesús. Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino. Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que habían visto.
Decían:
‘Bendito el Rey que viene
en nombre del Señor!
Paz en el cielo
y gloria en las alturas.’
Algunos de los fariseos, que estaban entre la gente, le dijeron: ‘Maestro, reprende a tus discípulos.’ Respondió: ‘Les digo que si éstos callan gritarán las piedras’." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay verdades tan grandes que si las personas no las gritan, como dirían las palabras de Jesús, “las piedras las gritan”.
Digo esto pensando en la naturaleza, que reacciona ante el maltrato humano, ante la destrucción que hacemos como humanidad persiguiendo nuestras ambiciones. Siempre la fuerza de la naturaleza es más fuerte que nuestro poder de destrucción.
Pero también las injusticias que hemos construido como sociedad. Nadie puede negar el espanto que provoca ver personas destruidas por el hambre, la guerra o la explotación de unos sobre otros. La única forma de soportarlo es dejando de considerarlas como iguales… pero su sangre, su humanidad son nuestro espejo. Su realidad grita, como piedras, aunque no se escuchen sus voces, por eso que surgen entidades o corporaciones formadas por personas sensibilizadas que las defienden y luchan por ellas.
¿Qué tiene que ver esto con el relato bíblico que escuchamos hoy?
Jesús significó un cambio enorme en la vida de las personas de su tiempo. Su mensaje de inclusión y sus actitudes humanitarias o misericordiosas hizo que desearan expresarlo en una manifestación pública. No había forma de frenarlo, porque no se puede frenar aquello que nace del corazón, de lo profundo de nuestro ser.
Eso es lo que pasa cuando la fe en Cristo se instala en las personas, desborda y se manifiesta a través del amor al prójimo, a las personas que nos rodean, y sobre todo en el cuidado de aquellas personas más vulnerables. Ante tal manifestación de amor en nombre de Cristo, no hay forma de ocultar o esconder las maravillas que Dios hace en cada uno de nosotros.
Muchas personas niegan el poder o la existencia de Dios y muchas más aún la de Jesucristo. Pero a la vez espera y exige de la Iglesia, que nace de Cristo, una actitud diferente que otra cualquier otra institución, y condena más los errores y las faltas que salen de ella, que de cualquier otro grupo humano… por eso digo, “las piedras gritan que Jesucristo es el Rey que viene en nombre del Señor”. Amén.

Querido Jesús, ¿cómo manifestarte todo mi reconocimiento? Una vez aceptaste que tu gente entrara en Jerusalén cantando y glorificándote, pero nunca más quisiste esto, porque no es tu forma. Ayudame a serte fiel y a actuar lo más parecido a vos, como la forma de alabarte que sé que te agrada. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 11 de marzo de 2016

13 de Marzo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 126

“Cuando mi Señor hizo volver a los cautivos de Sión,
como soñando nos quedamos;
entonces se llenó de risa nuestra boca
y nuestros labios de gritos de alegría.

Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas
ha hecho mi Señor con éstos!
¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros mi Señor,
el gozo nos colmaba!

¡Haz volver, mi Señor, a nuestros cautivos
como torrentes en el Négueb!
Los que siembran con lágrimas
cosechan entre cánticos.

Al ir, va llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando
trayendo sus gavillas.” Amén.

Curiosidades

¿Qué decía la Ley de Moisés con respecto al adulterio?

En el libro de Levítico, uno del los cinco libros de la ley judía, también conocidos como Pentateuco o Torah, en el capítulo 22, versículos del 13 al 28, aparecen diferentes casos que tienen que ver con el adulterio o con engaños y abusos en las relaciones entre hombres y mujeres. Escuchemos, entonces lo que dice la ley de los tiempos de Jesús:
“Si un hombre se casa con una mujer, y después de llegarse a ella, le cobra aversión, le atribuye acciones torpes y la difama públicamente diciendo: "Me he casado con esta mujer y, al llegarme a ella, no la he encontrado virgen, " el padre de la joven y su madre tomarán las pruebas de su virginidad y las descubrirán ante los ancianos de la ciudad, a la puerta.
El padre de la joven dirá a los ancianos: "Yo di mi hija por esposa a este hombre; él le ha cobrado aversión, y ahora le achaca acciones torpes diciendo: "No he encontrado virgen a tu hija." Sin embargo, aquí tenéis las señales de la virginidad de mi hija", y levantarán el paño ante los ancianos de la ciudad. Los ancianos de aquella ciudad tomarán a ese hombre, le castigarán, y le pondrán una multa de cien monedas de plata, que entregarán al padre de la joven, por haber difamado públicamente a una virgen de Israel. El la recibirá por mujer, y no podrá repudiarla en toda su vida.
Pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas de la virginidad, sacarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido una infamia en Israel prostituyéndose en casa de su padre. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma. Así harás desaparecer de Israel el mal.
Si una joven virgen está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, los sacarán a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearán hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Pero si es en el campo donde el hombre encuentra a la joven prometida, la fuerza y se acuesta con ella, sólo morirá el hombre que se acostó con ella; no harás nada a la joven: no hay en ella pecado que merezca la muerte. El caso es semejante al de un hombre que se lanza sobre su prójimo y le mata: porque fue en el campo donde la encontró, y la joven prometida acaso gritó sin que hubiera nadie que la socorriera.
Si un hombre encuentra a una joven virgen no prometida, la agarra y se acuesta con ella, y son sorprendidos, el hombre que acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta monedas de plata; ella será su mujer, porque la ha violado, y no podrá repudiarla en toda su vida.”

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 8:1-11

“Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.
Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: ‘Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?’ Esto lo decían para tentarlo, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: ‘Aquel de ustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.’
E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: ‘Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’ Ella respondió: ‘Nadie, Señor.’ Jesús le dijo: ‘Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más’.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre es más fácil hablar desde afuera.
Siempre es más fácil opinar y discriminar a quien no se conoce, por quien nada sentimos.
Siempre es más fácil atacar a quien no se defiende, al vulnerable, a la minoría…
Pero ¿quién se anima a tirar la primera piedra?
Quien lo hace queda en evidencia, queda al descubierto, pasa de ser del montón a destacarse en el grupo, a sobresalir… claro, eso se olvida una vez que sigue la lluvia de pedradas. Como los destrozos que hacen las turbas políticas o futboleras, una vez que comienza la violencia ¿quién la frena?
Por eso es interesante la actitud de Jesús, pone en evidencia a los hombres que trajeron a la mujer para apedrearla. Esa mujer adúltera que estaba ahí, lista para ser asesinada, pero sin su compañero de pecado… un hombre, como los que la trajeron delante de Jesús.
A pesar del fervor con el que llegaron nadie se animó a nada porque había que tirar esa primera piedra, después de verla temblando en medio de la ronda, sola, vulnerable, como cualquiera de sus mujeres, a las que seguramente amaban.
La mujer adúltera se transformó en la hija, la hermana, la esposa, la amiga, la madre, de esos hombres, ya no pudieron hacer nada. Jesús le dio categoría de persona y eso resultó un espejo para esos hombres sedientos de justicia mal llevada.
Cuántas veces nos ponemos en ese rol, de juzgar, de condenar a las personas que tienen una vida o actitudes diferentes a la nuestra…
Hoy Jesús nos llama a ponernos en el lugar del otro, de ver en las personas que nos rodean seres creados a imagen y semejanza de Dios, igual que nosotros, con sus virtudes y equivocaciones.
Es hora de practicar la misericordia y el amor para que cambiemos el mundo desde nosotros mismos. Amén.

Querido Jesús, quiero aprender de vos esa actitud serena y simple para frenar la violencia que me rodea, ayudame a tener la serenidad y la paz para resolver los problemas que se me presentan. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 4 de marzo de 2016

6 de Marzo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 34

“Bendeciré a mi Señor en todo tiempo,
sin cesar en mi boca su alabanza;
en mi Señor mi alma se gloría,
¡óiganlo los humildes y se alegren!

Engrandezcan conmigo a mi Señor,
ensalcemos su nombre todos juntos.
He buscado a mi Señor, y me ha respondido:
me ha librado de todos mis temores.

Los que miran hacia él, refulgirán:
no habrá sonrojo en su semblante.
Cuando el pobre grita, mi Señor oye,
y lo salva de todas sus angustias.

Acampa el ángel de mi Señor
en torno a los que le temen y los libra.
Gusten y vean qué bueno es mi Señor,
dichoso el hombre que se cobija en él.

Teman a mi Señor ustedes, santos suyos,
que a quienes le temen no les falta nada.
Los ricos quedan pobres y hambrientos,
mas los que buscan a mi Señor de ningún bien carecen.

Vengan, hijos, óiganme,
el temor de mi Señor voy a enseñarles.
¿Quién es el hombre que apetece la vida,
deseoso de días para gozar de bienes?

Guarda del mal tu lengua,
tus labios de decir mentira;
apártate del mal y obra el bien,
busca la paz y anda tras ella.

Los ojos de mi Señor sobre los justos,
y sus oídos hacia su clamor,
el rostro de mi Señor contra los malhechores,
para raer de la tierra su memoria.

Cuando gritan aquellos, mi Señor oye,
y los libra de todas sus angustias;
mi Señor está cerca de los que tienen roto el corazón,
él salva a los espíritus hundidos.

Muchas son las desgracias del justo,
pero de todas lo libera mi Señor;
todos sus huesos guarda,
no será quebrantado ni uno solo.

La malicia matará al impío,
los que odian al justo lo tendrán que pagar.
Mi Señor rescata el alma de sus siervos,
nada habrán de pagar los que en él se cobijan.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significaba, en el contexto de la parábola, vivir como un libertino?

Siempre que se ha leído lo que generalmente conocemos como “la parábola del hijo pródigo”, cuando se describe la vida que el hijo menor vive lejos de la casa de su padre, erróneamente se ha tomado la palabra “libertino” como alguien que no tiene escrúpulos y que vive una vida entregada a los placeres.
Lo curioso que esta palabra no fue utilizada, en principio, con esa intención. Una persona vivía como libertina significaba que llevaba una vida fuera de los preceptos judíos, esto es, vivía como cualquier publicano, cualquier persona que no profesaba la religión judía. El hermano menor vivió, entonces, como un pagano, lejos de la ley de Dios y de Moisés.
Ahora, ¿por qué siempre entendemos que el hermano menor gastó todo su dinero en prostitutas?
Porque hemos sido influenciados por las palabras del hermano mayor, que acusa a su hermano de haber malgastado toda su herencia en prostitutas. Hemos sido condicionados por las palabras del hermano mayor y de sus malos pensamientos, pero en el relato de ninguna manera aparece que así hubiera sido: simplemente, el tiempo que estuvo en tierra extraña, alejado de su hogar, vivió como las demás personas que lo rodeaban.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 15:1-3.11-32

“Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírlo, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: ‘Este acoge a los pecadores y come con ellos.’ Entonces les dijo esta parábola.
Dijo: ‘Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.’ Y él les repartió la hacienda.
Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
‘Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.’ Y, levantándose, partió hacia su padre. "Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ‘Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.’ Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Traigan aprisa el mejor vestido y vístanlo, pónganle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traigan el novillo cebado, mátenlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.’ Y comenzaron la fiesta.
‘Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: ‘Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque lo ha recobrado sano.’ El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: ‘Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!’
‘Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo;
pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las cosas más lindas que Dios nos ha dado es la libertad. Cada uno de sus hijos e hijas podemos elegir cómo queremos vivir y qué queremos hacer con nuestra vida. Esa vida que Dios nos ha dado generosamente.
Pero no es sólo eso, sino, lo que más me sorprende, es que a diferencia de nosotros, los seres humanos, perdona nuestras equivocaciones y nos recibe amorosamente, devolviéndonos toda la dignidad con la que nos ha creado.
Sería muy bueno que pudiéramos aprender de esa actitud, perdonar a aquella persona que se equivoca y recibirla con amor…
A veces decimos que perdonamos, pero a cada momento volvemos sobre el error, sobre el daño o la ofensa, cuando ya la persona lo asumió e intenta comenzar una nueva vida.
Muchas veces somos nosotros  los y las responsables de que las personas no cambien su actitud para con nosotros, no les damos la oportunidad verdadera de un cambio, no confiamos en que Dios puede transformar los corazones de las personas.
Al mismo tiempo esperamos todo lo contrario de los demás. Esperamos que no se nos juzgue con dureza, sino que tengan en cuenta las razones por las cuales nos hemos equivocado ¡hasta muchas veces no asumimos la responsabilidad que nos corresponde y le echamos la culpa a las cosas más inverosímiles!
Hoy es un buen momento para hacer una autoevaluación. Pensar en nuestras actitudes y responsabilidades, en nuestra falta de amor y misericordia.
Dios es generoso y siempre nos da una nueva oportunidad, la posibilidad de retomar las riendas de nuestras vidas para caminar junto a Él siguiendo su voluntad. Amén.

Querido Dios, siempre me recibís cuando acudo a vos, siempre tu amor de padre, de madre me envuelve y me da la seguridad de una nueva oportunidad. Ayudame a tratar de esa misma manera a las personas que me rodean, ablandá mi corazón y no permitas que la envidia o el rencor me atrapen. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.