miércoles, 19 de junio de 2013

22 de jumio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 63

“Oh Dios, Tú eres mi Dios; Te buscaré con afán.
Mi alma tiene sed de Ti, mi carne Te anhela
Cual tierra seca y árida donde no hay agua.

Así Te contemplaba en el santuario,
Para ver Tu poder y Tu gloria.
Porque Tu misericordia es mejor que la vida,
Mis labios Te alabarán.

Así Te bendeciré mientras viva,
En Tu nombre alzaré mis manos.
Como con médula y grasa está saciada mi alma;
Y con labios jubilosos Te alaba mi boca.

Cuando en mi lecho me acuerdo de Ti,
En Ti medito durante las vigilias de la noche.
Porque Tú has sido mi ayuda,
Y a la sombra de Tus alas canto gozoso.
A Ti se aferra mi alma;
Tu diestra me sostiene.

Pero los que buscan mi vida para destruirla,
Caerán a las profundidades de la tierra.
Serán entregados al poder de la espada;
Presa serán de las zorras.

Pero el rey se regocijará en Dios;
Y todo el que por El jura se gloriará,
Porque la boca de los que dicen mentiras será cerrada.” Amén.

Curiosidades


Los doce discípulos de Jesús aparentemente no tuvieron nada que ver con el sistema de la esclavitud. El grupo no incluía ni esclavos ni amos. La esclavitud figura frecuentemente en las parábolas, sin embargo, porque las casas reales y las de la nobleza a las que pertenecía, ofrecía una linda analogía del reino de Dios. Jesús habló repetidas veces de la relación de sus discípulos hacia él como la de siervos para con su señor. Al mismo tiempo destacó los aspectos inadecuados de esta figura. Los discípulos habían sido emancipados, por así decirlo, y admitidos a privilegios superiores de intimidad. Además, ante el gran desconcierto de ellos, Jesús mismo adoptó el papel servil, con el objeto de instarlos al servicio mutuo.
Fuera de Palestina, sin embargo, donde las iglesias con frecuencia se reunían en torno a una casa, los miembros incluían tanto amos como siervos. La esclavitud es una de las divisiones humanas que pierden su sentido en la nueva comunidad en Cristo. Esto aparentemente llevaba a un deseo de emancipación, y tal vez a quye algunos lo alentaran activamente. Pablo no se oponía a la manumisión si se presentaba la oportunidad, pero se abstenía conscientemente de presionar a los dueños de esclavos, aun en casos en que su sentimiento personal lo hubiera podido arrastrar a hacerlo. No sólo estaba la razón práctica de evitar que las iglesias se vieran sometidas a las críticas, sino también la cuestión del principio de que todas las condiciones humanas son dispuestas por Dios. Los esclavos deberían por lo tanto procurar agradar a Dios con su servicio. Los lazos fraternales con su amo creyente deberían constituir una razón adicional para rendirle buen servicio. El amo, por otra parte, bien podría dejar que prevaleciera el sentimiento fraterno, y desde luego que debía tratar a sus esclavos con moderación y estricta equidad.
El hecho de que la esclavitud doméstica, que es la única que se menciona en el NT, estaba gobernada generalmente por sentimientos de buena voluntad y afecto, está implícito en su uso figurado en los “miembros de la familia de Dios”. Los apóstoles son regularmente mayordomos de Dios e incluso meros siervos. El carácter legal del “yugo esclavitud” no se perdía de vista, sin embargo, y la idea de manumisión y la adopción en la familia misma constituía la gloriosa conclusión de esta línea de pensamiento. Así, ya sea en la práctica o por analogía, los apóstoles claramente calificaron la institución de la esclavitud como parte del orden que debía pasar. En último análisis, la fraternidad de los hijos de Dios se encargaría de que todos sus miembros se vieran libres de sus ataduras.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Gálatas 3:23-29

“Antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada. De manera que la Ley ha venido a ser nuestro guía (tutor) para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo el guía. Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido.
No hay Judío ni Griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, entonces son descendencia de Abraham, herederos según la promesa.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hoy día se habla mucho de la inclusión, es como un tema de moda. Todos nos cuidamos para no ser acusados de discriminar a un grupo de personas, sobre todo las instituciones como escuelas, iglesias, clubes, y ciertos espacios como bares, restaurantes, etc.
Al mismo tiempo, ha surgido toda una nueva gama de ofertas, como el turismo o los boliches gays, viajes de jubilados, viajes de 15 años, como una forma concreta de ser inclusivos, pero no es otra cosa que la segregación disfrazada.
¿Por qué digo esto?
Porque si se generan espacios especiales para casa grupo, entonces no nos encontramos con el problema de tenerlos al lado: cada uno en su lugar, y así estamos todos felices y tranquilos.
Una de las propuestas de Jesús, que provocó tanto revuelo fue justamente la “mezcla” de los diferentes sectores de la sociedad. Quienes entendieron que él podía ayudarlos, que les podía dar alivio, que les podía enseñar una nueva forma de vivir, se acercaron y formaron parte de su grupo.
Así las mujeres, que en ese tiempo no eran consideradas totalmente personas, no tenían los mismos derechos que los hombres, no valían como testigos en un juicio, por ejemplo, formaban parte activa del grupo de seguidores y seguidoras. Los leprosos corrían a su encuentro, siendo que tenían la obligación de mantenerse a distancia, los niños se acercaban, los extranjeros, los que trabajaban al servicio del imperio romano… todos sintieron que eran aceptados y que podían convivir juntos. De hecho las primeras comunidades cristianas se caracterizaron por estar formadas por personas de procedencias muy dispares, pero esto no afectaba, sino que buscaban convivir en armonía.
Es verdad que es mucho más fácil cuando un grupo es homogéneo, y que cuanto más diferentes somos entre nosotros, mayor es el esfuerzo que nos exige. Pero a la vez, este ejercicio de buscar comprender y aceptar al otro, nos enriquece, nos permite crecer.
Esta propuesta de Jesús de vivir en paz y amor con nuestras diferencias, como hijos e hijas de Dios. De un Dios que no hace acepción de personas, porque creó a todas con el mismo amor, buscando que nuestras diferencias se complementen de tal manera que podamos llegar a ese reino al que somos llamados por la resurrección de Jesucristo.
Una sociedad inclusiva no es un tema de moda para quienes creemos en Jesús, es un mandato, es parte fundamental de nuestra fe. Pero también es nuestro desafío, un ejercicio diario de amor. Amén.


Querido Jesús, cuántas veces me pasa como a la gente de tu tiempo entre nosotros, cuantas veces no logro aceptar que si soy tu seguidora no puedo discriminar a nadie, y que debo esforzarme por integrar incluso a aquella persona que me resulta absolutamente extraña, porque ella también es parte de la familia de Dios, porque por ella también moriste y resucitaste. Ayudame a abrir mi corazón y mi mente, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 14 de junio de 2013

16 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 32

“¡Cuán bienaventurado es aquél cuya transgresión es perdonada,
Cuyo pecado es cubierto!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño!

Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió
Con mi gemir durante todo el día.
Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí;
Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano.

Te manifesté mi pecado,
Y no encubrí mi iniquidad.
Dije: “Confesaré mis transgresiones al Señor;”
Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. 

Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él.
Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás;
Con cánticos de liberación me rodearás.

Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;
Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti.

No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento;
Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,
Porque si no, no se acercan a ti.
Muchos son los dolores del impío,
Pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará.
Alégrense en el Señor y regocíjense, justos;
Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón.” Amén.

Curiosidades


Bernabé provenía de una familia sacerdotal judeocipriota y fue uno de los primeros miembros de la iglesia de Jerusalén que vendió su propiedad para el bien de la comunidad.
“Varón bueno”, dice Lucas, “lleno de Espíritu Santo y de fe” en Hechos 11:24, y en cuatro ocasiones por lo menos su corazón cálido y su visión espiritual, y el respeto aparentemente universal por él, arrojaron resultados importantes.
Cuando el Saulo convertido llegó a Jerusalén y descubrió que los cristianos lo consideraban un espía, fue Bernabé quien lo presentó a los apóstoles que eran “columnas” y los convenció de su conversión y su sinceridad.
La gran contribución de Bernabé lo muestra dedicado a la total aceptación de los gentiles sobre la base de la fe en Cristo. El viaje con Pablo, que comenzó en su propia tierra, Chipre, produjo una cadena de iglesias predominantemente gentiles, que abracaba buena parte de Asia Menor, y un aumento de la oposición judía.
Para la iglesia y para Bernabé fue un momento crucial. Hasta aquí había sido el jefe, y Pablo su protegido. El orden invariable de Lucas de Lucas hasta la partida de Chipre es “Bernabé y Pablo”. A partir de entonces dice “Pablo y Bernabé”. Esto sin duda refleja el desenvolvimiento de los acontecimientos.
La otra tarea crucial que le tocó a Bernabé, de vuelta en Antioquía, fue el problema de la circuncisión, en donde se lo nombró con Pablo para presentar la cuestión ante el concilio de Jerusalén. Su política fue rotundamente vindicada. Es significativo que se nombre a Bernabé antes que a Pablo en el relato de las narrativas y en la carta del concilio; probablemente las palabras del representante apostólico original en Antioquía tenían más peso para muchos en el concilio. Bernabé insistió en que se incluyera a Marcos, que previamente había desertado, en un segundo viaje que proyectaban. Pablo se opuso, y el itinerario se dividió. Bernabé fue a Chipre. Los posteriores testimonios de Pablo sobre Marcos pueden significar que este último sacó gran provecho de trabajar junto a su primo. Se rompió la estrecha asociación, pero no la amistad. Todas las veces que Pablo menciona a Bernabé, sus palabras transmiten simpatía y respeto. En principios y práctica eran idénticos, y nunca sabremos cuánto llegó a deber Pablo a Bernabé. Cuando se escribió 1 Corintios, Bernabé todavía vivía, y, al igual que Pablo, se ganaba el sustento sin tener que recurrir a las iglesias. Después de esto, sólo contamos con tradiciones insustanciales que lo relacionan con Roma y Alejandría.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Gálatas 2:11-21

“Pero cuando Pedro (Cefas) vino a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque él era digno de ser censurado. Porque antes de venir algunos de parte de Jacobo (Santiago), él comía con los Gentiles, pero cuando aquéllos vinieron, Pedro empezó a retraerse y apartarse, porque temía a los de la circuncisión. Y el resto de los Judíos se le unió en su hipocresía, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro (Cefas) delante de todos: “Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como los Judíos, ¿por qué obligas a los Gentiles a vivir como Judíos?
“Nosotros somos Judíos de nacimiento y no pecadores de entre los Gentiles. Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la Ley. Puesto que por las obras de la Ley nadie será justificado.
Pero si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros hemos sido hallados pecadores, ¿es Cristo, entonces, ministro de pecado? ¡De ningún modo! Porque si yo reedifico lo que en otro tiempo destruí, yo mismo resulto transgresor. Pues mediante la Ley yo morí a la Ley, a fin de vivir para Dios.
“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la Ley, entonces Cristo murió en vano.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Cuando mi hija mayor recién comenzó a salir, y como todos, las primeras salidas eran los cumpleaños de 15 y fiestas de ese tipo. Una chica de la que se había hecho amiga y que practicaba la natación, la invitó a una fiesta que se hacía para agasajar a un nadador de la ciudad que se había destacado a nivel internacional. Ella no conocía a nadie, sólo a la chica que la había invitado.
Pero resulta que cuando llegó, ella estaba con otras amigas y no la integró. Así que entonces estaba mi hija sola en una gran fiesta en donde no conocía a nadie y no se podía irse, porque no sabía cómo volver a la casa de su tía (en ese tiempo, vivíamos en el campo).
Entonces aparece una chica que la conocía de la escuelita bíblica de la iglesia, la invitó a sentarse con ella, y así salvó una noche en la que mi hija había pasado por muchas sensaciones: expectativa, confusión, decepción y finalmente alivio y alegría porque se sintió aceptada e integrada por una persona que pudo ver su necesidad, su desesperación.
Esa chica que se decía amiga en la escuela, no lo fue en otro espacio, no quiso “arruinar” su fiesta integrando a mi hija, que evidentemente no era de la misma “categoría” que las otras.
La amiga de mi hija tenía una doble cara. Eran amigas siempre y cuando no estuviera su círculo especial…
¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿te has sentido discriminada por quienes creías eran tus amigos?
¿Has tenido actitudes similares a la de la amiga de mi hija? ¿has tratado de sacarte de encima una persona que en otro momento te ha sido útil, funcional?
Muchas veces actuamos lastimando a las personas, dejándolas afuera porque nos resultan pesadas, poco piolas, medio ridículas. Muchas veces somos de una manera en un lado y de otra en otro lado.
Es muy común que tengamos amigos o amigas en el trabajo, la escuela, la iglesia, el vecindario, pero no tenemos interés que formen parte de nuestro “verdadero” círculo de amigos. Y esto se debe a que pretendemos pertenecer a un círculo que nos requiere esfuerzo, que no logramos ser aceptadas del todo, que ansiamos formar parte y que estas personas, que muchas veces nos salvan y nos contienen, y que nos aceptan como somos, que conocen nuestras debilidades, no “pegan”, no encajan con ese grupo vip.
Tiene que ver con nuestra integridad como personas, de nuestra solidez, y tiene que ver con nuestra fe en Cristo. Una de las características esenciales del cristiano es la autenticidad, el ser siempre igual en todos los lugares y circunstancias. Nuestra fe se debería ver en una actitud inclusiva, en donde no nos importe “el qué dirán”, que si para pertenecer a un grupo tengo que ser otra, prefiera no estar ahí.
“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí”, dice Pablo, que sean estas palabras como un leimotiv en nuestras vidas, para que nadie sufra por culpa de nuestras actitudes egoístas, sino que aprendamos a vivir en el amor. Amén.

Querido Jesús: vos tuviste la integridad de no dejarte afectar por los comentarios que hacían de vos cuando te juntabas con los despreciados de la sociedad. Fuiste auténtico mientras viviste con nosotros aquí en la tierra. Ayudame a ser así, a no despreciar a quien es mi amigo, mi amiga porque quiera estar en un grupo que en realidad no me acepta. Te lo pido en el nombre del Padre y de Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 7 de junio de 2013

9 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 30

“Te ensalzaré, oh Señor, porque me has elevado,
Y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
Oh Señor, Dios mío,
A Ti pedí auxilio y me sanaste.
Oh Señor, has sacado mi alma del Seol;
Me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.

Canten alabanzas al Señor, ustedes Sus santos,
Y alaben Su santo nombre.
Porque Su ira es sólo por un momento,
Pero Su favor es por toda una vida.
El llanto puede durar toda la noche,
Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.

En cuanto a mí, en mi prosperidad dije:
“Jamás seré conmovido.”
Oh Señor, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
Tú escondiste Tu rostro, quedé intranquilo.

A Ti, oh Señor, clamé,
Y al Señor dirigí mi súplica:
“¿Qué provecho hay en mi sangre (mi muerte) si desciendo al sepulcro?
¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?

Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí;
Oh Señor, sé Tú mi ayuda.”
Tú has cambiado mi lamento en danza;
Has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría;
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada.
Oh Señor, Dios mío, Te daré gracias por siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Por qué Dios tiene la necesidad de revelarse al ser humano?

La Biblia da por sentado en todo momento que Dios tiene que darse a conocer antes que los seres humanos puedan conocerlo. La idea aristotélica de un Dios inactivo a quien el ser humano puede descubrir mediante el razonamiento es totalmente antibíblica. Hace falta la iniciativa revelatoria, primero, porque Dios es trascendente. Está tan lejos del ser humano en su modo de ser que el ser humano no puede verlo, ni descubrirlo escudriñando, ni leer sus pensamientos mediante hábiles conjeturas. Aun si el ser humano no hubiera pecado, por lo tanto, no hubiera conocido a Dios sin la revelación. De hecho, vemos que Dios le habla a Adán no caído en el Edén. Hay, sin embargo, una segunda razón que hace que el conocimiento de Dios por parte del ser humano deba depender de la iniciativa reveladora divina. El ser humano es pecador. Su poder de percepción en el reino de lo divino se ha embotado tanto por influencia de Satanás y el pecado, y su mente está tan ocupada con su propia y fantasiosa “sabiduría”, que se desenvuelve en sentido contrario al verdadero conocimiento de Dios, que con sus facultades naturales no puede aprehender a Dios, cualquiera sea la forma en que le sea presentado. En efecto, según Pablo, Dios se presenta constantemente a sí mismo a todos los seres humanos por medio de sus obras de creación y providencia, y por la acción espontánea de la conciencia natural; y sin embrago no es reconocido ni conocido. La presión de esta constante autorrevelación de parte de Dios produce idolatría, por cuanto en su perversidad la mente caída procura apagar la luz, transformándola en oscuridad, pero no lleva al conocimiento de Dios, ni a la santidad de vida. La “revelación general” de su eternidad, su poder, y su gloria, de su bondad para con los seres humanos, de su ley moral, de su demanda de culto y obediencia, y de su ira para con el pecado, sirve, por lo tanto, sólo para que el ser humano “no tenga excusa” por toda su “impiedad e injusticia”.
Esto demuestra que a necesidad que tiene el ser humano caído de la revelación va más allá de la de Adán en dos sentidos. Primero, necesita una revelación de Dios como redentor y restaurador, alguien que evidencie misericordia para con los pecadores. La revelación de Dios a través de la creación y la conciencia habla de ley y juicio, pero no de perdón. Segundo, suponiendo que Dios otorgue esa revelación, el ser humano caído todavía necesita iluminación espiritual antes de que pueda entenderla; de otro modo la ha de prevenir, así como ha pervertido la revelación natural. Los judíos recibieron revelación de la misericordia divina en el AT, que los orientaba hacia Cristo, pero sobre el corazón de la mayoría de ellos había un velo que les impedía entenderla, y por esto fueron víctimas de un entendimiento legalista y erróneo de ella. Hasta Pablo, que llama la atención a estos hechos, había él mismo conocido el evangelio cristiano antes de su conversión, y había tratado de eliminarla; sólo cuando “agradó a Dios… revelar a su Hijo en mí” la reconoció como palabra de Dios. Ocasionalmente se hace alusión en el AT a la necesidad de la iluminación divina para que le sea revelada al individuo la realidad, la autoridad, y el significado de la revelación dada objetivamente, para que conforme a ella su vida; en el NT Pablo es quien destaca más, como también lo hace la enseñanza de Cristo.
Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Gálatas 1:11-19

“Pues quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según el hombre. Pues ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo. Porque ustedes han oído acerca de mi antigua manera de vivir en el Judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla. Yo aventajaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas (entre los de mi raza) contemporáneos, mostrando mucho más celo por las tradiciones de mis antepasados.
Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por Su gracia, tuvo a bien revelar a Su Hijo en mí para que yo Lo anunciara entre los Gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén (Ciudad de Paz) a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco.
Entonces, tres años después, subí a Jerusalén para conocer a Pedro (Cefas), y estuve con él quince días. Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo (Santiago), el hermano del Señor.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Nosotros como cristianos nos consideramos la comunidad de los elegidos.
Esto suena como arrogante, como que nos sentimos superiores a los demás a los que no fueron elegidos.
En realidad cuando decimos esto, más que una razón para enorgullecernos y sentirnos más que otros, es un llamado al servicio, a estar a disposición del otro, estar atentos a la necesidad del otro.
La elección de Dios al mismo tiempo es una exigencia a responsabilizarnos de las demás personas, las que creen en Cristo y las que no, sin esperar nada a cambio.
Dios elige a los suyos, pero en muchas ocasiones pasa como con Pablo, que se pasó la mayor parte de su vida sin conocer a Cristo, y más todavía, se dedicó a perseguir a sus seguidores, los cristianos.
Eso también nos permite ver que la comunidad de los elegidos es un grupo dinámico, ilimitado no sólo en la cantidad, sino en la edad de los ingresantes. Cada persona llega cuando siente el llamado de Dios, aunque, como dice Pablo, hemos sido elegidos desde el vientre de nuestra madre.
Dentro de la comunidad no hay jerarquías, no hay privilegios. Hay funciones y dones que cada uno desarrolla seguir el mandato divino, y esa es la forma de dar testimonio, del ser cuerpo de Cristo en la tierra.
No es un grupo de personas perfectas, todo lo contrario, cada una de las personas que formamos parte de la comunidad cristiana, tenemos nuestras debilidades, imperfecciones y vicios, porque somos seres humanos imperfectos. Unimos nuestras debilidades y flaquezas y nos hacemos fuertes para dar testimonio, para que cada vez más personas se sientan atraídas por este camino en el Señor.
Dios tiene ya pensados nuestros caminos, y nos conoce en nuestras virtudes y defectos, él mismo nos creó y tiene una misión especial para cada uno de nosotros, sus elegidos. Pero no nos toca a nosotros diferenciarnos ni creernos mejores que nadie, sólo tenemos que escuchar su voz, estar atentos a su llamado y seguir su voluntad.
A veces suena muy alejado de nuestras vidas todo esto que digo, pero se trata de algo simple y cotidiano, de elecciones y prioridades. Lo importantes es estar atentos, para que cuando nos llame, podamos seguirlo. Amén.

Querido Jesús, ¡cuántas veces discutimos entre nosotros sobre quién es el que tiene autoridad! Nuestro egoísmo y nuestra necesidad de figurar no nos permiten ver la esencia de las cosas, el meollo de tu mensaje. Ayudame a tomar conciencia de que ser elegida no significa otra cosa que ponerme a tu disposición, como vos lo hiciste en tu paso por la tierra. Dame claridad, sensibilidad y entereza para seguirte, Señor. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.