miércoles, 19 de junio de 2013

22 de jumio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 63

“Oh Dios, Tú eres mi Dios; Te buscaré con afán.
Mi alma tiene sed de Ti, mi carne Te anhela
Cual tierra seca y árida donde no hay agua.

Así Te contemplaba en el santuario,
Para ver Tu poder y Tu gloria.
Porque Tu misericordia es mejor que la vida,
Mis labios Te alabarán.

Así Te bendeciré mientras viva,
En Tu nombre alzaré mis manos.
Como con médula y grasa está saciada mi alma;
Y con labios jubilosos Te alaba mi boca.

Cuando en mi lecho me acuerdo de Ti,
En Ti medito durante las vigilias de la noche.
Porque Tú has sido mi ayuda,
Y a la sombra de Tus alas canto gozoso.
A Ti se aferra mi alma;
Tu diestra me sostiene.

Pero los que buscan mi vida para destruirla,
Caerán a las profundidades de la tierra.
Serán entregados al poder de la espada;
Presa serán de las zorras.

Pero el rey se regocijará en Dios;
Y todo el que por El jura se gloriará,
Porque la boca de los que dicen mentiras será cerrada.” Amén.

Curiosidades


Los doce discípulos de Jesús aparentemente no tuvieron nada que ver con el sistema de la esclavitud. El grupo no incluía ni esclavos ni amos. La esclavitud figura frecuentemente en las parábolas, sin embargo, porque las casas reales y las de la nobleza a las que pertenecía, ofrecía una linda analogía del reino de Dios. Jesús habló repetidas veces de la relación de sus discípulos hacia él como la de siervos para con su señor. Al mismo tiempo destacó los aspectos inadecuados de esta figura. Los discípulos habían sido emancipados, por así decirlo, y admitidos a privilegios superiores de intimidad. Además, ante el gran desconcierto de ellos, Jesús mismo adoptó el papel servil, con el objeto de instarlos al servicio mutuo.
Fuera de Palestina, sin embargo, donde las iglesias con frecuencia se reunían en torno a una casa, los miembros incluían tanto amos como siervos. La esclavitud es una de las divisiones humanas que pierden su sentido en la nueva comunidad en Cristo. Esto aparentemente llevaba a un deseo de emancipación, y tal vez a quye algunos lo alentaran activamente. Pablo no se oponía a la manumisión si se presentaba la oportunidad, pero se abstenía conscientemente de presionar a los dueños de esclavos, aun en casos en que su sentimiento personal lo hubiera podido arrastrar a hacerlo. No sólo estaba la razón práctica de evitar que las iglesias se vieran sometidas a las críticas, sino también la cuestión del principio de que todas las condiciones humanas son dispuestas por Dios. Los esclavos deberían por lo tanto procurar agradar a Dios con su servicio. Los lazos fraternales con su amo creyente deberían constituir una razón adicional para rendirle buen servicio. El amo, por otra parte, bien podría dejar que prevaleciera el sentimiento fraterno, y desde luego que debía tratar a sus esclavos con moderación y estricta equidad.
El hecho de que la esclavitud doméstica, que es la única que se menciona en el NT, estaba gobernada generalmente por sentimientos de buena voluntad y afecto, está implícito en su uso figurado en los “miembros de la familia de Dios”. Los apóstoles son regularmente mayordomos de Dios e incluso meros siervos. El carácter legal del “yugo esclavitud” no se perdía de vista, sin embargo, y la idea de manumisión y la adopción en la familia misma constituía la gloriosa conclusión de esta línea de pensamiento. Así, ya sea en la práctica o por analogía, los apóstoles claramente calificaron la institución de la esclavitud como parte del orden que debía pasar. En último análisis, la fraternidad de los hijos de Dios se encargaría de que todos sus miembros se vieran libres de sus ataduras.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Gálatas 3:23-29

“Antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada. De manera que la Ley ha venido a ser nuestro guía (tutor) para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo el guía. Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido.
No hay Judío ni Griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, entonces son descendencia de Abraham, herederos según la promesa.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hoy día se habla mucho de la inclusión, es como un tema de moda. Todos nos cuidamos para no ser acusados de discriminar a un grupo de personas, sobre todo las instituciones como escuelas, iglesias, clubes, y ciertos espacios como bares, restaurantes, etc.
Al mismo tiempo, ha surgido toda una nueva gama de ofertas, como el turismo o los boliches gays, viajes de jubilados, viajes de 15 años, como una forma concreta de ser inclusivos, pero no es otra cosa que la segregación disfrazada.
¿Por qué digo esto?
Porque si se generan espacios especiales para casa grupo, entonces no nos encontramos con el problema de tenerlos al lado: cada uno en su lugar, y así estamos todos felices y tranquilos.
Una de las propuestas de Jesús, que provocó tanto revuelo fue justamente la “mezcla” de los diferentes sectores de la sociedad. Quienes entendieron que él podía ayudarlos, que les podía dar alivio, que les podía enseñar una nueva forma de vivir, se acercaron y formaron parte de su grupo.
Así las mujeres, que en ese tiempo no eran consideradas totalmente personas, no tenían los mismos derechos que los hombres, no valían como testigos en un juicio, por ejemplo, formaban parte activa del grupo de seguidores y seguidoras. Los leprosos corrían a su encuentro, siendo que tenían la obligación de mantenerse a distancia, los niños se acercaban, los extranjeros, los que trabajaban al servicio del imperio romano… todos sintieron que eran aceptados y que podían convivir juntos. De hecho las primeras comunidades cristianas se caracterizaron por estar formadas por personas de procedencias muy dispares, pero esto no afectaba, sino que buscaban convivir en armonía.
Es verdad que es mucho más fácil cuando un grupo es homogéneo, y que cuanto más diferentes somos entre nosotros, mayor es el esfuerzo que nos exige. Pero a la vez, este ejercicio de buscar comprender y aceptar al otro, nos enriquece, nos permite crecer.
Esta propuesta de Jesús de vivir en paz y amor con nuestras diferencias, como hijos e hijas de Dios. De un Dios que no hace acepción de personas, porque creó a todas con el mismo amor, buscando que nuestras diferencias se complementen de tal manera que podamos llegar a ese reino al que somos llamados por la resurrección de Jesucristo.
Una sociedad inclusiva no es un tema de moda para quienes creemos en Jesús, es un mandato, es parte fundamental de nuestra fe. Pero también es nuestro desafío, un ejercicio diario de amor. Amén.


Querido Jesús, cuántas veces me pasa como a la gente de tu tiempo entre nosotros, cuantas veces no logro aceptar que si soy tu seguidora no puedo discriminar a nadie, y que debo esforzarme por integrar incluso a aquella persona que me resulta absolutamente extraña, porque ella también es parte de la familia de Dios, porque por ella también moriste y resucitaste. Ayudame a abrir mi corazón y mi mente, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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