viernes, 25 de octubre de 2013

27 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 34

“Bendeciré a mi Señor en todo tiempo;
su alabanza estará de continuo en mi boca.
En mi Señor se gloriará mi alma;
lo oirán los mansos y se alegrarán.
Engrandezcan a mi Señor conmigo
y exaltemos a una su nombre.

Busqué a mi Señor, y él me oyó
y me libró de todos mis temores.
Los que miraron a él fueron alumbrados
y sus rostros no fueron avergonzados.
Este pobre clamó, y lo oyó mi Señor
y lo libró de todas sus angustias.
El ángel de mi Señor acampa alrededor de los que lo temen
y los defiende.
Gusten y vean que es bueno mi Señor.
¡Bienaventurado el hombre que confía en él!
Teman a mi Señor vosotros sus santos,
pues nada falta a los que lo temen.
Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
pero los que buscan a mi Señor no tendrán falta de ningún bien.

Vengan, hijos, óiganme;
el temor de mi Señor les enseñaré.
¿Quién es el hombre que desea vida,
que desea muchos días para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal
y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal y haz el bien;
busca la paz y síguela.

Los ojos de mi Señor están sobre los justos
y atentos sus oídos al clamor de ellos.
La ira de mi Señor está contra los que hacen mal,
para eliminar de la tierra la memoria de ellos.
Claman los justos, y mi Señor oye
y los libra de todas sus angustias.
Cercano está mi Señor a los quebrantados de corazón
y salva a los contritos de espíritu.

Muchas son las aflicciones del justo,
pero de todas ellas lo librará mi Señor.
Él guarda todos sus huesos;
ni uno de ellos será quebrado.
Matará al malo la maldad
y los que aborrecen al justo serán condenados.
Mi Señor redime el alma de sus siervos.
¡No serán condenados cuantos en él confían!” Amén.

Curiosidades

¿Qué era la corona de laureles y quienes la ganaban en el mundo greco-romano?

Una corona de laurel o luréola es una corona formada por hojas de laurel, generalmente entregada como recompensa a poetas, deportistas y guerreros en la antigua Grecia y Roma.
Cuenta el mito que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien hiriere. También hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria». La transformación la relata Ovidio en el poema Las metamorfosis. Este mito ilustra el origen de uno de los símbolos típicos del dios, la corona de laurel.
 La corona triunfal o laurea fue la distinción concedida al general victorioso que entraba en Roma. Consistía en un cerco de ramas, siendo en un primer momento de laurel, pero luego se realizó en oro.
En cuanto al nombre latino de esta corona ha generado una familia de palabras en diversos idiomas, por ejemplo el adjetivo español: laureada/o y el nombre propio Laura.
Los orígenes no están del todo precisados pero parece indiscutible su relación con una corona vegetal semejante: la de olivos que se otorgaba a los ganadores griegos de las Olimpiadas; muchos consideran que Julio César utilizó la corona de oro imitando dos ramos de laurel para disimular su calvicie. En cualquier caso durante los homenajes de triunfo a generales romanos victoriosos estos eran coronados con laureas.
Esta corona se ha mantenido como símbolo de la victoria hasta nuestros días, destacando su uso heráldico siempre simbolizando a la victoria, aunque en escudos como el argentino y el colombiano, el símbolo de la laurea adquiere un plus de connotaciones, no se trata ya de sólo la victoria bélica sino de la victoria de la libertad. En cuanto al adjetivo laureada/o contemporáneamente significa a la persona que ha logrado cumplir y superar las exigencias de educación y cultura, especialmente al concluir los estudios medios y, sobre todo, los univeristarios.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Timoteo 4:6-8.16-18

Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado esto en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mí fuera cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyeran. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las experiencias más duras de mi vida fue la separación en mi primer matrimonio, la sensación de fracaso, de no haber podido cumplir la promesa que le hice a Dios de estar en las buenas y en las malas junto a mi esposo, sentir que estaba en situación de pecado, que estaba en falta con lo más importante en mi vida que es mi fe en Dios. Sumado es esto, a los seis meses, la muerte de mi madre, quien me animó a esa separación y que era mi sostén. Era como si me hubieran quitado el suelo, que caminaba sobre una superficie que flotaba y que sentía que a cada rato peligraba con hundirme sin saber el destino.
En ese momento me pregunté por qué a mí, dónde está Dios, si me estaba dando la espalda, qué hice yo tan malo para tener que vivir al costado del camino, mientras que las demás personas transitaban felices por la vida. Una percepción de una persona que por supuesto está inmersa en un profundo dolor.
Pero un día me di cuenta que estaba viva, que el sol brillaba, que tenía cuatro hijos pequeños que no sólo eran un regalo de Dios, sino que eran la herramienta que él usaba para mostrarme su presencia: en la fragilidad, en la simplicidad, en la alegría, en la vulnerabilidad. Ahí estaba Dios y yo lo buscaba no sé adónde.
Desde ese momento siempre lo sentí a mi lado. Pasé otras cosas muy duras, en donde estuve realmente sola, lejos de mi familia, maltratada por personas que me juzgaban sin conocerme, sin conocer mi historia. Pero Dios me acompañaba y me daba fuerzas como lo hace hoy todavía.
El descubrir que Dios no me quita los obstáculos del camino, sino que me da fuerzas, creatividad, inteligencia para sortearlos fue un salto en mi vida, fue un crecimiento. Me hizo amar los desafíos, tener paciencia para ver los resultados, reírme de muchas situaciones que en otro momento me generaban angustia y preocupación, porque descubrí que al ponerme en las manos de Dios todo se resuelve y a veces de las maneras menos pensadas. He aprendido a descansar en Dios y esto mismo me afianza en mi fe. Preocuparme por los problemas de cada día y aceptar lo que no logro resolver, aceptar mis limitaciones, aunque confieso que muchas veces igual me sigue dando rabia o me contracturo un poco.
Pero dejo que Dios guíe mi vida y que las cosas vayan drenando mientras que espero que Dios me ilumine, porque sé que me acompaña y que somos un equipo. Amén.

Querido Jesús, vos pasaste por la vida en esta tierra para mostrarnos una forma diferente de vivir, menos estresados, menos enloquecidos, menos aferrados a lo material. Ayudame a vivir así para que me dedique a lo verdaderamente importante en esta vida. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 18 de octubre de 2013

20 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 121

“Alzaré mis ojos a los montes.
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de mi Señor,
que hizo los cielos y la tierra.

No dará tu pie al resbaladero
ni se dormirá el que te guarda.
Por cierto, no se adormecerá ni dormirá
el que guarda a Israel.

Mi Señor es tu guardador,
mi Señor es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día
ni la luna de noche.

Mi Señor te guardará de todo mal,
él guardará tu alma.
Mi Señor guardará tu salida y tu entrada
desde ahora y para siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo se preparaban los atletas en los tiempos de Pablo?

Los atletas observaban un régimen de vida particular. En los primeros tiempos, si creemos a Plinio y a Pausanias, no se mantenían sino de higos secos, nueces y queso tierno. Según Plinio, un famoso maestro de palestra llamado Pitágoras, contemporáneo del filósofo del mismo nombre, fue el primero que les permitió el uso de la carne y el primer atleta que la comió se llamaba Eutímenes. En tiempo de Hipócrates la comían efectivamente, como se deduce de su Epidemia. Sin embargo, no comían indistintamente de cualquiera especie de carne: la más sólida y por consiguiente la más propia para suministrar fuerza y un alimento mas nutritivo era preferida a todas las otras. El buey y el tocino condimentados con vinagre, con una especie de pan sin levadura muy pesado, cubierto con queso tierno, eran sus manjares; y estas carnes eran más bien asadas que hervidas o guisadas, modo de alimentarse llamado por algunos autores gerophagia, esto es, nutrimento seco. Ordinariamente comían los atletas con exceso semejantes alimentos. Galeno cuenta que un atleta creía haber hecho una comida muy frugal cuando no había comido más que dos libras de carne y el pan proporcionado. Milon de Crotona apenas estaba saciado con veinte libras de carne, otras tantas de pan y quince pintas de vino.
Sin embargo de estos excesos, los antiguos aplauden en general su templanza:
·         Primero, porque usaban con mucha moderación el vino y las mujeres
·         Segundo, porque preparaban con extrema simplicidad sus alimentos
·         Tercero, porque se abstenían mucho mas de ellos al tener que entrar a la liza y porque sufrían con una paciencia constantísima las fatigas y los golpes.
La naturaleza de los ejercicios atléticos, el calor del clima y la estación en que se celebraban aquellos juegos obligaban a los atletas a combatir desnudos. Llevaban no obstante una especie de ceñidor o faja llamada zona, cuyo uso cesó entre los griegos en la Olimpíada XV, con motivo de que habiéndosele caído a un tal Orispo en medio de la palestra y enredándose sus pies con ella cayó y fue vencido.
La desnudez de los atletas facilitaba el uso de las unciones destinadas a comunicar a todas las partes del cuerpo la flexibilidad necesaria. Por lo común se usaba el aceite mezclado con una determinada cantidad de cera y de polvos, con lo que se hacía una especie de ungüento llamado ceroma, nombre que algunas veces se daba también al lugar mismo en que los atletas se untaban.
Los atletas se hacían untar por los criados de la palestra y algunas veces se untaban ellos mismos mutuamente. Después de untados, se cubrían por lo común los atletas con el barro que había en la palestra y con más frecuencia, de arena o de polvo, revolviéndose en él o bien haciéndoselo echar encima. Esto era un preliminar tan esencial a la lucha y al pancracio, que los griegos decían de un atleta, que hubiese llevado el premio sin combatir, que había vencido sin polvo, es decir, sin fatiga y sin pena. Después del certamen los atletas se limpiaban y se ungían de nuevo.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Timoteo 3:14-4:7

Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para refutar, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Te suplico encarecidamente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su Reino, que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Discute, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina, pues vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¡Qué importantes son las recomendaciones de nuestros mayores!
Aquellos que ya vivieron una vida, tienen la experiencia y pueden decirnos palabras que nos orienten y nos aclaren las cosas en la toma de decisiones.
Es verdad que el mundo ha cambiado, que ahora a pesar de toda la tecnología que se supone nos debe facilitar la vida, vivimos sin tiempo, corriendo, agotados y desbordados. Pero en esencia el ser humano siempre es el mismo, cambian las formas, pero desde siempre tenemos los mismos anhelos, sueños y tropiezos.
Aquello que nos distrae de nuestros objetivos, aquello que de alguna manera no nos permite una fe firme en un solo Dios, es lo mismo: el dinero, el amor o eros, el poder y la comodidad. Siempre las mismas cosas no nos permiten vivir plenamente en Cristo.
En los tiempos de Pablo, el imperio romano con todos sus dioses, la búsqueda de un lugar en el imperio que permita tener algunas ventajas, el descontrol sexual que algunos practicaban incluso a veces como parte de la religión que profesaban. Hoy el acomodo político, el adorar al dios Mamón, esto es el dinero, el poder y la falta de compromiso en nuestra vida sentimental, imitando el mundo “descartable” que nos rodea: se usa y se tira, me aburrió la cambio o lo cambio por otro, la falta de perseverancia.
Siempre fue igual, aunque muchos se mienten a sí mismo diciendo que antes no existía. Antes estaba más oculto, hoy la gente habla, y muchas veces eso va permitiendo cambiar algunas historias de mucho dolor.
Por eso es importante escuchar a quienes ya vivieron más que nosotros y enseñar a nuestros jóvenes a escuchar y a aprender de las experiencias de otros. No para que no tengan ellos sus propias vivencias, sino para que se cuiden de aquello que puede confundirlos o que parece tan brillante, tan atractivo, pero que los lleva a la infelicidad.
Pablo le dio unos buenos consejos a Timoteo, de la misma forma que nuestros mayores muchas veces intentan darnos a nosotros y los tratamos como caducos. Escuchemos un poco más lo que nuestros mayores tienen para decirnos, tal vez así no cometamos siempre los mismos errores y podamos crecer un poco como humanidad. Amén.
Querido Jesús, mientras que caminabas entre nosotros constantemente consultabas con Dios tus decisiones, tus problemas, tus angustias, sabían que tu Padre te iba a escuchar y aconsejar. Ayudame a escuchar a mis mayores y sobre a todo a Dios. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

jueves, 10 de octubre de 2013

13 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 98

““Canten a mi Señor cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra lo ha salvado
y su santo brazo.
Mi Señor ha hecho notoria su salvación;
a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad
para con la casa de Israel;
todos los términos de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.

Canten alegres a mi Señor, toda la tierra.
Levanten la voz, aplaudan y canten salmos.
Canten salmos a mi Señor con arpa;
con arpa y voz de cántico.
Aclamen con trompetas y sonidos de bocina,
delante del Rey, mi Señor.

Brame el mar y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan;
los ríos batan las manos,
regocíjense todos los montes
delante de mi Señor,
porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con rectitud.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo estaba preparado el soldado romano?

El legionario estaba generalmente armado con dos jabalinas, una pesada y otra ligera, una espada, y hasta la época de Trajano, un puñal. Para su protección portaba un casco, una armadura de anillas, placas  o escamas y un escudo rectangular que llevaba una protección metálica o umbo para la posición de la mano. Completaban su equipamiento  un par de sandalias y una mochila o morral.
Uno de sus principales atributos, ya que muchas veces se enfrentaban con ejércitos mayores y mejor equipados, era el de formar parte de un cuerpo sumamente disciplinado y en constante entrenamiento, tanto para poder efectuar maniobras militares en forma precisa y exacta, como la famosa tortuga o testudo, como para trabajar en obras de ingeniería militar (construcción de campamentos, murallas y fortalezas) y obras públicas (caminos, puentes y acueductos).
Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Timoteo 2:1-13

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
Tú, pues, sufre contratiempos como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
Acuérdate de Jesucristo, descendiente de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, en el cual sufro contratiempos, hasta prisiones a modo de malhechor; pero la palabra de Dios no está presa. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
Palabra fiel es ésta:
Si somos muertos con él, también viviremos con él;
si sufrimos, también reinaremos con él;
si lo negamos, él también nos negará;
si somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede negarse a sí mismo.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Vivimos en un tiempo en donde la gente sueña conseguir lo que desena peo sin esfuerzo. Todo lo que signifique horas y horas de dedicación, contratiempos y sinsabores no es bien visto. Pretenden llegar a la meta sin haber sudado, sin haber sufrido, sin haber salido mal e intentado nuevamente. La perseverancia parece algo de otro tiempo, si algo no sale en el primer intento, se abandona. Y así se vuelve a empezar una y otra cosa nunca logrando nada en realidad.
En el imaginario las personas “exitosas” han tenido un golpe de suerte, no se ve el árido camino que han atravesado. Y esa es la expectativa en general.
La cultura del trabajo permanece entre unos pocos que todavía considera que lo que más valoramos es lo que conseguimos con nuestro esfuerzo. Pero desde que en los años 90 un sindicalista salió a decir que nadie jamás nadie se hizo rico trabajando, sino que quienes logran amasar fortunas es porque se lo han arrebatado a otros, hubo una toma de conciencia de esto. Y es que hoy día la cosa es tener mucho dinero… el amor al trabajo, a la tarea que realizamos para llevar el pan a la mesa es algo del pasado o de quienes somos unos anticuados.
A eso se suma la gran cantidad de personas que reciben dinero del estado: planes, asignaciones, pensiones, algunas de ellas muy justamente, pero muchas otras, sin ninguna razón, y así pierden la dignidad de ganarse el pan con el sudor de la frente.
Los contratiempos, el esfuerzo, la perseverancia, son parte de la vida, y es verdad que lo que conseguimos con esfuerzo, lo que cosechamos fruto de nuestras manos, de nuestro trabajo, se disfruta de una forma diferente. El distinto comprar un pescado en la pescadería que estar horas con la caña, sentir que “picó” e intentar sacarlo si que se escape, luego desescamarlo, limpiarlo: ese pescado sí que tiene un sabor rico, porque nos costó, porque lo ganamos.
El esfuerzo, la dedicación nos hace más nuestro lo que conseguimos. El hacer algo con nuestras manos, con nuestra inteligencia, algo que salga de nosotros tiene un valor y un sabor muy distinto que nos hace sentir plenos, triunfantes, valiosos. Porque parte de la dignidad de la persona es ganarse lo que tiene, no recibirlo porque le corresponde.
Lamentablemente vivimos en una sociedad en donde se incentiva la ley del menor esfuerzo. En nombre de los derechos de las personas, se le quita el sabor de la vida, la alegría de producir de trabajar de esforzarse para conseguir lo que se quiere. Por eso prolifera el juego, los bingos y tantas espejismos que nos quieren hacer creer que un golpe de suerte es lo que nos va a cambiar la vida, cuando en realidad somos nosotros los constructores, los artesanos, los hacedores de nuestras vidas, y en eso radica la felicidad y el sentido de la vida.
Dios nos permita descubrir esto y a esforzarnos también para que nuestra vida se la dediquemos a él, fuente de vida y de amor, que envió a su Hijo para que pudiéramos seguir sus pasos. Amén.

Querido Jesús, perdoname porque siempre estoy esperando que vos me resuelvas mis problemas en vez de buscar en vos la fuerza y la perseverancia. Ayudame a comprender que lo que me requiere esfuerzo y dedicación también me lleva a amar lo que hago y a formarme como persona. Te lo pido a vos que junto al Padre y al Espíritu Santo vivís por toda la eternidad. Amén.

viernes, 4 de octubre de 2013

6 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 95

“¡Vengan, aclamemos alegremente a mi Señor!
¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación!
¡Lleguemos ante su presencia con alabanza!
¡Aclamémoslo con cánticos!,
porque mi Señor es Dios grande,
el gran Rey sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo también el mar, pues él lo hizo,
y sus manos formaron la tierra seca.

Vengan, adoremos y postrémonos;
arrodillémonos delante de mi Señor, nuestro hacedor,
porque él es nuestro Dios;
nosotros, el pueblo de su prado
y ovejas de su mano.

Si oyen hoy su voz,
«No endurezcan sus corazones, como en Meriba,
como en el día de Masah en el desierto,
donde me tentaron sus padres,
me probaron y vieron mis obras.
Cuarenta años estuve disgustado con la nación,
y dije: “Es pueblo que divaga de corazón
y no han conocido mis caminos.”
Por tanto, juré en mi furor
que no entrarían en mi reposo.»” Amén

Curiosidades

¿Qué significaba la imposición de manos?

En el NT el bautismo y la recepción del Espíritu iban acompañados, en algunas ocasiones de la imposición de manos. En Hechos 8 el don del Espíritu se confería solamente cuando al bautismo seguía la imposición de manos. Es poco probable que debamos entender de la misma manera la imposición de manos de Ananías en Hechos 9, ocasión en la que se produce antes del bautismo. Hechos 19 relaciona la imposición de manos del bautismo y profecía, y el don del Espíritu, expresado en lenguas y profecía, y Hechos 6 se refiere a la enseñanza sobre los bautismos y la imposición de manos, probablemente como instrucción para nuevos conversos. En otras partes, sin embargo, el don del Espíritu se da sin mencionar la imposición de manos, y, en una oportunidad, aún antes del bautismo, y es poco probable que en el período del NT el bautismo siempre haya sido acompañado por la imposición de manos.
Siguiendo las analogías veterotestamentarias, y lo que puede haber sido la práctica rabínica contemporánea, la imposición de manos fue también el rito de ordenación para el servicio cristiano. Una vez que la congregación hubo elegido los siete diáconos, ellos mismos oraron y les impusieron las manos; de la misma manera la iglesia de Antioquía oró e impuso las manos a Bernabé y Saulo para su obra misionera. En 1 Timoteo 5, Pablo aconseja a Timoteo mismo que no se apresure con la imposición de las manos; esto puede referirse a la ordenación de ancianos, o a la restauración de los que han reincidido, reintegrándolos a la comunión de los santos mediante el acto de bendición. 2 Timoteo 1 se refiere a la recepción, por parte de Timoteo mismo, del don de Dios para la obra del ministerio mediante la imposición de las manos de Pablo, donde, sin embargo, es el “presbiterio” el que impone las manos. La mejor y más simple de las soluciones es la de considerar que Pablo y los ancianos locales realizaron el acto en conjunto, pero Daube piensa que la frase en cuestión significa “ordenación al rango de presbítero”. Esta ordenación, llevada a cabo bajo la guía divina, era un signo visible de que Dios daba a la persona sus dones para algún aspecto de la obra del ministerio, y por medio de ella la iglesia reconocía la comisión y capacitación divinas, al tiempo que se asociaba con el Espíritu en el acto de comisionar y autorizar al ministro para su tarea.
Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

2 Timoteo 1:6-14

Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios. Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.
De este evangelio yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles, por lo cual asimismo padezco esto. Pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Recuerdo que en mi adolescencia, junto con un pequeño grupo de jóvenes, por iniciativa del Pastor, formamos el Grupo de Jóvenes de la Iglesia. Fue una experiencia hermosa e inolvidable. El grupo creció con rapidez y al cabo de un par de años casi no entrábamos en la sala de la casa pastoral. Es que en aquellos tiempos no teníamos un espacio en donde pudiéramos hablar de las cosas que nos interesaban y preocupaban. Yo invitaba a los jóvenes de mi iglesia y también a aquellos que veía que les podía interesar porque para mí era un espacio muy valioso.
Una vecina mía no pertenecía al grupo de jóvenes, ella iba a hándbol, que era parte de las actividades que propiciaba el Club Danés. Ella me invitó y yo empecé a ir a los entrenamientos. Ahí me di cuenta que a nosotros, los jóvenes que participábamos del Grupo de Jóvenes de la Iglesia nos decían “los santitos” y nos trataban como si nosotros nos creyéramos mejores que ellos. Y eso me sorprendió, porque no era para nada el espíritu que reinaba en grupo.
A pesar de todos mis esfuerzos nunca logré integrarme al equipo, siempre me discriminaban. ¡Hasta en varias ocasiones me golpearon adrede en medio de los partidos! El entrenador les llamaba la atención y eso era peor.
Finalmente me cansé y dejé de ir. No necesitaba estar con gente que no me aceptaba y que me discriminaba por ser una persona de fe. Yo estaba feliz en mi grupo en la iglesia. Nos divertíamos sanamente, no competíamos entre nosotros y nos alegrábamos con la llegada de un nuevo integrante.
No me daba vergüenza de formar parte de un grupo de Iglesia. Nunca me dio vergüenza decir que en la iglesia yo encuentro algo que no me brinda ningún otro espacio. Y eso que a veces se han burlado de mí o me han tratado como “la santita”.
Pero en general lo que veo, no sólo en los miembros de mi iglesia, sino en los cristianos en general, de que no quieren que se sepa mucho que pertenecen a una iglesia, que es ahí en donde recobrar las fuerzas y encuentran contención.
Como le dice Pablo a Timoteo, Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, más bien de poder, amor y dominio propio. No nos tenemos que avergonzar de nuestra fe, antes bien, darla a conocer pues, tal vez, otras personas pueden encontrar en mi experiencia un nuevo camino más feliz, más pleno, como me pasa a mí.
Si Jesús hubiera actuado con timidez o inseguridad, hoy no disfrutaríamos de sus dones. Si los que nos antecedieron en la fe, no la hubieran vivido abiertamente y en libertad, hoy no seríamos personas de fe. No tengamos temor de dar testimonio, a nadie puede molestarle nuestra fe (si dejamos que cada cual elija lo que quiera, claro) y tal vez podamos ser las herramientas que Dios está esperando para que cada vez más se acerquen a su Palabra. Amén.

Querido Jesús, hoy te quiero pedir perdón. Perdón porque vivo mi fe a escondidas, porque no quiero que la gente sepa lo que es importante en mi vida, porque tengo miedo a los comentarios y las burlas. Dame un espíritu seguro, orgulloso de ser cristiana, que a través de mi experiencia con vos otras personas también puedan acercarse a vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.