viernes, 28 de noviembre de 2014

30 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 80

Pastor de Israel, escucha;
tú que pastoreas como a ovejas a José,
tú que estás entre querubines, resplandece.
¡Despierta tu poder
delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés,
y ven a salvarnos!

¡Dios, restáuranos!
    ¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!

Mi Señor, Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?
Les diste a comer pan de lágrimas
y a beber lágrimas en abundancia.
Nos pusiste por escarnio de nuestros vecinos
y nuestros enemigos se burlan de nosotros.

¡Dios de los ejércitos, restáuranos!
    ¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!

Hiciste venir una vid de Egipto;
echaste las naciones y la plantaste.
Limpiaste el terreno para ella,
hiciste arraigar sus raíces y llenó la tierra.
Los montes fueron cubiertos con su sombra
y con sus sarmientos los cedros de Dios.
Extendió sus vástagos hasta el mar
y hasta el río sus renuevos.
¿Por qué rompiste sus cercas
y la vendimian todos los que pasan por el camino?
La destroza el puerco montés
y la bestia del campo la devora.

Dios de los ejércitos, vuelve ahora;
mira desde el cielo, considera y visita esta viña,
la planta que plantó tu diestra
y el renuevo que para ti afirmaste.
¡Quemada a fuego está, asolada!
¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!
Sea tu mano sobre el varón de tu diestra,
sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.
Así no nos apartaremos de ti;
vida nos darás e invocaremos tu nombre.

¡Mi Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos!
    ¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos! Amén.

Curiosidades

¿Cómo era la esclavitud en los tiempos del Nuevo Testamento?
La esclavitud doméstica y pública eran las formas más comunes. En el primer caso los esclavos eran comprados y empleados como índice de riqueza. Cuando sólo se poseía uno o dos, trabajaban a la par de su amo en las mismas ocupaciones. En Atenas no se los podía distinguir de los hombres libres en las calles, y la familiaridad de los esclavos hacia sus dueños era tema característico de las comedias. En Roma las grandes casas empleaban veintenas de esclavos por puro lujo. Su trabajo era altamente especializado y con frecuencia sumamente ligero. En el caso de los esclavos públicos, su posición les confería una buena medida de independencia y respeto. Realizaban toda suerte de tareas en ausencia de un servicio civil, incluyendo también servicios policiales en algunos casos. Las profesiones tales como la medicina o la educación eran comúnmente seguidas por esclavos.
Las principales fuentes de esclavos eran:
1)   Por nacimiento, según la ley del estado de que se tratara, relativa a los diversos grados de paternidad servil;
2)   La difundida práctica de abandonar a los niños no deseados, los que quedaban disponibles para su uso por cualquiera que quisiera encargarse de su crianza.
3)   La venta de los propios hijos como esclavos.
4)   La esclavitud voluntaria como solución a problemas tales como deudas;
5)   La esclavitud penal;
6)   Por medio del rapto y la piratería;
7)   El tráfico por las fronteras romanas.
No todas estas fuentes estaban disponibles en un mismo lugar y al mismo tiempo; había una gran medida de variedad de leyes y el sentimiento locales. La medida en que imperaba la esclavitud también variaba grandemente, y es imposible calcularla. Puede haber alcanzado a un tercio de la población en Roma y las grandes ciudades metropolitanas orientales. En zonas donde imperaba una economía campesina, sin embargo, se reducía a una pequeña fracción de la misma.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 442-443)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 13:33-37

“Miren, velen y oren, porque no saben cuándo será el tiempo. Es como el hombre que, yéndose lejos, dejó su casa, dio autoridad a sus siervos, a cada uno le dio un trabajo y al portero mandó que velara. Velen, pues, porque no saben cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana; para que cuando venga de repente, no les halle durmiendo. Y lo que a ustedes digo, a todos lo digo: ¡Velen!” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Estar atento, no nervioso ni desesperado.
Estar atento, vigilante, pero no tensionado, sino en paz sabiendo que lo que llega es mejor de lo que está hoy.
Esa es la propuesta de Jesús.
Estar al día, no deberle nada a nadie. Comportarse según los mandamientos de Jesús, haciendo el bien, buscando la justicia, tomando la posta a la hora del compromiso, de hacerse cargo de lo que tenga que ser, y no reclamando para que otros lo hagan.
Nosotros no utilizamos la palabra “velar”, tiene que ver con esperar atentos en la noche con una vela encendida para poder actuar rápido.
Hoy lo utilizamos casi exclusivamente para los velatorios o velorios, en donde ya pasó todo, la persona ya ha muerto y no hay más para hacer. Un poco contradictorio y hasta gracioso, si pensamos en el origen de la palabra.
¿Cuántos de nosotros estamos atentos a estar en lugar preciso para hacer lo que es necesario? Esto de dar agua al sediento, comida al hambriento, ropa al desnudo. De ser como el buen samaritano que al pasar por el lugar en el momento indicado no dudo en actuar con misericordia… y después se fue, a su vida cotidiana.
Estar atento, alerta, observar el panorama para aprovechar cada oportunidad que Dios nos brinda para ayudar, para dar amor… y por qué no, para recibir amor.
Las oportunidades son eso, oportunidades, no se dan todo el tiempo, por eso hay que saber aprovecharlas, porque una vez que pasan… tal vez no se repitan.
Las oportunidades, como un tren al que decidimos subir o no. Puede venir otro, pero será justamente otro, no el mismo, otra oportunidad única.
Jesús supo aprovechar bien cada oportunidad: la mujer en el pozo, Zaqueo en el árbol… y así podríamos seguir enumerando las oportunidades que Jesús aprovecho para darse a conocer y dejarse interpelar por la persona, por la situación.
Los y las invito a estar atentos, a velar para que no se les escape la oportunidad de vivir intensa, amorosa y servicialmente. Amén.

Querido Jesús, a veces me cuesta aprovechar las oportunidades que se me presentan para dar el testimonio de amor y de entrega al que me has llamado desde mi bautismo. Ayudame a hacerlo, ayudame a estar atenta, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 21 de noviembre de 2014

23 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 122

Yo me alegré con los que me decían:
«¡A la casa de mi Señor iremos!»
Nuestros pies estuvieron
dentro de tus puertas, Jerusalén.
Jerusalén, que ha sido edificada
como una ciudad que está bien unida entre sí.
Allá subieron las tribus,
las tribus de Jah,
conforme al testimonio dado a Israel,
para alabar el nombre de mi Señor,
porque allá están las sillas del juicio,
los tronos de la casa de David.

Pidan por la paz de Jerusalén;
¡sean prosperados los que te aman!
¡Sea la paz dentro de tus muros
y el descanso dentro de tus palacios!
Por amor de mis hermanos y mis compañeros
diré yo: «¡La paz sea contigo!»
Por amor a la casa de mi Señor, nuestro Dios,
buscaré tu bien.”
Amén.

Curiosidades

¿A qué se refiere el Nuevo Testamento con “herencia”?
En el Nuevo Testamento “herencia” se traduce el griego kleronomos y sus cognados, derivados de kleros, que significa ‘porción’. La herencia restringe a la Israel verdadera, Cristo mismo, quien es “el heredero”. Como heredero de Dios adquiere una posesión que le es dada en razón de su relación. Ha sido hecho heredero de todo. Los creyentes comparten, en un sentido, el carácter divino mediante la adopción, y, por consiguiente, también la herencia divina. Siguen los pasos del fiel Abraham como herederos de la promesa. Su herencia es algo que les viene por la gracia de Dios, debido a la posición que ocupan a la vista de él, y en ningún sentido es ganada.
El objeto de la herencia cristiana es todo lo que simbolizaba la tierra de Canaán, y más. Los creyentes heredan el reino de Dios. Heredan “la tierra”. Heredan la salvación, una bendición, gloria, e incorrupción. Estas son todas “las promesas”, que no recibieron los creyentes del AT. En Hebreos se da realce al nuevo “pacto” o “testamento”. Es en dicho pacto que está basada la herencia prometida, especialmente dado que requería la muerte del testador. Dos hombres le preguntaron a Jesús qué debían hacer a fin de heredar la vida eterna, y Cristo dijo que eso formaba parte del nuevo mundo. El marido y la mujer cristianos son herederos de la gracia de la vida.
La consumación de las bendiciones prometidas no se hará realidad hasta la parusía. La herencia está reservada en el cielo. El que venciere recibirá la herencia de Dios. Sin embargo, esto no altera el hecho de que muchas de las bendiciones de la herencia puedan disfrutarse por anticipado. El Espíritu Santo es el agente que hace que nuestra posición como herederos sea real, el cual nos ha sido dado como “las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida”. El Espíritu fue enviado a la iglesia después de que Cristo hubo entrado en su propia herencia al ascender al cielo.
En el NT todavía vemos al pueblo de Dios como su herencia, y todas las bendiciones mencionadas arriba indican que él mismo sigue siendo la herencia prometida.
Pero dicha herencia no es por derecho, es por la libre disposición de Dios, quien puede, en su soberano beneplácito, privar de herencia a los que parecerían tener más derecho a ella, y dársela a otros, según su elección.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 591)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Colosenses 1:12-20

“… y, con gusto, darán gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Reconciliación por medio de la muerte de Cristo
Cristo es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación,
porque en él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean autoridades;
todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes que todas las cosas,
y todas las cosas en él subsisten.
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia,
y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga el privilegio,
porque al Padre agradó que en él habitara toda la plenitud,
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como las que están en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.”
Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Desde Dios podemos hablar con todas las religiones, ya que el concepto de Dios es similar en toda religión. Las diferencias, que las hay, no son tan grandes, sobre todo si estamos hablando de religiones monoteístas.
La gran diferencia la hace nuestra fe en Jesús, de hecho es la fe en Jesús como Salvador e Hijo de Dios, es la que nos convierte en cristianos y cristianas.
Esta fe trae consigo una perspectiva diferente de la vida y nos llama a actuar también diferente.
Creemos que Jesucristo es Hijo de Dios y Dios también. A través de él recibimos la reconciliación de Dios y no solo eso, sino que pasamos a través de la resurrección de Jesús a ser hijos e hijas de Dios. Esto a la vez significa que somos algo así como semidioses, no por nuestros meritos, sino como un regalo de Dios.
Esta condición especial no es para que nos creamos mejores que otras personas, sino que nos trae la responsabilidad de hacernos cargo de los demás seres de la creación, no solo de las personas.
Jesús nos trajo un mensaje de amor no tanto en palabras como en la práctica. Esto quiere decir que si somos hijos e hijas de Dios y hermanos de Jesús, nuestra forma de vivir debe ser diferente a las demás personas. Así como Jesús amo, debemos amar, buscar la justicia, la equidad, velar porque las personas más necesitadas y vulnerables sean valoradas y respetadas, que todas las personas tengan el mismo acceso a una vida digna. Y esto no es un discurso político, es un estilo de vida que me compromete a mí como cristiana a hacerme cargo de las demás personas como una de las formas, y tal vez la más eficiente, de proclamar el evangelio, la buena noticia de Jesús.
Ser cristiano es una gran responsabilidad, no es solo pertenecer a una religión más. Ser cristiano es asumir el compromiso de seguir a Jesús, seguir sus pasos aquí en la tierra, amando, aceptando al otro en su situación, tal cual es, no discriminando ni juzgando. Ser cristiano significa ser embajador de la paz, ningún cristiano debería declarar la guerra, estar involucrado en ella y menos todavía explotar a otros seres humanos o tenemos como objetos de consumo.
Lamentablemente los pueblos que se dicen cristianos hacemos las mismas atrocidades que quienes no lo son… ¡o peores aun!
Pero Jesús nos sigue esperando y nos tiene paciencia en la esperanza de que un día finalmente tomemos nuestra cruz y lo sigamos. Amén.

Querido Jesús, sé que soy tu hermana y soy hija de Dios. Se también que dejo mucho que desear y que no me comporto como tal, por eso hoy te pido que me ayudes a seguir tus pasos, a cambiar mi entorno con el amor que procede de vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

sábado, 15 de noviembre de 2014

16 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 128

Bienaventurado todo aquel que teme a i Señor,
que anda en sus caminos.
Cuando comas el trabajo de tus manos,
bienaventurado serás y te irá bien.
Tu mujer será como vid que lleva fruto
a los lados de tu casa;
tus hijos, como plantas de olivo
alrededor de tu mesa.
Así será bendecido el hombre
que teme a mi Señor.

¡Bendígate mi Señor desde Sión,
y que veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
y que veas a los hijos de tus hijos!
¡La paz sea sobre Israel!” Amén.

Curiosidades

¿Qué se sabe sobre la cuidad de Tesalónica?

Tesalónica fue fundada después del triunfo de Macedonia para engalanar su nueva posición en cuestiones mundiales, la ciudad aventajó rápidamente a sus vecinas más antiguas y se convirtió en la metrópoli de Macedonia. Situada en la unión de la principal ruta por tierra del Egeo al Danubio, su posición bajo los romanos estaba asegurada, y ha seguido siendo una ciudad importante hasta hoy. Tesalónica fue el primer lugar donde Pablo dio como resultado seguidores numerosos y socialmente prominentes. Sus opositores, desprovistos de su acostumbrada influencia anterior en las altas esferas, echaron mano a la agitación popular para forzar la mano del gobierno. Las autoridades hábilmente entrampadas por la imputación de deslealtad para con el poder imperial, adoptaron las medidas mínimas para lograr que Pablo siguiera su camino, procurando incomodarlo lo menos posible. A pesar de su éxito, Pablo se esforzó por no quedar en deuda para con sus seguidores. No es que ellos mismos no fueran generosos; aparentemente Pablo temía que la condición floreciente de la iglesia alentara a parásitos a menos que él mismo ofreciera un buen ejemplo de sostén propio. Las dos epístolas a los Tesalonicenses, escritas poco después de su partida, reflejan también su ansiedad por conservar sus frutos para que no fuesen presa de maestros rivales y de desilusiones ante la eventualidad de posteriores agitaciones. No tenía por qué temer. Tesalónica permaneció como corona triunfantes de sus esfuerzos.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 1340-1341)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Tesalonisenses 5:1-6

Acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tienen necesidad, hermanos, de que yo les escriba, porque ustedes saben perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. Cuando digan: «Paz y seguridad», entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
Pero ustedes, hermanos, no están en tinieblas, para que aquel día les sorprenda como ladrón. Porque todos ustedes son hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino vigilemos y seamos sobrios.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Momento más, momentos menos, pero el hablar sobre el fin de los tiempos es inherente al ser humano. Lo imaginamos de muchas maneras, de hecho queda muy claro por la cantidad de películas que se hacen al respecto. Generalmente es una gran destrucción, un cataclismo, y desastre natural aunque a veces también se presenta como una acción del ser humano.
Armagedón, apocalipsis… como queramos llamarlo… pero siempre algo que provoca miedo e incertidumbre.
También hay épocas en donde las expectativas son mayores, por ejemplo en el cambio de un siglo o un milenio, hay escritos o profecías que hasta anuncian una fecha precisa, como Nostradamus… y la gente cree, se desespera… en varias ocasiones ha habido suicidios en masa… pero aquí estamos todavía, con el planeta en pie, con el universo funcionando a pleno. Hasta hoy nadie ha podido acertar en sus anuncios fatales.
En realidad nadie sabe cuándo será el fin del mundo o de los tiempos, ni tampoco si va a haber fin del mundo. Pero lo cierto es que nosotros, los seres humanos si tenemos nuestro propio fin, que es la muerte. Y es ahí en donde debemos poner el dedo.
Como dice Pablo en su carta, llega como un ladrón en la noche, por mas anunciada que sea nuestra muerte, por estar enfermos terminales, llega cuando llega y nadie lo puede determinar. Solo Dios.
No hay edad ni existe ninguna precaución, porque basta estar vivos para correr el riesgo de muerte. Y a cada uno nos llega la hora, más tarde o más temprano. No hay lógica ni explicación.
Por eso es importante estar siempre listos para ese momento. Y cuando digo listos estoy pensando en que no dejemos nada para después: decir lo que tenemos que decir a quienes les tenemos que decir, hacer lo que tenemos que hacer, y vivir lo más intenso posible de la forma más integra y autentica, porque nuestra vida es única, no hay segundas posibilidades.
Si vivimos al día, si no cargamos con viejos rencores, odios y resentimientos, nuestra muerte, nuestro fin será el mejor y el más natural… como nacer. Si no dejamos nada en el tintero, si no vivimos como si tuviéramos el tiempo del mundo, si aprovechamos las palabras de AA “solo por hoy” y vivimos de un día a la vez, nuestro final será el mejor y podremos retirarnos en paz de esta vida. Y esa es la forma más digna de morir. Vivir y morir dignamente. A eso nos llama Dios, y no es tan difícil. Es solo colocarnos en nuestro lugar de seres humanos vulnerables y mortales. Amén.

Querido Jesús, enseñame a vivir en integridad, siendo coherente y valorando todo aquello que tenga que ver con la vida digna. Ayudame también a ser un factor de cambio en mi entorno para que otras personas también quieran vivir en esta sintonía, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 7 de noviembre de 2014

9 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 63

¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas,
para ver tu poder y tu gloria,
así como te he mirado en el santuario.
Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos.

Como de médula y de grosura será saciada mi alma,
y con labios de júbilo te alabará mi boca,
cuando me acuerde de ti en mi lecho,
cuando medite en ti en las vigilias de la noche,
porque has sido mi socorro
y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Está mi alma apegada a ti;
tu diestra me ha sostenido.

Pero los que para destrucción buscaron mi alma
caerán en los sitios bajos de la tierra.
Los destruirán a filo de espada;
serán presa de los chacales.
Pero el rey se alegrará en Dios;
será alabado cualquiera que jura por él,
porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.”
Amén.

Curiosidades

¿Cómo se entiende la muerte física en la Biblia?
La muerte parece ser necesaria para cuerpos como los nuestros. El deterioro físico y la eventual disolución final son inevitables. No obstante, la Biblia habla de muerte como consecuencia del pecado. Dios le dijo a Adán: “El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn.2:17). Pablo nos dice que “el pecado entró en el mundo por un  hombre, y por el pecado la muerte” (Ro.5:12), y también que “la paga del pecado es la muerte” (Ro.6:23). Pero cuando examinamos más detenidamente el asunto, vemos que Adán no murió físicamente el mismo día que desobedeció a Dios. En Ro. 5 y 6 Pablo contrasta la muerte que sobrevino a consecuencia del pecado de Adán con la vida que Cristo ha traído a los seres humanos. Ahora bien, la posesión de la vida eterna no anula la muerte física. Está en contraposición a un estado espiritual y no a un acontecimiento físico. Lo que se infiere de todo esto es que la muerte que es consecuencia del pecado va más allá de la muerte del cuerpo.
Pero a este pensamiento debemos agregar el otro que los pasajes de las Escrituras, que vinculan al pecado y la muerte, no modifican el concepto de muerte. Dichos pasajes no nos revelan otra cosa que no sea el significado usual de la palabra. Quizá debamos entender que la mortalidad es el resultado del pecado de Adán, y que el castigo incluye tanto el aspecto físico como espiritual. Pero no sabemos lo suficiente acerca de la condición de Adán antes de la caída como para hablar de ella. Si su cuerpo era semejante al nuestro, sería mortal; de lo contrario, no tenemos forma de saber cómo era, ni si era o no mortal.
Parecería mejor considerar que la muerte es algo que comprende al ser humano completo. El ser humano no muere como cuerpo sino que muere como ser humano, con la totalidad de su ser. Muere como ser espiritual y físico. La Biblia no hace una distinción neta entre los dos aspectos. Por lo tanto, la muerte física constituye tanto símbolo como expresión adecuados de aquella muerte más profunda que es consecuencia inevitable del pecado, con la que forma una sola unidad.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 928-929)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Tesalonisenses 4:13-18

Tampoco queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen, para que no se entristezcan como los otros que no tienen esperanza. Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual les decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre digo que los que tenemos fe en Cristo tenemos un as en la manga a la hora de que muere un ser querido y tiene que ver con nuestra concepción de la muerte.
Aunque para muchos resulte una locura el confiar que la persona que muere está con Dios y que la volveremos a encontrar a la hora de nuestra propia muerte, es una esperanza y un motivo para como dice una canción “en el dolor cantar”.
Justamente este es el mensaje que una y otra vez repetimos en nuestros sepelios, porque es parte de nuestra fe. Y esto es muy interesante porque le quita lo irreversible de la muerte para darle el espacio a la esperanza, al alivio en medio del dolor de la pérdida porque pasa de un “adiós” a un “hasta luego”.
Pero para que esto ocurra la fe es imprescindible y a veces cuesta aferrarse a esta idea mismo a la gente de la iglesia, a los cristianos, porque va en contra de la lógica humana: lo que muere muerto está y no vuelve a tener vida… pero Jesús resucitó y si creemos en esto tenemos que creer también en la resurrección de aquellos que han muerto con fe en Cristo.
Si me preguntan cómo va a ser… no tengo idea. Sólo estoy segura que me voy a encontrar con tantas personas que ya han fallecido y ese reencuentro me produce mucha alegría y me prepara para mi propia muerte. Permite que no le tenga miedo a la muerte porque sé que es tan sólo parte de esta vida terrena, se parece al nacimiento ¿nunca han pensado que tal vez para el bebé que nace esto mismo es algo parecido a la muerte? Pasa de un estado a otro, ya que está en el agua y tiene que arreglársela en el aire, esto mismo significa que ya no puede moverse con la facilidad que lo hacía antes. A eso se le suma que tiene que respirar por la nariz, comer por la boca, utilizar su aparato digestivo, el respiratorio y todos los sentidos que hasta ese momento eran totalmente diferentes. Pero eso para nosotros es natural… la muerte también es natural, todo ser vivo muere, y es importante que podamos vivir todo esto con la tranquilidad que Dios está guiando y acompañando todo esto que es parte de su creación. Amén.

Querido Jesús. ¡gracias por darme la vida nueva! Gracias porque sé que así como vos resucitaste yo también lo voy a hacer, como todas aquellas personas que han muerto con fe en vos. Gracias porque el saber que la muerte ya no tiene poder es mi consuelo a la hora de la muerte de un ser querido. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.