viernes, 25 de agosto de 2017

27 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 138

“Te doy gracias, mi Señor, de todo corazón,
por haber escuchado las palabras de mi boca.
En presencia de los ángeles salmodio para ti,
Me postraré en dirección a tu santo Templo.

Te doy gracias por tu amor y tu verdad,
pues tu promesa supera tu renombre.
El día en que grité, me escuchaste,
aumentaste la fuerza en mi alma.

Te dan gracias, mi Señor, todos los reyes de la tierra,
porque oyen las promesas de tu boca;
y cantan los caminos de mi Señor:
‘¡Qué grande la gloria de mi Señor!
¡Excelso es mi Señor, y ve al humilde,
al soberbio le conoce desde lejos!’

Si camino entre angustias, me das la vida,
frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tu mano
y tu diestra me salva:
mi Señor lo hará todo por mí.
¡Oh mi Señor, es eterno tu amor,
no abandones la obra de tus manos!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era la vida diaria en la Edad Media?

En la Edad Media europea la gran mayoría de la gente vivía en lo que actualmente entendemos como pobreza extrema: apenas con los mínimos recursos para sobrevivir y con la muerte como una realidad cotidiana. En el siglo X un cuarto de los niños moría antes de los cinco años y otro cuarto antes de la pubertad.
La vida de los campesinos, es decir de la mayoría de la población europea, era sumamente austera. Los hombres vestían un faldón, una especie de chaleco forrado de conejo (que para los más ricos era de gato), y un sombrero de tela. Las mujeres vestían dos túnicas superpuestas y un manto. Para trabajar usaban muy pocas herramientas de hierro, pues la gran mayoría de sus utensilios eran de madera. Los campesinos escarbaban la tierra con arados provistos de una reja de madera endurecida al fuego. El rendimiento de la tierra era muy bajo.
La comida era escasa: algunas hierbas, granos y caza pequeña, y una hogaza de pan que se atesoraba.
 Los trabajadores estaban aplastados por el peso enorme de un pequeño sector de explotadores —guerreros y eclesiásticos— que se quedaban con casi toda la producción agrícola. El pueblo vivía temiendo el mañana. La posibilidad de sufrir hambrunas era común, debido a una mala cosecha, que a veces se acumulaban e implicaban dos o tres años de mal comer. Los pobres de la Edad Media temían sobre todo al hambre. Este miedo permanente está en la raíz de la sacralización del pan, de ahí que la súplica al Dios cristiano rece: “Danos el pan de cada día.”
Sin embargo, a pesar de la escasez de bienes y comida, en el duro mundo medieval no existía el desamparo total. Las relaciones de solidaridad y de fraternidad hacían posible que se redistribuyera la exigua riqueza, y con ello se aseguraban la supervivencia de los más pobres La sociedad medieval era una sociedad de solidaridad porque la pobreza era la suerte común. Prevalecía el sentimiento de estar eternamente acompañado, porque los seres humanos vivían de forma gregaria. Más de una familia habitaba una misma casa, varios dormían en un mismo lecho. En el interior de las casas no había paredes verdaderas, sólo colgaduras.
Los hombres y mujeres del medievo nunca salían solos y desconfiaban de quien lo hacía: eran locos o criminales. Cualquier individuo que buscara el aislamiento se convertía inmediatamente en objeto de sospecha o de admiración (como los "ermitas"), y era tenido por “extraño”. Andar errante en la soledad era, según la opinión común, uno de los síntomas de la locura. Incluso se consideraba una obra piadosa que se intentara reintegrar a los solitarios a alguna comunidad.
https://www.taringa.net/posts/info/10113342/Campesinos-de-la-Edad-Media.html

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 16:13-20

“Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo:
    _ ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
Ellos dijeron:
    _ Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.
Él les preguntó:
    _ Y ustedes, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo:
    _ Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús:
    _ Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.
Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijeran que él era Jesús, el Cristo.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Quién es Jesús para vos?
Pedro le responde “el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
Pedro reconoce en Jesús a Dios, que nos visita, que se hace carne.
Esto es una cuestión de fe, y ésa es la llave del reino de los cielos.
La fe como llave para vivir la vida desde una perspectiva diferente a las demás personas. La fe como una fortaleza, como una liberación de las ataduras de las banalidades de la tierra.
¿Quién es Jesús para mí?
Mi guía, mi fuerza, mi sostén, Dios mismo que me entiende porque ha vivido la experiencia de ser una persona como yo.
A través de Jesús, Dios se hizo uno de nosotros, y nos mostró que es posible hacer la voluntad de Dios. Jesús nos transmitió el amor de Dios en lo concreto, a través de su vida, nos enseñó que si todas decisiones las tomamos en el amor, el mundo puede cambiar. Y que a través del amor, toda persona baja las barreras y se anima a ser tal como es.
Para mí Jesús es la oportunidad aquí y ahora, por lo que no hay tiempo que perder, ni nada que esperar. Eso me produce mucha alegría porque esta propuesta no es sólo para mí, sino para quien quiera reconocerlo como Hijo de Dios y se anime a vivir una vida en la fe.
¿Y para vos?
¿Has pensado alguna vez quien es para vos, Jesús?
Si creés en él, seguramente estás de acuerdo en las ideas que compartí.
Si no creés en él, te invito a que prestes atención a su mensaje a través de los evangelios. Te vas a sorprender de la ayuda que es, la fuerza que te da y lo mucho que te comprende. Hace ya 2000 años que las personas seguimos a Jesús, con la certeza de que Dios lo ha enviado para nuestra salvación, claramente no es ni un invento ni una fantasía. Dios está ahí, en la fe cristiana. Si te cuesta creer en Jesús por sus seguidores, esto es, por nosotros los cristianos y cristianas. Tené en cuenta que nosotros estamos caminando, no somos perfectos, confiamos en Jesús y queremos caminar sobre sus huellas, nos esforzamos por ello, pero no es tan fácil, porque al mismo tiempo somos imperfectos, somos humanos: contradictorios y fluctuantes. Pero Dios nos ayuda en este camino y nos va renovando. No vas a encontrar la perfección en las iglesias, así como en el hospital no vas a encontrar más que enfermos internados. Perfecto es Dios, es Cristo, que nos da de su Espíritu para que podamos mejorarnos cada día. Amén.

Querido Jesús, gracias por haber venido al mundo y darme la posibilidad de vivir en la fe, gracias por entregarte por cada uno de nosotros para que podamos vivir en el tiempo de la gracia, de la oportunidad, y por darnos la fuerza y la creatividad para caminar sobre tus pisadas. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 18 de agosto de 2017

20 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 67

“Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga; 
    haga resplandecer su rostro sobre nosotros;

para que sea conocido en la tierra tu camino, 
    en todas las naciones tu salvación. 

¡Alábente, Dios, los pueblos, 
       todos los pueblos te alaben!

Alégrense y gócense las naciones, 
    porque juzgarás los pueblos con equidad 
    y pastorearás las naciones en la tierra. 

¡Alábente, Dios, los pueblos; 
       todos los pueblos te alaben!

La tierra dará su fruto; 
    nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

Bendíganos Dios 
    y témanlo todos los términos de la tierra.” Amén.

Curiosidades

¿Qué armas utilizaban los caballeros medievales?

En cuanto a las ARMAS DE LOS CABALLEROS, la pieza principal era la COTA DE MALLA. Estaba hecha de un tejido de anillas de hierro o acero unidas formando una camisa hasta las rodillas.
ESCUDO Y ESPADA
Los  escudos  eran  un  elemento  de  defensa  elaborado    con  materiales  resistentes  que  servían  para parar  el  golpe  de  una  espada,  hacha,  etc.  Se  cogían  con  una  mano  mediante  un  asa  y  se colocaba delante  del  cuerpo  para  protegerlo.
LA LANZA
La Lanza la llevan los guerreros a caballo y lo peones a pie. Es de asta (madera generalmente de fresno) y hierro en la parte inferior, permite clavarla en el suelo. En el otro extremo se halla hundido y, a veces, cubierto de piel para poner la mano. Mientras se camina se lleva en posición vertical. En combate servía como jabalina en el siglo XI.
LA MAZA de asta de madera con un una esfera de puntas en un extremo
Entre las armas arrojadizas son importantes el ARCO y la BALLESTA. El arco puede ser de madera o metal.
LA BALLESTA: El ejército de ballesteros va a pie, detrás de los caballeros y los peones con lanzas. Está construida con un pequeño arco rígido fijado a un soporte de madera. La flecha es más corta y ancha que la del arco.
El HACHA: Los villanos se arman con palos y bastones.
Las PICAS Están hechas de un palo largo con un garfio de hierro ancho y puntiagudo en el extremo.
Los caballeros medievales contaban con caballos, lo que les facilitaba a la hora de desplazarse y atacar en el combate. Estos caballos eran grandes y fuertes y valían mucho dinero. Si durante el combate, el caballo resultara herido o derribado en pleno galope contra sus enemigos, el caballero caería. Para evitar eso, los caballos fueron proporcionados por un blindaje que les cubría todo el cuerpo.
http://clasedemartasj.blogspot.com.ar/2014/03/vestimenta-medieval-y-vestimenta-de-los.html

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 15:21-28

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea que había salido de aquella región comenzó a gritar y a decirle:
    _ ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron diciendo:
    _ Despídela, pues viene gritando detrás de nosotros.
Él, respondiendo, dijo:
    _ No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo:
    _ ¡Señor, socórreme!
Respondiendo él, dijo:
    _ No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros.
Ella dijo:
    _ Sí, Señor; pero aun los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
Entonces, respondiendo Jesús, dijo:
    _ ¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres.
Y su hija fue sanada desde aquella hora.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Uno de los problemas que tenemos en las iglesias evangélicas protestantes es el ser comunidades algo cerradas. Esto tiene que ver con nuestro origen: grupos étnicos que desembarcaron en Argentina con su fe, la profesaron y la transmitieron interna y familiarmente. Al formarse las comunidades, la idea fue mantener la fe, pero sin ningún perfil misionero a personas que no perteneciera a la colectividad.
Es verdad que ya todas las actividades son en castellano, pero en general los miembros son del mismo grupo étnico. También es verdad que algunas personas se acercan a la estas iglesias por sentirse atraídas por el modelo de iglesia y por su apertura con respecto a la vida y el compromiso social. De todas maneras sigue pasando que cuesta mucho la llegada de nuevos miembros, y que la gente de la comunidad, en general, demora bastante tiempo para incluirla como parte.
Claramente esto no era muy distinto en los tiempos de Jesús, y la desesperación de la mujer interpeló al mismo Jesús. Ella le presenta su necesidad y su derecho, también, de recibir de su gracia.
El evangelio de hoy nos habla no sólo de la necesidad, sino también del derecho de toda persona que busca a Jesús, a recibirlo; a que las y los cristianos recibamos a la gente que se acerca en esa necesidad que le apremia.
Toda persona que busca a Jesús con fe tiene lugar en la iglesia, en la que esa persona se sienta cómoda. Es fundamental que tomemos conciencia de eso, por un lado porque no somos nosotros quien pongamos las trabas, sino que además puede ser de riqueza para nosotros. Lo más importante es la necesidad de que Jesús entre en nuestras vidas, más allá del grupo o etnia de pertenencia, Amén.

Querido Jesús, siempre te diste especio para el diálogo, para escuchar y dejarte interpelar por las personas que te buscan. Ayudame a tener esa capacidad, a permitir que quienes se acerquen a mi comunidad, me despierten de ese estado de adormilamiento y de dejarme llevar por la inercia de que siempre fueron las mismas personas y las mismas actividades y formas. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 11 de agosto de 2017

13 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 85

“Fuiste propicio a tu tierra, mi Señor; 
    volviste la cautividad de Jacob.

 Perdonaste la maldad de tu pueblo; 
    todos los pecados de ellos cubriste.

 Reprimiste todo tu enojo; 
    te apartaste del ardor de tu ira.

 Restáuranos, Dios de nuestra salvación, 
    y haz terminar tu ira contra nosotros.

¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? 
    ¿Extenderás tu furia de generación en generación?

¿No volverás a darnos vida, 
    para que tu pueblo se regocije en ti?

¡Muéstranos, mi Señor, tu misericordia 
    y danos tu salvación!

 Escucharé lo que hablará mi Señor Dios, 
    porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, 
    para que no se vuelvan a la locura.

Ciertamente cercana está su salvación a los que lo temen, 
    para que habite la gloria en nuestra tierra.

La misericordia y la verdad se encontraron; 
    la justicia y la paz se besaron.

La verdad brotará de la tierra 
    y la justicia mirará desde los cielos.

Mi Señor dará también el bien 
    y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia irá delante de él 
    y sus pasos nos pondrá por camino.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era la vestimenta de los caballeros en la Edad Media?

Para protegerse en las batallas los caballeros llevaban  ARMADURA.
La armadura es una vestidura compuesta por piezas metálicas o de otro material resistente (en muchos casos el cuero) que se utilizaba para protegerse en el combatiente.
Las  armaduras  se  colocaban  por  todo  el cuerpo  (pecho,  brazos,  espalda,  piernas,  pies), eran  muy pesadas (unos 25 a 30 kg.);de  modo  que  los  caballeros  necesitaban  la ayuda  de  sus  escuderos  para vestirse  y  subirse  en  los caballos.  Y  una  vez  que  se  caían,  no  podían  montarse  de  nuevo.
Una armadura completa consta de numerosas piezas articuladas.
Partes del yelmo:
Cimera: La cimera no tenía la función de proteger la parte frontal inferior de su portador sino para decorar el yelmo y estaba situado en la parte más alta del mismo.
Celada: Pieza de la armadura que servía para cubrir y resguardar la cabeza. Es la parte móvil de algunos yelmos que se alzaba o bajaba sostenida por dos ejes a los lados de la misma, en la que había orificios para ver, y con la que el guerrero se protegía.
Babera: Es la parte que se encargaba de proteger la barbilla, boca y las mandíbulas.
Collar: Es el adorno situado en la parte inferior que rodea toda la circunferencia del yelmo.

Para defensa del cuerpo se aplicaban:
* el gorjal o gorguera en la parte alta del pecho y espalda, llegando a sustituir a la gola
* el peto, en el resto del pecho
* las escarcelas que llegaban algo más abajo que el anterior
* los escarcelones, especie de escarcelas que se prolongaban con Articulaciones hasta las rodillas
* el guardarrenes, para los lomos
* la pancera para el vientre, hecha de malla
* la culera, para los glúteos, también fabricada de malla

Las extremidades superiores se cubrían con:
* las hombreras en el hombro
* los guardabrazos en la parte superior del brazo
* las sobaqueras en las axilas
* los codales en el codo
* los brazales en el antebrazo
* los cangrejos en la parte opuesta del codo
* las manoplas en las muñecas y manos
* los guanteletes en los dedos y la mano

Las extremidades inferiores se protegían por:
* los quijotes o musleras para defensa de los muslos
* las rodilleras para las rodillas
* las grebas para las piernas
* los escarpes y zapatos herrados para el pie
* la tarja o tarjeta, que se añadía a dichas piezas en las justas y consistía en un escudito que se fijaba en la parte superior e izquierda del peto y que llevaba pintado el emblema y la divisa del caballero noble.
http://clasedemartasj.blogspot.com.ar/2014/03/vestimenta-medieval-y-vestimenta-de-los.html

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 14:22-33

“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento estaba en contra. Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se desconcertaron, diciendo:
   _ ¡Un fantasma!
Y gritaron de miedo.
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo:
    -¡Tengan ánimo! Soy yo, no teman.
Entonces le respondió Pedro, y dijo:
   _ Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Y él dijo:
    _ Ven.
Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:
   _ ¡Señor, sálvame!
Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo:
    _ ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
En cuanto ellos subieron a la barca, se calmó el viento.
Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo:
    _ Verdaderamente eres Hijo de Dios.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay algunas disciplinas, en cuanto al deporte, que exigen mucha concentración, en donde la persona debe mantener la vista fija hacia adelante, hacia la meta, y no dejarse atormentar o asustar por lo que pasa alrededor, o por la altura en la que están haciendo la actividad.
En esa concentración de alguna manera dominar el miedo al peligro que les genera, y les permite realizar lo que se han propuesto. Puede ser escalar una montaña, caminar en la cuerda floja, o alguna actividad acuática en un mar embravecido.
Los ojos fijos en un punto o en la meta… fundamental para lograr con éxito aquello que se han propuesto.
En el relato de hoy, Pedro comienza a hundirse cuando percibe el riesgo que está corriendo al caminar sobre el mar, pierde la concentración, se olvida de su objetivo, que es unirse a Jesús, que lo ha invitado. Pedro se hunde porque deja de concentrarse en ir hacia Jesús y se distrae con las olas que se sacuden a su alrededor.
Eso mismo nos pasa cuando atravesamos por las tormentas de la vida, y nos invade la desesperanza. Dejamos de confiar en que Dios nos sostiene en su mano, y nos distraemos con tanta información y situaciones que estamos viviendo, que nos turban, y no nos permiten ver el horizonte, la Luz.
Cuando Jesús le extiende la mano a Pedro, siente su calor y se siente a salvo. De la misma manera, cuando sentimos el calor de una mano amiga en nuestros momentos de desesperación, vuelve la tranquilidad y la paz a nuestro corazón.
Hoy Jesús nos llama a no desesperar, a no distraernos en medio de la tormenta, del caos, para que nuestra mente permanezca clara y concentrada, porque solamente en ese estado es posible caminar hacia adelante. Dios nos acompaña, aún cuando no sintamos el calor de una mano amiga. Pero si en algún momento ya no logramos concentrarnos más, Jesús la tiende a través de las personas que nos rodean, y nos hace sentir que concretamente nos acompaña en nuestra angustia.
No lo olvides. Amén.

Querido Jesús, gracias porque sé que estás a mi lado siempre, porque tus ojos me vigilan y no me van a dejar que me hunda. Ayudame a confiar en vos siempre. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 4 de agosto de 2017

6 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Te exaltaré mi Dios, oh Rey, 
y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre. 
Todos los días te bendeciré, 
y alabaré Tu nombre eternamente y para siempre. 
Grande es el mi Señor, y digno de ser alabado en gran manera, 
y Su grandeza es inescrutable.

Una generación alabará Tus obras a otra generación, 
y anunciará Tus hechos poderosos. 
En el glorioso esplendor de Tu majestad, 
y en Tus obras maravillosas meditaré.

Los hombres hablarán del poder de Tus hechos portentosos, 
y yo contaré Tu grandeza. 
Ellos proclamarán con entusiasmo la memoria de Tu mucha bondad, 
y cantarán con gozo de Tu justicia.

Clemente y compasivo es el mi Señor, 
lento para la ira y grande en misericordia. 
Mi Señor es bueno para con todos, 
y su compasión, sobre todas Sus obras. 

Mi Señor, Tus obras todas Te darán gracias, 
y Tus santos Te bendecirán. 
La gloria de Tu reino dirán, 
y hablarán de Tu poder, 

Para dar a conocer a los hijos de los hombres
Tus hechos poderosos 
y la gloria de la majestad de Tu reino. 
Tu reino es reino por todos los siglos, 

y Tu dominio permanece por todas las generaciones.
Mi Señor sostiene a todos los que caen, 
y levanta a todos los oprimidos. 

A Ti miran los ojos de todos, 
y a su tiempo Tú les das su alimento. 
Abres Tu mano, 
y sacias el deseo de todo ser viviente.

Justo es el mi Señor en todos Sus caminos, 
y bondadoso en todos Sus hechos. 
Mi Señor está cerca de todos los que Lo invocan, 
De todos los que Lo invocan en verdad.

Cumplirá el deseo de los que Le temen, 
también escuchará su clamor y los salvará. 
Mi Señor guarda a todos los que Lo aman, 
pero a todos los impíos destruirá. 

Mi boca proclamará la alabanza de mi Señor; 
y toda la humanidad bendecirá Su santo nombre
eternamente y para siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo se vestían las mujeres en la Edad Media?

Al comienzo de la Edad Media, las mujeres vestían ropas largas sin forma, llamadas "sayas", con amplias mangas largas. Bajo estas, vestían un corpiño que tenía mangas más ajustadas. El cabello era cubierto con un velo.
La tela era algodón o lana, que podía estar teñida de marrón, amarillo, rojo y naranja -colores terrosos- usando tinturas vegetales.
Las mujeres ricas vestían grandes cinturones de oro y decoraban su vestimenta con perlas y gemas. Sus zapatos eran largos y terminados en punta.
En el siglo XV, las sayas se volvieron más ajustadas y también comenzaron a mostrar el escote. Las mangas fueron diseñadas para ajustarse más sobre los brazos utilizando botones.
Las mujeres vestían un vestido exterior, COTA O SAYA con mangas amplias y largas. Algunas mangas eran tan largas que tocaban el suelo.
También vestían una SOBREVESTE, que era parecido a un poncho que se extendía desde los hombros hasta justo por debajo de la cintura. Se fijaba con un sujetador de acero. En invierno, la sobreveste podía estar confeccionada con piel, pero en verano, las mujeres ricas vestían unas diseñadas con seda.
Generalmente reservada para la aristocracia y para ceremonias, este sobre-vestido no posee mangas y está muy abierto en los laterales, dejando ver (y resaltando) la cintura ajustada y la cadera destacada por un cinto suelto. Los surcotes de mayor nivel están ribeteados en piel.
Una curiosidad medieval es el traje partido representando a cada familia noble.
http://clasedemartasj.blogspot.com.ar/2014/03/vestimenta-medieval-y-vestimenta-de-los.html

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 14:13-21

“Al oír esto, Jesús se fue de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron, lo siguieron a pie desde las ciudades. Cuando Jesús desembarcó, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos.
Al atardecer se acercaron los discípulos, diciendo: “El lugar está desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos.” Pero Jesús les dijo: “No hay necesidad de que se vayan; denles ustedes de comer.” Entonces ellos dijeron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.” “Traigan acá los panes y los peces,” les dijo.
Y ordenando a la muchedumbre que se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos. Después partió los panes y se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. Todos comieron y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. Y los que comieron fueron unos 5.000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Cuando se comparte, sobra. No es un cálculo matemático, sino una experiencia de vida.
En un tiempo de individualismo y de búsqueda de acumular para que no nos falte, este concepto es incomprensible. No se puede explicar, porque como teoría falla, solo se hace evidente cuando se experimenta.
Vivimos en una sociedad en donde diariamente tiramos cantidades enormes de comida, por este miedo a que nos falte. No sólo cuando organizamos una fiesta o en los restaurantes y casas de eventos, sino en nuestras casas.
¿Cuántas veces tenés que limpiar tu heladera porque está llena de comida que se te echó a perder, no alcanzaste a consumirla?
También podemos pensar en las veces que organizamos algo con comida a la canasta: cada persona que participa, trae comida para ella y para al menos tres personas más… acto seguido, sobra un montón de comida, y más tarde, en unos días más, se tira.
Sin embargo, cuando apenas tenemos un par de cosas en la heladera y cae visita, logramos hacer una comida abundante ¡y hasta sobra! Siempre sorprende esto, pero la razón es justamente esa regla con la que comencé la reflexión: cuando se comparte, sobra.
Y es que, así como Jesús bendijo los panes y los peces en el medio del campo, Dios bendice la comida cuando la compartimos y hace que podamos saciarnos aunque sea poca.
Tenemos tanto miedo que nos falte y nos aferramos a lo que tenemos, sin darnos cuenta que al compartir, se multiplica. No nos damos cuenta que eso es lo que Dios espera de nosotros: que seamos generosos como lo es Él, que nos da siempre mucho más de lo que necesitamos para vivir.
No nos damos cuenta que cuando acumulamos nadie la aprovecha, ni otras personas (que lo están necesitando), ni nosotros mismos, que terminamos tirando lo que no usamos o consumimos.
Les invito a que aprovechen casa oportunidad que Dios nos brinda para compartir, de esa manera podemos vivir la maravillosa experiencia de compartir. Amén.

Querido Jesús, gracias por enseñarme lo importante que es compartir entre las personas, tanto cuando yo tengo algo, como cuando otra persona comparte conmigo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.