viernes, 28 de octubre de 2016

30 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 10

“¿Por qué, mi Señor, te quedas lejos,
te escondes en las horas de la angustia?
Por el orgullo del impío es perseguido el desdichado,
queda preso en la trampa que le ha urdido.

Sí, el impío se jacta de los antojos de su alma,
el avaro que bendice menosprecia a mi Señor,
el impío, insolente, no le busca:
‘¡No hay Dios!’, es todo lo que piensa.

En todo tiempo se afianzan sus caminos,
allá arriba tus juicios muy lejos de él están,
a todos sus rivales da soplidos.

Dice en su corazón: ‘¡Jamás dudaré!’
porque en desgracia no se ve, maldice.

De fraude y engaño está llena su boca,
bajo su lengua sólo maldad e iniquidad;
al acecho se aposta entre las cañas
en los recodos mata al inocente.

Todo ojos, espía al desvalido,
al acecho escondido como león en su guarida,
al acecho para atrapar al desdichado,
atrapa al desdichado arrastrándole en su red.

Espía, se agazapa, se encoge,
el desvalido cae en su poder;
dice en su corazón: ‘Dios se ha olvidado,
tiene tapado el rostro, no ha de ver jamás.’

¡Levántate, mi Señor, alza tu mano, oh Dios!
¡No te olvides de los desdichados!
¿Por qué el impío menosprecia a Dios,
dice en su corazón: ‘No vendrás a indagar?’

Lo has visto ya, que la pena y la tristeza
las miras tú para tomarlas en tu mano:
el desvalido se abandona a ti,
tú socorres al huérfano.

¡Quiebra el brazo del impío, del malvado;
indaga su impiedad sin dejar rastro!
¡Mi Señor es rey por siempre, por los siglos;
los gentiles han sido barridos de su tierra!

El deseo de los humildes escuchas tú, mi Señor,
su corazón confortas, alargas tus oídos,
para hacer justicia al huérfano, al ultrajado:
¡cese de dar terror el hombre salido de la tierra!” Amén.

Curiosidades

¿Qué sucede en la Dieta de Augsburgo?

En la Dieta de Augsburgo (1530), Carlos estaba en una situación ventajosa. La Paz de Cambray con Francia en 1529 y la reconciliación con Clemente VII tras el Saco de Roma de 1527 permitieron que Carlos I fuera coronado emperador del Sacro Imperio por el Papa en Bolonia. Carlos fue con la intención de acabar con el conflicto religioso para poder obtener fondos y así poder hacer frente a la costosa política exterior del Imperio. En la asamblea, los Estados protestantes estaban liderados por el Landgrave Felipe de Hessen y por el duque Juan de Sajonia, hermano del fallecido Federico. De los teólogos, destacaron Felipe Melanchthon por los protestantes, ya que Lutero aún seguía proscrito y no podía abandonar Sajonia, y Johannes von Eck por los católicos. En la misma, los protestantes presentaron la Confesión de Augsburgo, un documento redactado en última instancia por Melanchton que incluía la doctrina luterana pero suavizada para que fuera aceptada mínimamente por los católicos. No obstante, Eck y compañía no lo aceptaron pese a algunas modificaciones y los protestantes no estaban dispuestos a renunciar a las bases de su doctrina. Como resultado, Carlos condenó plenamente el luteranismo sin hacer concesiones. De vuelta en sus Estados, los príncipes y ciudades protestantes fundaron la Liga de Esmalcalda en diciembre de 1930 para hacer frente a la amenaza del Emperador. Por su parte, Lutero criticó las decisiones de las últimas dietas en dos obras. En Comentarios al edicto de Augsburgo no atacaba al Emperador sino que se cebaba con el legado papal Campeggio y con Clemente VII. Amonestación del doctor Martín Lutero a sus queridos alemanes fue una obra realizada a instancias del Landgrave para alentar a los reformistas a que resistieran frente a un eventual ataque de Carlos V y legitimaba el derecho de resistencia militar de los soberanos protestantes.
http://blogs.ua.es/luteromartin/2011/08/13/la-reforma-en-las-dietas-imperiales/

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 5:2-10

“Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
‘Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra. 
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Qué significa ser bienaventurado/a?
Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la primera definición de bienaventurado es “que goza de Dios en el cielo”, otro significado de bienaventurado es: afortunado. También se dice de una persona: “demasiado sencilla o cándida”.
En definitiva la bienaventuranza está relacionada con la felicidad, la simplicidad o ingenuidad y con Dios. El punto es que en las llamadas “bienaventuranzas” nos encontramos con situaciones que nada tienen que ver con la felicidad, como la consideramos los seres humanos, ni con la ingenuidad, pero sí con Dios, porque tienen que ver con el compromiso con el mundo que nos rodea, y el dar testimonio.
Desde el inicio del movimiento de Jesús, quienes adhirieron no tomaron esta fe como un escapismo, como un círculo cerrado, sino en una relación con la realidad y el compromiso con los y las más débiles… y eso ha tenido y sigue teniendo su costo. Por eso la persecución, por eso el hambre y sed de justicia, por eso el trabajo por la paz.
Si pensamos en la realización del ser humano, el sentimiento de plenitud que nace de una vida con principios y en la coherencia, es más fácil comprender que una persona es bienaventurada cuando actúa en consonancia con lo que dice y piensa. Esa persona es bienaventurada, es afortunada, porque se entrega a una causa, la defiende, en beneficio de muchas otras personas.
Eso es lo que Jesús espera de quienes creemos en El. Que podamos vivir una vida, incluso arriesgándola, denunciando la injusticia, la pobreza, trabajando por la paz, conmoviéndonos con la realidad de las personas que nos rodean y haciendo algo para cambiarla. Lo que en hebreo llama “Tikun Olam”.
Te invito a que seas parte de los y las bienaventurados, que te animes a vivir una vida de entrega y coherencia. Vas a ver la felicidad que provoca cuando salimos de nosotros mismos para ir al encuentro del otro, la otra. Amén.

Querido Jesús, quiero seguir tus pasos, vivir en la bienaventuranza, salir de mí misma para descubrir la verdadera felicidad, la plenitud. Dame la fuerza y la integridad para hacerlo, ayúdame a dejar de lado mi egoísmo y mis temores. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 21 de octubre de 2016

23 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 34

“Bendeciré a mi Señor en todo tiempo,
sin cesar en mi boca su alabanza;
en mi Señor mi alma se gloría,
¡óiganlo los humildes y se alegren!

Engrandezcan conmigo a mi Señor,
ensalcemos su nombre todos juntos.
He buscado a mi Señor, y me ha respondido:
me ha librado de todos mis temores.

Los que miran hacia él, refulgirán:
no habrá sonrojo en su semblante.
Cuando el pobre grita, mi Señor oye,
y le salva de todas sus angustias.

Acampa el ángel de mi Señor
en torno a los que le temen y los libra.
Gusten y vean qué bueno es mi Señor,
dichoso el hombre que se cobija en él.

Teman a mi Señor ustedes, santos suyos,
que a quienes le temen no les falta nada.
Los ricos quedan pobres y hambrientos,
mas los que buscan a mi Señor de ningún bien carecen.

Vengan, hijos, óiganme,
el temor de mi Señor voy a enseñarles.
¿Quién es el ser humano que apetece la vida,
deseoso de días para gozar de bienes?

Guarda del mal tu lengua,
tus labios de decir mentira;
apártate del mal y obra el bien,
busca la paz y anda tras ella.

Los ojos de mi Señor sobre los justos,
y sus oídos hacia su clamor,
el rostro de mi Señor contra los malhechores,
para raer de la tierra su memoria.

Cuando gritan aquéllos, mi Señor oye,
y los libra de todas sus angustias;
mi Señor está cerca de los que tienen roto el corazón,
él salva a los espíritus hundidos.

Muchas son las desgracias del justo,
pero de todas le libera mi Señor;
todos sus huesos guarda,
no será quebrantado ni uno solo.

La malicia matará al impío,
los que odian al justo lo tendrán que pagar.
Mi Señor rescata el alma de sus siervos,
nada habrán de pagar los que en él se cobijan.” Amén.

Curiosidades

¿Qué se resuelve en las dos Dietas de Espira?

Desde la Dieta de Worms (1520), el problema de la Reforma pasó a ser una cuestión fundamentalmente política que debía resolver Carlos V. En la Dieta de Spira (1526), Carlos se vio obligado a mantener una actitud conciliadora debido a las amenazas militares que suponían el avance turco por el Este y la creación de la Liga de Cognac, formada por Francisco I de Francia, el papa Clemente VII, Venecia, Milán y Florencia. Para obtener subsidios, el Emperador acabó permitiendo que cada gobernante de los Estados y ciudades del Imperio administrara sus asuntos religiosos como gustase. Más tarde, la segunda Dieta de Spira (1529) impuso una serie de prohibiciones a los reformistas para que pararan de realizar cambios religiosos, respetasen los derechos de las autoridades católicas y devolvieran las propiedades expropiadas; la protesta presentada por los reformistas les valió el calificativo de “protestantes”.
http://blogs.ua.es/luteromartin/2011/08/13/la-reforma-en-las-dietas-imperiales/

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 18:9-14

“Dijo también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta parábola: ‘Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.’ En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!’ Les digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado." Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Cuando pertenecemos al grupo de personas del medio, que no hace grandes cosas, que vive una vida tranquila, con una rutina diaria, que no tiene mayores enemigos ni entra en controversias o problemas, el momento de confesión de pecados resulta algo superficial ¿qué tenemos que confesarle a Dios? Nuestro corazón no está afligido y nuestra vida está más o menos tranquila. Muchas veces nos medimos con otros, y nos vemos relativamente buenos…
No se trata de buscarle la quita pata al gato, pero el asumir nuestra naturaleza imperfecta, que incluso sin darnos cuenta hacemos daño, o afectamos a otra persona, es importante, porque nos ubica al lado del resto de la gente y no por encima. Porque este es el peligro: creernos mejores que otras personas. El punto es que algunas personas han sido menos beneficiadas, y tal vez sus partes negativas sean más visibles que las de otras personas, pero toda persona tiene su debilidad, aquello que nos opaca. Puede ser la mezquindad, la falta de amor, de empatía, la hipocresía, o tantas otras cosas que nos alejan de Dios.
Cuando tenemos nuestro momento de confesión, de introspección, es importante ser sinceros con nosotros mismos porque esto mismo nos ayudará para mejorarnos como personas. Porque de eso se trata.
Dios no pretende que vivamos autoflagelándonos por nuestras debilidades y errores, sino que en esta pequeña tarea de asumir cómo somos, podamos ir corrigiéndonos y mejorándonos como personas, para de esta manera, mejorar también nuestro entorno.
Buscar el perdón de Dios, que nos mire con misericordia nos ayuda también a actuar de esa forma, perdonando y mirando con misericordia a las personas que nos rodean. Dando la oportunidad a quien se equivoca y busca cambiar, ayudándola, pero también pidiendo ayuda cuando nosotros la necesitamos.
El juzgar a los demás, clasificar a las personas y discriminarlas no nos lleva a nada, y es el inicio de las guerras en el mundo. El sentirse mejor que otras personas, en primer lugar, nos hace mal a nosotros mismos, pero a la vez nos perjudica en nuestra relación con los demás.
El cambio está en cada uno de nosotros, y es de adentro hacia afuera. Bien vale este ejercicio. Amén.

Querido Jesús, ¡cómo nos conocés! ¡cómo sabés de esta nuestra mala costumbre de juzgar y creernos mejores que otras personas! A mí me pasa también, y aunque lucho contra esto, no siempre me sale, cada tanto vuelvo a juzgar, vuelvo a mirar torcido a quien está al lado mío. Ayúdame a ser misericordiosa, a perdonar como vos m perdonas, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 14 de octubre de 2016

16 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 121

“Alzo mis ojos a los montes:
¿de dónde vendrá mi auxilio?
Mi auxilio me viene de mi Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

¡No deje él titubear tu pie!
¡no duerme tu guardián!
No, no duerme ni dormita
el guardián de Israel.

Mi Señor es tu guardián,
tu sombra, mi Señor, a tu diestra.
De día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

Te guarda mi Señor de todo mal,
él guarda tu alma;
mi Señor guarda tus salidas y entradas,
desde ahora y por siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Qué motivó las 95 Tesis de Martín Lutero?

En 1517 fray Martín Lutero envió al arzobispo de Magdeburgo, Alberto de Brandeburgo una carta pidiendo se pusiera fin a los abusos en la predicación de las indulgencias en la diócesis e instándole a una controversia sobre el tema. Adosaba sus 95 tesis sobre las indulgencias que aquí presentamos. En la carta el fraile agustino le decía al arzobispo:
«Perdóname, reverendísimo padre en Cristo y príncipe ilustrísimo, que yo, hez de los hombres, sea tan temerario, que me atreva a dirigir esta carta a la cumbre de tu sublimidad.... Bajo tu preclarísimo nombre se hacen circular indulgencias papales para la fábrica de San Pedro, en las cuales yo no denuncio las exclamaciones de los predicadores, pues o las he oído, sino que lamento las falsísimas ideas que concibe el pueblo por causa de ellos. A saber: que las infelices almas, si compran las letras de indulgencia, están seguras de su salvación eterna; ítem, que las almas vuelan del purgatorio apenas se deposita la contribución en la caja; además que son tan grandes los favores, que no hay pecado por enorme que sea, que no pueda ser perdonado aunque uno hubiera violado —hipótesis imposible— a la misma Madre de Dios; y que el hombre queda libre, por estas indulgencias, de toda pena y culpa. ¡Oh Dios Santo! Tal es la doctrina perniciosa que se da, Padre óptimo, a las almas encomendadas a tus cuidados. Y se hace cada vez más grave la cuenta que has de rendir de todo esto. Por eso, no pude por más tiempo callar.... ¿Qué hacer, excelentísimo prelado e ilustrísimo príncipe, sino rogar a tu Reverendísima Paternidad se digne mirar esto con ojos de paternal solicitud y suprimir el librito e imponer a los predicadores de las indulgencias otra forma de predicación, no sea que alguien se levante por fin, y con sus publicaciones los refute a ellos y a tu librito, con vituperio sumo de tu Alteza?... Desde Wittenberg 1517, en la vigilia de Todos los Santos. Martín Lutero, agustiniano, doctor en sagrada teología.»
¿Cuál fue la situación concreta que motivó el escrito? Ya desde 1507 el Papa Julio II había concedido una indulgencia a quien colaborara con su limosna en la construcción de la nueva basílica de San Pedro. El Papa León X renovó dicha indulgencia en 1514. Pero lo que tal vez suscitó el malestar en Alemania fue el permiso otorgado a Alberto de Brandeburgo para predicar la misma indulgencia, solamente que con otros fines. El arzobispo había contraído una copiosa deuda con los conocidos banqueros Függer que le habían adelantado dinero para poder hacerse de una tercera diócesis, Maguncia. El dispositivo ideado para saldar la deuda fue que la mitad de las limosnas recogidas en la predicación de la indulgencia irían a parar a manos de los banqueros, y la otra mitad iría a las arcas de la Cámara Apostólica. Este hecho, sumado a una teología equivocada sobre los efectos de la indulgencia en los muertos (se decía en la predicación popular "No bien cae la limosna en el cestillo el alma sale del purgatorio"), inflamó a toda Alemania.
Históricamente debemos ser críticos sobre la tradición que hace a Lutero clavando las tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg. Mas bien el motivo de la difusión de las tesis hay que explicarlo por la respuesta que daban a un verdadero anti-romanismo presente en todos los estamentos de la sociedad alemana.
http://webs.advance.com.ar/pfernando/DocsIglMod/Lutero_95tesis.html

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 18:1-8

“Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer. ‘Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’ Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme.’
Dijo, pues, el Señor: "Oigan lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y los hace esperar? Les digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?" Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Los tiempos de Dios son muy distintos que los nuestros. Ya desde el principio partimos del hecho que Dios es eterno y nuestra vida, limitada.
A eso se suma que somos ansiosos por naturaleza, y en los tiempos que vivimos se ha acentuado. Vivimos el tiempo de la inmediatez: “llame ya”, “hacelo ahora”, son las frases que suenan todo el tiempo a nuestro alrededor y en nuestras cabezas.
No tenemos ni paciencia, ni perseverancia. Cualquier cosa que me exija espera o esfuerzo está descartada. Hemos inventado productos que estimulen el crecimiento y el desarrollo de animales y plantas. También echamos productos sobre los sembrados para que maduren antes y sobre las semillas, para que se sequen. No tenemos paciencia para el parto natural, hay que esperar y sorprenderse, por lo que la cesárea está al orden del día: preferimos “desalojar” a nuestro bebé antes de que nazca en el momento preciso. Luego, no tenemos paciencia para amamantar, el más rápido que tome la mamadera, y de paso, no hace falta que sea justo la madre la que se ocupe… cualquiera lo puede hacer. No tenemos paciencia para aprender, ni para enseñar, y así s nos va la vida: corriendo atrás de la nada… y cuando nos damos cuenta… ya se tarde…
Como decía, los tiempos de Dios son otros, así como lo es su justicia. La oración, el acostumbrarnos a orar, es fundamental para hacer un giro en nuestras vidas y dejar este mundo de inmediatez, para vivir una vida en el encuentro, en descubrir la voluntad de Dios.
La fe nos cambia el eje en nuestra vida. Hace que salgamos de la rueda loca de esta sociedad que hemos construido y que sólo nos lleva a la desesperación y el sálvese quien pueda. La fe nos permite soportar el tiempo de espera, orar confiados en que Dios nos escucha, pero también nos prepara para lo que tenga que ser, nos fortalece y nos anima.
Dios nos escucha, aunque su respuesta no sea inmediata, esto nos sirve para practicar la paciencia, un don muy importante y poco desarrollado en este tiempo. Los tiempos de Dios no son los mismos que los nuestros, pero siempre son los justos, los que nos permiten llegar a lo que queremos y necesitamos en el momento exacto. No desesperemos. Amén.

Querido Jesús, ayúdame a ser paciente, a respetar los tiempos de la naturaleza y de la vida. Cada momento es único e irrepetible, y tantas veces los paso por arriba apurada por lo que está por venir. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

lunes, 3 de octubre de 2016

9 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 98

“Canten a mi Señor un canto nuevo,
porque ha hecho maravillas;
victoria le ha dado su diestra
y su brazo santo.

Mi Señor ha dado a conocer su salvación,
a los ojos de las naciones ha revelado su justicia;
se ha acordado de su amor y su lealtad
para con la casa de Israel.

Todos los confines de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.
¡Aclamen a mi Señor, toda la tierra,
estallen, griten de gozo y entonen!

Entonen para mi Señor con la cítara,
con la cítara y al son de la salmodia;
con las trompetas y al son del cuerno aclamen
ante la faz del rey mi Señor.

Brama el mar y cuanto encierra,
el orbe y los que le habitan;
los ríos baten palmas,
a una los montes gritan de alegría,

ante el rostro de mi Señor, pues viene
a juzgar a la tierra;
él juzgará al orbe con justicia,
y a los pueblos con equidad.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es la Dieta de Worms?

El emperador cita a Lutero a Worms, ya prácticamente declarado hereje por la excomunión. Durante la dieta, según la voluntad de la iglesia y también del emperador, Lutero deberá retractarse de sus enseñanzas. Los príncipes que lo apoyan, esperan que los hechos venideros debilitarán el poder político de Roma en Alemania.
También el soberano de Lutero, el poderoso príncipe elector Federico el Sabio de Sajonia, exige que Lutero no sea proscrito ni detenido sin ser antes escuchado.
El 2 de abril de 1521, Lutero sale hacia la dieta del imperio de Worms. Ya su viaje parece más una marcha triunfal que el acto de contrición que la iglesia esperaba. En todos los pueblos por donde pasa es recibido por multitudes entusiastas.
Predica en Erfurt, Gotha y Eisenach. Y también en Worms, donde llega el 16 de abril, el pueblo lo recibe con júbilo.
La actitud de Lutero ante la Dieta imperial es descrita como racional, inteligente y bien pensada. Debe comparecer dos veces ante el emperador, y cada vez se le da a entender que se espera que se retracte de sus enseñanzas, pero Lutero no ve ninguna prueba contraria a sus tesis y opiniones que podría motivarlo a cambiar de postura: "Si no se me convence mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón - porque no le creo ni al papa ni a los concilios ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos -, por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable. ¡Dios me ayude, amén!"
Las famosas palabras "¡No puedo hacer otra cosa; ésta es mi postura. Dios me ayude, amén!" no provienen de Lutero.
Después de salir de la sala de sesiones, Lutero exclama aliviado: "¡Estoy al otro lado!" Y de hecho por el momento es así: Lutero puede retirarse. No es detenido ya que su salvoconducto tiene una vigencia de 21 días. El 25 de abril emprende el viaje de regreso.
Una vez que Lutero y los príncipes que lo apoyan han salido de Worms, el emperador proscribe al reformador (Edicto de Worms): cualquiera puede matarlo sin temor a consecuencias.
Durante el viaje de regreso, Federico el Sabio hace "secuestrar" a Lutero el 4 de mayo (Lutero estaba informado). Esto por un lado para garantizar la seguridad de Lutero, por el otro, para hacerlo desaparecer del mapa por un tiempo; incluso circuló el rumor de que el reformador estaría muerto. Para el príncipe elector, la acción también servía para protegerse a sí mismo, ya que no aparecería como cobijando a un hereje proscrito.
Lutero es llevado al Wartburg, un castillo retirado, y el movimiento reformista tiene tiempo para consolidarse.
http://www.luther.de/es/leben/worms.html

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 17:11-19

“Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaria y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: ‘¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!’ Al verlos, les dijo: ‘Vayan y preséntense a los sacerdotes.’ Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: ‘¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?’ Y le dijo: ‘Levántate y vete; tu fe te ha salvado’.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

A las personas nos cuesta agradecer a Dios por lo que hace por nosotros. Le pedimos ayuda, que nos sane, que no nos haga faltar nada, pero agradecerle… eso es otra cosa.
De hecho si vemos la cantidad de personas bautizadas comparadas a las que participan de alguna comunidad cristiana, sin lugar a dudas es en proporción menos que uno de diez, como presenta el relato de hoy.
Jesús sana a diez leprosos y sólo uno vuelve para agradecerle, y ése es salvo por su fe.
¿Cuál es la diferencia entre ser sanado o salvado? ¿o cuál es el plus que de la salvación por la fe después de haber sido librado de la enfermedad?
Ahí entramos en el concepto de salud y enfermedad ¿qué es estar enfermo, qué es estar sano?
Cuando las diez personas leprosas son sanadas, solamente se libran de su enfermedad, y lo que buscan en Jesús es simplemente eso: no ser más leprosos. Mientras el que vuelve, reconoce el poder de Jesús, por eso lo adora y agradece, lo reconoce como enviado de Dios. Y eso le permite sanarse integralmente: esa es la salvación.
A partir de ser salvos la enfermedad del cuerpo pasa a un segundo plano, porque lo que Dios nos devuelve a partir de la fe, es la armonía de nuestro ser. Algo mucho más importante que la salud, que sanarse de algún mal.
Si bien, potencialmente, toda persona puede vivir en la fe, no son tantas las que lo hacen, justamente porque se conforman, como los nueve leprosos, con la salud física, y en nuestro caso, que no nos falte lo indispensable para vivir.
El problema es que cuando sólo nos acercamos “utilitariamente” a Dios, pidiendo y recibiendo, cuando nos toca caminar por valles de sombras, los caminos oscuros y ríspidos de la vida, no tenemos la fuerza ni la luz para descubrirnos íntegros a pesar de la enfermedad, de la muerte.
Entonces ¿qué hacer para ser salvos? Confiar en Jesús, creer en él y en su obra redentora.  Buscar una comunidad de fe en donde nos sintamos a gusto, en familia, y ejercitarnos para que cuando llegue la hora estemos listos. Agradeciendo siempre a Dios por lo mucho que nos da y adorándolo únicamente a él, transformándolo en el centro de nuestras vidas. Dios nos bendecirá con la fe en el momento que él considere. Solo hay que tener paciencia. Amén.

Querido Jesús, sanaste a diez personas leprosas y sólo una volvió a agradecerte. Ayúdame a ser como ella, ayúdame a ser agradecida en todo momento. Dame tu salvación, quiero una vida en armonía, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.