viernes, 29 de septiembre de 2017

1° de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 25

“A ti, mi Señor, levantaré mi alma.

Dios mío, en ti confío; 
no sea yo avergonzado. 
¡No se alegren de mí mis enemigos!

Ciertamente, ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; 
serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

Muéstrame, mi Señor, tus caminos; 
enséñame tus sendas.

Encamíname en tu verdad y enséñame, 
porque tú eres el Dios de mi salvación; 
en ti he esperado todo el día.

Acuérdate, mi Señor, de tus piedades y de tus misericordias, 
que son perpetuas.

De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones no te acuerdes. 
Conforme a tu misericordia acuérdate, mi Señor, de mí, 
por tu bondad.

Bueno y recto es mi Señor; 
por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.

Encaminará a los humildes en la justicia 
y enseñará a los mansos su carrera.

Todas las sendas de mi Señor son misericordia y verdad 
para los que guardan su pacto y sus testimonios.

Por amor de tu nombre, mi Señor, 
perdonarás también mi pecado, que es grande.

¿Quién es el hombre que teme a mi Señor? 
Él le enseñará el camino que ha de escoger.

Gozará él de bienestar 
y su descendencia heredará la tierra.

La comunión íntima de mi Señor es con los que lo temen, 
y a ellos hará conocer su pacto.

Mis ojos siempre se dirigen hacia mi Señor, 
porque él saca mis pies de la red.

Mírame y ten misericordia de mí, 
porque estoy solo y afligido.

Las angustias de mi corazón se han aumentado; 
sácame de mis congojas.

Mira mi aflicción y mi trabajo 
y perdona todos mis pecados.

Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado 
y con odio violento me aborrecen.

¡Guarda mi alma y líbrame! 
No sea yo avergonzado, porque en ti he confiado.

Integridad y rectitud me guarden, 
porque en ti he esperado.

¡Redime, Dios, a Israel 
de todas sus angustias!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo debe ser un príncipe cristiano según el escrito "A la nobleza cristiana" de Martín Lutero?

Un príncipe cristiano debe abandonar la idea de dominar y actuar con violencia.
Un príncipe debe tener en su mano el derecho con tanta firmeza como la espada y debe estimar con su propia razón cuando y donde ha de aplicar el derecho, es decir, siempre ha de dominar el derecho y la razón. Sin embargo, no es suficiente obedecer al derecho escrito o a los juristas, es necesario algo más. La condición de príncipe es riesgosa, si el príncipe mismo no es tan inteligente que pueda gobernar ambos, a su derecho y a sus consejeros, no podría gobernar bien. Un príncipe debe actuar con temor y no ha de confiarse en libros ni cabezas vivas, ha de atenerse únicamente a Dios y pedirle un corazón sabio y entendimiento justo para gobernar a sus súbditos.

1-En primer lugar, debe estimar a sus súbditos y poner en ello todo su corazón. Hará esto si ordena todos sus sentidos a serle útil y servicial. Debe reflejar la imagen de Cristo en sus ojos. Debe hacer suyas las necesidades de sus súbditos y actuar conforme a ello.

2-En segundo lugar, el príncipe ha de prestar atención a los grandes señores y a sus consejeros, y estar con ellos en la actitud de no despreciar a nadie (escuchar a todos), pero tampoco confiarlo todo a uno solo (por más inteligente que sea). Debe confiar en sus poderosos y dejarles hacer, pero conservar las riendas y no estando confiado si no vigilando y recorriendo el país. A los verdaderos cristianos les gustará y estarán agradecidos de que el príncipe los vigile muy cuidadosamente, en cambio los que quieren tomar el control son de los que más hay que desconfiar. Sólo en Dios se puede confiar completamente.

3- En tercer lugar, que ponga cuidado en actuar rectamente con los malhechores. Debe castigar sin perjudicar a los demás. Si no puede castigar la injusticia sin cometer una injusticia mayor, que renuncia a todo su derecho, por más justo que sea. Ningún príncipe debe guerrear contra su superior. A la autoridad no se le debe resistir con fuerza sino con la verdad. Si el adversario es igual o inferior, en primer lugar de le debe ofrecer justicia y paz, si la rechaza, tiene que defenderse con la fuerza contra la fuerza, pero no debe mirar su propio interés sino que la protección de sus súbditos y ayudarlos. En este caso de peligro, los súbditos están obligados a seguirlo y arriesgar sus cuerpos y sus bienes, debe hacerlo por amor a los demás. En estos casos de guerra es cristiano aún el que mata, etc.
Si el príncipe está equivocado los súbditos no tiene la obligación de obedecerlo, nadie está autorizado a actuar en contra del derecho, deben obedecer a Dios antes que a los hombres. Mientras que no sepan si tiene razón o no pueden obedecerlo sin peligro para sus almas.

4- En cuarto lugar, el príncipe debe comportarse cristianamente también respecto a Dios, debe someterse a él con total confianza y pedirle sabiduría para gobernar bien.
EN RESUMEN: un príncipe debe atender cuatro puntos: Primero, a Dios con una confianza perfecta, segundo, a sus súbditos, con amor y servicio cristiano. Tercero, a sus consejeros y a sus mangantes con una razón libre y un entendimiento independiente. Cuarto, a los malhechores con una seriedad y severidad mesuradas.
http://www.altillo.com/examenes/uba/cbc/cspoliticas/cspoliticas_2015_fos_reslut.asp

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 21:28-32

“»Pero ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero le dijo: "Hijo, vete hoy a trabajar en mi viña". Respondiendo él, dijo: "¡No quiero!" Pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro le dijo lo mismo; y respondiendo él, dijo: "Sí, señor, voy". Pero no fue.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?
Dijeron ellos:
    _ El primero.
Jesús les dijo:
    _ De cierto les digo que los publicanos y las rameras van delante de ustedes al reino de Dios, porque vino a ustedes Juan en camino de justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las rameras le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron esto, no se arrepintieron después para creerle.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Quedarme en el amague… ¿cuántas veces me pasa? ¿cuántas veces te pasa a vos?
Tenemos planes, buenos deseos, sueños… pero quedan ahí, esperando.
Tiene que ver con la voluntad, la convicción, el estar dispuesto a renunciar a otras cosas que tal vez también nos llaman y nos causan placer o simplemente nos tienen apresados.
Si miramos a nuestro alrededor hay mucho por hacer. Si pensamos cómo mejorar nuestro entorno: nuestro pueblo, el barrio, la escuela, la plaza… hay mucho por hacer y tiene que ver con hacer la voluntad de Dios.
Dios nos ha creado como seres comunitarios que nos complementamos y ayudamos mutuamente. El hacer cosas en función del bienestar común es voluntad de Dios, y cuando lo hacemos nos hace bien y hacemos bien… pero requiere un esfuerzo, un compromiso.
Mucho nos quejamos de que nada funciona ¿pero hacemos algo por cambiar eso? Nadie quiere formar parte ni de las cooperadoras, ni de las comisiones, ni de la Iglesia… ¡nadie quiere comprometerse!
Cuando se hacen las asambleas no se logra renovar siquiera los miembros mínimos de las comisiones… de lo que sea: escuelas, clubes, hospitales, Iglesias…
Esto sólo tiene una explicación: que cada vez más decimos “si, si”, pero cada vez menos pensamos en el bienestar común y pensamos sólo en nosotros mismos. Y el resultado está a la vista: si hay un baldío, una plaza, una calle en malas condiciones, a lo sumo podemos llegar a hacer una queja a la municipalidad… pero arreglarlo entre todos ¡ni hablar!
Muchas veces vemos por la tele el trabajo voluntario de gente que se arremanga y sale a limpiar y pintar plazas, o hacen comida y la salen a repartir por las calles a la gente que vive allí, y nos decimos para adentro: ¡qué buena iniciativa! Tal vez vos me digas “y bueno, es porque les sobra tiempo y dinero”, y yo te digo “es porque se sienten llamados, responsables de hacer algo por el otro/a". El tema es que cuando ayudo, practico la misericordia, a quien primero le sirve es a quien la hace, pero además, en esa actitud genera un cambio en el entorno. En su acto de humanidad, humaniza a quien esta al lado, que es beneficiado directa o indirectamente.
Lo que afecta a nuestra ciudad, a la larga (o a la corta) nos afecta a nosotros. El trabajar nosotros por mejorar nuestro entorno puede ser contagioso, no sólo ayuda a los demás, sino que también nos sirve a nosotros, nos beneficia. ¿No sería hora de que nos pongamos en marcha, que dejemos de ideas y buenas intenciones y hagamos algo por mejorar nuestro entorno?
Es el momento de decir “si, ya voy” e ir. Es algo bueno para vos, para los demás y una alegría para Dios. Amén.

Querido Jesús, ayudame a salir de mí misma y a dejar de decirte “ya voy” y quedarme en la nada. Dame voluntad y creatividad para poder realizar la obra a la que me has llamado a favor de tu Reino. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 22 de septiembre de 2017

24 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.

Cada día te bendeciré
y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

Grande es mi Señor y digno de suprema alabanza;
su grandeza es insondable.

Generación a generación celebrará tus obras
y anunciará tus poderosos hechos.

En la hermosura de la gloria de tu magnificencia
y en tus hechos maravillosos meditaré.

Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
y yo publicaré tu grandeza.

Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
y cantarán tu justicia.

Clemente y misericordioso es mi Señor,
lento para la ira y grande en misericordia.

Bueno es mi Señor para con todos,
y sus misericordias sobre todas sus obras.

¡Te alaben, mi Señor, todas tus obras,
y tus santos te bendigan!

La gloria de tu reino digan
y hablen de tu poder,

para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos
y la gloria de la magnificencia de su reino.

Tu reino es reino de todos los siglos
y tu señorío por todas las generaciones.

Sostiene mi Señor a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.

Los ojos de todos esperan en ti
y tú les das su comida a su tiempo.

Abres tu mano
y colmas de bendición a todo ser viviente.

Justo es mi Señor en todos sus caminos
y misericordioso en todas sus obras.

Cercano está mi Señor a todos los que lo invocan,
a todos los que lo invocan de veras.

Cumplirá el deseo de los que lo temen;
oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.

Mi Señor guarda a todos los que lo aman,
pero destruirá a todos los impíos.

La alabanza de mi Señor proclamará mi boca.
¡Todos bendigan su santo nombre
eternamente y para siempre!” Amén.

Curiosidades

Uno de los escritos importantes de Lutero es "La cautividad babilónica de la Iglesia en 1520 ¡Qué dice este escrito?

Lutero redactó "La cautividad babilónica de la Iglesia" en latín y estaba dirigido no al pueblo llano sino a los humanistas y al clero. Su título –Un preludio sobre la cautividad babilónica de la Iglesia– enlazaba con una corriente de pensamiento que había comparado desde hacía siglos la decadencia de la iglesia católica con el destierro que había sufrido el pueblo de Israel en Babilonia. De hecho, también se había denominado cautividad babilónica al período en que el papa había abandonado Roma para residir en Aviñón. Lutero comenzaba diciendo que había tenido que escribirlo impulsado por los ataques feroces de los que había sido objeto, pero lo cierto es que también recogía las consecuencias lógicas de sus conclusiones contrarias a Roma. Anunció su publicación a Spalatino a la vez que le informaba de la llegada de Eck con la bula papal. Lutero sostiene en el texto que la Biblia debe ser la base de la vida de la iglesia: “La iglesia debe su vida a la Palabra de la promesa, y es alimentada y preservada por esta misma Palabra – son las promesas de Dios las que hacen a la iglesia y no la iglesia la que hace las promesas de Dios”. A partir de ahí, Lutero indica que, propiamente hablando, por lo tanto, sólo pueden existir dos sacramentos, el Bautismo y la Santa Cena, porque son los únicos de los que hablan las Escrituras. Lutero no niega el matrimonio, la confirmación o el orden, pero no los considera sacramentos en la medida en que Cristo no los instituyó como tales. Precisamente, ese biblicismo es el que lleva a Lutero a cuestionar buena parte de la enseñanza católica sobre la Eucaristía. En primer lugar, cuestiona el dogma de la transubstanciación. De hecho, el pasaje de Juan 6 nada tiene que ver con este dogma –una afirmación que pocos exegetas católicos cuestionarían en la actualidad– que carece de sustento bíblico. La base para llegar a esa conclusión es no sólo que los textos del Nuevo Testamento hablan de que lo que tomaban los primeros cristianos era pan y vino (I Corintios 11, 26-28), sino que además resultaba inverosímil definir un dogma sobre la base de la filosofía aristotélica. La objeción última ya había sido planteada por humanistas como Erasmo, si bien habían preferido no entrar en controversias al respecto. Igualmente, Lutero se refería a la Biblia para indicar que los cristianos participaban del pan y del vino, y no sólo del pan como era práctica en la época. La conclusión a la que acababa llegando el teólogo era que la iglesia estaba sometida a una situación de cautividad espiritual por Roma. Ésta, en lugar de sujetarse a lo que indicaban las Escrituras, había añadido sacramentos que carecían de base bíblica y había trastornado la naturaleza del bautismo y de la Cena del Señor.
protestantedigital.com/blogs/1828/Lutero_y_los_escritos_del_verano_de_1520
Quiero compartir también el prólogo del profesor Rodolfo Obermüller en el escrito traducido al castellano:
Entre los años 1305 y 1377, la sede de la curia papal encontrábase en la ciudad de Aviñón, en Francia, porque el rey de Francia había apresado al Papa.
Este período fue llamado “la cautividad babilónica del Papa”, expresión ya proverbial que con el acierto digno de un periodista fue usada por Lutero para encabezar una obra suya, en la cual contesta dos publicaciones controversistas, sosteniendo que la Iglesia misma fue aprisionada por el sistema papal.
En el mes de junio de 1520 Lutero dio con un Tractatus de communione sub utraque specie, escrito por Agustín Von Alfeld, monje franciscano en Lipsia, conteniendo “bases bíblicas” para la privación del cáliz a los laicos. Poco después leyó Revocatio Martini Lutheri, Agustiniani ad sanctam sedem, compuesto por Isidro Isolani, monje dominicano, profesor de teología en Cremona (Italia). En el transcurso de cuatro semanas, Lutero escribió su réplica, un “preludio”, para su revocatio que es otro nuevo desafío. Con todo propósito, la publicación se hizo exclusivamente en latín con el fin de limitar la discusión a los círculos teológicos. Pero los conceptos presentados en el libro ya habían sido expuestos en el idioma vernáculo popular, por medio de los sermones Sobre el sacramento de la penitencia, Sobre el santo dignísimo sacramento del bautismo, y Sobre el dignísimo sacramento del santo verdadero cuerpo de Cristo y sobre las cofradías, todos del año 1519. El tratado en latín los presenta ahora en forma más sistemática y coherente.
En la primera parte se describe la liberación de los tres sacramentos que tienen base bíblica: la comunión, el bautismo y la confesión. Liberados de las cadenas dogmáticas, son demostraciones del perdón de los pecados por la fe. En la segunda parte se estudia el significado auténtico de la confirmación, de la bendición nupcial, de la ordenación sacerdotal y de la extremaunción. Lutero no niega que tales ceremonias puedan expresar verdades de la vida cristiana, pero no acepta su
carácter sacramental. Un sacramento sería una promesa dada por Cristo y corroborada por un acto en el cual se apoya la fe del creyente.
En la parte final, Lutero anuncia que ni siquiera la excomunión lo hará renunciar a su propósito.
Muy grande fue el impacto del tratado. Erasmo, el humanista reformista, quedó aterrado por su lectura ya que ahora la ruptura de los luteranos con la Iglesia romana parecía inevitable. La Universidad de París protestó pública y solemnemente
contra los conceptos de Lutero. El rey de Inglaterra, Enrique VIII, compuso un libro contra “el lobo infernal cuya boca rebosa del pus de su corazón maligno herético”.
Tales reacciones ponen de relieve la importancia de esta obra para el conocimiento y la apreciación de las posiciones teológicas y eclesiológicas del joven Lutero.
En épocas posteriores de su vida, Lutero habrá de modificar y radicalizar algunos de sus conceptos, que en 1520 llevaran aún el sello de un intento conservador y reconciliador, de modo que no se llega a conocer la doctrina de Lutero en su solución completa sin comparar estos conceptos con aquellos que se manifiestan en el Catecismo Mayor (1529) y en los Artículos de Esmalcalda (1536).
Escrito durante el mes de agosto, el tratado salió de la imprenta de Melchior Lotther el 6 de octubre de 1520.
En la edición crítica de Weimar, el tratado figura en el tomo VI, págs. 489-573, base de nuestra traducción.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 20:1-16

“»El reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados y les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña, y les daré lo que sea justo". Y ellos fueron.
Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados y les dijo: "¿Por qué están aquí todo el día desocupados?"
Le dijeron: "Porque nadie nos ha contratado". Él les dijo: "Vayan también ustedes a la viña, y recibirán lo que sea justo".
»Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: "Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los últimos hasta los primeros".
Llegaron los que habían ido cerca de la hora undécima y recibieron cada uno un denario. Al llegar también los primeros, pensaron que habían de recibir más, pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: "Estos últimos han trabajado una sola hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día".
Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo y vete; pero quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿No me está permitido hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?"
Así, los primeros serán últimos y los últimos, primeros, porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre me he preguntado por qué tenemos la mala costumbre de compararnos con las demás personas, medirnos en función del otro, si lo que tenemos o a lo que hemos llegado está bien o o tal vez no tanto.
El otro tema es el sentimiento, que muchas veces nos invade, de que para los demás todo es más fácil que para nosotros, al mismo tiempo que nuestra vida es siempre más complicada, difícil e injusta. Incluso a veces estamos contentos con una paga, una nota, el resultado de nuestro esfuerzo... pero de repente, vemos al de al lado, y sentimos que hemos sido desfavorecidos.
¿Qué es lo justo?
Si vamos a mirar la parábola de hoy: que a nadie le falte lo necesario.
¿Qué es lo justo para nosotros?... y... depende de qué lado estemos o momento estamos viviendo. Lo que hoy para mí está bien, mañana tal vez no.
Lo que es importante asumir es que somos egoístas, que está en nuestra naturaleza. Pero al mismo tiempo, que nos cuesta ver la gran bendición que Dios derrama sobre nosotros/as.
Te invito a mirar tu vida: ¿tenés trabajo? ¿cómo andás de salud? ¿tenés de algún tipo de discapacidad? ¿tenés un lugar donde vivir? ¿estás rodeado/a de personas que te quieren?
Hace algunos años conocí una persona que nació con parálisis cerebral. Pero que no se resignó porque a la hora de la "repartija" no había sido beneficiado, no se rindió. Su madre fue una buena parte de su fuerza, pero fue él quien se dijo a sí mismo que ese cuerpo, que ojos de las demás personas no valía nada, podía hacer cosas, y le iba a sacar provecho. Desde los 8 años pinta con la boca, Dios le ha dado un don increíble. Sus cuadros cuidan el menor detalle, y si bien él necesita ayuda casi en todo... cuando toma el pincel en su boca, salen obras que nosotros no logramos hacer con nuestras dos manos.
Este hombre descubrió que Dios lo había bendecido especialmente y que puede brindar no sólo la alegría de disfrutar de sus pinturas, sino que nos puede dar fuerzas a los que, teniendo todo, nos decaemos y sentimos que no podemos.
¿Y la justicia?
Dios tiene una forma muy diferente de impartir la justicia, tan diferente como el de repartir los dones. La clave es si los aprovechamos o perdemos el tiempo quejándonos. Amén.

Querido Jesús, ayudame a que deje de medirme con los demás, de ver constantemente si no he salido perjudicada en la repartija. Sé que muchas veces soy necia y que mido todo con la misma vara y así me pierdo de vivir intensa y agradecidamente. Ayudame a sacar y explotar lo mejor de mí misma para de esa manera dar a conocer al mundo tu gran obra. Te lo pido a vos que junto al Padre y al Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.

viernes, 15 de septiembre de 2017

17 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 103

“Bendice, alma mía, a mi Señor, 
    y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a mi Señor, 
    y no olvides ninguno de sus beneficios.

 Él es quien perdona todas tus maldades, 
    el que sana todas tus dolencias,

el que rescata del hoyo tu vida, 
    el que te corona de favores y misericordias,

el que sacia de bien tu boca 
    de modo que te rejuvenezcas como el águila.

 Mi Señor es el que hace justicia 
    y derecho a todos los que padecen violencia.

Sus caminos notificó a Moisés, 
    y a los hijos de Israel sus obras.

Misericordioso y clemente es mi Señor; 
    lento para la ira y grande en misericordia.

No contenderá para siempre 
    ni para siempre guardará el enojo.

 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades 
    ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados,

porque, como la altura de los cielos sobre la tierra, 
    engrandeció su misericordia sobre los que lo temen.

Cuanto está lejos el oriente del occidente, 
    hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

Como el padre se compadece de los hijos, 
    se compadece mi Señor de los que lo temen,

porque él conoce nuestra condición; 
    se acuerda de que somos polvo.

 El hombre, como la hierba son sus días; 
    florece como la flor del campo,

que pasó el viento por ella, y pereció, 
    y su lugar ya no la conocerá más.

Mas la misericordia de mi Señor es desde la eternidad y hasta la eternidad 
    sobre los que lo temen, 
    y su justicia sobre los hijos de los hijos,

sobre los que guardan su pacto 
    y los que se acuerdan de sus mandamientos 
    para ponerlos por obra.

Mi Señor estableció en los cielos su trono 
    y su reino domina sobre todos.

¡Bendigan a mi Señor, ustedes sus ángeles, 
    poderosos en fortaleza, que ejecutan su palabra 
    obedeciendo a la voz de su precepto!

¡Bendigan a mi Señor, ustedes todos sus ejércitos, 
    ministros suyos que hacen su voluntad!

¡Bendigan a mi Señor, ustedes todas sus obras, 
    en todos los lugares de su señorío! 
    ¡Bendice, alma mía, a mi Señor!” Amén.

Curiosidades

¡Cuáles son los ejes teológicos de "La libertad cristiana" de Martín Lutero?

Durante la Edad Media el cristianismo tenía la facultad de establecer un “orden sagrado”, según el cual cada persona ocupaba un lugar fijo, predeterminado por Dios. La Iglesia Católica poseía la facultad de establecer este orden de acuerdo a su mejor parecer, y las personas debían someterse a él. Solamente a través de esta sujeción y el cumplimiento de muchas y variadas obligaciones formales el cristiano era partícipe de la salvación de Jesucristo. De este modo, la Iglesia Católica ejercía un control sobre las libertades individuales, cuyo único consuelo era una vida en el Más Allá, junto a Dios.
Lutero, que había estudiado detalladamente las Epístolas paulinas, propone una ruptura de este “orden sagrado”, retomando afirmaciones de Pablo de Tarso:
A fin de que conozcamos a fondo lo que es el cristiano y sepamos en qué consiste la libertad que para él adquirió Cristo y de la cual le ha hecho donación –como tantas veces repite el apóstol Pablo– quisiera asentar estas dos afirmaciones: El cristiano es libre señor de todas las cosas y no está sujeto a nadie. El cristiano es servidor de todas las cosas y está supeditado a todos. Ambas afirmaciones se encuentran claramente expuestas en las epístolas de San Pablo. (…)
A la justificación de las obras predicada por la Iglesia Católica, Lutero opone la justificación por la fe:
Ninguna obra hace al artesano según la calidad de ella, sino como es el artesano, así resultará también la obra. Idéntico es el caso de las obras humanas, las cuales serán buenas o malas según sean la fe o la incredulidad del hombre. Y no al contrario: como son sus obras, así será justo o creyente. (…)
La libertad cristiana es un hito en el pasaje de la Edad Media a la Edad Moderna porque plantea una inversión de la hasta ese entonces vigente concepción de la relación entre religión y libertad.
El texto de Lutero fue de gran relevancia para el desencadenamiento de la Guerra de los campesinos alemanes porque aquello que Lutero había empleado en un sentido teológico fue entendido por los campesinos en forma literal: su liberación del Vasallaje, que postularon en Los doce artículos. Lutero se distanció de las revueltas campesinas con su escrito de 1525 Contra las hordas ladronas y asesinas de los campesinos.
https://es.wikipedia.org/wiki/La_libertad_cristiana

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 18:21-35

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo:
    _ Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo:
    _ No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
»Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Cuando comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderlo, junto con su mujer e hijos y todo lo que tenía, para que se le pagara la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba diciendo: "Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo".
El señor de aquel siervo, movido a misericordia, lo soltó y le perdonó la deuda.
»Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y agarrándolo, lo ahogaba, diciendo: "Págame lo que me debes".
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo".
Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándolo su señor, le dijo: "Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?"
Entonces su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con ustedes, si no perdonan de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las cosas que más nos cuestan es personar. Y es verdad que hay cosas muy difíciles de personar: el asesinato de una persona querida, la violación de un hijo o una hija, el maltrato y la tortura por otra persona (sobre todo cuando es desde la autoridad) a un ser querido…
Pero la verdad es que la mayoría de nosotros guardamos rencor o rabia hacia las personas que nos hicieron pasar un mal momento, o que tuvimos una diferencia de dinero o bienes, muchas veces fue un hecho concreto, bien específico, pero que lo guardamos y “atesoramos” de por vida. Es más, el tiempo va pasando y lo que queda es el rencor, el recuerdo de lo que sucedió, muchas veces es un vago recuerdo.
Una de las características de los cristianos (o al menos Jesús nos enseñó eso) es el saber perdonar. El perdonar no porque el otro lo merezca, porque esto de merecer siempre es muy subjetivo, sino primeramente por nosotros. Porque no hay nada que amargue más y nos trabe que llevar un rencor en el pecho. Es como un dolor que no nos permite desarrollarnos plenamente, disfrutar de las cosas buenas que nos pasan. El rencor, la rabia, es como una espina que llevamos dentro de la carne que molesta, supura y hasta puede afectar el resto de los miembros.
Perdonar libera, y primeramente a quien perdona, aunque el otro ni se entere, aunque el otro no quiera la reconciliación. Cuando yo, en mi corazón, digo: “te perdono”, siento un alivio, es como que me sacan un enorme peso de encima.
Pero ¿por qué estoy llamada a perdonar como cristiana que soy? Porque Dios, a través de Jesucristo, me ha perdonado que no siempre le sea fiel, que a veces confíe más en mis propias fuerzas y no tenga conciencia de que Él es quien me guía y me protege, que me ha dado la vida y todo lo que soy. Y así me ha hecho su hija, me ha dado parte de su divinidad, que es el Espíritu Santo, que vive en mí y me anima. Si Dios ha hecho todo eso conmigo ¿cómo no ser generosa con el otro y perdonar?
Perdonar no siempre es tan fácil… ¡pero se siente tan bien después! Perdonar libera… vos lo podés experimentar. Amén.

Querido Jesús, tengo que reconocerte que me cuesta mucho perdonar, que muchas veces cuido y alimento mi rencor al punto que hasta me olvido cuál fue el origen de esa rabia. Ayudame a tener un corazón generoso y dispuesto a perdonar. Ayudame en esta tarea que me cuesta pero sé que es terapéutica. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 8 de septiembre de 2017

10 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 95

"Vengan, cantemos gozosos al Señor,
aclamemos a la Roca de nuestra salvación;
con acciones de gracias vayamos ante él,
aclamémosle con salmos.

Porque es el Señor un Dios grande,
Rey grande sobre todos los dioses;
en sus manos están las honduras de la tierra,
y suyas son las cumbres de los montes;
suyo el mar, pues él mismo lo hizo,
y la tierra firme que sus manos formaron.

Entren, adoremos, prosternémonos,
¡de rodillas ante el Señor que nos ha hecho!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros el pueblo de su pasto,
el rebaño de su mano.

¡Oh, si escucharan hoy su voz!:
«No endurezcan sus corazones como en Meribá,
como el día de Massá en el desierto,
donde me pusieron a prueba sus padres,
me tentaron aunque habían visto mi obra.

«Cuarenta años me asqueó aquella generación,
y dije: Pueblo son de corazón torcido,
que mis caminos no conocen.
Y por eso en mi cólera juré:
¡No han de entrar en mi reposo!»" Amén.

Curiosidades

¿Cómo eran las comidas en la Edad Media?

La sociedad medieval comía cerca de dos veces al día: almuerzo, cercano a la hora del mediodía y una merienda ligera. El desayuno era, por razones prácticas, elaborado para muchos trabajadores, niños, mujeres y enfermos, siempre a horas muy tempranas. La mayoría de las personas que sucumbían al desayuno, lo consideraban una práctica débil.

Banquete en la edad media:
Las cenas a altas horas de la noche y los banquetes en los que solía haber considerables cantidades de alcohol eran considerados inmorales. Se consideraban asociados con vicios tales como: apuesta, lenguaje soez, bebida y prostitución, lo que no impedía que incluso miembros importantes de la Iglesia practicaran este tipo de banquetes. Las comidas de rango menor y los aperitivos eran muy comunes a pesar de no estar bien vistos por la Iglesia.
Los menús en la Edad Media se presentaban por servicios y cada servicio constaba de varios platos los cuales se sacaban a la mesa todos a la vez.
Una comida podía constar de 3 ó 4 servicios e incluso más, una de 4 servicios constaba de:
  • Primer servicio:  Capones a la Cameline (Salsa de canela), Gallinas a las hierbas, Coles nuevas y caza.
  • Segundo Servicio: Asado, Pavos reales con apio, Paté de capones, Liebre con vinagre rosado y Capones al mosto.
  • Tercer servicio: Perdiz a la trimolette, Pichones estofados, Paté de caza, Gelatinas y Lesches (Tajadas de carne).
  • Cuarto Servicio: Pasteles, Crema frita, Patés de peras, Almendras dulces, Nueces y Peras.
Los “Servicios” corresponden a diferentes fases de la comida. Los comensales no comen de todos los platos presentados en cada servicio, sino más bien picotean de unos u otros. Después de cada servicio se retira todo de la mesa antes de que llegue el siguiente. Cuando se levantaba la mesa de un servicio y para matar el tiempo muerto entre servicios, actuaban malabaristas, trovadores etc. es lo que se llamaba el “Entremés”. Los platos, especialmente aquellos destinados a las mesas reales, suponían verdaderas obras de arte, recetas refinadas y exclusivas, cocinadas durante horas por decenas de sirvientes que, también en estos siglos, se especializan en las labores culinarias.
El utillaje de las mesas era muy simple hasta el siglo XIV, hay que tener en cuenta que el comedor no existía y para las comidas y celebraciones en una sala adecuada de la casa se montaban tableros sobre caballetes, los tableros se cubrían con lienzos que colgaban del lado de los comensales y servían para limpiarse las manos, la servilleta todavía no se había inventado, era habitual y bien visto comer con tres dedos de cada mano por lo que antes de comer los comensales se solían lavar las manos. Los recipientes raramente eran de vidrio puesto que eran un material caro y lujoso en las mesas medievales, aunque se conocía el plato de madera o estaño, no se utilizaba como tal, para los alimentos líquidos se utilizaba la escudilla y era práctica común el compartir la escudilla con otro comensal, así podemos leer en la nota del Ménagier de París que en una mesa para 16 personas decía “La comida fue para 8 escudillas”. En una novela de Perceforet se dice “Hubo casi ochocientos caballeros sentados a la mesa y no hubo ninguno que no tuviera dama o doncella para su escudilla”.
Para los alimentos sólidos se utilizaba una rebanada de pan como soporte, que en algunas casas se dejaba sobre una base de madera o estaño, (El nacimiento de los salvamanteles), en muchas casas estos “platos paneros” empapados en grasa se depositaban en el “Plato limosnero” para distribuirlos entre los menesterosos.
Las cucharas eran conocidas y utilizadas en la mesa, el tenedor sin embargo no era conocido, el primer país que empezó a utilizarlos fue Italia para comer la pasta.
En cuanto al uso del cuchillo, cada comensal utilizaba el suyo, es decir sus dagas o puñales. Los animales de caza se presentaban enteros y el dueño de la casa o el invitado de más honor los cortaba con su espada. Uno de los mayores honores era el de proporcionar a un invitado el privilegio de trinchar.
La mesa de los reyes y príncipes, se distinguían por la presencia en la misma de una naveta, es decir un cofre con forma de navío, de metal precioso y adornado con pedrería, cerrada con un candado fuera de las comidas, donde se guardaban los utensilios del rey y sobre todo las especias que en la época eran de gran valor.
Los nobles solían beber de sus copas de plata u oro, pero la gente común, aun sentada en comedores reales, lo hacían del jarro, es decir bebían a morro, eso sí antes se limpiaban los labios con el dorso de la mano y nunca bebían con la boca llena.
Los códigos sociales de aquella época hacían difícil para una mujer mantener los estereotipos de permanecer bella, delicada e inmaculada durante el transcurso de una fiesta suntuosa, la mujer del hospedador del banquete comía a menudo en un recinto separado. Pudiendo unirse al banquete cuando ya estaba a su final y los negocios ya se habían tratado.
Los libros de etiqueta que se conservan explican cómo hay que comportarse en la mesa. A continuación figuran algunos buenos consejos:
  • Absteneos de escupir cuando estéis sentados en la mesa.
  • Si os enjuagáis la boca cuando estáis comiendo, no debéis escupir el agua en el plato sino que debéis hacerlo en el suelo y educadamente.
  • Si os sonáis la nariz, acordaos de limpiaros la mano con la manga del vestido, (en la época no existían los pañuelos).
  • No os limpiéis los dientes o los ojos con el mantel.
  • Si hay un servidor de Dios en la mesa tened especial cuidado dónde escupís.
  • No os mondéis los dientes con un cuchillo, una paja o un palo en la mesa.
https://restaurantebeltane.wordpress.com/2012/07/27/alimentacion-y-gastronomia-en-la-edad-media/

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 18:15-20

"«Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano.
«Yo os aseguro: todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. «Les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»" Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre digo que el primer grupo de autoayuda de la historia es la comunidad cristiana, que no fue una idea de los seguidores de Jesús, sino del mismo Maestro. Él mismo eligió a un grupo de personas para acompañarlo en la tarea que el Padre le había encomendado, con ellos compartía su vida, no sólo les dejaba un legado. Los primeros cristianos simplemente pusieron en práctica lo mismo que habían vivido junto al Señor.
El texto que hoy compartimos es casi un pequeño manual para saber cómo conducirse ante las situaciones de crisis, en donde alguno de los miembros tenía conductas contrarias al evangelio.
Podemos observar un cuidado mutuo de las partes para que nadie resultara expuesto, pero a la vez, de ser necesario, tomar decisiones drásticas. Y aún así, de ninguna manera significaba una discriminación o difamación de la persona expulsada de la comunidad. Dice el texto: "sea para ti como el gentil y el publicano", que no tiene una connotación negativa, sino clarificadora de la postura de la persona con respecto al mensaje del Evangelio.
Al mismo tiempo el texto presenta la fuerza de la comunidad, ya que aún en la más pequeña, "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos", Dios está presente, y lo que decidan será de inspiración divina.
Ninguna comunidad es perfecta, porque está conformada por nosotros, seres humanos imperfectos, pero al invocar a Dios, él nos da la sabiduría necesaria para que lo que se decida esté iluminada por el espíritu santo.
Si en la comunidad se vive en amor sincero, trabajando en ese amor, no como una sensiblería barata, sino como el mandato de Cristo, que se construye desde el ejercicio diario de ir contra los propios egoísmos, el resultado es maravilloso.
No existe una comunidad perfecta, pero sí una que contiene, acompaña, fortalece y busca siempre que Dios ilumine sus decisiones. Amén.

Querido Jesús, gracias por tus recomendaciones, gracias porque me has enseñado la importancia de vivir en comunidad, porque sólo ahí puedo ir perfeccionandome en esta vida, para ser realmente una discípula tuya. Ayudame a vivir en un amor sincero, que pueda siempre tomar las mejores decisiones, y que nunca me deje llevar por las emociones. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

viernes, 1 de septiembre de 2017

3 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 63

"Dios, tú mi Dios, yo te busco,
mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo,
como erial agotado, sin agua.

Así como te veía en el santuario,
contemplando tu fuerza y tu gloria,
-pues tu amor es mejor que la vida,
por eso mis labios te alaban-,

así quiero bendecirte en mi vida,
levantar mis manos en tu nombre;
me saciaré como de grasa y médula,
mis labios te alabarán jubilosos.

Si acostado me vienes a la mente,
quedo en vela meditando en ti,
porque tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra ti,
tu diestra me sostiene.

Mas los que tratan de acabar conmigo,
¡caigan en las honduras de la tierra!
¡Sean pasados a filo de espada,
sirvan de presa a los chacales!

Cuando el rey en Dios se alegrará,
el que jura por él se felicitará,
cuando cierren la boca a los mentirosos. " Amén.

Curiosidades

¿Qué lugar ocupaba el pan en la Edad Media?

El pan fue algo característico de la alimentación medieval, sería la base alimenticia de las clases populares, pudiendo constituir el 70 % de la ración alimentaria del día. Se estima que el consumo de pan en varias regiones pudo llegar a ser muy similar al 1–1,5 kg por persona y día.
  Bien es cierto que los campesinos tomaban las harinas menos refinadas y su pan habitualmente pan de centeno, cebada, alforfón, mijo y avena, era más negro y con mayor contenido de salvado. El arroz, introducido en España por los árabes se mantuvo demasiado caro como para ser empleado en la fabricación del pan. El pan que se elaboraba en la cultura sefardí procedía de una masa cocida dos veces (el lunes y el viernes) y su aspecto era seco, se guardaba en jarras y posteriormente se humedecía con agua o aceite. Las harinas refinadas de trigo consideradas como unas de las más nutritivas, se reservaban para la elaboración de pan blanco que comerían las clases altas, los panaderos cocían panes grandes que frecuentemente se utilizaban como plato donde reposar los alimentos que se comen.
  Aquellos alimentos que acompañaban al pan se denominaban “companagium”.
Durante los periodos de escasez en las cosechas de cereal se empleaba como sustituto a estos algunos frutos secos tales como las nueces, las legumbres secas, helechos y una amplia variedad de materia vegetal. La alternativa a aquellos que no podían adquirir pan era siempre las gachas.
  Las gachas son un plato sencillo que se elabora cociendo granos de avena (normalmente molidos, aunque también machacados, cortados o en harina de avena) u otros cereales, frutos secos o legumbres en agua, leche o una mezcla de ambas. Suelen servirse calientes en un cuenco o plato. Las gachas de avena y sémola son las variedades más populares, si bien también se emplean otros cereales como, la cebada y el maíz,
  La importancia del pan como un alimento diario, convertía a los panaderos en un elemento social de gran importancia para la comunidad. Se mejoró la cocción del pan gracias a la confluencia de dos hechos: la introducción de hornos dentro de viviendas gracias al uso de nuevos materiales de construcción, resistentes a las altas temperaturas, y la fabricación de molinos cerca de estos hornos.
Así, aparecieron las primeras tiendas especializadas en venta de pan -panaderías- Entre los primeros gremios de la ciudad que se organizaron estaban, naturalmente, los panaderos
  Las legumbres al no ser muy panificables, generalmente se molían en forma de harina y se disolvían en potajes. La mayoría de la población comía gachas, antes de la llegada de los moriscos, igual que en el periodo romano. En algunas ocasiones se remojaba un pedazo de pan en una salsa, que contuviese vino, leche o cualquier otra sustancia líquida, a esto llamaban sop. Horno de pan en la edad media.   Todos ellos precursores primitivos de los potajes y cocidos, la más popular entre los sefardíes era la adafina, que posteriormente se elaborarían con mayor empeño a lo largo de la geografía española.
  Otros alimentos como puede ser la carne, los huevos y el pescado eran completamente estacionales. Algunos detalles de la cocina española de la época se pueden ver en poemas literarios de la época como el Cantar de mio Cid en el que los caballeros cristianos adoban el conducho, pan y vino mezclado con algún grano de trigo.
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Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 16:21-28

"Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día.
Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: "¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!"
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: "¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? "Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.Yo les aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Cuántas veces te has sentido tentado/a de sacar el cuerpo a una situación complicada, que te compromete o complica la vida?
¿Cuántas veces te ha pasado que pensaste contar con alguien, pero en el momento justo estabas solo/a?
Vivimos en un tiempo en donde son pocas las personas que realmente se comprometen con algo. No estoy hablando sólo de la Iglesia, sino en cualquier institución que no dé réditos, como por ejemplo las cooperadoras de las escuelas o jardines, las bibliotecas, etc.
Vivimos en un tiempo en el que si no recibo algo concreto a cambio, no me comprometo, no me involucro. Sólo cuando me toca de cerca, entonces me doy cuenta lo importante que es poder contar con el apoyo, la ayuda de alguien, la contención...
Como cristiana sé que Jesús no se dejó tentar, asumió el compromiso de dar su vida por nosotros, de morir en la cruz para resucitar al tercer día, para nuestra salvación. Como cristiana sé que Jesús no "esquivó el bulto" sino que hizo la voluntad del Padre, que lo había enviado.
Sé también que me llama a seguirlo, a asumir el compromiso de transmitir su Evangelio, que no es otra cosa que comprometerme con la realidad en la que vivo, aún que sienta que estoy remando contra la corriente, y que a veces me canse.
De ahí que surge también la pregunta ¿qué sentido tiene mi vida si la vivo sólo para mí misma?
El punto que para vivir la experiencia es necesario salir de la propia comodidad, sin eso no es posible. Es verdad que muchas veces sentimos que hay más problemas que soluciones, pero el pequeño grano de arena que pueda compartir, hace la diferencia.
Para recibir Vida, hay que dar Vida... la recompensa es grande, no por un reconocimiento, sino simplemente por la alegría del deber cumplido y descubrir en los demás a Cristo mismo. Amén.

Querido Jesús, ¡gracias por enseñarme el valor del compromiso! Por mostrarme que se pueden vencer las tentaciones, y no somos unos tontos quienes hemos decido vivir conforme nuestros principios. Ayudame a tomar mi cruz y seguirte, caminando sobre tus pasos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.