viernes, 14 de junio de 2013

16 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 32

“¡Cuán bienaventurado es aquél cuya transgresión es perdonada,
Cuyo pecado es cubierto!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño!

Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió
Con mi gemir durante todo el día.
Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí;
Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano.

Te manifesté mi pecado,
Y no encubrí mi iniquidad.
Dije: “Confesaré mis transgresiones al Señor;”
Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. 

Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él.
Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás;
Con cánticos de liberación me rodearás.

Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;
Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti.

No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento;
Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,
Porque si no, no se acercan a ti.
Muchos son los dolores del impío,
Pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará.
Alégrense en el Señor y regocíjense, justos;
Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón.” Amén.

Curiosidades


Bernabé provenía de una familia sacerdotal judeocipriota y fue uno de los primeros miembros de la iglesia de Jerusalén que vendió su propiedad para el bien de la comunidad.
“Varón bueno”, dice Lucas, “lleno de Espíritu Santo y de fe” en Hechos 11:24, y en cuatro ocasiones por lo menos su corazón cálido y su visión espiritual, y el respeto aparentemente universal por él, arrojaron resultados importantes.
Cuando el Saulo convertido llegó a Jerusalén y descubrió que los cristianos lo consideraban un espía, fue Bernabé quien lo presentó a los apóstoles que eran “columnas” y los convenció de su conversión y su sinceridad.
La gran contribución de Bernabé lo muestra dedicado a la total aceptación de los gentiles sobre la base de la fe en Cristo. El viaje con Pablo, que comenzó en su propia tierra, Chipre, produjo una cadena de iglesias predominantemente gentiles, que abracaba buena parte de Asia Menor, y un aumento de la oposición judía.
Para la iglesia y para Bernabé fue un momento crucial. Hasta aquí había sido el jefe, y Pablo su protegido. El orden invariable de Lucas de Lucas hasta la partida de Chipre es “Bernabé y Pablo”. A partir de entonces dice “Pablo y Bernabé”. Esto sin duda refleja el desenvolvimiento de los acontecimientos.
La otra tarea crucial que le tocó a Bernabé, de vuelta en Antioquía, fue el problema de la circuncisión, en donde se lo nombró con Pablo para presentar la cuestión ante el concilio de Jerusalén. Su política fue rotundamente vindicada. Es significativo que se nombre a Bernabé antes que a Pablo en el relato de las narrativas y en la carta del concilio; probablemente las palabras del representante apostólico original en Antioquía tenían más peso para muchos en el concilio. Bernabé insistió en que se incluyera a Marcos, que previamente había desertado, en un segundo viaje que proyectaban. Pablo se opuso, y el itinerario se dividió. Bernabé fue a Chipre. Los posteriores testimonios de Pablo sobre Marcos pueden significar que este último sacó gran provecho de trabajar junto a su primo. Se rompió la estrecha asociación, pero no la amistad. Todas las veces que Pablo menciona a Bernabé, sus palabras transmiten simpatía y respeto. En principios y práctica eran idénticos, y nunca sabremos cuánto llegó a deber Pablo a Bernabé. Cuando se escribió 1 Corintios, Bernabé todavía vivía, y, al igual que Pablo, se ganaba el sustento sin tener que recurrir a las iglesias. Después de esto, sólo contamos con tradiciones insustanciales que lo relacionan con Roma y Alejandría.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Gálatas 2:11-21

“Pero cuando Pedro (Cefas) vino a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque él era digno de ser censurado. Porque antes de venir algunos de parte de Jacobo (Santiago), él comía con los Gentiles, pero cuando aquéllos vinieron, Pedro empezó a retraerse y apartarse, porque temía a los de la circuncisión. Y el resto de los Judíos se le unió en su hipocresía, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro (Cefas) delante de todos: “Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como los Judíos, ¿por qué obligas a los Gentiles a vivir como Judíos?
“Nosotros somos Judíos de nacimiento y no pecadores de entre los Gentiles. Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la Ley. Puesto que por las obras de la Ley nadie será justificado.
Pero si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros hemos sido hallados pecadores, ¿es Cristo, entonces, ministro de pecado? ¡De ningún modo! Porque si yo reedifico lo que en otro tiempo destruí, yo mismo resulto transgresor. Pues mediante la Ley yo morí a la Ley, a fin de vivir para Dios.
“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la Ley, entonces Cristo murió en vano.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Cuando mi hija mayor recién comenzó a salir, y como todos, las primeras salidas eran los cumpleaños de 15 y fiestas de ese tipo. Una chica de la que se había hecho amiga y que practicaba la natación, la invitó a una fiesta que se hacía para agasajar a un nadador de la ciudad que se había destacado a nivel internacional. Ella no conocía a nadie, sólo a la chica que la había invitado.
Pero resulta que cuando llegó, ella estaba con otras amigas y no la integró. Así que entonces estaba mi hija sola en una gran fiesta en donde no conocía a nadie y no se podía irse, porque no sabía cómo volver a la casa de su tía (en ese tiempo, vivíamos en el campo).
Entonces aparece una chica que la conocía de la escuelita bíblica de la iglesia, la invitó a sentarse con ella, y así salvó una noche en la que mi hija había pasado por muchas sensaciones: expectativa, confusión, decepción y finalmente alivio y alegría porque se sintió aceptada e integrada por una persona que pudo ver su necesidad, su desesperación.
Esa chica que se decía amiga en la escuela, no lo fue en otro espacio, no quiso “arruinar” su fiesta integrando a mi hija, que evidentemente no era de la misma “categoría” que las otras.
La amiga de mi hija tenía una doble cara. Eran amigas siempre y cuando no estuviera su círculo especial…
¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿te has sentido discriminada por quienes creías eran tus amigos?
¿Has tenido actitudes similares a la de la amiga de mi hija? ¿has tratado de sacarte de encima una persona que en otro momento te ha sido útil, funcional?
Muchas veces actuamos lastimando a las personas, dejándolas afuera porque nos resultan pesadas, poco piolas, medio ridículas. Muchas veces somos de una manera en un lado y de otra en otro lado.
Es muy común que tengamos amigos o amigas en el trabajo, la escuela, la iglesia, el vecindario, pero no tenemos interés que formen parte de nuestro “verdadero” círculo de amigos. Y esto se debe a que pretendemos pertenecer a un círculo que nos requiere esfuerzo, que no logramos ser aceptadas del todo, que ansiamos formar parte y que estas personas, que muchas veces nos salvan y nos contienen, y que nos aceptan como somos, que conocen nuestras debilidades, no “pegan”, no encajan con ese grupo vip.
Tiene que ver con nuestra integridad como personas, de nuestra solidez, y tiene que ver con nuestra fe en Cristo. Una de las características esenciales del cristiano es la autenticidad, el ser siempre igual en todos los lugares y circunstancias. Nuestra fe se debería ver en una actitud inclusiva, en donde no nos importe “el qué dirán”, que si para pertenecer a un grupo tengo que ser otra, prefiera no estar ahí.
“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí”, dice Pablo, que sean estas palabras como un leimotiv en nuestras vidas, para que nadie sufra por culpa de nuestras actitudes egoístas, sino que aprendamos a vivir en el amor. Amén.

Querido Jesús: vos tuviste la integridad de no dejarte afectar por los comentarios que hacían de vos cuando te juntabas con los despreciados de la sociedad. Fuiste auténtico mientras viviste con nosotros aquí en la tierra. Ayudame a ser así, a no despreciar a quien es mi amigo, mi amiga porque quiera estar en un grupo que en realidad no me acepta. Te lo pido en el nombre del Padre y de Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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