sábado, 6 de abril de 2013

14 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 30

“Te ensalzaré, oh Señor, porque me has elevado,
Y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
Oh Señor, Dios mío,
A Ti pedí auxilio y me sanaste.
Oh Señor, has sacado mi alma del Seol;
Me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.

Canten alabanzas al Señor, ustedes Sus santos,
Y alaben Su santo nombre.
Porque Su ira es sólo por un momento,
Pero Su favor es por toda una vida.
El llanto puede durar toda la noche,
Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.

En cuanto a mí, en mi prosperidad dije:
“Jamás seré conmovido.”
Oh Señor, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
Tú escondiste Tu rostro, fui conturbado.

A Ti, oh Señor, clamé,
Y al Señor dirigí mi súplica:
“¿Qué provecho hay en mi sangre (mi muerte) si desciendo al sepulcro?
¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?

Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí;
Oh Señor, sé Tú mi ayuda.”
Tú has cambiado mi lamento en danza;
Has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría;
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada.
Oh Señor, Dios mío, Te daré gracias por siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Quién es el Cordero en el libro del Apocalipsis?

“Cordero de Dios” aparece sólo dos veces en el Nuevo Testamento. También se encuentra la voz amnos en Hch. Y 1 Pe.; arnos aparece en Lc., y arnion una vez en Jn., además de 28 veces en el libro del Apocalipsis. La expresión “he aquí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo” se atribuye a Juan el Bautista cuando aclama a Jesús. Se han propuesto muchas interpretaciones del término “cordero”.
Algunos sugieren que se refiere al cordero de la ofrenda por el pecado, y la frase “que quita el pecado del mundo” tiende a apoyar esa tesis. El hecho de que aparentemente no hay ideas de propiciación en otras partes del cuarto evangelio no es razón suficiente para rechazar esta posibilidad.
Otros creen que hay una referencia al cordero pascual. Las fiestas judías tienen una gran significación en Juan, y Jn.19:35 puede ser una alusión al cordero de la Pascua. Pero esto implicaría toda la frase, ya que el cordero pascual no quitaba los pecados.
Algunos sostienen que aquí tenemos una referencia al siervo sufriente de Is.53. la palabra amnos aparece en Is.53:7 en la LXX. El Bautista citó de Is.40 el día anterior, y bien puede haber estado meditando sobre estos capítulos. La función de llevar los pecados está clara en Is.53. la sugerencia de que amnos es una mala traducción del arameo talya, con el significado “sirviente”, “siervo” es ingeniosa, pero no ha podido ser demostrada.
Otra posible referencia es al macho cabrío con cuernos que iba a la cabeza del rebaño. “Cordero de Dios” podría así significar lo mismo que “el rey de Israel”. Este parecer sólo puede aceptarse si se supone que ho airón ten hamartian no tiene significado propiciatorio.
Parece probable que, cualquiera sea el significado que quiso darle el Bautista, el propósito del evangelista fue que sus lectores pensaran en el cordero que se ofrecía en el templo, el cordero pascual, y el siervo sufriente. El “Cordero de Dios” también nos recuerda la provisión por Dios de un cordero para el sacrificio de Abraham.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Apocalipsis 5:6-14

“Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Él vino y tomó el libro de la mano derecha de Aquél que estaba sentado en el trono. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban un cántico nuevo, diciendo:
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste (redimiste) para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.”
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares, que decían a gran voz:
“El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.”
Y oí decir a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay:
“Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.”
Los cuatro seres vivientes decían: “Amén,” y los ancianos se postraron y adoraron.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Como cristianos creemos en un Dios que es para todas las personas, independientemente de su cultura, etnia y lugar en el mundo. A pesar de que Jesús vino al mundo en un hogar del Oriente Medio y judío, su mensaje desde el principio apuntó no sólo a su gente, sino también a quienes eran considerados impuros, extranjeros y hasta despreciables. Jesús aceptó entrar en las casas y compartir las mesas de toda persona que le abriera la puerta. Si alguien se acercaba buscándolo, siempre lo escuchaba y le transmitía paz, provocaba un giro en su vida.
Esa ha sido la misión de los cristianos y cristianas de todos los tiempos, llevar un mensaje de inclusión, de aceptación del otro, de búsqueda de la paz, de diálogo, de comprensión, de reconciliación al mundo, todas cosas que se encuadran en el amor, que debería ser la ley de cada persona que se dice cristiana.
Este amor, esta paz a la que somos llamados a transmitir es independiente de la cultura o las costumbres de las personas, está por encima, por eso no importa en qué lugar del mundo se predica, tiene un espacio y puede anidar la Palabra.
En un mundo en donde resaltamos las diferencias, buscamos la exclusividad, vivimos en el egoísmo, este mensaje de Cristo está más vigente que nunca y podría ser un agente de cambio importante, al punto que ya no tendrían sentido ni las guerras ni la acumulación desmedida de las riquezas y ni todas las cosas de las que se alimenta un mundo que vive en el perverso sistema neoliberal, que necesita de víctimas, que necesita de los indigentes como parte del mismo.
Jesucristo vino al mundo y dio su vida, para mostrarnos una nueva forma de vivir, sin competencia entre nosotros, sin categorías, sin hambre y miseria, porque cuando Dios creó este mundo lo hizo con lugar para todos, con todo lo necesario para vivir, pero nuestro corazón mezquino no lo ha podido ni entender ni aceptar.
Seamos mensajeros de Cristo, seamos sus embajadores, cambiemos el mundo empezando con cambiar nuestras vidas. Amén.

Querido Jesús: Me digo cristiana, pero mi vida no es diferente de cualquier otra persona, discrimino, desprecio, no amo, como vos nos enseñaste cuando pasaste por la tierra. Ayudame a ser tu voz, ayudame a que se conozca tu mensaje de paz y de amor al otro para que este mundo entre en un proceso de cambio, y así ser más justo y solidario. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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