Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 23
“Mi Señor es mi
pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados
pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.
junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma.
Me guiará por sendas de justicia
por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Engalanas mesa delante de mí
en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite;
mi copa está desbordando.
Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi
vida,
y en la casa de mi Señor
y en la casa de mi Señor
moraré por largos días.” Amén.
Curiosidades
La función primaria de los apóstoles era la de
testificar de Cristo, y su testimonio estaba basado en años de conocimiento
íntimo, experiencias adquiridas duramente, e intensa preparación.
El haber sido testigos de la resurrección de
Cristo los convirtió en testigos eficaces de su persona, y él mismo los comisiona
para que sean testigos en todo el mundo.
Esa misma comisión introduce un factor de
profunda importancia para el apostolado: la venida del Espíritu. Vale decir que
el testimonio de los apóstoles con respecto a Cristo no quedó librado a sus
impresiones o recuerdos, sino a la guía del Espíritu Santo, de quien también es
dicho testimonio: hecho de importancia en la valoración del testimonio
apostólico que registran los evangelios.
Por ello los apóstoles constituyen la norma en
cuanto a doctrina y comunión en la iglesia del NT. En sus propios días eran
considerados columnas, que quizá debamos traducir como “postes indicadores”. La
iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Marcos 6:30-34
“Los apóstoles se reunieron con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a
un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que
ellos no tenían tiempo ni para comer. Así que se fueron solos en una barca a un lugar
apartado. Pero muchos que los vieron partir los
reconocieron y los siguieron a pie desde las ciudades. Llegaron antes que
ellos, y se reunieron con él. Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta
gente, tuvo compasión de ellos, porque parecían ovejas sin pastor, y comenzó entonces a enseñarles muchas cosas.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Es
mucha la necesidad y el trabajo en la viña del Señor nunca se termina.
Tanto
en los tiempos de Jesús como ahora la gente está angustiada, desesperanzada,
agotada, desbordada. Incluso la gente de nuestras comunidades, lejos de estar
fortalecidas, están débiles y agobiadas.
¿Qué
es lo que les pasa?
Pienso
que vivir la fe no es fácil. Lograr ver la presencia de Dios en medio de tantos
mensajes de muerte es difícil. Vivimos sobre estimulados de información.
Existen canales en donde sólo vemos noticias las 24 horas y cuando decimos
noticias siempre son muertes por accidentes, crímenes horrendos, asaltos,
guerras, matanzas. Todo esto, más la indiferencia que en general vivimos en las
calles se suma a una sensación de que no hay vuelta y que todo está cada día
peor.
Mucha
gente habla acerca de la juventud perdida, que ha perdido todos los escrúpulos,
de la droga y el alcohol, pero en realidad no tienen contacto con jóvenes.
Mi
experiencia es que la solidaridad y el deseo de ayudar son inherentes al ser
humano. Incluso hoy día, a través de internet se logran actos solidarios
increíbles. Hoy, por ejemplo, una persona pidió que la ayudáramos a conseguir
dadores de sangre para una operación muy complicada. En una cadena entre mails
y facebook, muchas personas respondieron y se comprometieron a difundir esta
necesidad espontáneamente. Personas que no se conocen entre sí, pero que son
sensibles al sufrimiento del otro.
Esas
son pequeñas señales de la presencia de Dios en nuestras vidas, de cómo actúa y
a través de quienes actúa. Son ejemplos que debemos compartir con aquellas
personas que han perdido la fe, que han perdido las esperanzas.
Cuando
en algún momento alguien te hable acerca de lo mal que están las cosas, de cómo
la juventud está perdida y nada tiene solución, contale cómo también hay mucha
gente atenta a la necesidad del otro, y que muchas veces ni siquiera son
cristianos. ¿Cómo vamos a perder las fuerzas los que creemos en Cristo?
Es
verdad, hay mucha gente afligida, mucha gente que necesita ayuda, y que muchas
veces no encontramos tiempo ni para sentarnos a comer tranquilos. Pero también
es verdad que Dios se manifiesta constantemente para que no perdamos la
esperanza y vivamos confiados en que nunca nos abandonará, que descansemos en
él con la tranquilidad de que nos cuida y nos protege. Amén.
Querido
Jesús: a veces estoy cansada, me parece que la tarea que me has encomendado no
tiene fin y que muchas veces me siento sola. Pero después te miro y veo tu
obra, pienso en la cantidad de cristianos y cristianas que dieron su vida por
tu mensaje, y me doy cuenta de que ni estoy sola, ni es tanto lo que hago.
¡Gracias, Señor, porque siempre me das fuerzas, porque estás cuando lo necesito
y porque siempre es mucho más lo que recibo que lo que doy! En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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