viernes, 20 de julio de 2012

22 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 23

“Mi Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
    junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma.
    Me guiará por sendas de justicia
por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
    no temeré mal alguno,
    porque tú estarás conmigo;
    tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Engalanas mesa delante de mí
    en presencia de mis angustiadores;
    unges mi cabeza con aceite;
    mi copa está desbordando.

Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida,
    y en la casa de mi Señor
moraré por largos días.” Amén.

Curiosidades


La función primaria de los apóstoles era la de testificar de Cristo, y su testimonio estaba basado en años de conocimiento íntimo, experiencias adquiridas duramente, e intensa preparación.
El haber sido testigos de la resurrección de Cristo los convirtió en testigos eficaces de su persona, y él mismo los comisiona para que sean testigos en todo el mundo.
Esa misma comisión introduce un factor de profunda importancia para el apostolado: la venida del Espíritu. Vale decir que el testimonio de los apóstoles con respecto a Cristo no quedó librado a sus impresiones o recuerdos, sino a la guía del Espíritu Santo, de quien también es dicho testimonio: hecho de importancia en la valoración del testimonio apostólico que registran los evangelios.
Por ello los apóstoles constituyen la norma en cuanto a doctrina y comunión en la iglesia del NT. En sus propios días eran considerados columnas, que quizá debamos traducir como “postes indicadores”. La iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 6:30-34

“Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer. Así que se fueron solos en una barca a un lugar apartado. Pero muchos que los vieron partir los reconocieron y los siguieron a pie desde las ciudades. Llegaron antes que ellos, y se reunieron con él. Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque parecían ovejas sin pastor, y comenzó entonces a enseñarles muchas cosas.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es mucha la necesidad y el trabajo en la viña del Señor nunca se termina.
Tanto en los tiempos de Jesús como ahora la gente está angustiada, desesperanzada, agotada, desbordada. Incluso la gente de nuestras comunidades, lejos de estar fortalecidas, están débiles y agobiadas.
¿Qué es lo que les pasa?
Pienso que vivir la fe no es fácil. Lograr ver la presencia de Dios en medio de tantos mensajes de muerte es difícil. Vivimos sobre estimulados de información. Existen canales en donde sólo vemos noticias las 24 horas y cuando decimos noticias siempre son muertes por accidentes, crímenes horrendos, asaltos, guerras, matanzas. Todo esto, más la indiferencia que en general vivimos en las calles se suma a una sensación de que no hay vuelta y que todo está cada día peor.
Mucha gente habla acerca de la juventud perdida, que ha perdido todos los escrúpulos, de la droga y el alcohol, pero en realidad no tienen contacto con jóvenes.
Mi experiencia es que la solidaridad y el deseo de ayudar son inherentes al ser humano. Incluso hoy día, a través de internet se logran actos solidarios increíbles. Hoy, por ejemplo, una persona pidió que la ayudáramos a conseguir dadores de sangre para una operación muy complicada. En una cadena entre mails y facebook, muchas personas respondieron y se comprometieron a difundir esta necesidad espontáneamente. Personas que no se conocen entre sí, pero que son sensibles al sufrimiento del otro.
Esas son pequeñas señales de la presencia de Dios en nuestras vidas, de cómo actúa y a través de quienes actúa. Son ejemplos que debemos compartir con aquellas personas que han perdido la fe, que han perdido las esperanzas.
Cuando en algún momento alguien te hable acerca de lo mal que están las cosas, de cómo la juventud está perdida y nada tiene solución, contale cómo también hay mucha gente atenta a la necesidad del otro, y que muchas veces ni siquiera son cristianos. ¿Cómo vamos a perder las fuerzas los que creemos en Cristo?
Es verdad, hay mucha gente afligida, mucha gente que necesita ayuda, y que muchas veces no encontramos tiempo ni para sentarnos a comer tranquilos. Pero también es verdad que Dios se manifiesta constantemente para que no perdamos la esperanza y vivamos confiados en que nunca nos abandonará, que descansemos en él con la tranquilidad de que nos cuida y nos protege. Amén.

Querido Jesús: a veces estoy cansada, me parece que la tarea que me has encomendado no tiene fin y que muchas veces me siento sola. Pero después te miro y veo tu obra, pienso en la cantidad de cristianos y cristianas que dieron su vida por tu mensaje, y me doy cuenta de que ni estoy sola, ni es tanto lo que hago. ¡Gracias, Señor, porque siempre me das fuerzas, porque estás cuando lo necesito y porque siempre es mucho más lo que recibo que lo que doy! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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