viernes, 17 de septiembre de 2010

19 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 113

“Aleluya!

¡Alaben, servidores de mi Señor,
Alaben el nombre de mi Señor!
¡Bendito sea el nombre de mi Señor,
desde ahora y por siempre!
¡De la salida del sol hasta su ocaso,
sea exaltado el nombre de mi Señor!

¡Excelso sobre todas las naciones mi Señor,
por encima de los cielos su gloria!¿Quién como mi Señor, nuestro Dios,
que se sienta en las alturas,y se abaja para ver
los cielos y la tierra?

El levanta del polvo al desvalido,
del estiércol hace subir al pobre,para sentarlo con los príncipes,
con los príncipes de su pueblo.El asienta a la estéril en su casa,
madre de hijos jubilosa.” Amén.

Curiosidades

¿Qué hacía un administrador o mayordomo en la Biblia?
En el AT el mayordomo es la persona que está a cargo de la casa. En el NT hay dos palabras que se traducen como mayordomo:
o Epitropos, la persona a cuyo cuidado u honor ha sido confiado otro como curador o guardián;
o Oikonomos, administrador, superintendente, de oikos (casa) y nemos (dispensar o administrar). Esta palabra se usa para describir la función de responsabilidad delegada, como en la parábola de los labradores, y en la del mayordomo infiel.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 16:1-13

“Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; lo llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’
‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: "Cien cargas de trigo." Le dice: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’
‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz.
‘Yo les digo: Háganse amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, los reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fueron fieles en el Dinero injusto, ¿quién les confiará lo verdadero? Y si no fueron fieles con lo ajeno, ¿quién les dará lo ustedes?

‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al Dinero.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El manejarse con astucia. Algo importante para la supervivencia de cualquier persona, tener juego de cintura…
Muchas veces se habla de la astucia como un recurso sucio o como algo negativo que sólo lo utilizan los ventajeros, los que siempre buscan sacar provecho.
Pero en realidad la astucia no es mala, en realidad es una cualidad que utilizada para lo bueno es sumamente útil, sobre todo cuando se sabe que no hay otra manera de poder vencer, de lograr el objetivo.
La astucia no tiene que ver con el sacar provecho para sí mismo, sino el lograr ver el momento preciso para hacer una determinada cosa y levarla adelante. Es esperar alerta el momento justo, la hora adecuada.
La astucia te permite saber cuándo hablar y cuándo callar, qué decir y cómo, y de esa manera no lastimar a nadie ni correr un riesgo innecesario.
La astucia unida a la honestidad y no a la codicia, puede dar frutos muy importantes. Pero no sólo cuando hablamos acerca de la fe, sino en el día a día, incluso para los escépticos y los agnósticos.
Cuando la astucia va unida a la honestidad hay muchas más posibilidades de acceder a un empleo en donde se es la persona de confianza, y ser una persona de confianza en estos tiempos no es poca. En un mundo en donde impera la desconfianza y el interés propio, en donde nadie se preocupa por los demás, el ser astuto y honesto es muy valioso.
Ser un vecino apreciado, un negociante confiable, la persona a quienes la gente acude porque es conocida justamente por esto valores es muy bueno.
Tal vez esto también signifique una mayor responsabilidad, pero no importa porque a la larga conviene y se ven los resultados.
Es más importante ser una persona valiosa que tener muchos valores, porque el dinero y las riquezas se pierden, mientras que el aprecio de las personas y el ser valorado, nunca. Por eso es bueno que cultives estos valores, aunque no quieras saber nada acerca de Jesús. Pero si tu astucia y tu honestidad la querés poner a disposición de nuestro Señor, mejor, porque los frutos serán muchos más, porque ganarás la vida en abundancia. Amén.

Querido Jesús, ayudame a ser astuta, a poder percibir el momento justo de cada cosa, respetar los tiempos y estar en el instante en donde puedo dar testimonio de vos con la mayor eficiencia. Sé que con tu ayuda lo puedo lograr, sé que sólo junto a vos es posible que las cosas cambien y el mundo conozca tu evangelio de amor. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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