viernes, 30 de abril de 2010

2 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 145

“Yo te ensalzo, oh Rey Dios mío,
y bendigo tu nombre para siempre jamás;
todos los días te bendeciré,
por siempre jamás alabaré tu nombre;
grande es mi Señor y muy digno de alabanza,
insondable su grandeza.
Una edad a otra exaltará tus obras,
pregonará tus hazañas.
El esplendor, la gloria de tu majestad,
el relato de tus maravillas, yo recitaré.
Del poder de tus maravillas se hablará,
y yo tus grandezas contaré;
se hará memoria de tu inmensa bondad,
se aclamará tu justicia.
Clemente y compasivo es mi Señor,
tardo a la cólera y grande en amor;
bueno es mi Señor para con todos,
y sus ternuras sobre todas sus obras.
Te darán gracias, mi Señor, todas tus obras
y tus amigos te bendecirán;
dirán la gloria de tu reino,
de tus hazañas hablarán,
para mostrar a los hijos de Adán tus hazañas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, un reino por los siglos todos,
tu dominio, por todas las edades.

Mi Señor es fiel en todas sus palabras,
en todas sus obras amoroso;
mi Señor sostiene a todos los que caen,
a todos los encorvados endereza.
Los ojos de todos fijos en ti, esperan
que les des a su tiempo el alimento;
abres la mano tú
y sacias a todo viviente a su placer.
Mi Señor es justo en todos sus caminos,
en todas sus obras amoroso;
cerca está mi Señor de los que le invocan,
de todos los que le invocan con verdad.
El cumple el deseo de los que le temen,
escucha su clamor y los libera;
guarda mi Señor a cuantos lo aman,
a todos los impíos extermina.
¡La alabanza de mi Señor diga mi boca,
y toda carne bendiga su nombre sacrosanto,
para siempre jamás!” Amén.

Curiosidades

¿Quién es el Hijo del Hombre?
Hijo del Hombre es la expresión que Jesús prefirió utilizar al hablar de sí mismo y su misión. Esta extraña expresión griega sólo puede haber surgido como consecuencia de la traducción de una frase idiomática semítica aplicada, ya sea a un determinado miembro de la especie “hombre” o la humanidad en general. En el lenguaje de la época de Jesús aparentemente era posible emplear la frase como una modesta manera de referirse a uno mismo en ciertas situaciones, aunque las opiniones difieren con respecto a si lo usaba para darle veracidad a una declaración que se aplicaba a la humanidad en general, y, en consecuencia, también al que hablaba, o una afirmación que solamente se aplicaba a la persona que hablaba.
Uno de los elementos que contribuyeron a que Jesús comprendiera su papel de Hijo de Hombre es la figura del Siervo de Yahveh. Hay claras indicaciones de que Jesús mismo consideraba que estaba desempeñando el papel de aquel que venía a servir y a entregarse en rescate por muchos, y por los tanto “fue contado con los perversos”.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 13:31-35

Cuando salió, dice Jesús:
‘Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre
y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él,
Dios también lo glorificará en sí mismo
y lo glorificará pronto.’
‘Hijos míos,
ya poco tiempo voy a estar con ustedes.
Ustedes me buscarán,
y, lo mismo que les dije a los judíos,
que adonde yo voy,
ustedes no pueden venir,
les digo también ahora a ustedes.
Les doy un mandamiento nuevo:
que se amen los unos a los otros.
Que, como yo los he amado,
así se amen también ustedes los unos a los otros.
En esto conocerán todos que son discípulos míos: si se tienen amor los unos a los otros." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Amarse mutuamente. Algo que parece sencillo, pero a la vez sabemos que es bastante complicado.
¿Cuántas personas has conocido en tu vida que aman de veras, entregándose por entero? ¿sabés lo que significa e implica el amar?
Cuando hablamos del amor siempre surge la idea romántica: un hombre y una mujer que enfrentan todos los obstáculos para estar juntos. Casi los podemos ver besándose en un paisaje hermoso y con una música para la ocasión.
Pero no es de ese amor que nos habla Jesús. Él nos habla de su amor hacia nosotros, un amor tan increíble que dio su vida por nosotros sin que se pidiéramos ni lo mereciéramos. Un amor que ni sus discípulos pudieron comprender en un primer momento.
Jesús nos pide que nos amemos los unos a los otros y que a través de ese amor, las personas, el mundo lo conozca a Él. No tan difícil de entender, pero muy difícil de llevar a cabo.
Si pertenecés a una comunidad de fe, debés coincidir conmigo en que no siempre está ese amor entre nuestros hermanos y hermanas. Que muchos creen que es suficiente con amar a Dios, pero la tolerancia y aceptación mutua es imprescindible.
Es verdad que cuando analizamos nuestras iglesias no siempre damos un testimonio de Jesús, todo lo contrario, dejamos mucho que desear.
Pero también es verdad que dentro de esas mismas comunidades hay actos de amor maravillosos y que en muchas ocasiones somos estafados por los “vivillos” que se aprovechan del amor y la caridad cristiana.
No es fácil vivir en el amor, y menos en un mundo en donde ya no hay escrúpulos y en donde en nombre de la “necesidad” se miente, se roba y se delinque. También el necesitado, el indigente es llamado por Jesús a dar su testimonio de amor.
Amarse mutuamente no es fácil, sobre todo porque no debe quedar nadie afuera, y hay personas a las que nos cuesta amar. Pero el amor que nos plantea Jesús es un ejercicio diario en el cual, cada vez que nos rebelamos, debemos pensar: “por esta persona que hace daño o no nos cae bien también murió Jesús”. Porque Él vino al mundo para salvarlo y no para condenarlo. Amén.

Querido Jesús: ayudame a amar, enseñame a amar aunque a veces tenga ganas de revolearlo todo. Sé que sólo amando de la manera en que vos nos has amado, podré dar un testimonio verdadero, ese testimonio que atraiga a otras personas a tu evangelio. Señor, estoy convencida de que cuando aprendamos a amar de verdad el mundo va a comenzar su transformación para que por fin lleguemos al tiempo que vos has prometido regresar con toda tu gloria. Te lo pido en tu nombre y en el del Padre y de tu Santo Espíritu. Amén.

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