viernes, 7 de mayo de 2010

9 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 67

“¡Dios nos tenga piedad y nos bendiga,
su rostro haga brillar sobre nosotros!
Para que se conozcan en la tierra tus caminos,
tu salvación entre todas las naciones.

¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos,
todos los pueblos te den gracias!
Alégrense y regocijense las gentes,
pues tú juzgas al mundo con justicia,
con igualdad juzgas a los pueblos,
y a las gentes en la tierra gobiernas.

¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos,
todos los pueblos te den gracias!
La tierra ha dado su cosecha:
Dios, nuestro Dios, nos bendice.
¡Dios nos bendiga, y teman ante él
todos los confines de la tierra!” Amén.

Curiosidades

¿Qué es el Paráclito o Paracleto?
La palabra parakletos, derivada del verbo parakaleo, literalmente “llamar al lado”, se ha interpretado tanto en forma activa como pasiva; en forma activa con el significado de uno que permanece al lado para exhortar o alentar, de donde viene la traducción “Consolador”; en forma pasiva, con el significado de uno que ha sido llamado para estar al lado de alguien, especialmente ante un tribunal (aunque más bien como amigo del acusado que como defensor profesional); de allí el uso de la palabra “Abogado”. Muchas versiones traducen directamente el griego; así surge el uso de “Paracleto” o “Paráclito” como designación del Espíritu Santo.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 14:22-31

Le dice Judas - no el Iscariote -: ‘Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?’
Jesús le respondió:
‘Si alguno me ama,
guardará mi Palabra,
y mi Padre lo amará,
y vendremos a él,
y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras.
Y la palabra que escuchan no es mía,
sino del Padre que me ha enviado.
Les he dicho estas cosas
estando entre ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo,
que el Padre enviará en mi nombre,
se lo enseñará todo
y les recordará todo lo que yo les he dicho.
Les dejo la paz,
mi paz les doy;
no se la doy como la da el mundo.
No se turben sus corazones ni se acobarden.
Han oído que les he dicho:
‘Me voy y volveré a ustedes.’
Si me amaran, les alegraría de que me fuera al Padre,
porque el Padre es más grande que yo.
Y les lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque llega el Príncipe de este mundo.
En mí no tiene ningún poder;
pero ha de saber el mundo que amo al Padre
y que obro según el Padre me ha ordenado.
Levántense. Vámonos de aquí." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Jesús estaba por ser entregado, tortura y muerto en la cruz. Él lo sabía, y sabía que no iba a ser fácil, pero a la vez, necesario, ya que era su misión: redimir a través de su muerte al mundo, cargar con todos nuestros pecados para reconciliarnos con Dios. Un gran acto de amor y de entrega al que los discípulos no estaban preparados para vivir ni comprender. Sólo la llegada del Espíritu Santo, la presencia en Espíritu de Jesús en ellos, permitiría que comprendieran la magnitud del hecho y luego lo salieran a compartir esto con el mundo… de esa manera hemos llegado a ser cristianos nosotros, por aquella fuerza del Espíritu que impulsó a los cristianos desde el principio hasta hoy día.
Lograr aceptar y comprender con alegría semejante sacrificio, una muerte cruenta e injusta como un acto de amor y de entrega nunca visto, no es demasiado fácil. No tiene lógica…
Muchas veces se habla de la paradoja cristiana que tal vez a algunos les resulte masoquista, sin sentido. El que la muerte traiga vida, que incluso es necesaria para que la vida exista, que es parte de la vida…
Al mirar la naturaleza que Dios ha creado podés ver esto que digo: lo que muere sirve para la vida, siempre.
Incluso las situaciones muy dolorosas reafirman la vida y la lucha por ella. El entregarse por los demás, a los demás, es una característica que hemos tenido los cristianos como un sello, un sello que comienza con Jesús, que incluso a las puertas de la tortura y la muerte, piensa que sus discípulos, en cómo podrán salir adelante solos, pero no tanto, porque su Espíritu lo acompañará.
La fe en Jesús es lo que nos permite una y otra vez salir adelante, levantarnos después de cualquier caída. El saber que Jesús derrotó a la muerte y la transformó en vida, es nuestra esperanza. Y es también la gran paradoja cristiana de estar convencidos que, aunque la gente nos vea como tontos y “perdedores”, hemos triunfado porque somos eternos a partir de Jesús. Amén.

Querido Jesús: ¿Cómo agradecerte por toda tu consideración? ¿Cómo puedo seguir esos pasos de amor tan inexplicable e incomprensible? Me veo a mí misma y me veo mezquina, obtusa. A veces tengo miedo a la muerte y después me pregunto ¿por qué? Por qué si vos la venciste y a partir de vos la muerte es vida, igual que la naturaleza: la semilla muere, pero nace la planta… querido Jesús, dame la fortaleza y la fe para animarme a entregar toda mi vida a vos. Te lo pido a vos que junto al padre y a tu Santo Espíritu reinan por toda la eternidad. Amén.

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