jueves, 27 de mayo de 2010

30 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 8

¡Oh mi Señor, Señor nuestro,
qué glorioso tu nombre por toda la tierra!

Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos,
en boca de los niños, los que aún maman,
dispones baluarte frente a tus adversarios,
para acabar con enemigos y rebeldes.

Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
la luna y las estrellas, que fijaste tú,
¿qué es el hombre para que de él te acuerdes,
el hijo de Adán para que de él te cuides?

Apenas inferior a un dios lo hiciste,
coronándolo de gloria y de esplendor;
lo hiciste señor de las obras de tus manos,
todo fue puesto por ti bajo sus pies:

ovejas y bueyes, todos juntos,
y aun las bestias del campo,
y las aves del cielo, y los peces del mar,
que surcan las sendas de las aguas.
¡Oh mi Señor, Señor nuestro,
qué glorioso tu nombre por toda la tierra! Amén.
Curiosidades

¿Qué significa la palabra gloria?
La palabra griega que se traduce como gloria es doxa, que significa opinión o reputación. En el Nuevo Testamento la primera idea desaparece. En algunos lugares del Nuevo Testamento se refiere al honor humano, pero su uso principal es la descripción de la revelación del carácter y la presencia de Dios en la persona y obra de Jesucristo. Él es la manifestación de la gloria divina.
El ser humano, que fue creado como imagen y gloria de Dios y para estar en relación con Él, ha dejado de cumplir este destino, que sólo Cristo, el segundo Adán, pudo cumplir.
La Iglesia puede ver y debe reflejar todavía la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. Es la gloria del nuevo pacto, y la comparten en forma especial, tanto ahora como en el futuro, aquellos que sufren con Cristo. El objetivo de la Iglesia es hacer que el mundo reconozca la gloria que le pertenece a Dios y que se muestra en sus acciones, en sus discípulos, y por sobre todas las cosas en su Hijo, el Señor de la gloria.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 16:12-15

Mucho tengo todavía que decirles, pero ahora no pueden con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y les anunciará lo que ha de venir. El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes." Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Qué significa el Espíritu Santo en nuestras vidas? ¿Hay alguna diferencia entre aquellas personas que son cristianas y las que no lo son?
Desde el principio Dios ha creado a cada persona especial y única. A cada persona se dio de su Espíritu, por lo que ya nacemos con un potencial especial, que puede ser aprovechado o no.
El Espíritu de Dios que habita en cada ser humano es el que nos hace creativos, luchadores por la vida, que nos da la capacidad de amar, de sentir misericordia, de conmovernos con lo que sucede a nuestro alrededor. Dios nos ha dado parte de su esencia divina, lo que nos hace distinguirnos de los demás seres vivos del planeta.
Pero ese don especial que nos ha dado lo podemos aprovechar o no, y lo podemos utilizar para el bien o para el mal. Porque nos ha creado libres.
Con la llegada de Jesús, su misión redentora y el cumplimiento del plan salvífico de Dios, él dio una vuelta de tuerca más a nuestra capacidad única como seres hechos a imagen y semejanza de Dios. A partir de Jesucristo, su muerte y resurrección, no sólo nos parecemos, sino que nos adopta como hijos e hijas compartiendo su divinidad con él. Somos hechos hijos e hijas de Dios, herederos de su Reino y de la vida eterna. Como dijo uno de los niños de la escuelita bíblica: a partir de Jesús somos inmortales, no por propio mérito, sino como un regalo de Dios.
Pero todo esto sólo es posible comprenderlo y captarlo a partir de que el Espíritu Santo ilumina nuestra mente y corazón.
Nada podemos hacer por nuestros propios medios, sino que todo esto sólo es posible con la fuerza y la voluntad de Dios. Él es el que nos infunde su Espíritu, Él es el que nos sostiene y nos transforma. Nada podemos hacer más que pedir, invocar a Dios que derrame sobre nosotros su Espíritu y dé luz a nuestras vidas.
Igual que los discípulos, somos débiles y duros de entendimiento, pero Dios, a través de su Espíritu, hace milagros en nosotros y permite que demos el testimonio de la gran obra realizada por Jesucristo, que vino al mundo para que conozcamos a través de él a Dios y sus expectativas para con nosotros y toda su creación. Amén.

Querido Espíritu Santo, ayudame a tener claridad, a llenarme de coraje, a animarme a dar testimonio de Jesús como una cristiana debe hacerlo. Soy débil y temerosa, tengo miedo del ridículo, de fracasar, de que el esfuerzo sea demasiado, de cansarme, y no me doy cuenta de que Jesús dio su vida por mí sin escatimar en sufrimiento y en amor. Iluminame, soplá fuerte sobre mí para que me atreva a contarle al mundo que Jesús ha venido al mundo para cambiar el rumbo de nuestras vidas, para darnos vida en abundancia, para que podamos vivir en plenitud. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del tu Santo Espíritu. Amén.

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