viernes, 21 de mayo de 2010

23 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 104:1.10-12.24.27-35

“¡Alma mía, bendice a mi Señor!
¡Mi Señor, Dios mío, qué grande eres!
Vestido de esplendor y majestad,…

Haces manar las fuentes en los valles,
entre los montes se deslizan;
a todas las bestias de los campos abrevan,
en ellas su sed apagan los asnos;
sobre ellas habitan las aves de los cielos,
dejan oír su voz entre la follaje…

¡Cuán numerosas tus obras, mi Señor!
Todas las has hecho con sabiduría,
de tus criaturas está llena la tierra…

Todos ellos de ti están esperando
que les des a su tiempo su alimento;
tú se lo das y ellos lo toman,
abres tu mano y se sacian de bienes.

Escondes tu rostro y se anonadan,
les retiras su soplo, y expiran
y a su polvo retornan.
Envías tu soplo y son creados,
y renuevas la faz de la tierra.

¡Sea por siempre la gloria de mi Señor,
en sus obras mi Señor se regocije!
El que mira a la tierra y ella tiembla,
toca los montes y echan humo.
A mi Señor mientras viva he de cantar,
mientras exista entonaré para mi Dios.
¡Oh, que mi poema le complazca!
Yo en mi Señor tengo mi gozo.¡
Que se acaben los pecadores en la tierra,
y ya no más existan los impíos!

¡Bendice a mi Señor, alma mía!” Amén.

Curiosidades

¿Qué es un estadio?
El estadio es una medida de distancia. Las medidas de distancia se basaban en unidades “naturales” que se podían aplicar fácilmente: caña, codo, palma, dedo, etc.
En el Nuevo Testamento las medidas que aparecen son: codo, orgyia o braza (extensión de los brazos extendidos), million o milla (mil pasos) y estadio.
El estadio medía 100 orgyias o sea 100 brazas, y equivalía a unos 185 m. como se suponía que el hipódromo de Olimpia medía exactamente un estadio, esta palabra se usaba para la pista, como en 1 Co.9:24, de donde nos viene la palabra “estadio”.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 24:13-35

Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no lo conocieran. El les dijo: ‘¿De qué discuten entre ustedes mientras van andando?’ Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: ‘¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?’ El les dijo: ‘¿Qué cosas?’ Ellos le dijeron: ‘Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados lo condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.’
El les dijo: ‘¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?’ Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos lo forzaron diciéndole: ‘Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.’ Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: ‘¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?’
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: ‘¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!’ Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo lo habían conocido en la fracción del pan.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

A veces observo las expectativas de algunas personas que me rodean o que encuentro casualmente con respecto a la presencia de Jesús. Cómo ellas se imaginan su encuentro con Jesús.
Generalmente se lo imaginan brillante, fantástico, entre nubes. Pero así no lo van a encontrar, nunca van a tener esa aparición ni ese diálogo tan concreto y claro.
Jesús tiene otras formas. Formas en donde sólo se reconoce con el corazón y no con los ojos. Formas que no nos habríamos imaginado nunca.
A los discípulos se les apareció como otro caminante más, como un viajero. A simple vista no pudieron percibir que era él, pero tampoco a través de sus palabras, que eran las mismas que tantas veces habían escuchado… sus enseñanzas. Sólo en la intimidad, al partir el pan en oración lo reconocieron…
¿Cuántas veces te has encontrado con Jesús? ¿No te has encontrado con alguien que te trajo alivio cuando estabas afligido, te hizo reir cuando estabas triste, o te dio ese consejo que tanto necesitabas? Una persona que se apareció en ese momento y nunca más volviste a ver: en la parada del colectivo, en una plaza, en la cola del banco, el supermercado o el hospital…
Ése fue Jesús mismo que te visitó, que te acompañó por un momento en el camino de tu vida y te trajo paz. Jesús, en la forma de un hombre o de una mujer cualquiera, nada espectacular, nada de brillo, nada de trompetas ni ruido. Jesús en el medio de la multitud, “camuflado”, visible sólo para tu corazón, si te dejaste atrapar.
Si, Jesús se puede aparecer en cualquier momento en tu vida, seguro que cuando más lo necesites. Por eso es importante que estés siempre con el corazón abierto y que no desprecies ni discrimines a nadie. Porque tal vez es Jesús que se acerca a vos y camina un ratito por el sendero de tu vida. Amén.

Querido Jesús, ¡cuántas veces invoco tu presencia y estás al lado! Cuando al fin me doy cuenta, cuando mi corazón se ablanda me avergüenzo de mi dureza, de mi lentitud. Ayudame a estar más abierta, a ser más sensible y sobre todo a no estar esperándote con pompa, sino con la sencillez que sólo quien se entrega por entero puede tener. Te lo pido en tu nombre, mi Salvador, y en el del Padre y de tu Santo Espíritu por los siglos de los siglos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario