viernes, 2 de diciembre de 2016

4 de Diciembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 72

“Oh Dios, concede tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.

Que las montañas traigan al pueblo la paz,
y las colinas, la justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos de los pobres
y aplaste al opresor.

Que dure tanto como el sol y la luna,
a lo largo de las generaciones;
que sea como lluvia que cae sobre el césped
y como chaparrones que riegan la tierra.

Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.

Que se inclinen ante él las tribus del desierto,
y sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas
le paguen tributo.

Que los reyes de Arabia y de Sebá
le traigan regalos;
que todos los reyes le rindan homenaje
y lo sirvan todas las naciones.

Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.

Los rescatará de la opresión y la violencia,
y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
Por eso, que viva largamente y le regalen oro de Arabia;
que oren por él sin cesar
y lo bendigan todo el día.

Que en el país abunden los trigales
y ondeen sobre las cumbres de las montañas;
que sus frutos broten como el Líbano
y florezcan como la hierba de los campos.

Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas.
Sea bendito eternamente su Nombre glorioso
y que su gloria llene toda la tierra.
¡Amén! ¡Amén!” Amén.

Curiosidades

¿Qué importancia tuvo el Concilio de Trento?

La importancia del concilio de Trento radica en que con sus decisiones dogmáticas los padres conciliares fijaron de forma clara el contenido de la ortodoxia católica y con sus decretos disciplinares eliminaron las gravísimas lacras que durante siglos habían aquejado a la alta jerarquía de la Iglesia. Se ponía, por fin, en marcha la verdadera reforma, tan urgentemente reclamada por muchos sectores de la cristiandad.
En el plano de la disciplina destaca, por sus profundas repercusiones, el deber de los obispos de residir en sus diócesis. Se les impuso, además, la obligación de celebrar sínodos diocesanos anuales y de visitar sus parroquias para prevenir y erradicar los abusos. Se establecieron los principios a que debían atenerse las órdenes religiosas para adaptarse al espíritu conciliar. La creación de seminarios fue un poderoso instrumento de formación espiritual y cultural de los aspirantes al sacerdocio: dignificó notablemente el estamento clerical, elevó su prestigio y confirió mayor eficacia a sus tareas pastorales.
Por falta de tiempo, los padres conciliares tuvieron que dejar pendiente y confiar a los futuros pontífices una de las peticiones más solicitadas por los obispos: la reforma de la Curia Romana.
http://www.historia-religiones.com.ar/el-concilio-de-trento-85

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 3:1-12

“En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca». A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: "Una voz grita en el desierto:
Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos".
Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: «Tenemos por padre a Abraham». Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible». Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre en estas épocas, en la cercanía de la Navidad, junto con la alegría que nos produce su llegada, se suma un estado de introspección, una especie de balance de nuestras vidas.
Tal vez porque recordemos Navidades pasadas, seres queridos que ya han partido, nuestra propia visión y expectativa con respecto a esta festividad tan particular, o tal vez porque también se acerca el final de un año más.
El punto es que estamos viviendo un tiempo de retrospección, de mirar el camino andado y de replanteos de nuestra vida. Y eso pasa porque a medida que van pasando los años nos damos cuenta que la vida se nos va yendo y queremos aprovecharla de la mejor manera, sin perder el tiempo en pavadas o tonterías.
El hacha está puesta en la raíz, la muerte puede llegar a cualquier momento… y eso se nos hace más presente cuando hemos vivido de cerca la muerte de alguien de nuestra misma edad.
¿Qué queremos hacer de aquí en adelante? ¿cómo queremos vivir?
¿Cuánto nos queda de vida y cómo la queremos aprovechar?
Este año, acompañando a una mujer que estaba muy enferma y a su familia, el esposo me decía: “Ella sabe que su vida se termina, pero ninguno de nosotros lo sabe de la propia, porque tal vez pensamos que ella es la que va a morir primero, pero cualquiera de nosotros podemos hacerlo antes que ella, sólo que no lo sabemos tan claramente, y ni lo pensamos”.
Y es así, nuestra muerte es tan segura como que estamos vivos. Por eso está bueno estar siempre preparados/as, con las cuentas en blanco, dejándonos moldear por la mano de Dios, siendo grano y no paja que el fuego consume. Amén.

Querido Jesús, a veces pienso en cómo será la muerte, pero no lo pudo imaginar, pero no me preocupa demasiado. Amo la vida, por eso trato de disfrutarla a pleno, de sacarle todo el jugo posible, de aprender todo lo que pueda y dar testimonio de tu amor por nosotros/as. ¡Gracias por darme la Vida en Abundancia! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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