viernes, 21 de diciembre de 2012

23 de Diciembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 80

“Pastor de Israel, ¡escucha!
Tú, que guías a José como a una oveja,
y que estás entre los querubines,
 ¡manifiéstate!
En presencia de Efraín, de Benjamín y de Manasés,
¡manifiesta tu poder y ven a salvarnos!
¡Restáuranos, Dios nuestro!

¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!

Señor, Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo te mostrarás indignado
contra la oración de tu pueblo?
Nos has dado a comer lágrimas en vez de pan;
nos has hecho beber lágrimas en abundancia.
Nos has puesto en ridículo ante nuestros vecinos;
nuestros enemigos se burlan de nosotros.

¡Restáuranos, Dios de los ejércitos!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!
Desde Egipto trajiste una vid;
expulsaste a las naciones, y la plantaste.
Limpiaste el terreno delante de ella,
hiciste que echara raíces, y ésta llenó la tierra.
Los montes se cubrieron con su sombra;
los cedros de Dios se cubrieron con sus sarmientos.
Y la vid extendió sus vástagos y sus renuevos
hasta el mar, y hasta el gran río.

¿Por qué derribaste sus cercas?
¡Todos los que pasan le arrancan uvas!
¡Los jabalíes le hacen destrozos!
¡Las bestias salvajes la devoran!
Dios de los ejércitos, ¡vuélvete a nosotros!
Desde el cielo dígnate mirarnos, y reconsidera;
¡ven y ayuda a esta viña!
¡Es la viña que plantaste con tu diestra!
¡Es el renuevo que sembraste para ti!
¡La han cortado! ¡Le han prendido fuego!
¡Déjate ver, y repréndelos, para que perezcan!

Pero posa tu mano sobre tu hombre elegido,
sobre el hombre al que has dado tu poder.
Así no nos apartaremos de ti.
Tú nos darás vida, y nosotros invocaremos tu nombre.

Señor, Dios de los ejércitos, ¡restáuranos!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!Amén.

Curiosidades

¿Qué se entiende por sacrificios en la Biblia?

Se siguieron ofreciendo sacrificios veterotestamentarios durante todo el período de composición del NT prácticamente; y no es sorprendente, por lo tanto, que incluso su significación literal sea objeto de comentarios ilustrativos. Encontramos máximas importantes en los evangelios sinópticos y en 1ª Corintios. Es digno de tener en cuenta que nuestro Señor hizo hacer sacrificios por él mismo, o que él mismo los hizo, cuando fue presentado en el templo, durante su última pascua, y presumiblemente en las otras ocasiones que fue a Jerusalén para las fiestas. La práctica de los apóstoles en los Hechos quita todo fundamento a la opinión de que después del sacrificio de Cristo debía considerarse el sacrificio en el templo judío como abominación a Dios. Los vemos frecuentando el templo, y Pablo mismo se traslada a Jerusalén en Pentecostés, y en esa ocasión ofrece los sacrificios que correspondían a la interrupción de votos. No obstante en principio los sacrificios ya eran innecesarios, porque el antiguo pacto “ya se consideraba viejo” y estaba “próximo a desaparecer”, de modo que cuando los romanos destruyeron el templo, aun los judíos no cristianos dejaron de ofrecer sacrificios.
La Epístola a los Hebreos contiene el análisis más completo de los sacrificios veterotestamentarios. Las enseñanzas del autor tienen un lado positivo, pero lo que le preocupa especialmente es poner en evidencia cuán inadecuados resultaban, excepto como tipos. El hecho de que no logran para el ser humano el acceso al lugar santísimo, prueba que no pueden liberar de culpa la conciencia. No son sino ordenanzas carnales, impuestos hasta que llegue el momento de la reforma. El que no podían lograr la expiación de los pecados lo demuestra, además, el hecho de que lo que se ofrece no son más que animales como también el hecho mismo de su repetición. El objetivo no es tanto ofrecer remedio al pecado, sino lograr que no se lo olvide.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Hebreos 10:5-10

“Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo:
«No quieres sacrificio y ofrenda,
pero me has dado un cuerpo.
No te agradan los holocaustos
ni las expiaciones por el pecado.
Entonces dije: “Mi Dios,
aquí estoy para hacer tu voluntad,
como está escrito de mí en el libro.”»
Al decir primero: «No quieres ni te agradan sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni expiaciones por el pecado» (cosas que se ofrecen según la ley), y luego añadir: «Aquí estoy, para hacer tu voluntad», quita lo primero para establecer esto último. Por esa voluntad somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez y para siempre.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En todas las religiones existe una dinámica, que es que las personas a través de sus ofrendas y/o sacrificios buscan agradar a un Dios que puede enojarse. Todos temen ese enojo porque la fuerza de todo Dios es enorme y provoca destrucción.
Incluso en muchas líneas dentro de la fe cristiana existe el concepto de sacrificio como algo agradable a Dios, y con esto también una especie de culpa cuando se hace algo placentero.
Así es que se ha llegado a categorías de pecado, hasta se podría pensar en una lista en donde por supuesto la sexualidad está en primer lugar. Algo que no encontramos dentro de la Biblia, que es en realidad nuestro libro de cabecera. De esta manera millones de cristianos en el mundo condenan a diversos grupos de personas como “perdidas” y “peligrosas” para una moral santa, cuando una de las cosas que Jesús reiteró en varias ocasiones, el peligro de hacerse juez cuando el único que juzga es Dios.
Pero volvamos al tema del sacrificio, esto de hacer algo que nos significa un esfuerzo para agradar a Dios. En la porción de la carta a los Hebreos que hoy compartimos con ustedes dice claramente que el único sacrificio/ofrenda, hecho una sola vez y para siempre es el de Jesús en la cruz, porque a Dios no le agradan sacrificios y ofrendas que busquen una expiación de los pecados. Más bien Dios ve con agrado toda ofrenda de gratitud.
Jesús vino a dar su vida por nosotros para que tengamos vida en abundancia y esto es lo que tenemos que tener bien claro. Nada de lo que hagamos puede llegar ni por acaso al gran regalo que Jesucristo nos ha dado y nos da. El saber que Dios nos ama y es nuestro Padre/Madre, es un alivio. El pensar que no espera sacrificios, sino acciones de gracias, que ese amor que nos brinda se traduzca en amor a los demás, también es un alivio y una alegría, que una vez que lo comprendemos, tenemos la necesidad de compartirlo con los demás.
En un tiempo en donde nada se hace sin pedir algo a cambio, es raro entender la actitud de entrega y desinterés de Jesús por cada uno de nosotros, pero a la vez nos llama a que actuemos de la misma manera… y vos estás invitado. Amén.

Querido Jesús, hoy sólo quiero agradecerte por tu amor, tu entrega y tu desprendimiento. Ayudame a ser como vos, a no esperar que me den algo a cambio de lo que yo doy. Permití que mi corazón sea generoso como el tuyo. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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