sábado, 29 de diciembre de 2012

12 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 29

“Tributen al Señor, oh hijos de los poderosos,
Tributen al Señor gloria y poder.
Tributen al Señor la gloria debida a Su nombre;
Adoren al Señor en la majestad de la santidad.

Voz del Señor sobre las aguas.
El Dios de gloria truena,
El Señor está sobre las muchas aguas.
La voz del Señor es poderosa,
La voz del Señor es majestuosa.
La voz del Señor rompe los cedros;
Sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano;
Y como becerro hace saltar al Monte Líbano;
Y al Monte Sirión (Hermón) como cría de búfalo.
La voz del Señor levanta llamas de fuego.
La voz del Señor hace temblar el desierto;
El Señor hace temblar el desierto de Cades.
La voz del Señor hace parir a las ciervas
Y deja los bosques desnudos,
Y en Su templo todo dice: “¡Gloria!”

El Señor se sentó como Rey durante el diluvio;
Sí, como Rey se sienta el Señor para siempre.
El Señor dará fuerza a Su pueblo;
El Señor bendecirá a Su pueblo con paz.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es dar testimonio?

Aunque “testificar” se usa con una amplia gama de connotaciones, con frecuencia quedando la forense virtualmente olvidada, nunca se la emplea en el frecuente uso moderno como sinónimo de “ver”.
‘ed y su sinónimo ‘edâ siempre se refieren a la persona o cosa que da testimonio. El equivalente neotestamentario, martys, se usa sólo para personas, no existiendo ningún ejemplo del uso de cosas como testigos.
El hebreo con su eversión a lo abstracto, raras veces habla de testimonio en el sentido de aporte de pruebas. El griego usa el concepto frecuentemente, pero distingue entre martiria, el acto de testificar o el testimonio, y martyrion, aquello que puede servir como prueba o evidencia, o el hecho determinado por medio de las pruebas.
‘edût, siempre vertido “testimonio”, ha perdido completamente su sentido forense y se ha convertido en término religioso, traducido como “señal admonitoria, recordatorio, exhortación”. Ejemplo notable de ‘edût lo constituyen las tablas de los Diez Mandamientos. De allí que el arca que las contenía se llamara “arca del testimonio”, la tienda que las amparaba “tabernáculo del testimonio”, y el velo que separaba el lugar santísimo “velo del testimonio”.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Hechos 10:34-43

“Entonces Pedro tomó la palabra, y dijo: “Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que Le teme (Le reverencia) y hace lo justo, Le es acepto (Dios se agrada de él). El mensaje (La palabra) que El envió al pueblo de Israel, predicando (anunciando el evangelio) de paz por medio de Jesucristo, que El es Señor de todos.
“Ustedes saben lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó, cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con Él.
“Nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los Judíos y en Jerusalén. Y también Le dieron muerte, colgándolo en una cruz (un madero). Pero Dios Lo resucitó al tercer día e hizo que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a los testigos que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con El después que resucitó de los muertos.
“Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos. De El dan testimonio todos los profetas, de que por Su nombre, todo el que cree en El recibe el perdón de los pecados.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una de las características propias de la fe cristiana es el proselitismo, esto es buscar que cada vez más personas sigan la fe en Cristo. Esto es un mandato y por esta razón, y lamentablemente con recursos muy oscuros y muy lejos del ejemplo de Jesús, los cristianos y cristianas han extendido su fe por todo el mundo.
Es verdad que el cristianismo, en nombre de este mandato, ha hecho mucho daño, en el nombre de Dios se han masacrado pueblos enteros, pero esto mismo no tiene nada que ver con el mensaje de Jesús.
Dice el libro de los Hechos que Jesús “anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos del diablo”, vale decir que desde el principio el mensaje de Jesús fue liberador.
Hoy día se sigue haciendo mucho daño en el nombre de Jesús, se busca sacar provecho y se oprime a las personas en el nombre de la fe. Esto es algo que debemos ser conscientes como cristianos, y nos debemos hacer cargo también.
Pero no por eso debemos dejar de proclamar el evangelio y llevar el mensaje de liberación a todas las personas oprimidas, haciendo el bien al igual que Jesús. Por eso mismo hacemos este programa de radio llamado “Latidos de Dios”, para llevar alivio, pero nunca opresión, ni angustia, ni culpa.
Como cristianos y cristianas somos llamados a dar testimonio a través de nuestras vidas, en una entrega absoluta, haciendo el bien a las personas que nos rodean y no buscando ser más numerosos en nuestras comunidades, como una suerte de pesca o trofeo. La proclamación del evangelio, el anuncio de la buena nueva siempre debe ser en el amor y desinteresadamente, como lo hizo Jesús mismo, como una forma de compartir la alegría de vivir en la fe, como un instrumento para superar cualquier obstáculo, con la certeza de que Dios está al lado del que sufre para animarlo y fortalecerlo, no sacar provecho de la situación.
Es hermoso vivir con fe en Cristo, es una fortaleza en la angustia y el dolor. El mensaje de Jesús es algo que comparte pero no se impone. Jesús nunca quiso imponer nada a nadie, es más, siempre cuestionó el método de la imposición. Mi deseo es que vos, que estás escuchando la radio en este momento, te sientas invitado a conocer el evangelio de Cristo, que te sientas tentado a caminar sobre los pasos de Jesús, pero nadie te va a obligar a algo que necesita de una gran convicción. La invitación está hecha. Amén.

Querido Jesús, hoy te quiero pedir perdón por todas aquellas personas y naciones que en tu nombre han hecho mucho daño, que han hecho holocaustos, que han destruido en tu nombre. Me avergüenzo de todo esto y al mismo tiempo muchas veces me intimida a seguir tu mandato de hacer llegar a todas las naciones tu mensaje de amor. Dame las palabras, la fuerza y la claridad para anunciar tu Reino de la forma en que vos lo hiciste mientras caminabas por la tierra. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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