sábado, 29 de diciembre de 2012

19 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 96

“Canten al Señor un cántico nuevo;
Canten al Señor, toda la tierra.
Canten al Señor, bendigan Su nombre;
Proclamen de día en día las buenas nuevas de Su salvación.
Cuenten Su gloria entre las naciones,
Sus maravillas entre todos los pueblos.
Porque grande es el Señor, y muy digno de ser alabado;
Temible es El sobre todos los dioses.
Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos,
Pero el Señor hizo los cielos.
Gloria y majestad están delante de El;
Poder y hermosura en Su santuario.

Den al Señor, oh familias de los pueblos,
Den al Señor gloria y poder.
Den al Señor la gloria debida a Su nombre;
Traigan ofrenda y entren en Sus atrios.
Adoren al Señor en vestiduras santas;
Tiemblen ante Su presencia, toda la tierra.
Digan entre las naciones: “El Señor reina;
Ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible;
El juzgará a los pueblos con equidad.”

Alégrense los cielos y regocíjese la tierra;
Ruja el mar y cuanto contiene;
Gócese el campo y todo lo que en él hay.
Entonces todos los árboles del bosque cantarán con gozo
Delante del Señor, porque El viene;
Porque El viene a juzgar la tierra:
Juzgará al mundo con justicia
Y a los pueblos con Su fidelidad.” Amén.

Curiosidades

¿Qué son los dones espirituales?

La expresión “dones espirituales” es la interpretación común en castellano del sustantivo neutro plural griego jarismata, que se forma del vocablo jarizesthas (mostrar favor, dar libremente), que está relacionado con el sustantivo jaris (gracia); son la expresión concreta de jaris, el efecto visible de la gracia en palabras o en hechos. La forma singular se utiliza para describir el don divino de la salvación por medio de Cristo y de cualquier gracia o misericordia especiales. La forma plural se utiliza principalmente en sentido técnico para describir los dones extraordinarios del Espíritu Santo concedidos a los cristianos para el servicio especial, y en unos cuantos casos la forma singular se utiliza igualmente en sentido distributivo o semicolectivo.
La difusión general de los dones del Espíritu Santo, que caracterizaría a la nueva dispensación, fue predicha por el profeta Joel, y confirmada por las promesas de Cristo a sus discípulos. Estas profecías y promesas se cumplieron el día de Pentecostés. Más tarde, Lucas menciona frecuentemente numerosos dones espirituales, como también Pedro y Pablo, quien también los describe como “cosas espirituales”, y “espíritus”, vale decir, distintas manifestaciones del Espíritu. Los dones son distribuidos por el Espíritu Santo de acuerdo a su voluntad soberana y el creyente puede recibir uno o más dones.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Corintios 12:4-11

“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según Su voluntad.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay dos palabras que de alguna manera resumen lo que dice la carta de Pablo a los corintios hoy: diversidad e integración. Son palabras muy en boga, muy significativas, pero corren el riesgo de perder su profundidad y su sentido, porque existe como una exigencia de usarlas…
La diversidad tiene que ver con que cada una de las personas que habitamos la tierra somos seres únicos e irrepetibles, creados y amados por Dios. Cada persona no sólo es diferente físicamente ni en su forma de ser, sino también en su forma de vivir la fe y el amor.
Hoy se habla de diversidad sexual, que tiene que ver con esto mismo, lo de ser únicos e irrepetibles, al mismo tiempo respetables y merecedores de la aceptación del entorno en la diferencia.
Una vez que asumimos que somos todos diferentes pero iguales en valor, como personas con derechos, podemos hablar también de la integración, que no es sólo permitir que cada uno tenga su lugar, sino que todas las personas formemos parte de la sociedad activamente, cada uno desde sus posibilidades, dones y limitaciones.
La integración nos exige paciencia los unos con los otros, respeto y amor. La fe en Cristo ayuda muchísimo en la integración, porque lo podemos reflexionar y asumir desde estas palabras de Pablo que hoy compartimos.
Pero pasa que muchas veces nos quedamos en palabras bonitas que no se traducen en hechos. Te invito a que pienses un poco en estas cosas.
Los lugares que frecuentas ¿está preparado para recibir personas con discapacidad física? ¿hay rampas, ascensores? Si no es así, una persona con dificultades para trasladarse no puede acceder. ¿Hay adornos, plantas, carteles que cuelgan a la altura de la cabeza? Si es así, el lugar no es apto para personas ciegas.
Ahora, puede que los lugares que frecuentas son de fácil acceso para las personas con discapacidad ¿cómo estás vos con eso? ¿sabés como ayudar a alguien que sufre una discapacidad? ¿desde qué lugar te relacionás? ¿pensás que una persona con discapacidad no tiene nada para ofrecerte? Si es así, te digo que estás equivocado.
Muchas veces nos sentimos abiertos y receptivos, pero cuando nos encontramos en una situación concreta nos damos cuenta de que de la teoría a la práctica hay un camino, y ese camino indefectiblemente es en el amor. Amén.

Querido Jesús, ayudame a aceptar que la diferencia entre las personas es buena, que nos enriquece a todos, que mi forma de ver las cosas y pensar no es ni la única ni la mejor, que se puede convivir perfectamente en la diferencia. Perdóname por ser tan obtusa, por querer cambiar a los demás y por mi falta de amor. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario