jueves, 29 de diciembre de 2011

15 de Enero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 116

“Amo a mi Señor,
pues ha oído mi voz y mis súplicas,


porque ha inclinado a mí su oído;

por tanto, lo invocaré en todos mis días.


Me rodearon lazos de muerte,

me encontraron las angustias del seol;

angustia y dolor había yo hallado.


Entonces invoqué el nombre de mi Señor, diciendo:

«¡Mi Señor, libra ahora mi alma!»


Clemente es mi Señor, y justo;

sí, misericordioso es nuestro Dios.


Mi Señor guarda a los sencillos;

estaba yo postrado, y me salvó.


¡Vuelve, alma mía, a tu reposo,

porque mi Señor te ha hecho bien!,


pues tú has librado mi alma de la muerte,

mis ojos de lágrimas

y mis pies de resbalar.


Andaré delante de mi Señor

en la tierra de los vivientes.


Creí; por tanto hablé,

estando afligido en gran manera.


Y dije en mi afán:

«Todo ser humano es mentiroso».


¿Qué pagaré a mi Señor

por todos sus beneficios para conmigo?


Tomaré la copa de la salvación

e invocaré el nombre de mi Señor.


Ahora pagaré mis votos a mi Señor

delante de todo su pueblo.


Apreciada es a los ojos de mi Señor

la muerte de sus santos.


Mi Señor, ciertamente yo soy tu siervo,

siervo tuyo soy, hijo de tu sierva.

Tú has roto mis prisiones.


Te ofreceré sacrificio de alabanza

e invocaré el nombre de mi Señor.


A mi Señor pagaré ahora mis votos

delante de todo su pueblo,


en los atrios de la casa de mi Señor,

en medio de ti, Jerusalén.

¡Aleluya!”
Amén.

Curiosidades

¿Qué eran las fiestas judías y en especial la de los Panes sin levadura?

Las fiestas del A.T. no siguen el modelo de las del antiguo Cercano Oriente, que se caracterizaban por un período de gozo precedido de ritos de mortificación y purificación. El festival de la Biblia contenía en sí el elemento de duelo, ya que dicho elemento estaba incluido en el sacrificio del pecado. No existe una línea de demarcación claramente definida entre la aflicción por el pecado y el gozo del Señor.

El disgusto de los profetas con respecto a las fiestas como eran observadas por los judíos no se debía a que sí estuvieran en un plano inferior de piedad, sino a que muchos israelitas habían olvidado su propósito espiritual. Hicieron que la religión consistiera en observancias externas, lo cual no coincidía con la intensión divina con respecto a las fiestas desde la época de su promulgación. En el N.T. nuestro Señor y los creyentes piadosos que en forma diligente y espiritual observaban las fiestas prescriptas en el antiguo pacto entendían bien esto.

La fiesta de los panes sin levadura o pascua, se instituyó para conmemorar la histórica liberación de Egipto. Era uno de los tres festivales anuales, y se observaba el 14º día del primer día del mes. Durante el 7º día se comía pan sin levadura, y no se efectuaba ningún trabajo servil. El primer día y el último eran de “santa convocación”, y se ofrecían sacrificios.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 14:12-16.22-26

El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la Pascua, sus discípulos le preguntaron:

- ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la Pascua?

Y envió a dos de sus discípulos diciéndoles:

- Vayan a la ciudad, y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, y donde entre digan al señor de la casa: "El Maestro dice: ‘¿Dónde está el aposento donde he de comer la Pascua con mis discípulos?» ". Entonces él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto. Hagan allí los preparativos para nosotros.

Fueron sus discípulos, entraron en la ciudad, hallaron lo que les había dicho y prepararon la Pascua…

… Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y les dio, diciendo:

- Tomen, esto es mi cuerpo.

Después tomó la copa y, habiendo dado gracias, les dio y bebieron de ella todos. Y les dijo:

- Esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada. En verdad les digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Después de haber cantado el himno, salieron al Monte de los Olivos.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Una despedida, una buena despedida… eso es muy importante cuando se sabe (aunque no se diga) que es definitiva…

Una despedida como un ritual, con todos los preparativos, con todos los detalles, saboreando cada momento… para hacerlo inolvidable.

Recuerdo a mi madre, enferma terminal, aprovechando a cada momento hablar las cosas que quería dejar claro… agradecida por una vida llena de bendiciones, de la que en realidad no deseaba partir, pero que asumía y aceptaba que así eran las cosas…

Me lo imagino a Jesús, también, mirando a sus amigos, recordando tantos momentos compartidos, sabiendo que se acercaba el final, y que ya nunca sería lo mismo.

Recuerdo nuestros momentos celebrando la Santa Cena, recordando aquella última cena con amigos, y la energía que sentimos todos al compartir el pan y el vino… recuerdo lágrimas derramadas, esperanza de vida, descanso…

Los seres humanos necesitamos los rituales, son una forma de manifestar lo que ni en palabras ni en acciones logramos. Los rituales llevan consigo la magia, la fuerza, la energía que nos permite asumir cosas, elaborarlas, superarlas, enfrentarlas… son muchas las razones por las cuales buscamos expresarnos de esta manera.

Yo he visto y he sentido en carne propia cómo no son sólo palabras y gestos, junto a ellos se siente un abrazo, una calidez, uno se eleva y vuelve reconfortado. El pensar en el momento vivido nos vuelve al instante mismo y nos vuelve a emocionar y a alimentar.

La comida, el canto, el compartir, la comunión… ese espacio íntimo en donde se funden una mezcla de emociones y sentimientos, en donde la razón queda fuera, porque no se trata de explicar, sino de vivir intensamente el momento.

¡Cuántas cosas pasan por nuestras mentes cuando nos dejamos llevar por los recuerdos y emociones! ¡Cuántos recuerdos alrededor de estas palabras de Jesús, que compartió con sus amigos y que hoy seguimos compartiendo entre amigos!

Tal vez vos, que estás escuchando ahora, también te hayas dejado llevar… eso es bueno, es la forma en que todos nos unimos en un mismo espíritu. Amén.

Querido Jesús, ¡cuánto nos conocés! ¡cuánto conocés a los seres humanos y nuestras necesidades! ¡cuánto me conocés a mí con mis flaquezas y mis dudas! ¡Gracias por tu amor, por tu entrega! Perimitime que yo también me pueda parecer a vos y logre estar cada momento más cerca de la gente. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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