viernes, 30 de mayo de 2014

1 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 27

“Mi Señor es mi luz y mi salvación,
¿de quién temeré?
Mi Señor es la fortaleza de mi vida,
¿de quién he de atemorizarme?

Cuando se juntaron contra mí los perversos,
mis angustiadores y mis enemigos,
para comer mis carnes,
ellos tropezaron y cayeron.

Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque contra mí se levante guerra,
yo estaré confiado.

Una cosa he demandado a mi Señor,
ésta buscaré:
que esté yo en la casa de mi Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura de mi Señor
y para buscarlo en su Templo.

Él me esconderá en su Tabernáculo en el día del mal;
me ocultará en lo reservado de su morada;
sobre una roca me pondrá en alto.

Luego levantará mi cabeza
sobre mis enemigos que me rodean,
y yo sacrificaré en su Tabernáculo sacrificios de júbilo;
cantaré y entonaré alabanzas a mi Señor.

¡Oye, mi Señor, mi voz con que a ti clamo!
¡Ten misericordia de mí y respóndeme!
Mi corazón ha dicho de ti:
«Busquen mi rostro.»
Tu rostro buscaré, mi Señor;
¡no escondas tu rostro de mí!

¡No apartes con ira a tu siervo!
¡Mi ayuda has sido!
No me dejes ni me desampares,
Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejen,
con todo, mi Señor me recogerá.
Enséñame, mi Señor, tu camino
y guíame por senda de rectitud
a causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis enemigos,
porque se han levantado contra mí testigos falsos
y los que respiran crueldad.

Hubiera yo desmayado,
si no creyera que he de ver la bondad de mi Señor
en la tierra de los vivientes.
¡Espera en mi Señor!
¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!
¡Sí, espera en mi Señor!” Amén.

Curiosidades

¿Cuáles son los puntos centrales de la “revelación”?

La revelación gira en torno a dos puntos centrales: los propósitos de Dios y la persona de Dios.
Por un lado, Dios informa al ser humano acerca de sí mismo: quién es, lo que ha hecho, está haciendo, y va a hacer, y lo que quiere que haga él. Así, tomó a Noé, Abraham, y Moisés y les brindó confianza, contándoles lo que había pensado hacer, y cuál iba a ser el lugar de ellos en lo que había planeado. Además, dio a conocer a Israel las leyes y promesas de su pacto. Reveló sus intenciones a los profetas. Cristo habló a sus discípulos acerca de “todas las cosas que oí de mi Padre”, y les prometió el Espíritu Santo para que completara la obra de instruirlos. Dios reveló a Pablo el “misterio” de su propósito eterno en Cristo. Cristo le reveló a Juan “las cosas que deben suceder pronto”. Desde este punto de vista, como revelación precisa emanada de Dios mismo, relativa a sus propósitos y su obra salvífica, Pablo llama al evangelio “la verdad”, en contraste con el error y la falsedad. De allí el uso de la frase “verdad revelada” en la teología cristiana para denotar lo que Dios ha dado a conocer a los seres humanos acerca de sí mismo.
Por otro lado, cuando Dios manda su palabra a los seres humanos, al mismo tiempo los enfrenta con su propia Persona. La Biblia no concibe la revelación como mera difusión de información, divinamente garantizada, sino como un acercamiento personal de Dios a los individuos, destinado a hacerse conocer por  ellos. Esta es la lección que se ha de aprender de las teofanías del NT, y del lugar que representa el enigmático “ángel de Yahveh”, que resulta ser, tan evidentemente, manifestación de Yahveh mismo: la lección, vale decir, de que Dios no es sólo el autor y el tema de sus mensajes a los seres humanos, sino que es, también, su propio mensajero. Cuando el ser humano se encuentra con la palabra de Dios, por lo casual y accidental que pueda parecer ese encuentro, Dios se encuentra con ese ser humano, le dirige la palabra a él personalmente, y le exige una respuesta personal como Autor de ella.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1061)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Pedro 4:13-16

Al contrario, gócense por cuanto son participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria los gocen con gran alegría. Si son ultrajados por el nombre de Cristo, son bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. Ciertamente, por lo que hace a ellos, él es blasfemado, pero por ustedes es glorificado. Así que, ninguno de ustedes padezca como homicida, ladrón o malhechor, o por entrometerse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” Amén.
 
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Seguramente estas palabras que acabamos de escuchar de la Biblia resultará como una propuesta masoquista ¡Nadie puede gozarse en el sufrimiento! Y Dios no es ningún perverso ni sádico.
Si pensamos en el origen de estas palabras, en el contexto en donde surgieron es más simple comprenderlas y aceptarlas.
En los primeros siglos de la vida de la Iglesia, los cristianos y cristianas eran perseguidos, se los cazaba, torturaba y mataba cruelmente, muchas veces en los circos romanos. Esto lo podemos encontrar en varios documentos de la época. Es en este marco en donde se valoriza el sufrimiento de la persona… pero por la fe, por eso dice pero si alguno padece como cristiano”.
Tal vez para nosotros hoy estas palabras son anacrónicas o sinsentido, pero si evitamos hablar acerca de muerte, es verdad que no en todos lugares está bien visto el ser cristiano practicante, esto es, participar de alguna comunidad de fe. Muchos de nosotros nos avergonzamos de ser religiosos, de vivir una vida de fe. Tenemos miedo que nos consideren mojigatos, chupa cirios, ñoños.
Es como que tiene más onda estar en las nuevas movidas, en donde se habla de la energía, las constelaciones, y no sé qué más cosas. Y hablar de compromiso, de usar de mi tiempo para darlo a otros que lo necesitan ¡ni hablar!
Por eso, estas palabras que hoy nos llaman a reflexión son muy actuales y adecuadas, ya que nos llama a estar orgullosos de nuestra fe en Cristo, de animarnos a exponerlo públicamente, que la gente sepa de mi fe, que no me avergüenza, y que si alguien se burla… agradezco a Dios y le pido que me dé fortaleza para dar testimonio, para seguir en mi camino junto a Dios como mi motor, mi sostén, mi Vida. Amén.

Querido Jesús, sé que a veces oculto en algunos lugares mi fe en vos, en lo importante que sos en mi vida. Ayudame a asumirlo con naturalidad y no tener miedo a las burlas que pueda ocasionar. Nadie se avergüenza de quien se ama, y yo te amo con todo mi ser. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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