viernes, 16 de mayo de 2014

18 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 33

“Alégrense, justos, en mi Señor;
en los rectos es hermosa la alabanza.
Aclamen a mi Señor con arpa;
cántenle con salterio y decacordio.
Cántenle cántico nuevo;
¡háganlo bien, tañendo con júbilo!,
porque recta es la palabra de mi Señor
y toda su obra es hecha con fidelidad.
Él ama la justicia y el derecho;
de la misericordia de mi Señor está llena la tierra.

Por la palabra de ni Señor fueron hechos los cielos;
y todo el ejército de ellos, por el aliento de su boca.
Él junta como montón las aguas del mar;
él pone en depósitos los abismos.

¡Tema a mi Señor toda la tierra!
¡Tiemblen delante de él todos los habitantes del mundo!,
porque él dijo, y fue hecho;
él mandó, y existió.

Mi Señor hace nulo el plan de las naciones
y frustra las maquinaciones de los pueblos.
El plan de mi Señor permanecerá para siempre;
los pensamientos de su corazón, por todas las generaciones.
Bienaventurada la nación cuyo Dios es mi Señor,
el pueblo que él escogió como propiedad para sí.

Desde los cielos miró mi Señor;
vio a todos los hijos de los hombres;
desde el lugar de su morada miró
sobre todos los habitantes de la tierra.
Él formó el corazón de todos ellos;
atento está a todas sus obras.

El rey no se salva por la multitud del ejército
ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
Vano para salvarse es el caballo;
la grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.

El ojo de mi Señor está sobre los que lo temen,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus almas de la muerte
y para darles vida en tiempo de hambre.

Nuestra alma espera a mi Señor;
nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
porque en su santo nombre hemos confiado.
¡Sea tu misericordia, mi Señor, sobre nosotros,
según esperamos en ti!” Amén.

Curiosidades

¿Qué es la piedra angular?
El significado de las referencias neotestamentarias se obtiene de tres pasajes veterotestamentarios. El primer pasaje es Sal.118, donde la piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser “cabeza de ángulo”. En su contexto original esto reflejaba el júbilo del propio salmista por su vindicación ante los enemigos que lo habían desechado, pero en el marco litúrgico de la fiesta de los tabernáculos este salmo adquirió el sentido más bien de liberación nacional que de liberación personal. En la exégesis rabínica se le  acordaba una interpretación mesiánica, lo cual preparó el camino para que Cristo lo utilizara como referencia a sí mismo. Pedro también utilizó el texto en Hechos y en 1 Pedro para explicar el rechazo de Cristo por parte de los judíos, y su exaltación por Dios para ser cabeza de la iglesia. La frase “cabeza de ángulo” puede indicar una de las piedras grandes cerca de los cimientos de un edificio, que por su mero tamaño ligan dos o más hileras de piedras, pero es más probable que se refiera a la última piedra que completa un arco o se coloca en la esquina superior del edificio. Esta es la idea básica de Efesios, donde Pablo pinta la figura de las piedras del nuevo templo ligadas entre sí por Cristo, por medio de quien, como piedra angular, todo el edificio se completa y adquiere unidad. En otra parte se describe a Cristo como el fundamento de la iglesia, pero en Efesios se invierte la figura y se considera a los apóstoles y profetas de la primera generación como el fundamento, y a Cristo como cima y consumación del edificio.
El segundo pasaje, Isaías 28, probablemente se refería originalmente a la impresionante mole maciza de piedra del templo, que simbolizaba la presencia permanente del Señor entre su pueblo, rasgo que denotaba firmeza, carácter inconmovible, confiable. La yuxtaposición en Isaías de las palabras “fundamento” y “piedra angular” sugiere ya sea identidad o similitud de significado, pero la combinación neotestamentaria de esta idea con el tercer pasaje en Romanos 9 y 1 Pedro 2 ha debilitado en forma definitiva el esclavón, dejando el énfasis sobre Cristo como piedra de tropiezo para los carentes de fe, pero como plena seguridad para los que creen.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1094-1095)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Pedro 2:1-10

“Desechen, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda maledicencia, y deseen, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcan para salvación, ya que han gustado la bondad del Señor.
Acercándose a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, pero para Dios escogida y preciosa, ustedes también, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también dice la Escritura:
«He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo,
escogida, preciosa;
el que crea en él, no será avergonzado.»
Para ustedes, pues, los que creen, él es precioso. En cambio para los que no creen:
«La piedra que los edificadores desecharon
ha venido a ser la cabeza del ángulo»
y:
«Piedra de tropiezo y roca que hace caer.»
Ellos, por su desobediencia, tropiezan en la palabra. ¡Ése es su destino!
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes que en otro tiempo no eran pueblo, ahora son pueblo de Dios; en otro tiempo no habían alcanzado misericordia, ahora han alcanzado misericordia.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hoy día, tal vez por un problema que tenemos con la rigidez o con las estructuras, no hablamos ya de una construcción de una sociedad sino de formar redes, en el sentido de lo dinámico y lo plástico de una red. Una red puede ser de la misma forma de lo que está conteniendo, mientras que un edificio tiene su propia estructura, y eso nos da cierto temor por algunas cosas que hemos vivido.
Si pensamos en las casas construidas con piedras, no con ladrillos y mezcla, con piedras multiformes que se ubican de tal manera que formen una pared, un muro que contenga aunque no tenga la perfección a la que estamos acostumbrados, la idea de ser piedra no está tan mala. Por un lado porque no todos somos iguales, y por el otro, que no nos une una mezcla que nos mantenga firmes hasta que algún factor externo nos separe.
Hace varios años mientras que miraba un noticiero en donde mostraba que algún país de Oriente Medio había sido bombardeado y veía como la gente juntaba las piedras y sacudía las alfombras para armar nuevamente su casa, comprendí esto de construir una casa espiritual siendo nosotros las “piedras vivas”. Es algo bien dinámico, similar a la idea que hoy tenemos acerca de las redes, en donde cada piedra o cada nudo está en el momento preciso y lugar preciso para cumplir la tarea de contención… no necesariamente tiene que seguir ahí como un fósil, sino que tiene que cumplir su misión en el momento en que se necesita.
Éste es el modelo de comunidad al que aspiramos, el modelo que Iglesia que buscamos, en donde todos estamos atentos y en donde no todo dependa de una sola persona, como generalmente termina siendo el Pastor o la Pastora.
Cada uno de nosotros hemos sido elegidos por Dios, como una piedra especial para ubicar en un lugar determinado por nuestros dones, por nuestras capacidades. Cada uno de nosotros somos llamados por Jesús para seguir sus huellas y formar esa gran familia que él comenzó, aquella vez que caminó entre nosotros. Amén.

Querido Jesús, ayudame a no caer en las miles de excusas que tenemos los cristianos para no ser parte de esa casa espiritual, en la que yo soy una piedra viva. Ayudame a impulsar a otras personas a formar parte de esta edificación, esa red que debe ser una contención para la sociedad en la que vivimos, una sociedad construida por nosotros, pero a la vez tan inhumana. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu santo. Amén.

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