viernes, 30 de marzo de 2012

1 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 69 (1-9.16-29)

“¡Sálvame, Dios,
porque las aguas han entrado hasta el alma!


Estoy hundido en barro profundo,
donde no puedo hacer pie;
he llegado hasta lo profundo de las aguas
y la corriente me arrastra.


Cansado estoy de llamar;
mi garganta se ha enronquecido;
han desfallecido mis ojos
esperando a mi Dios.


Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza
los que me odian sin causa;
se han hecho poderosos mis enemigos,
los que me destruyen sin tener por qué.
¿Y he de pagar lo que no robé?


Dios, tú conoces mi insensatez,
y mis pecados no te son ocultos.


No sean avergonzados por causa mía
los que en ti confían,
Señor, mi Señor de los ejércitos;
no sean confundidos por causa mía
los que te buscan,
Dios de Israel,


porque por amor de ti he sufrido afrenta;
confusión ha cubierto mi rostro.


Extraño he sido para mis hermanos
y desconocido para los hijos de mi madre.


Me consumió el celo de tu Casa
y los insultos de los que te vituperaban cayeron sobre mí…


… Respóndeme, mi Señor, porque benigna es tu misericordia;
mírame conforme a la multitud de tus piedades.


No escondas de tu siervo tu rostro,
porque estoy angustiado. ¡Apresúrate, óyeme!


¡Acércate a mi alma, redímela!
¡Líbrame por causa de mis enemigos!


Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio.
Delante de ti están todos mis adversarios.


El escarnio ha quebrantado mi corazón y estoy acongojado.
Esperé a quien se compadeciera de mí, y no lo hubo;
busqué consoladores, y ninguno hallé.


Me pusieron además hiel por comida
y en mi sed me dieron a beber vinagre.


Sea su banquete delante de ellos por lazo,
y lo que es para bien, por tropiezo.


Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
y haz temblar continuamente sus lomos.


Derrama sobre ellos tu ira
y el furor de tu enojo los alcance.


Sea su palacio desolado;
en sus tiendas no haya morador,


porque persiguieron al que tú heriste
y cuentan del dolor de los que tú llagaste.


¡Pon maldad sobre su maldad
y no entren en tu justicia!


¡Sean borrados del libro de los vivientes
y no sean inscritos con los justos!


Pero a mí, afligido y miserable,
tu salvación, Dios, me ponga en alto…” Amén.

Curiosidades

¿Dónde se ubica el Monte de los Olivos y qué importancia tiene?

Los judíos residentes en Jerusalén acostumbraban anunciar la luna nueva a sus compatriotas de Babilonia por medio de una cadena de almenaras que comenzaban en el Monte de los Olivos, cada una de las cuales señalaba el encendido de la próxima. Pero como los samaritanos encendían almenaras falsas, mensajeros humanos reemplazaron finalmente a las antiguas almenaras. Dalman considera bastante posible la afirmación de la Misná de que este servicio de almenaras se extendía hasta la Mesopotamia. El monte está estrechamente relacionado con la vaca alazana y sus cenizas de purificación, al igual que con otras ceremonias del judaísmo levítico. Según una leyenda, la paloma que Noé envió desde el arca tomó su rama del monte de los Olivos. Algunos creían que los judíos piadosos que habían muerto debían resucitar en Israel, y que los que habían muerto es el extranjero serían trasladados a Israel rodando por cavidades subterráneas, y que saldrían a la superficie en el monte de los Olivos partido. Cuando la sejiná, o sea el fulgor radiante de la presencia de Dios, abandonó el templo a causa del pecado, se decía que permaneció tres años y medio en el monte de los Olivos, esperando vanamente el arrepentimiento. El nombre “Montaña de tres luces” proviene del resplandor del llameante altar del templo que se reflejaba sobre la ladera del monte durante la noche, de los primeros rayos del sol que hacen fulgurar la cima, y del aceite de las olivas que alimentaban las lámparas del templo.

Cerca de la Iglesia de todas las naciones, al pie del monte, hay algunos venerables olivos que puede demostrarse que tengan 2.000 años. Esta es la zona del Getsemaní, y el lugar preciso de la agonía, aunque no está bien determinado, se encuentra cerca. A mitad de camino por la ladera del monte está la iglesia de Dominus Flevit.

Se argumenta persuasivamente que en realidad el Señor se acercó a Jerusalén desde Betania, rodeando el lomo meridional del monte de los Olivos, y que lloró cuando súbitamente apareció la ciudad a su vista. Una sucesión de iglesias de la ascensión coronan desde hace mucho tiempo el supuesto pináculo de la asunción de nuestro Señor, y las supuestas marcas de sus pies están cuidadosamente preservadas allí como cumplimiento tangible de Zac.14:4. Pero el Evangelio de Lucas favorece la zona de Betania como el verdadero lugar de la ascensión. El que visita Palestina se da cuenta de la futilidad de tratar de resolver lo que resulta insoluble.


Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 11:1-11

“Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, y les dijo:

- Vayan a la aldea que está enfrente de ustedes, y al entrar en ella hallarán un borrico atado, en el cual ningún hombre ha montado. Desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta: "¿Por qué hacen eso?", digan que el Señor lo necesita y que luego lo devolverá.

Fueron, y hallaron el borrico atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron:

- ¿Qué hacen desatando el borrico?

Ellos entonces les dijeron como Jesús había dicho, y los dejaron ir. Trajeron el borrico a Jesús, echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Los que iban delante y los que venían detrás gritaban, diciendo:

- ¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosana en las alturas!

Entró Jesús en Jerusalén y fue al templo. Después de observarlo todo, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay una canción infantil muy conocida que dice:

“Vamos a ver cómo es el reino del revés,

vamos a ver cómo es el reino del revés.

Me dijeron que en el reino del revés

nada el pájaro y vuela el pez.”

¿La conocen?

Es algo muy parecido a la paradoja cristiana en donde el grande es pequeño y el pequeño grande, y en donde nuestro rey, nuestro Señor es el que sirve y se entrega más que ningún otro. Por eso también, en vez de entrar en una ciudad montado sobre un brioso caballo sobre una gran alfombra roja, entra a Jerusalén sobre un animal de carga, de trabajo sobre una alfombra de mantos y ramas.

Esto mismo vale para todos los que reconocemos a Jesús como nuestro Señor y Salvador: servir en vez de ser servido, ser débiles para ser fuertes.

Jesús viene a invertir lo que para el ser humano son las prioridades, y en un mundo en donde el egoísmo, la ambición y la violencia es parte de lo que se necesita para triunfar en la vida, él nos propone la entrega por el otro, el despojo de los bienes y el pacifismo. Esto significa que para seguir a Jesús, necesariamente hay que aceptar nada contra la corriente, lo que en muchos casos es motivo de burla, un camino difícil.

Curiosamente este “reino del revés” nos mejora la calidad de vida, porque en un mundo en donde vale el sálvese quien pueda, Jesús propone que nos ayudemos y nos acompañemos mutuamente, y eso cambia toda perspectiva y nos hace más felices.

Te propongo que te animes a ser parte de este reino, vas a ver qué bueno que es servir, no vivir pendiente del dinero y el prestigio y a responder con un buen trato a aquellos que creen que para conseguir las cosas sólo vale la prepotencia. Amén.

Querido Jesús, ¡gracias por frenar esta locura del mundo individualista y feroz! ¡gracias por esta nueva propuesta en donde todos podemos ser parte del reino y tener los mismos derechos! ¡gracias porque nos has mostrado que es posible nadar contra la corriente! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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