jueves, 29 de septiembre de 2011

2 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 80


“Pastor de Israel, escucha;
tú que pastoreas como a ovejas a José,
tú que estás entre querubines, resplandece.


¡Despierta tu poder
delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés,
y ven a salvarnos!

¡Dios, restáuranos!
¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!


Mi Señor, Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?


Les diste a comer pan de lágrimas
y a beber lágrimas en abundancia.


Nos pusiste por escarnio de nuestros vecinos
y nuestros enemigos se burlan de nosotros.

¡Dios de los ejércitos, restáuranos!
¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!


Hiciste venir una vid de Egipto;
echaste las naciones y la plantaste.


Limpiaste el terreno para ella,
hiciste arraigar sus raíces y llenó la tierra.


Los montes fueron cubiertos con su sombra
y con sus sarmientos los cedros de Dios.


Extendió sus vástagos hasta el mar
y hasta el río sus renuevos.


¿Por qué rompiste sus cercas
y la vendimian todos los que pasan por el camino?


La destroza el puerco montés
y la bestia del campo la devora.


Dios de los ejércitos, vuelve ahora;
mira desde el cielo, considera y visita esta viña,


la planta que plantó tu diestra
y el renuevo que para ti afirmaste.


¡Quemada a fuego está, asolada!
¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!


Sea tu mano sobre el varón de tu diestra,
sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.


Así no nos apartaremos de ti;
vida nos darás e invocaremos tu nombre.

¡Mi Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos!
¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!”
Amén.


Curiosidades


¿Cuáles eran los materiales de construcción que se utilizaban en los tiempos bíblicos?


La roca básica de la zona montañosa de Palestina es la piedra caliza, que se usaba normalmente en las construcciones locales y que, incluso, puede haber sido extraída en el mismo lugar de la construcción, como sucedía en Samaria y en Ramat Rabel. La piedra arenisca se utilizaba en las franjas costeras de Palestina, mientras que en el Sur de Siria el basalto es una piedra común de construcción. El clima relativamente húmedo de Palestina hacía necesaria la colocación de cimientos que consistían en muros de escombros, que se elevaban sobre el nivel del suelo a fin de proteger las paredes de adobes de la humedad del suelo.

La madera también abundaba en Palestina. Los edificios reales se construían y decoraban con maderas valiosas como el cedro y el ciprés importadas del Líbano, el sándalo de Ofir, y el olivo del país. Las obras comunes se realizaban normalmente con la madera más apropiada del país, tal como el sicómoro, el pino y el roble. Debido a su resistencia a la tensión, se usaba la madera para funciones arquitectónicas vitales como la de servir de sostén para techos, marcos de las puertas y ventanas, puertas, y como soportes para las torres en voladizo. Las cañas constituyeron el único otro material de construcción que ofrece resistencia a la tensión, y por ese motivo quizá hayan sido usadas para fortalecer las paredes de adobes. Sin embargo el principal valor de las cañas radica en su uso para la construcción de techos, donde se colocaban encima de las vigas de madera para formar una base segura para la cobertura de mezcla.

Con respecto al aprovechamiento de la tierra como material de construcción, la práctica más normal consistía en dar al barro la forma de terrón o ladrillo que se secaba al sol antes de ser incorporado a la construcción. El barro del adobe se mezclaba con paja triturada, la que no solamente le proporcionaba consistencia, sino que también le aceleraba el secado y evitaba que el barro se adhiriera al molde mientras se le daba forma.

Los adobes generalmente se pegaban unos a otros por medio de barro, y luego se los revestía también con revoque de barro. Anualmente todo el edificio se revocaba de nuevo exteriormente, y quizá también del lado interno, a fin de mantener su impermeabilidad.

En Palestina no se usaron los ladrillos cocidos ni las tejas con anterioridad al período romano, excepto en circunstancias especiales, y aun entonces solamente por las personas pudientes.


Evangelio


Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 21:33-43


“»Oigan otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores y se fue lejos. Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para que recibieran sus frutos. Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron y a otro apedrearon. Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente les envió su hijo, diciendo: "Tendrán respeto a mi hijo". Pero los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: "Este es el heredero; vengan, matémoslo y apoderémonos de su propiedad". Y tomándolo, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?

Le dijeron:

- A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen el fruto a su tiempo.

Jesús les preguntó:

- ¿Nunca leyeron en las Escrituras:

»"La piedra que desecharon los edificadores

ha venido a ser cabeza del ángulo.

El Señor ha hecho esto,

y es cosa maravillosa a nuestros ojos?"

»Por tanto, les digo que el reino de Dios será quitado de ustedes y será dado a gente que produzca los frutos de él.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


Historias violentas… historias terribles… cada día escuchamos alguna. Historias que no parecen de personas como vos o como yo, pero que son tan reales como nosotros y que en realidad también nos pueden ocurrir a nosotros. De repente, de la noche a la mañana, verse sumido en un infierno que parecería no tener fin…

Vivimos en un mundo violento, pero siempre fue así. Basta con leer algún libro de historia, algún libro de memorias, o mismo la Biblia…

Si te fijás, la historia de Jesús fue una historia de intrigas y violencia, que terminó con la muerte. Pero la diferencia de todas las historias tristes y sin esperanzas que nos rodean, el final es la victoria.

¿Qué victoria?

La de la vida. La de la derrota de la muerte eterna, porque la historia no termina en la cruz, sino que sigue… y sigue hasta ahora.

A través de Jesucristo Dios nos muestra el camino que él ha creado para nosotros, los seres humanos. A través de Jesucristo Dios nos muestra cuál ha sido su intención al crear al mundo.

Tal vez me digas… ¿y por qué nos creó tan malos e injustos?

En realidad no nos creó así, nos creó libres, con poder decidir sobre nuestras vidas, la de los demás y sobre la naturaleza. Si caminamos en la voluntad de Dios, la violencia se acaba, por eso es que ninguna resistencia o búsqueda de justicia, si es en el nombre de Jesús puede ser violenta.

Si querés cambiar este mundo violento, no respondas de la misma manera, buscá otras alternativas más inteligentes, que defiendan la vida, incluso de la que ejerce la violencia o la injusticia. Es muy diferente imponer la justicia que el “ojo por ojo”. Tampoco Dios pretende que nos hagamos todos amigos y perdonemos gratuitamente. La justicia en esta tierra también es una manifestación de Dios aquí y ahora. La justicia es esperanza, es alivio, es vida. No es bueno que los crímenes, los abusos y los maltratos queden impunes.

¿Qué harías si matan a tu hijo o a tu hija? ¿matar al que lo mató, hacerlo sufrir para que viva en carne propia lo que hizo?

Eso no sirve, te va a llenar de odio, violencia y sadismo, no te hace bien ni a vos ni a nadie. Es necesario buscar la justicia, insistir hasta el cansancio, no desesperar, y estar convencido de que, aunque aquí el castigo no llegue, hay otro juicio que le espera, y es el más duro: el de Dios. Porque es verdad que Jesucristo vino a salvar el mundo y a instaurar la ley del amor, pero también dejó claro que el tiempo de la oportunidad es la que vivimos hoy acá. Amén.


Querido Jesús, a veces miro tantas historias de violencia, historias crueles e injustas y me pregunto cuál es el sentido de todo esto. Y es que no tiene sentido, lo único que tiene sentido es tu amor por mí, por cada uno de nosotros, por quien moriste en la cruz y resucitaste para mostrarnos lo que nos espera si te seguimos: la vida plena. Gracias por ese acto de amor indescriptible y porque me has enseñado que hay otras formas de actuar que la que nos ofrece la sociedad, que la violencia nunca construye sino el amor, la entrega, la defensa de la vida a través de la resistencia pacífica. Ayudame a caminar con vos, te lo pido en el nombre del Dios padre y madre, que junto con el Espíritu Santo que me guía y fortalece, vive y reina por toda la eternidad. Amén.

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