viernes, 2 de septiembre de 2011

04 de septiembre

Salmo 95

¡Vengan, aclamemos alegremente a mi Señor!
¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación!

¡Lleguemos ante su presencia con alabanza!
¡Aclamémoslo con cánticos!,


porque mi Señor es Dios grande,
el gran Rey sobre todos los dioses.

En su mano están las profundidades de la tierra
y las alturas de los montes son suyas.

Suyo también el mar, pues él lo hizo,
y sus manos formaron la tierra seca.


Vengan, adoremos y postrémonos;
arrodillémonos delante de mi Señor, nuestro hacedor,

porque él es nuestro Dios;
nosotros, el pueblo de su prado
y ovejas de su mano.
Si oyen hoy su voz,


«No endurezcan sus corazones, como en Meriba,
como en el día de Masah en el desierto,

donde me tentaron sus padres,
me probaron y vieron mis obras.


Cuarenta años estuve disgustado con la nación,
y dije: "Es pueblo que divaga de corazón
y no han conocido mis caminos".

Por tanto, juré en mi furor
que no entrarían en mi reposo».”
Amén.

Curiosidades

¿Qué es un testigo en la Biblia?

‘ed y su sinónimo infrecuente ‘edâ siempre se refieren a la persona o cosa que da testimonio. El equivalente neotestamentario, martys, se usa sólo para personas, no existiendo ningún ejemplo del uso de las cosas como testigos.

El hebreo, con su aversión al abstracto, raras veces habla de testimonio en el sentido de aporte de pruebas. En los tres casos que lo hace se vale de teûdâ. El griego usa el concepto frecuentemente, pero distingue entre martiria, el acto de testificar o el testimonio, y martyrion, aquello que puede servir como prueba o evidencia, o el hecho determinado por medio de las pruebas.

‘edut, siempre vertido “testimonio”, ha perdido completamente su sentido forense y se ha convertido en término técnico religioso, traducido como “señal admonitoria, recordatorio, exhortación”. Ejemplo notable de ‘edut lo constituyen las tablas de los Diez Mandamientos. De allí que el arca que las contenía se llamara “arca del testimonio”, la tienda que las amparaba “tabernáculo del testimonio”, y el velo que separa el lugar santísimo “velo del testimonio”. Luego el término se amplía para abracar la ley en su conjunto.

Mateo 18:15-20

»Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano. Pero si no te oye, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oye a ellos, dilo a la iglesia; y si no oye a la iglesia, tenlo por gentil y publicano.

De cierto les digo que todo lo que aten en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desaten en la tierra será desatado en el cielo.

Otra vez les digo que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Amén.

¿Cuántas cosas hay por hacer aquí en tu pueblo?

A ver… tomémonos un tiempo miremos nuestra ciudad.

Hay basura tirada, las bolsas de plástico vuelan para todos lados… sería bueno hacer una campaña de concientización para el cuidado de la basura.

Salís por la ciudad y te das cuenta que la gente anda nerviosa, se grita, se insulta… tal vez sea hora de hacer una campaña por el buen trato, invitando a responder correcta y suavemente al maltrato, una sonrisa tuya, le cambia la cara al otro.

Ahora entremos en los hogares, veamos las familias… ¿en cuántas hay violencia? Tal vez la mujer, tal vez el hombre… pero siempre repercute sobre los niños… ¡y esto se ve en las escuelas, donde los niños expresan lo que viven dentro de sus hogares! Sería muy bueno que habláramos sobre la violencia doméstica y veamos cómo resolver este problema tan grave.

Salgamos a la noche… seguramente un fin de semana, mejor. Vayamos cerca de los boliches a dónde van los jóvenes… ¿qué vemos? Chicos alcoholizados, algunos que también han tomado drogas… las adicciones ¡otro problema! ¡y muy grave! También tenemos algo para hacer ahí, buscar de qué manera podemos ayudar para frenar esto.

Y así podemos seguir mirando nuestro pueblo y encontrando cosas por hacer. Invitaciones que Dios nos hace para salgamos de nosotros mismos y juntos busquemos cambiar nuestro mundo.

Si vos sólo buscás hacer algo, seguramente vas al fracaso y a la frustración. Pero si nos juntamos entre dos o tres… después se multiplica. Y si buscamos la ayuda de Dios, teniendo momentos de oración y reflexión: pasará de un activismo a un verdadero compromiso cristiano.

¡Qué desafío! ¿no?

Es verdad que no es tan fácil trabajar juntos, tenemos diferencias y cuando nos metemos en cosas complicadas… ¡peor! Pero la clave está en no desanimar, de estar convencidos, de no querer hacer todo a la vez y de invocar al Señor para que nos bendiga en la tarea.

Hay mucho por hacer, una de las tareas es la tuya, en donde podrás desarrollar los dones que Dios te ha dado. Es sólo animarte. Amén.

Querido Jesús, ¡qué fácil es criticar! ¡qué fácil es quejarse del otro! Pero vos me has llamado a la reconciliación, a hacerme cargo también del actuar del otro, hacerle saber que se puede vivir de otra manera. Me has llamado para que trabaje junto a mis hermanos y hermanas, aún cuando nos cueste un poco ponernos de acuerdo. Nos has dicho que si estamos juntos y en tu nombre vas a estar con nosotros. Acompañame en esta empresa, acompañanos a los que creemos que nosotros podemos hacer la diferencia. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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