viernes, 4 de diciembre de 2009

6 de Diciembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 126

“Cuando mi Señor hizo volver a los cautivos de Sión,
como soñando nos quedamos;
entonces se llenó de risa nuestra boca
y nuestros labios de gritos de alegría.

Entonces se decía entre las naciones:
¡Grandes cosas ha hecho mi Señor con éstos!
¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros mi Señor,
el gozo nos colmaba!

¡Haz volver, mi Señor, a nuestros cautivos
como torrentes en el Négueb!
Los que siembran con lágrimas
cosechan entre cánticos.

Al ir, va llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.” Amén.
Curiosidades

¿Quién era Herodes, el tetrarca?

Herodes, el tetrarca, que llevaba el nombre distintivo de Antipas, era el hijo menor de Herodes y Maltace, y heredó las porciones del reino de su padre correspondientes a Galilea y Perea. Era el más capaz de los hijos de Herodes y un gran edificador, como su padre. Se casó con Mariamne, la hija del rey nabateo Aretas IV, pero se divorció de ella con el fin de casarse con Herodías, la mujer de su medio hermano Herodes Felipe. Juan el Bautista denunció su segundo matrimonio como ilegal; dice Josefo, el historiador, que Antipas temía que la gran multitud de pueblo que seguía a Juan pudiera transformarse en una revuelta. Naturalmente Aretas se resintió ante el insulto que significaba para su hermana, y aprovechó la oportunidad pocos años después para hacerle guerra a Antipas (36 d.C.) las fuerzas de Antipas sufrieron una fuerte derrota, y según Josefo, mucha gente consideró la derrota como una retribución divina por la muerte de Juan el Bautista. En el 39 d.C. Antipas fue denunciado ante el emperador Cayo por su sobrino Agripa como conspirador; fue depuesto de su tetrarquía y terminó sus días en el exilio.

Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Lucas 3:1-6

“En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
‘Voz del que clama en el desierto:
Preparen el camino del Señor,
enderecen sus sendas;
todo barranco será rellenado,
todo monte y colina será rebajado,
lo tortuoso se hará recto
y las asperezas serán caminos llanos.
Y todos verán la salvación de Dios’.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En medio de tantas complicaciones y problemas que debemos enfrentar, ¡qué agradable y qué esperanzadora la idea de que nuestros caminos sean allanados. ¡Qué alivio pensar en que alguien nos pueda facilitar nuestro camino, hacerlo más liviano!
¿Sabés que no es sólo una idea, sino una realidad que la podés vivir vos?
Jesús, a través de su vida y su muerte y resurrección, ha venido al mundo para aliviar nuestras vidas. Tal vez vos, que estás escuchando ahora y no estás muy convencido de todo esto me preguntes: ‘Qué estás diciendo, si vos, que sos cristiana y que me estás hablando en este momento también tenés problemas que no lográs resolver’. Y es verdad, ningún cristiano deja de tener problemas, pero la diferencia está en cómo éstos le afectan.
A nuestro alrededor vemos mucha gente abatida. Gente que se refugia en el alcohol, la droga, las frivolidades… hay gente con problemas de depresión, de estrés, con enfermedades sicosomáticas, y esto no es casual. Estamos viviendo en un mundo muy convulsionado en donde las personas se sienten inseguras. No saben si el trabajo que tienen les va a durar en el tiempo, no saben si el dinero que ganan será suficiente para llegar a fin de mes, no saben si sus hijos están siendo víctimas de los que se aprovechan de los jóvenes incursionándolos en el mundo de la droga, no saben si hoy es el día en que serán asaltados o que sufrirán algún accidente en la calle por culpa de alguno de esos irresponsables que conducen peligrosamente.
Sí, se está viviendo un tiempo de mucha inseguridad, pero ahora te pregunto, ¿alguna vez se ha vivido en una seguridad completa?
Tal vez te sientas tentado a decirme que antes era diferente… pero no es así. Es verdad que hoy día se corren muchos peligros, pero siempre fue así. La vida es insegura, nunca se sabe los rumbos que cada uno va a tomar: hoy estamos riendo felices y mañana lloramos a mares. En la vida lo único seguro es la muerte… porque hacia allí desembocaremos todos.
La vida es insegura e imprevisible, todo el tiempo nos sorprende y nos desestructura, pero para quienes somos cristianos, no importa las dificultades que tengamos que atravesar siempre nos sentimos seguros, porque nuestro salvavidas, nuestro sostén es Jesús.
Jesús vino al mundo para poner su hombro y ayudarnos a llevar nuestros problemas. Él nos ha prometido estar siempre a nuestro lado y acompañarnos. Pero no sólo eso, sino que a través de su muerte y su resurrección nos ha dado la posibilidad de la vida eterna, y ahí está nuestro mayor consuelo y fortaleza. Si Jesús venció a la muerte, ese obstáculo que nunca pudimos sortear, ¿qué más nos puede pasar? Ni el dolor, ni las enfermedades, ni la misma muerte son definitivos, nada ni nadie puede hacernos daño, ni a mí ni a los que amo, porque si tenemos fe en Jesús, nuestra vida es eterna. Nuestra vida aquí en la tierra es sólo una parte, y la mejor nos espera en la eternidad, junto a Jesús.
No te quiero decir con esto que esta vida no vale la pena ser vivida, y Dios quiere que sea buena y feliz, pero también los problemas y preocupaciones forman parte de esta vida, y no nos va a librar de ellos, sino que nos va a dar fortaleza y resistencia para perseverar hasta el fin.
Si, Jesús te allana los caminos, vos sólo tenés que aceptar que te acompañe. Amén.

Querido Jesús: A veces me gustaría que un Juan el Bautista se cruce por mi camino y me despierte, que me grite las palabras del profeta Isaías, para que deje de tener miedo, para que sienta esa seguridad que veo, otros tienen. Dame la fe que necesito para confiar sólo en vos, ayudame a darme cuenta de que sos mi fortaleza, mi sostén, cualquier otra cosa sólo es fantasía, castillos en el aire. Sé, mi Señor, que me vas a ayudar, que vas a estar conmigo, mismo cuando no te lo pida, porque tu amor por mí es grande y misterioso. Gracias, Jesús, gracias porque siempre puedo contar con vos, que junto con el Dios Padre y el Espíritu Santo viven por siempre en la eternidad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario