viernes, 8 de mayo de 2015

10 Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 98

Canten a mi Señor cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra lo ha salvado
y su santo brazo.
Mi Señor ha hecho notoria su salvación;
a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad
para con la casa de Israel;
todos los términos de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.

Canten alegres a mi Señor, toda la tierra.
Levanten la voz, aplaudan y canten salmos.
Canten salmos a mi Señor con arpa;
con arpa y voz de cántico.
Aclamen con trompetas y sonidos de cuerno,
delante del Rey, mi Señor.

Brame el mar y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan;
los ríos batan las manos,
regocíjense todos los montes
delante de mi Señor,
porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con rectitud.”
Amén.

Curiosidades

¿Qué quiere decir Jesús con “ámense los unos a los otros como yo lo he amado”?

Como en el AT, el amor mutuo debe ser la relación humana ideal. Jesús corrigió el pensamiento judío contemporáneo en dos direcciones:
a)    Insistió en que el mandamiento de amar a los semejantes no es una ordenanza limitativa, como se sostenía en buena parte de la exégesis rabínica de Levíticos 19, sino que más bien significaba que el prójimo debía ser el primer objeto, por ser el más cercano, del amor que constituye la característica del corazón cristiano.
b)   Extendió su exigencia en cuanto a amar hasta incluir a los enemigos y a los perseguidores, aunque no se puede esperar de nadie, excepto el nuevo pueblo de Dios, tenga esta actitud, porque se trata de una demanda que corresponde a una nueva era, requiere gracia sobrenatural, y está dirigida a un grupo de “oyentes” que se diferencian nítidamente de los pecadores y los publicanos.
Esta actitud está lejos de ser simple sentimentalismo utópico, porque debe manifestarse en forma de ayuda práctica a quienes la necesitan; tampoco es una virtud superficial, porque exige una respuesta fundamental del corazón al amor de Dios, que es anterior, y la aceptación de la obra del Espíritu en las profundidades del ser humano.
La forma característica de este amor en el NT es el amor por los demás cristianos, como también por los que están afuera, expresado esto por los esfuerzos evangelísticos y por el sufrimiento paciente ante las persecuciones. El cristiano ama a su hermano:
a)    A fin de imitar el amor de Dios
b)   Porque ve en él alguien por el cual Cristo murió
c)    Porque ve en él a Cristo mismo.
La sola existencia de este amor mutuo, que lleva a la unidad del pueblo cristiano, es la señal por excelencia que tiene el mundo exterior de la realidad del discipulado cristiano.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.51)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 15:9-17

Como el Padre me ha amado, así también yo les he amado; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
»Estas cosas les he hablado para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.
»Éste es mi mandamiento: Que se amen unos a otros, como yo les he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no les llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero les he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre se las he dado a conocer. No me eligieron ustedes a mí, sino que yo les elegí a ustedes y les he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se lo dé. Esto les mando: Que se amen unos a otros.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

“Si una buena amistad tienes tú
Alaba a Dios pues la amistad es un bien
Ser amigo es hacer al amigo todo el bien
¡Qué bueno es saber amar!
La amistad viene de Dios y a Dios debe volver
¡Qué bueno es saber amar!”
¡Qué lindo es tener un amigo, una amiga de verdad! Aquel con quien se puede pensar en alto, en quien se puede confiar y saber que está, no importa la distancia ni el tiempo.
Sin duda alguna la amistad es una de las mejores cosas que existen, si hablamos de relaciones humanas. A un amigo o amiga la aceptamos tal cual es, les toleramos muchas cosas por el amor que le tenemos. Podemos no estar de acuerdo con su forma de vida, sus ideas políticas, porque hay algo más profundo en nuestra relación. Nos podemos reír de las cosas que tal vez de otras personas no soportamos, pero es nuestro amigo, nuestra amiga.
Jesús llamaba amigos y amigas a sus seguidores, a su grupo. De la misma forma nos llama amigos y amigas a todas las personas que buscamos su amor, que creemos en su misión redentora. Quienes creemos que Jesús vino al mundo para enseñarnos una forma diferente de vivir, en el amor y el cuidado mutuo.
¡Qué diferente sería el mundo si en vez de envidia, violencia, abuso, egoísmo, avaricia, odio, todas nuestras relaciones serían en el amor y el cuidado! La historia sería otra.
Pero estamos a tiempo de cambiar, porque el cambio comienza desde cada uno, cada una, desde el amor y la amistad. Amén.

Querido Jesús, ¡gracias por tu amistad! ¡gracias por ser mi amigo! ¡gracias por enseñarme el valor de la amistad como uno de los grandes regalos de Dios! Enseñame a ser una buena amiga. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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