viernes, 22 de mayo de 2015

24 Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 104:1.24-35

¡Bendice, alma mía, a mi Señor!

Mi Señor, Dios mío, mucho te has engrandecido;
te has vestido de gloria y de magnificencia…

…¡Cuán innumerables son tus obras, mi Señor!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
¡la tierra está llena de tus beneficios!
He allí el grande y ancho mar,
en donde se mueven seres innumerables,
seres pequeños y grandes.
Allí lo surcan las naves;
allí este Leviatán que hiciste para que jugara en él.

Todos ellos esperan en ti,
para que les des la comida a su tiempo.
Tú les das y ellos recogen;
abres tu mano y se sacian de bien.
Escondes tu rostro, se turban;
les quitas el hálito, dejan de ser
y vuelven al polvo.
Envías tu espíritu, son creados
y renuevas la faz de la tierra.

¡Sea la gloria de mi Señor para siempre!
¡Alégrese mi Señor en sus obras!
Él mira a la tierra y ella tiembla;
toca los montes y humean.
A mi Señor cantaré en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
Dulce será mi meditación en él;
yo me regocijaré en mi Señor.
¡Sean consumidos de la tierra los pecadores
y los impíos dejen de ser!

¡Bendice, alma mía, a mi Señor!
¡Aleluya!”
Amén.

Curiosidades

¿Qué es la fiesta de Pentecostés?
Se llama Pentecostés al día 50 después de la Pascua, que es el número de días entre la ofrenda de la gavilla de cebada al comienzo de la Pascua. Como el tiempo que pasaba era de siete semanas, se la llama ‘fiesta de las semanas’. Señala la culminación de la cosecha de la cebada, que comenzaba cuando se aplicaba la hoz al cereal por primera vez y cuando la gavilla era mecida “el día siguiente del día de reposo”. También se llama ‘fiesta de la siega’ y ‘día de las primicias’. La fiesta no está limitada a la época del Pentateuco, sino que su cumplimiento se menciona en los días de Salomón, como la segunda de las tres fiestas anuales.
La fiesta se proclamaba como una “santa convocación”, día en que no había de cumplirse ningún trabajo servil, y en que todo varón de los israelitas debía presentarse en el santuario. De las casas se llevaban dos panes cocidos, de harina fina y nueva, con levadura, que eran mecidos por l sacerdote ante el Señor, juntamente con los sacrificios de animales como ofrenda de expiación y paz. Como día de gozo resulta evidente que en él el israelita devoto expresaba gratitud por las bendiciones de la cosecha de granos, y experimentaba en el corazón el temor del Señor. Pero se trataba de las acciones de gracias y el temor de un pueblo redimido, porque al servicio no le faltaban las ofrendas por el pecado y por la paz, y constituía, más aún, recordación de la liberación de Egipto como pueblo del pacto. La base de aceptación de la ofrenda presupone la remoción del pecado y la reconciliación con Dios.
En el período intertestamentario y después, Pentecostés se consideraba el aniversario de la entrega de la ley en el Sinaí. Los saduceos lo celebraban en el quincuagésimo día a partir del primer domingo después de la Pascua; este modo de calcular sirvió para determinar el cumplimiento público mientras hubo templo, y se justifica por lo tanto, que la iglesia conmemore el primer Pentecostés cristiano en día domingo. Los fariseos, empero, interpretaban el “día de reposo” como la fiesta de los panes sin levadura, y su modo de calcular se hizo normativo en el judaísmo después del 70 d.C., de manera que en los calendarios judíos Pentecostés ahora cae en diversos días de la semana.
En el NT hay tres referencias a Pentecostés: Hechos 2:1. En dicho día, después de la resurrección y ascensión de Cristo (alrededor del año 30 d.C.), los discípulos estaban reunidos en una casa en Jerusalén y recibieron señales del cielo. El Espíritu Santo descendió sobre ellos, y una nueva vida, de poder y bendición, comenzó a evidenciarse, lo que Pedro explicó como cumplimiento de la profecía de Joel. Hechos 20:16. Pablo estaba decidido a no dedicar tiempo al Asia, y se apuró a fin de estar en Jerusalén para el día de Pentecostés (57 d.C.). 1 Corintios 16:8. Pablo se propuso permanecer en Éfeso hasta Pentecostés (54 ó 55 d. C.), porque se le había abierto puerta fructífera para su ministerio.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1077)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 15:26-27

 »Pero cuando venga el Consolador, a quien yo les enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y ustedes darán testimonio también, porque han estado conmigo desde el principio.Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Para los griegos la idea de semidioses no era nada extraña, tal vez por eso haya sido tan fácil aceptar a Jesús como verdaderamente hombre y verdaderamente dios. Hércules, a través de la película de dibujos animados, es uno de los semidioses griegos más conocidos, con superpoderes pro a la vez vulnerable como todo humano.
Pero Jesús no es un semidios, es Dios mismo, y es él quien a través de su muerte y resurrección nos da a nosotros la posibilidad de recibir el Espíritu Santo, que es Dios en nosotros.
Si, Dios en nosotros, que nos impulsa a todo lo que es voluntad de Dios, a ser sus herramientas, a actuar en el amor.
Decimos que junto a las aguas del Bautismo recibimos el Espíritu de Dios, y desde ahí somos hijos e hijas de Dios ¿pero qué significa esto?
A partir de que Dios nos adopta como hijos e hijas, somos herederos de la vida eterna, esto quiere decir que la muerte ya no tiene poder sobre nosotros y nos hace invencibles: la muerte es más vida.
Esto mismo nos cambia la perspectiva en la vida, porque nos llena de valor y seguridad para enfrentar lo que sea. Esa misma seguridad nos permite enfrentar las estructuras de poder más perversas, porque nuestro as en la manga es que aunque nos maten, tenemos vida en Jesús.
Tal vez para vos que estás tranquilo en tu casa escuchando la radio o conduciendo tu auto de salida a algún lugar, te resulte medio fantasiosas estas palabras, pero no estoy loca.
Esta ha sido la fuerza que encontraron los cristianos cuando eran perseguidos por el imperio romano, y lo sigue siendo en los muchos lugares en el mundo en donde ser cristiano significa un riesgo. Fijate lo que está pasando hoy en el continente asiático: miles de cristianos y cristianas son masacrados por el sólo hecho de seguir a Cristo. Ellos dan su vida y no renuncian a su fe en esa felicidad y esa entrega por el evangelio.
Mientras tanto, nosotros acá, no nos damos cuenta de lo maravilloso que es seguir a Cristo, ser templos del Espíritu Santo, ser invencibles por la fe en Cristo. ¿Qué pensás? Que tengas un bendecido Pentecostés. Amén.

Querido Jesús, muchas veces veo cómo otras personas viven con tanta intensidad su fe, incluso algunos mueren felices no renunciando a vos. ¿Qué me pasa que estoy tan desmotivada? ¿qué me pasa que teniendo toda la libertad para proclamar tu nombre me da vergüenza o me parece pasado de moda? Perdoname por ser tan ignorante y falta de carácter. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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