viernes, 24 de mayo de 2013

26 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 8

“¡Oh Señor, Señor nuestro,
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra,
Que has desplegado Tu gloria sobre los cielos!

Por boca de los infantes y de los niños de pecho has establecido Tu fortaleza,
Por causa de Tus adversarios,
Para hacer cesar al enemigo y al vengativo.

Cuando veo Tus cielos, obra de Tus dedos,
La luna y las estrellas que Tú has establecido,
Digo: ¿Qué es el hombre para que Te acuerdes de él,
Y el hijo del hombre para que lo cuides?

¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles,
Y lo coronas de gloria y majestad!
Tú le haces señorear sobre las obras de Tus manos;
Todo lo has puesto bajo sus pies:

Todas las ovejas y los bueyes,
Y también las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar,
Cuanto atraviesa las sendas de los mares.

¡Oh Señor, Señor nuestro,
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra!” Amén.

Curiosidades


La palabra “gracia” ocupa un lugar prominente en las salutaciones iniciales y las bendiciones finales de las cartas, como agregado al saludo judío convencional de “paz”. La base de la doctrina de Pablo se encuentra en Romanos en los capítulos 1 al 3. El ser humano aparece como pecador, pero es justificado por gracia, Dios en su gracia lo trata como si nunca hubiese pecado, a pesar de ser culpable.
La fe es la respuesta humana a la gracia divina. Esta fe es don de Dios; las palabras “no de ustedes” pueden referirse a sesosmenoi (“salvos”), pero Pablo quiere señalar que la palabra “fe” no tiene que tomarse en el sentido de alguna acción independiente por parte del creyente. Esta fe, aunque significa que no hay salvación por medio de la ley, no va en contra de la ética. La fe es moralmente vital por sí misma.
La posición del creyente bajo la gracia se explica, no por algo en él mismo, sino por voluntad de Dios. La doctrina de la elección tiene dos funciones: detener o regular el espíritu humano independiente y farisaico, y mostrar que al otorgar su favor, Dios es perfectamente libre. Cada paso en el curso de la vida cristiana se debe a la gracia: llamado, arrepentimiento y fe.
En Romanos 8 Pablo repasa la agencia divina desde el llamado hasta la gloria final de los redimidos. Con todo, no pasa por alto la responsabilidad del ser humano. La obediencia es una actitud moral y no puede convertirse en ninguna otra cosa. Los seres humanos se vuelven a Dios por su propia cuenta. Los dos lados de la cuestión aparecen juntos en Romanos 9 y 10. El capítulo 9 contiene las afirmaciones más rotundas en cuanto a una doble predestinación, mientras que el capítulo 10 afirma que el rechazo por parte de Dios se debe a la incredulidad y la desobediencia. Debe tenerse presente, no obstante, que el tema fundamental de dichos capítulos no es la salvación personal, sino las funciones colectivas de los que han sido elegidos por Dios para llevar a cabo sus propósitos.
Romanos 6 se vale de la figura del Bautismo para enseñar la victoria sobre el pecado por medio de la gracia.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 5:1-5

“Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las aflicciones, sabiendo que la aflicción produce paciencia (perseverancia); y la paciencia (perseverancia), carácter probado; y el carácter probado, esperanza. Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay una cosa que desde siempre ha desconcertado a aquellas personas que no viven la fe como sostén de sus vidas: estar alegres incluso en las situaciones más difíciles. Hay una canción clásica en nuestra Iglesia que dice en su última estrofa:
“Dame la fe que da el valor,
que ayuda al débil a triunfar,
que todo sufre con amor,
y puede en el dolor cantar,
que puede al cielo escalar,
o aquí con Cristo caminar”
Puede en el dolor cantar… en los escritos acerca de los primeros mártires cristianos, que eran la atracción del circo romano, una de las cosas inexplicables para todos era que mientras eran torturados hasta la muerte, cantaban cantos al Señor. Incluso en el libro de los Hechos aparece esta característica, mientras estaban presos, para no desanimarse y fortalecerse al mismo tiempo, cantaban los cantos de sus celebraciones.
Yo he conocido personas que a pesar de una vida con muchos tropiezos y dolor nunca responsabilizaron a Dios, sino que se aferraron a él y se sintieron siempre muy cuidados y protegidos.
Mientras tanto hay tantas personas que se dicen cristianas y son una sola queja, cada vez que las encontramos nos hablan de todos sus problemas e incluso algunas se preguntan ¿qué hice yo para que Dios me castigue de esa manera? O esperan que Dios les resuelva todos sus problemas, siendo que Dios le da las herramientas y oportunidades, que dicho sea de paso, no las aprovechan, sólo se quejan de todo y cualquier excusa sirve para echarle la culpa a Dios por lo que les pasa a ellos o a otros.
Son formas de ver la vida, formas de vivir la vida. Vivir en la fe en Dios, sintiéndose amparado por su amor y su cuidado a pesar de todas las cosas que pasan, se refleja en la persona que lleva una vida serena y feliz, que puede reír y cantar y renacer una y otra vez. Es un placer tener que ver con personas así y siempre cambian el entorno en donde se mueven.
Mientras que la persona que vive angustiada, se queja de todo, nunca está del todo bien, termina generalmente sola, porque las personas se alejan de ella, porque amargan el lugar en donde se mueven.
Son opciones de vida y cada uno de nosotros decide como vivir nuestra vida: en agradecimiento o en constante reclamo. Dios nos ayude en esta decisión que no sólo nos afecta a nosotros, sino a todas las personas con las que nos relacionamos. Amén.

Querido Jesús, hoy te quiero pedir que me ayudes siempre a ser feliz, a aceptar con gratitud incluso las cosas que no son tan gratas, que nunca pierda las ganas de cantar y de reír. Te lo pido a vos que junto al Padre y al Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.

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