viernes, 3 de agosto de 2012

5 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 78:1-4.17-29.52-54

“Pueblo mío, escucha mis enseñanzas;
inclina tu oído a las palabras de mi boca.
Abriré mi boca y diré proverbios;
hablaré de los misterios de tiempos pasados,
 
de cosas que ya hemos oído y que conocemos
porque nuestros padres nos las contaron.
No las mantendremos ocultas a nuestros hijos,
sino que diremos a las generaciones futuras
que el Señor es digno de alabanza
por su poder y por sus hechos portentosos…

Pero ellos volvieron a pecar contra Dios;
en el desierto se rebelaron contra el Altísimo.
Decidieron poner a prueba a Dios
y pidieron comida a su antojo.
Hablaron en contra de Dios, y dijeron:
«¿Podrá Dios tendernos una mesa en el desierto?
Hemos visto que hirió la peña, y que brotaron aguas,
y que en torrentes inundaron la tierra,
¿pero podrá también darnos pan?
¿Podrá darle carne a su pueblo?»

Cuando el Señor oyó esto, se indignó,
y su furor se encendió contra Jacob, como un fuego;
su furor se encendió contra Israel,
porque no tuvieron fe en Dios,
ni confiaron en que él podía salvarlos.
Sin embargo, dio órdenes a las nubes,
y abrió las compuertas de los cielos,
y como lluvia dejó caer sobre ellos el maná;
¡les dio a comer el trigo de los cielos!
 
¡Los mortales comieron pan angelical!
¡Dios les envió comida hasta saciarlos!
Cambió la dirección del viento del este,
y con su poder hizo venir el viento del sur,
y cayó sobre ellos carne como lluvia;
¡llovieron tantas aves como arena hay en el mar!
Dios las dejó caer en el campamento,
y en los alrededores de sus tiendas,
y ellos comieron y quedaron saciados,
pues Dios satisfizo su apetito…

… Dios hizo que su pueblo saliera como ovejas,
y como un rebaño
 los llevó por el desierto;
con mano segura los fue llevando,
para que no tuvieran ningún temor,
mientras que el mar cubrió a sus enemigos.
 
Y los trajo a las fronteras de su tierra santa,
 
a este monte que ganó con su mano derecha.” Amén.

Curiosidades

Rabí significa Maestro en hebreo ¿Por qué le decían Maestro a Jesús?

Como resultado de su actividad característica se conocía a Jesús como Maestro, y la gente se dirigía a él con dicho título, como era el caso con cualquier otro maestro judío. Ocasionalmente, cuando no había peligro de confundirlo con otros maestros, también se lo llamaba simplemente “el Maestro”. Normalmente se le decía Rabí a los maestros judíos, señal de respeto que con el tiempo adquirió el significado de “el venerado (maestro)”. Los discípulos de Jesús empleaban esta forma para dirigirse a él, aunque no se utilizó para referirse a él en tercera persona.
En Lucas a veces se llama a Jesús Maestro, término que sugiere el respeto que sentían por Jesús sus discípulos y simpatizantes, y que quizá se empleaba por su relación más bien con grupos de personas que con individuos.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 6:24-35

“Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, entraron en las barcas y fueron a Cafarnaún, para buscar a Jesús.
Cuando lo hallaron al otro lado del lago, le dijeron: «Rabí, ¿cuándo llegaste acá?» Jesús les respondió: «De cierto, de cierto les digo que ustedes no me buscan por haber visto señales, sino porque comieron el pan y quedaron satisfechos. Trabajen, pero no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual el Hijo del Hombre les dará; porque a éste señaló Dios el Padre.» Entonces le dijeron: «¿Y qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?» Jesús les respondió: «Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.» Le dijeron entonces: «Pero ¿qué señal haces tú, para que veamos y te creamos? ¿Qué es lo que haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, tal y como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer.”» Y Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo, que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo, sino que es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Y el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.» Le dijeron: «Señor, danos siempre este pan.»
Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Qué es lo que buscamos en Jesús? ¿En qué momento lo buscamos?
En muchas ocasiones he visto cómo las personas buscan en Dios soluciones mágicas, como de alguna manera lo fue el maná en el desierto. Cada mañana los israelitas se levantaban y recogían el pan que Dios les dejaba durante la noche. Todos los días, lo merecieran o no, eso estaba seguro.
Muchas veces en vez de intentar vivir en la realidad que nos toca vivir, muchas veces muy dura, nos refugiamos en la esperanza vana de que en un toque mágico Dios va a dar un giro tal que todo lo que estamos viviendo sólo parezca una pesadilla.
Pero cuando Jesús vino aquí a la tierra para hablarnos de Dios, nos dijo claramente que no íbamos a dejar de tener problemas y sufrimientos, sino que la fe en Dios nos sostendría y nos daría la creatividad para poder salir adelante.
Ahora, ¿es voluntad de Dios que haya personas que mueren de hambre? ¿es voluntad de Dios que existan personas con discapacidad? ¿es voluntad de Dios que haya personas que matan a otras?
De ninguna manera, pero a la vez ninguno de nosotros está libre de que nos pase algo terrible en nuestra vida. Pero lo que Dios nos da es la fuerza para soportarlo, la capacidad de resolverlo y levantarnos con lo que tenemos y somos.
No podemos buscar que Dios nos resuelva todos nuestros problemas sentados en una silla mirando la tele. Tampoco haciendo procesiones y yendo todos los días a la iglesia. Él espera que nos fortalezcamos espiritualmente y encaremos la vida con fuerzas, y no que nos encerremos en una burbuja pensando que mágicamente un día abriremos los ojos y nos encontraremos que nada de lo que estamos viviendo es real.
Busquemos a Jesús en nuestras aflicciones, en nuestras angustias y necesidades, pero no de manera pasiva, sino haciendo todo lo que está en nuestras manos y creatividad para resolver nuestras cosas. Amén.

Querido Jesús, vos me enseñaste ano buscar que Dios me haga señales fantásticas, a que me soluciones los problemas que yo tengo que solucionar. Dame la fe para que pueda confiar en su Palabra de amor y a creer que siempre está conmigo. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario