viernes, 15 de junio de 2012

17 de Junio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 92

“¡Cuán bueno es alabarte, Señor! 
Bueno es, Altísimo, cantar salmos a tu nombre, 
anunciar tu misericordia por la mañana, 
y tu fidelidad todas las noches, 
en el decacordio y en el salterio, 
y con tono suave en el arpa.

Tú, Señor, me has alegrado con tus obras; 
yo me regocijo por las obras de tus manos. 
Muy grandes son tus obras, Señor, 
y muy profundos tus pensamientos.

La gente necia no lo sabe; 
la gente insensata no lo entiende: 
si los impíos brotan como la hierba, 
y todos los inicuos prosperan, 
es para ser destruidos para siempre. 
¡Pero tú, Señor, por siempre estás en las alturas!

Bien puedo ver, Señor, a tus enemigos; 
bien puedo ver que tus enemigos perecerán, 
¡que todos los malvados serán esparcidos! 
Pero tú me darás las fuerzas del búfalo, 
y me ungirás con aceite fresco. 
Mis ojos verán la derrota de mis enemigos; 
¡mis oídos oirán los gritos de angustia de mis adversarios!

Los justos florecerán como las palmeras; 
crecerán como los cedros del Líbano. 
Serán plantados en la casa del Señor, 
y florecerán en los atrios de nuestro Dios. 
Aun en su vejez darán frutos 
y se mantendrán sanos y vigorosos 
para anunciar que el Señor es mi fortaleza, 
y que él es recto y en él no hay injusticia.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es la mostaza y para qué se usa?

Su nombre es mustard que deriva del latin mustum ardens y que significa mosto ardiente. Esto, debido a que cuando machacaban las semillas y las mezclaban con mosto se dejaba apreciar claramente el sabor picante y ardiente de la mostaza. Se la menciona con frecuencia en la Biblia y en la literatura griega y romana.
El mayor productor mundial es Canadá y también se cultiva en India y en China. La mostaza era una de las especias más comunes en la antigüedad y se empleaban para resaltar las comidas de los plebeyos que carecían de sabores atractivos.
Los romanos molían sus granos y los maceraban en vino durante unos días empleándolos como aderezo. También comían sus hojas en ensalada.
Aprovechaban sus propiedades medicinales y la empleaban como remedios para tratamientos contra la artritis, reuma o como diurético o estimulante.
Los ingleses la consideran indicada para atenuar dolores de cabeza, resfriados y aliviar los sabañones. Otras propiedades de la mostaza. 
Activador de la circulación sanguínea de la epidermis y eficaz descongestionante.
Los moros fueron quienes la hicieron llegar a tierras españolas y desde allí se extendió hacia el resto del continente europeo.
La mostaza contiene un enzima y un glucósido que al mezclarla con un elemento líquido que puede ser agua, vinagre, vino, cerveza, etc, se produce una reacción química. El enzima descompone el glucósido en azúcar y en esencias volátiles. Estas esencias producen los aromas característicos de la mostaza.
Pertenecen a la familia de las crucíferas. Nombre que se le da por la disposición que tienen los cuatro pétalos de su flor en forma de cruz.
Hay muchas variedades y subtipos pero casi todas provienen de tres variedades: la mostaza negra, la parda y la blanca.
Antiguamente la mostaza negra (Brassica nigra) que es una variedad de la mostaza se la cultivaba en toda Europa, siendo su sabor muy picante y sabroso pero se limitó dado el trabajo que representa su recolección ya que su cosecha solo se puede hacer a mano.
La variedad que en la actualidad es la más cultivada es la mostaza parda (Brassica juncea), siendo Canadá uno de los mayores productores y exportadores de semillas. A su vez esta mostaza se divide en dos subtipos.

El oriental o amarillo muy empleado en la cocina japonesa. Y el pardo o indio muy utilizado en la cocina india. Está también la mostaza blanca (Brassica alba, Sinapis alba) que se emplea para elaborar las mostazas americanas e inglesas pero no las del tipo Dijon.
 Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 4:26-34

Jesús dijo también: «El reino de Dios es como cuando un hombre arroja semilla sobre la tierra: ya sea que él duerma o esté despierto, de día y de noche la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo.
Y es que la tierra da fruto por sí misma: primero sale una hierba, luego la espiga, y después el grano se llena en la espiga; y cuando el grano madura, enseguida se mete la hoz, porque ya es tiempo de cosechar.»
También dijo: «¿Con qué vamos a comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola nos sirve de comparación? Puede compararse con el grano de mostaza, que al sembrarlo en la tierra es la más pequeña de todas las semillas, pero que después de sembrada crece hasta convertirse en la más grande de todas las plantas, y echa ramas tan grandes que aun las aves pueden poner su nido bajo su sombra.»
Con muchas parábolas como éstas Jesús les hablaba de la palabra, hasta donde podían entender, y sin parábolas no les hablaba, aunque a sus discípulos les explicaba todo en privado.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas veces pienso en los seres humanos hoy día. Corremos y corremos atrás de espuma y burbujas; diariamente sentimos que nada nos alcanza: el tiempo, el dinero, las cosas que tenemos (ropa, zapatos, tecnología, confort…)
Tenemos como una sensación de insatisfacción constante en donde pensamos que siempre podemos hacer más, tener más, ser más.
Pero al mismo tiempo, agotados por el trajín diario, dormimos y nos ausentamos de nuestra vida unas 6 a 9 hs. ¿qué pasa ese tiempo en que perdemos el control de la vida, de lo que pasa a nuestro alrededor? Simplemente nos despertamos de mañana, y si tenemos la costumbre de escuchar la radio o la televisión, nos enteramos de cosas que pasaron mientras dormíamos. ¡Ni hablar cuando nos agarra una buena gripe y desaparecemos durante un par de días!
Si logramos leer nuestra vida con sabiduría, nos vamos a dar cuenta de que en esas ausencias, todo sigue su rumbo, no se cae el mundo, las cosas siguen, aún sin nosotros. Y esto es porque a pesar de nuestro orgullo y de sentirnos hacedores de nuestras vidas, hay alguien por encima de nosotros que nunca se ausenta ni se enferma: nuestro Dios todopoderoso, pero padre y madre cariñoso a la vez, que vela por cada uno de nosotros y no permite que nos pase nada.
¿No es bueno descubrir que Dios se ocupa de nuestras cosas, que no vale la pena perder la salud y la vida por querer alcanzar todo? ¿No es bueno darnos cuenta que este estado de insatisfacción constante no es un problema nuestro sino algo planificado desde una sociedad de consumo que necesita de personas insatisfechas e infelices? ¿No es bueno darme cuenta de que si llevo una vida en Jesús ya no existe insatisfacción sino plenitud y alegría, porque Cristo lo llena todo?
Dios bendice nuestras vidas, y si trabajamos para su reino ¡mejor todavía! Hará crecer las semillas que sembremos.
¡Es tan bueno saber que detrás de todo nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, de nuestros compromisos, Dios no va bendiciendo y cuidando! ¡Gracias, Señor, por tu poder y todo tu amor! Amén.

Querido Jesús, a través de la parábola de la semilla me hiciste entender que todo lo que haga por mi vida y la de los demás es sólo una pequeña parte, que Dios es quien bendice y permite que las cosas ocurran. Dios tiene el poder y yo estoy en sus manos, y esa vulnerabilidad me hace fuerte porque sé que aunque es muy poco lo que puedo hacer, Dios se ocupa del resto. ¡Muchas gracias, Jesús, por hacerme entender esto y liberarme de la presión y de la carga que la sociedad consumista intenta ponerme! En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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