viernes, 25 de mayo de 2012

27 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 148

“Aleluya.
¡Alabado sea el Señor desde los cielos!
¡Alabado sea el Señor en las alturas!
¡Que alaben al Señor todos sus ángeles!
¡Que alaben al Señor todos sus ejércitos!

¡Que alaben al Señor el sol y la luna!
Que alaben al Señor las estrellas refulgentes!
¡Que alaben al Señor los cielos de los cielos,
y las aguas que están sobre los cielos!

¡Alabado sea el nombre del Señor!
El Señor dio una orden, y todo fue creado.
Todo quedó para siempre en su lugar;
el Señor dio una orden que no se debe alterar.

Que alaben al Señor, desde la tierra,
los monstruos marinos y el mar profundo;
el fuego y el granizo, la nieve y el rocío,
y el viento tempestuoso que ejecuta su palabra;
los montes y las colinas,
los árboles frutales y los cedros,
los animales salvajes y los domésticos,
los reptiles y los pájaros,
los reyes de la tierra y todos los pueblos,
todos los jefes y gobernantes de la tierra,
los jóvenes y las doncellas,
los ancianos y los niños.

¡Alabado sea el nombre del Señor!
¡Sólo su nombre merece ser exaltado!
¡Su gloria domina los cielos y la tierra!

¡Que alaben al Señor todos sus fieles!
¡Que lo alabe Israel, su pueblo cercano!
¡El Señor ha dado poder a su pueblo!
¡Aleluya!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo concibe Juan en su evangelio al Espíritu Santo?

Para Juan el Espíritu de lo alto es el poder que efectúa el nuevo nacimiento, por cuanto el Espíritu es el que da vida, como un río de agua viva que fluye de Cristo y da vida al que acude y cree. El evangelio habla del Espíritu como el hálito de vida de la nueva creación.
Es importante comprender que para los primeros cristianos el Espíritu se concebía en función del poder divino claramente manifestado por sus efectos en la vida del receptor; el impacto del Espíritu no dejaba al individuo o al observador en duda acerca de un cambio significativo que se había operado en él mediante la intervención divina. El don del Espíritu no era simplemente un corolario o una deducción basada en el bautismo o la imposición de manos, sino un acontecimiento sumamente real para los primeros cristianos.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 15:26-27.16:12-15

»Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les enviaré de parte del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Y ustedes también darán testimonio, porque han estado conmigo desde el principio…
…»Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir.
Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a ustedes.
Todavía un poco, y no me verán; y de nuevo un poco, y me verán.»  Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es increíble pensar en un Dios que se hace una persona entre nosotros para después cada uno de nosotros seamos parte de Él. Porque una vez que Cristo volvió al Padre, su Espíritu entró en cada uno de nosotros para que tuviéramos la fortaleza y la sabiduría para comprender su voluntad, su intención al crear al mundo.
Las personas vivimos en esta tierra como algo tan natural y nos sentidos dueños de todo lo que hay en nuestro planeta. Nos sentimos poderosos porque logramos transformar nuestro entorno a través de nuestro ingenio y así desarrollar la tecnología en todos los ámbitos.
Y en verdad es increíble observar lo que los seres humanos somos capacees de hacer, eso es cierto.
Pero en todo esto, una de nuestras dificultades es el darnos cuenta de que no es mérito nuestro, y que el mundo no nació con nosotros, sino que nosotros formamos parte de él, y por la capacidad que tenemos nuestro compromiso es cuidar nuestro mundo y administrar todo lo que hay en él para que a nadie le falte lo necesario para vivir dignamente.
Ese compromiso, esa responsabilidad que tenemos es porque Dios ha puesto en nosotros parte de su esencia, para que así podamos cambiar el mundo. Por nuestra desobediencia y nuestra negligencia el mundo hoy sufre: hay hambre, miseria, contaminación, depredación.
Si aprovechamos el regalo que Dios nos ha dado a través de Jesucristo, este mundo puede cambiar y ser ese lugar que fue en su origen, cuando Dios lo creó para nosotros. Vos y yo somos parte de este compromiso ¿te animás? Amén.

Querido Jesús, vos viniste al mundo para que podamos ser parte de vos, compartir tu esencia. Ayudame a escuchar esa voz interior dentro de mí, ayudame a obedecerte y a ponerme a tu disposición. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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