viernes, 4 de marzo de 2011

27 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 103

“Bendice a mi Señor, alma mía,

del fondo de mi ser, su santo nombre,

bendice a mi Señor, alma mía,

no olvides sus muchos beneficios.

Él, que todas tus culpas perdona,

que cura todas tus dolencias,

rescata tu vida de la fosa,

te corona de amor y de ternura,

satura de bienes tu existencia,

mientras tu juventud se renueva como el águila.

Mi Señor, el que hace obras de justicia,

y otorga el derecho a todos los oprimidos,

manifestó sus caminos a Moisés,

a los hijos de Israel sus hazañas.


Clemente y compasivo es mi Señor,

tardo a la cólera y lleno de amor;

no se querella eternamente

ni para siempre guarda su rencor;

no nos trata según nuestros pecados

ni nos paga conforme a nuestras culpas.

Como se alzan los cielos por encima de la tierra,

así de grande es su amor para quienes le temen;

tan lejos como está el oriente del ocaso

aleja él de nosotros nuestras rebeldías.


Cual la ternura de un padre para con sus hijos,

así de tierno es mi Señor para quienes le temen;

que él sabe de qué estamos plasmados,

se acuerda de que somos polvo.


¡El hombre! Como la hierba son sus días,

como la flor del campo, así florece;

pasa por él un soplo, y ya no existe,

ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle.


Mas el amor de mi Señor desde siempre hasta siempre

para los que le temen,

y su justicia para los hijos de sus hijos,

para aquellos que guardan su alianza,

y se acuerdan de cumplir sus mandatos.


Mi Señor en los cielos asentó su trono,

y su soberanía en todo señorea.

Bendigan a mi Señor, ángeles suyos,

héroes potentes, ejecutores de sus órdenes,

en cuanto oyen la voz de su palabra.

Bendigan a mi Señor, todas sus huestes,

servidores suyos, ejecutores de su voluntad.

Bendigan a mi Señor, todas sus obras,

en todos los lugares de su imperio.

¡Bendigan a mi Señor, alma mía!” Amén.

Curiosidades

¿Qué era la Ley del Talión?

El término ley del talión (latín: lex talionis) se refiere a un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido. De esta manera, no sólo se habla de una pena equivalente, sino de una pena idéntica. La expresión más famosa de la ley del talión es "ojo por ojo, diente por diente" aparecida en el Éxodo veterotestamentario.

Históricamente, constituye el primer intento por establecer una proporcionalidad entre daño recibido en un crimen y daño producido en el castigo, siendo así el primer límite a la venganza.

Multitud de ordenamientos jurídicos se han inspirado en la ley del talión, especialmente en la Edad Antigua y en la Edad Media. Aunque pudiera parecer una ley primitiva, el espíritu de ésta era proporcionar la pena en cuanto al delito, y con ello evitar una respuesta desproporcionada por la venganza. La aplicación de la pena, con barbarie, a lo largo de los siglos, no implica un defecto de la ley, sino un defecto de los aplicadores.

  • En el famoso Código de Hammurabi (1792 a. C.), el principio de reciprocidad exacta se utiliza con gran claridad. Por ejemplo:
    • La Ley 229 establecía que si un arquitecto hizo una casa para otro, y no la hizo sólida, y si la casa que hizo se derrumbó y ha hecho morir al propietario de la casa, el arquitecto será muerto; dicho concepto se acentúa cuando se señala que (Ley. 230) si ella hizo morir el hijo del propietario de la casa, se matará al hijo del arquitecto.
    • Un siguiente nivel de penas consistía en la mutilación de una parte del cuerpo en proporción al daño causado. Por ejemplo la Ley 195 se establecía que si un hijo golpeó al padre, se le cortarán las manos; la 196 si un hombre libre vació el ojo de un hijo de hombre libre, se vaciará su ojo; 197 si quebró un hueso de un hombre, se quebrará su hueso.
    • Las penas menores consistían en la reparación del daño devolviendo materias primas tales como plata, trigo, vino, etc. En los casos en que no existía daño físico, se buscaba una forma de compensación física, de modo tal, por ejemplo, que al autor de un robo se le cortaba la mano.
  • En el Antiguo Testamento, más concretamente en la ley mosaica, la ley del talión aparece en Éxodo 21:23-25, en Levítico 24:18-20 y en Deuteronomio 19:21. Este principio seguirá vigente para el judaísmo hasta la época talmúdica donde los rabinos del momento determinaron que la pena se transformaría en un resarcimiento económico.

También el cristianismo lo deja sin efecto a raíz del Sermón del monte de Jesús de Nazaret (Mateo 5:38-39).

  • La Ley de las XII Tablas de Roma muestra en la tabla VIII una curiosa combinación entre normas inspiradas en la ley del talión, y normas correspondientes a sistemas jurídicos menos primitivistas. Esta mezcla suele ser atribuida al momento de transición jurídica en que surge el primer cuerpo legal de Roma.
  • En el Derecho de los pueblos germanos, el espíritu de la ley del talión se manifestaba en la llamada Blutrache o venganza de sangre.

Aún en la actualidad existen ordenamientos jurídicos que se basan en la ley del talión, especialmente en los países musulmanes.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 5:38-48

“Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas veces traigo el recuerdo de mi madre en mis reflexiones.

Mi madre no se definía como cristiana, más bien se consideraba una descarriada. Pero ella me ha enseñado más de lo que he aprendido en las personas comprometidas en la fe. Y una de las enseñanzas que más me han marcado tiene que ver con las palabras que hoy escuchamos de Jesús.

Dice el evangelio “amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores” y sigue “si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”.

Una de las enseñanzas que me dejó mi madre es la de no devolver con la misma moneda, sería el “ojo por ojo y diente por diente”, sino que todo lo contrario. Recuerdo que ella me decía que no me tenía que poner a la altura de la persona que me hizo el daño, sino estar por encima de ella, demostrar que no soy igual a ella, sino que de ninguna manera me voy a prestar a su juego y menos a la venganza. En realidad, sin decirlo, ni asumirlo, me estaba enseñando lo mismo que Jesús: si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto”. Esto ha sido una norma en mi conducta toda mi vida: el no buscar la venganza y no devolver mal por mal, y la verdad es que es un alivio, es liberador.

A lo largo de mi vida esta forma de conducirme me ha traído muchas satisfacciones y el respeto de las personas que me rodean, de mis colegas, de mis hijos. Tal vez para algunas personas sea una tonta, pero yo vivo feliz y en paz.

Vos también lo podés hacer, vos también podés dejar de engancharte en la rueda del odio, en donde vos sos quien más pierde. El cambiar los códigos, el no permitir que la sed de venganza de enceguezca, el no quedar masticando la rabia te mejora la calidad de vida. Vos seguís tranquilo, no permitís que la persona que te hace daño sea el centro de tu vida, y te aferrás a Dios y dejás que él se haga cargo y que a través de su justicia esa persona pague su mal.

No es difícil, es sólo tener presente las palabras del evangelio de hoy cada vez que estés en el peligro de caer en la venganza, de devolver al otro con la misma moneda. Dejale a Dios que haga su trabajo, que él imparta la justicia y vos, mantenete al margen, demostrá que sos diferente a partir de Jesús. Amén.

Querido Jesús, ¡cómo me cuesta seguir tus enseñanzas! Vos me decís “no devuelvas daño con daño, devolvé amor al que te hace mal”, pero mi orgullo, mi temor a parecer débil, el no ser la tonta, despierta en mí sed de venganza. Ayudame a transformar mi corazón, ayudame a ser como vos, ayudame a comprender que nada tiene que ver ni con debilidad ni cobardía, sino todo lo contrario: el mantenerse fuera del juego del odio me eleva por encima, me permite mantenerme en paz y a dar testimonio de vos, que demostraste al mundo que de nada sirve el odio, la violencia y la muerte, porque vos venciste todo eso con tu resurrección. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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